Un 8 de marzo diferente

 

Pit-CNTCuando las mujeres toman el camino de las luchas contra la violencia de género y otras reivindicaciones

Junto al llamado de la Central de Trabajadores, Pit-CNT, otras organizaciones feministas y por los DDHH se llaman a manifestar este 8 de marzo, desde la Plaza Libertad a la explanada de la Universidad de Montevideo.

 

 

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A las seis en punto

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Las nubes son marrones. El sol, redondísimo y amarillo fluorescente. Las hamacas, azules. La casa, verde, tiene techo a dos aguas, una puerta con tranca y tres ventanas. En una de ellas se ve a un hombre, verde también, con la boca torcida hacia abajo y el ceño fruncido. Está mirando a la mujer y al niño amarillos, a la niña roja y al niño azul. Los cuatro están fuera de la casa, caminando en dirección contraria. Sobre sus cabezas hay una especie de jaula azul, sujeta por el brazo de una grúa que está enganchada a la casa. “La gran trampa que puso papá”.

Eso dibujó un niño de diez años un día de noviembre hace 26 años, en el marco de un taller sobre violencia hacia la mujer con escolares de los barrios Punta de Rieles y El Monarca. Hace unos días Claire Niset, integrante del colectivo Pitanga, subió la foto de ese dibujo a Facebook, con la leyenda “y todavía está el sol”. Todavía, también, está la violencia machista.

Este 8 de marzo, en el Paro Internacional de Mujeres (PIM), las mujeres de todo el país tomarán las calles. Las vecinas del kilómetro 16 de Camino Maldonado tienen una convocatoria especial: ese día se juntarán para hacer escobas de chirca y “barrer desigualdades”. La idea surgió en uno de los talleres de Pitanga, y la propuesta, según explicó Gabriela Carrier, es simbólica: una “metáfora de la fuerza que cada una tiene dentro para salir de la circunstancia que sea. Las condiciones no tienen que ser óptimas para hacer un movimiento de cambio. Podés encarar con lo que sos; podés hacer una escoba con lo que tengas; necesitás un palo y unas ramas, nada más”. Ellas piensan que “como hay tanto para barrer” es mejor empezar por casa, hablando con la vecina, con la amiga. Por eso y porque están lejos del Centro, pararán en el barrio.

Hay muchas iniciativas como esa en casi todo el país, la mayoría en los departamentos de la zona metropolitana. La principal es la manifestación que empezará a las 18.00 en la plaza Libertad de Montevideo, y la posterior marcha por 18 de Julio hasta la Universidad de la República, convocada por la Coordinadora de Feminismos. Rosana vive en el Cerrito de la Victoria, pero igual irá; no sabe de ninguna convocatoria en su barrio, y después del maldito 15 de diciembre del año pasado, en el que su amiga Susana fue asesinada por su ex pareja, ella y su hija decidieron empezar a manifestarse sin escobas pero “a calzón quitado”, reclamando lo que reclamamos todas: el derecho a vivir, a que no nos violenten, humillen, invadan.

Hay otras que saben qué es sufrir la violencia machista porque la padecieron, y también formarán parte del abrazo colectivo que se moverá este miércoles por 18 de Julio. Emma es una de ellas. Cuando tenía 13 años vivía en un balneario e iba al liceo en Montevideo, y una tarde de invierno un hombre pasó por su lado en moto, estacionó frente a ella y, mientras la miraba, comenzó a masturbarse. “No había nadie alrededor que fuera a escucharme si gritaba. Lo único que hice fue apurar el paso. Por años no se lo conté a nadie, pero, en secreto, compré un cuchillo y comencé a llevarlo siempre debajo de la manga cuando caminaba sola”, escribió en octubre del año pasado en Facebook. Ayer transcribió una conversación: otra historia de “miedo”, “impotencia” y “rabia”, pero mucho más vieja. “‘Yo pararía’, me dice mi abuela, y me cuenta que su hermana tuvo que pedirle autorización a un juez para andar armada porque el esposo la vivía golpeando y había amenazado con matarla”.

El Estado es cómplice. Eso piensan las organizadoras del PIM Uruguay, por eso realizarán, durante todo marzo, “escraches silenciosos” en los eventos institucionales, “como forma de expresión crítica ante la falta de presupuesto para la prevención y el abordaje real de las problemáticas de las víctimas de violencia de género por parte del Estado”.

En una calle de Maroñas una pared grita: “¿Cuántas mujeres al año saben que tienen sus días contados?”. Por suerte, el duelo no nos ha paralizado, y mañana no nos impide la fiesta; la necesidad del abrazo colectivo.

Desde afuera también se ve mal

ONU Mujeres en Uruguay emitió un comunicado en el que asegura que la “construcción de igualdad” sigue siendo un “objetivo a perseguir” en el país. “Es hora” de que Uruguay “dé el paso”.

Respecto de la “participación y el liderazgo”, se señala que la integración de las mujeres en la vida política ha sido históricamente baja, y que en la actual legislatura, con la aplicación de la Ley de Cuotas, la participación de las mujeres aumentó, pero aún no alcanza al 20%. Esto ubica a Uruguay por debajo del promedio regional y mundial. A su vez, el lugar de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión no sólo es bajo en la esfera política, sino también en el área sindical (el Secretariado Ejecutivo del PIT- CNT está compuesto únicamente por hombres) y en el área empresarial (las empresas medianas con gerente general mujer son 13,8% y las empresas grandes 4,3%, respectivamente).

En cuanto a los “derechos económicos”, se reconoce que las mujeres han incrementado su participación en la fuerza laboral en las últimas décadas, pero “todavía persisten retos”. Las tasas de actividad y empleo femenino son 20% menores que las de los hombres. Además, las mujeres disminuyen su participación a medida que aumenta la cantidad de niños y adolescentes en el hogar, algo que no ocurre con los varones y que “refleja la desigual carga del trabajo doméstico y de cuidados”. También sigue habiendo segregación laboral y se mantiene la brecha salarial entre hombres y mujeres: el salario por hora de las mujeres representa sólo 73,8% del de los hombres para las más educadas (16 y más años de estudio).

Sobre la violencia hacia las mujeres, se señala que la violencia doméstica es el delito más frecuente después del hurto. Según cifras del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, 29 mujeres fueron asesinadas por “violencia doméstica” en 2016, cifra que aumentó respecto de los años previos. En los primeros dos meses de 2017 ya fueron asesinadas seis mujeres (a las que se suman otros dos casos que se encuentran bajo investigación). La mayor ocurrencia de violencia se registra en las relaciones de pareja. En ese sentido, señalan que “actualmente Uruguay ocupa el quinto lugar en la región en cuanto a la tasa de muerte de mujeres por parte de sus parejas o ex parejas, de los 23 países que reportan información oficial”.

Agenda de Acciones – Paro Internacional de Mujeres Uruguay

Martes 7 de Marzo

9:00 Conferencia de Prensa, Coordinadora de Feminismos Uy, SES, (Maldonado 1162 esquina Gutierrez Ruiz).

Miércoles 8 de Marzo

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10:00. Encuentro de Mujeres Autoconvocadas, Centro Cultural Florencio Sanchéz (Grecia 3281). Se convoca a todas las mujeres a participar activamente de este Encuentro para reflexionar y dialogar juntas sobre por qué paramos y evaluar nuestras estrategias para transformar la realidad.

Maratona Radial Internacional, en vivo desde y para Latinoamérica y España. En Uruguay seguila por Radioactiva, 102.5 FM.

12:00. Minuto de silencio, donde estés por las compañeras ausentes.

13:00. La evolución de las plumas, Plaza Matriz frente a la Catedral (vías de acceso: Juan Carlos Gómez, Sarandi, Ituzaingó y Rincón).

16:00. Previa Feminista, Plaza Libertad o de Cagancha (vías de acceso: 18 de Julio, Colonia, San José, Rondeau, Paraguay).

Música en vivo, Armado de banderas, Comparsa Integración, Capoeira Mucumbe, Talleres para la niñez, Pintada colectiva de carteles

18:00. Concentración Coordinadora de Feminismos Uy, Plaza Libertad.

DanzaArmo, Espacio de Desarrollo Armónico

Teatro periodístico, Las Magdalenas

Comienzo de performance, Feministas Autónomas Decidoras Desobedientas

Marchamos hacia la Explanda de la Universidad de la República

La Melasa y La Roma / Bloques del movimiento social y sindical

Al llegar leeremos la proclama de manera colectiva. Luego de la lectura continúan las acciones.

Continuación de performance, Feministas Autónomas Decidoras Desobedientas

El latido de Inambi, Comunidad Charrúa Basquadé Inchalá

La caída de las campanas, convoca a llevar campanas de metal para tocar juntas

Abrazo Caracol Gigante

Batucada, Coordinadora de Feminismos Uy

22:00. Prohibidxs en Resistencia, Música en vivo, Callejón de la Universidad.

Para ver las actividades en todo el país.

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El movimiento de un paro

El despertar de la conciencia feminista no consiste sólo en tomar conciencia de la pertenencia a una clase histórica y sistemáticamente oprimida, sino en entender el entramado de relaciones que organizan ese poder.

Implica, además, pensar en cuánto y cómo se ha vivido bajo esta fórmula opresiva. Hay algo de empoderador -a lo “proletarios, uníos” pero traducido a sororidad-, pero con certeza también hay algo de doloroso; propio y ajeno. El despertar feminista tiene que ver con adentrarse en los laberintos de la subjetividad y encontrarse llena de estructuras y trampas. Con estar dispuestxs a hacerlo. Es, por lo tanto, una revolución política que empieza en la subjetividad y termina en ella, pasando por todos lados; devela el modo en que la sociedad nos hace interiorizar sus formas de vida a la carta y se adentra en territorios tan íntimos como los de la sexualidad y el deseo a pautar sus formas y sus contenidos. Hacerse feminista es deshacerse por dentro, rehacerse, entender la automatización de líneas discursivas que son difíciles de desenmadejar. Esto implica una enorme complejidad para cualquier sujeto político y nos exige repensar la idea misma de sujeto. ¿Qué subjetividad puede llevar adelante una revolución que sabe que implicará deshacer parte de sí misma? El desafío -individual y colectivo- es atravesar por ello sin llevarse sobre los hombros una mochila gigante de resentimiento. En otras palabras: ¿cómo seguir diciendo “amor”?

Generalmente pensamos en los procesos revolucionarios como la materialización violenta y colectiva de una convicción muy fuerte. En el feminismo hay convicciones y hay colectivo pero el enemigo es justamente la violencia. ¿Cómo se libra una guerra en este campo de batalla? La pregunta pone de manifiesto que guerra no es la palabra. Quizá “lucha” se ajuste mejor al enemigo al que el feminismo se enfrenta.

Sería ingenuo y hasta obsceno exigirle al feminismo que se organice como una sororidad alegre que festeja la mujeridad e invita a los hombres a sumarse. El feminismo ha tenido logros pero existen aún demasiados debes; mientras tanto, encuentra en su avance más muertas y masacradas por hombres con quienes mantenían relaciones “amorosas”. La muerte por violencia machista nos duele porque va al núcleo del problema: la vida. Pero también porque toca la colonización de nuestras formas de amor por parte del machismo.

La lucha feminista se radicaliza porque existen razones para ello; sintéticamente, una historia de fracasos y de falsos triunfos, de “inclusión”, de igualdad demagógica pero no efectiva. La vía progresiva de la lucha feminista se ha mostrado incapaz de generar transformaciones de base y la historia ha dicho demasiadas veces “espera”. La radicalización de la lucha feminista se traduce -y lo celebro- en políticas que no buscan alegrar o convencer a los reaccionarios ni a los misóginos, sino modificar las relaciones sociales que ellos reproducen. Hay otras políticas que no pueden ser ejecutadas desde el Estado u organizaciones no gubernamentales y que también implican radicalización. Tienen que ver con políticas de la vida y de formas de vida, con subjetividades en movimiento, con encontrarse en la diferencia. El gran desafío consiste en encontrar la rabia necesaria para la radicalización sin confundirla con el odio o la persecución, pues sus formas inhiben la emergencia de nuestros anhelados contenidos.

La revolución feminista enfrenta un desafío parecido al de otras revoluciones; su radicalización y conducción son llevadas a cabo por un núcleo cuya toma de conciencia, refinamiento crítico y conocimiento de medios y tácticas ha ido madurando, encontrando consensos, creando líneas teóricas y espacios de práctica; formando un movimiento. Para eso, la revolución cuenta con una base social de hombres y mujeres que adhieren de formas desparejas y a veces contradictorias al apoyo de esta causa.

En relación a esto, el feminismo enfrenta dos problemas. Uno es que no funciona como otras luchas: el problema del machismo tiene que ser atacado en toda su complejidad, y por eso es difícil aislar un par de puntos de consenso. Este hecho no puede derivar en la expulsión del movimiento de sujetos que desean apoyar la lucha pero no en los términos que la vanguardia del movimiento ha definido como los más efectivos. La revolución feminista tiene que poder lidiar con este carácter incontrolable, y pensar en él como una potencia y no como una desventaja o un problema a resolver. No le hagamos violencia doméstica al feminismo; llamémoslo a crecer en sus formas diversas, imperfectas, procesuales, incontrolables, sexuales, transgenerativas, dispersadoras de poder. La revolución tiene que suceder en cada casa y en cada cuerpo, y no vamos a estar ahí para supervisarla. Y todo lo que se va de control tiende a la imperfección, pero tiene como contrapartida una enorme potencia. En este sentido celebro las formas de adherir al paro de colegas del interior del país, de las amigas que nunca se manifestaron antes, de los (a menudo torpes) hombres que sienten propia la causa, de las pintadas y flyers de los barrios cuyas gráficas y consignas pueden shockear a mi sensibilidad posmoderna de académica universitaria y artista contemporánea. Aunque no siempre leo los mensajes de constelaciones y gestalt que se cuelan entre las cadenas de whatsapp, celebro el crecimiento de la idea de hermandad femenina entre mis amigas con hijos, que van rumiando el feminismo pero no están dispuestas a dejar de amar a sus parejas. Lo celebro entre mis amigas “despolitizadas”. Me parece crucial que ellas entiendan que no se trata de odiar a los hombres sino de amarnos más y mejor. Celebro (y lo celebro como un triunfo de esta lucha) la adhesión del PIT-CNT, una organización con mucho de machista, a la que el feminismo ha logrado interpelar radicalmente. Celebro la articulación de organizaciones y sujetos tan distintos que está logrando el feminismo. Celebro que un paro no sea definido por grandes centrales sindicales sino por mujeres en movimiento.

Puede decirse que en estos reductos de diferencia se encuentra la garantía de cooptación del movimiento, que hay que diluir todo feminismo diluyente, que la intransigencia y la violencia es lo único que los hará retroceder. Yo sigo dudando de si son estos los medios. La tragedia llama a la tragedia, y la sedimentación de estereotipos no tiene otro destino que la confirmación de que los hombres son unos hijos de puta y las mujeres, las cabezas de la sensibilidad que da lugar a las familias (biológicas o elegidas). El biologicismo nos ha impuesto el sometimiento machista, no recurramos a él desesperadamente. Esto no implica una traición al núcleo de la lucha, sino una disputa por el significado de las existencias que emergen bajo la palabra “mujer”.

El 8 de marzo movilizará mediante cuerpos de-generados la cuestión de la mujer en todo el país y en muchísimos lugares del mundo. Nuevas organizaciones emergen, y aquellas que habían representado a los clásicos sujetos de lucha se reorganizan; no es fácil cómo se pasa del “trabajador” a la mujer y como se hace un paro donde “el patrón” no puede ser llamado a un consejo de salarios ni a una mesa de acuerdo. Lo personal es político. Pintadas y carteles se preparan hace semanas; asambleas y adhesiones, bonos colaboración, spots, comunicados y entrevistas. La mujer es el sujeto de lucha y por quién es esta lucha, simultáneamente. Nace así, por estos años, la historia de una transformación que ojalá podamos contar cuando seamos viejas y hayamos no tenido o quizá tenido nietos. La contaremos entre amigas y en medio de otras nuevas viejas luchas que por entonces serán las urgentes. La contaremos por las que murieron jóvenes en manos de sus parejas. La contaremos tocando y tocándonos, desde un encuentro extraordinario de ideología y afecto, ese punto orgásmico de la política.

Para ello necesitamos un feminismo que no sea la otra cara del machismo, sino mucho mejor que él; que no sea el opuesto antagónico de la genitalia fálica que nos ha estructurado desde los salarios hasta el deseo; que entienda que la soberanía de los cuerpos es viable colectiva y no individualmente; que se constituya un movimiento de solidaridad y política en el sentido más desestabilizador de lo sensible, un movimiento que entiende que la lucha consiste en esto; caminar juntas y juntos, tomar el poder sin pedirlo, dar pasos convencidos sin nunca olvidar lo importante que resulta ir transformándonos en el camino.

Si “el macho” opera con sus verdades por medio de una aplanadora inquebrantable, nos damos el lujo de construir nuestra fuerza desde el reconocimiento de nuestra vulnerabilidad, que es al mismo tiempo la promesa y potencia de nuestro empoderamiento. El feminismo es una lucha por objetivos concretos pero también está fuertemente basado en la experiencia. Hacia esa experiencia vamos este 8 de marzo, y el paro es para los adversarios, pero sobre todo para despertar nuestra conciencia, alzarnos diciendo basta, reconocer la diferencia entre los discursos de amor y los actos de guerra, reconocer la diferencia entre lo elegido y lo impuesto, reconocernos en la diferencia sin indiferencia.

Para quien duda de si el feminismo está creciendo, piense cómo pasó usted -si es que pensó en absoluto en la mujer- los pasados 8 de marzo.

Lucía Naser

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La huelga y movilización del 8M en la voz de las feministas de la región

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Por qué paran las mujeres de Latinoamérica

 

Líderes feministas de Paraguay, Colombia y Brasil expresaron los motivos por los que impulsan el paro en sus países. La violencia machista con su extremo, los femicidios, la desigualdad, son los ejes de sus reclamos.

Por Mariana Carbajal

“Este paro es contra el patriarcado y el capitalismo que nos explota. La fuerza y la resistencia de las mujeres se ven y están en marcha”, dice a PáginaI12 Alicia Amarilla Leiva. Y agrega: “Es un proceso de acumulación de conciencia. Ojalá podamos forjar esa sociedad nueva que anhelamos tanto las mujeres”. Tiene 35 años, es campesina, madre soltera de un hijo de 10 años y hace 12 encabeza la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), de Paraguay, una de las más de setenta organizaciones e instituciones que mañana se sumarán al Paro Internacional de Mujeres en ese país. La histórica huelga se hará sentir a lo largo y ancho de Latinoamérica en ciudades más populosas y más pequeñas, como parte de ese gran movimiento que enlazará a mujeres de más 50 países, que harán temblar la tierra contra las violencias machistas, los femicidios y la desigualdad que las afecta en las distintas esferas en las que transcurren sus vidas cotidianas. Están convocadas más de 300 marchas en el mundo.

El paro se expresará con distintas acciones en Latinoamérica, además de Argentina, en Uruguay, Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Puerto Rico. En cada territorio, en cada geografía, hay demandas puntuales también. En Uruguay, el PIT-CNT, la central sindical única, adhirió a la medida de fuerza y convocó a un paro general de 16 a 22 horas. “Está prevista una marcha a las 18 en la que participarán organizaciones sociales en contra de la violencia de género”, confirmó anoche a este diario Milagro Pau, secretaria de Género, Equidad y Diversidad del PIT-CNT. 

“Voy a parar porque en Colombia entramos en un proceso de paz pero aún continúan las violaciones de los derechos de las mujeres y por eso en Medellín la consigna para este 8 de marzo es “Paren la guerra contra las mujeres, construyamos paz””, contó  Sonia Vázquez Mejía, comunicadora social de Medellín, referente del movimiento de mujeres de ese país, como vicepresidenta de la Unión de Ciudadanas de Colombia, la organización feminista más antigua de Colombia, que logró el voto femenino hace sesenta años. Actualmente Vázquez Mejía representa a las mujeres en los consejos Municipal y Departamental de Participación Ciudadana desde donde trabaja “por la inclusión y la equidad de las mujeres en los contextos político, social y económico”, explicó la referente feminista. “Me uno al paro de las mujeres porque es una de las maneras de manifestar y apoyar la reivindicación de los derechos de las mujeres”, destacó desde Medellín. Fue concejala de esa ciudad y jefa de despacho de la Secretaría de las Mujeres de la municipalidad. “Estoy indignada porque las políticas públicas que formulamos y hemos defendido desde allí hoy se ven disminuidas por recortes presupuestarios. Voy a parar porque la  violencia sociopolítica en el país sigue siendo una responsabilidad del estado y del sistema, porque he sido víctima de violencia sexual, porque el sistema de salud en Colombia es deficiente, y para que las mujeres jóvenes sepan que los derechos de las mujeres no nos los han dado, sino que los hemos tenido que ganar y que la lucha por ellos debe continuar”, dijo Vázquez Mejía.

En Paraguay, habrá distintas acciones el 8M. Adhieren al paro desde las universitarias hasta las organizaciones indígenas que estarán en 11 departamentos (provincias) con denuncias y acciones directas. “Nuestra consigna es: “Si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras”, contó a este diario la dirigente campesina de Conamuri. “Para nosotras –destacó– es importante el avance de la conciencia feminista en América latina y en el mundo”. Las campesinas e indígenas pararán contra la violencia institucional, los femicidios, la invasión de la agricultura intensiva y el monocultivo en sus territorios, contra el envenenamiento que producen los agrotóxicos, y para visibilizar las situaciones de pobreza y las diferentes formas de violencia machista que sufren las mujeres en el campo. Amarilla Leiva vive en el departamento Caaguazú. 

En Brasil, se realizarán acciones en más de 60 ciudades, de las cuales 22 son capitales de estados, contó a este diario Mariana Bastos, periodista de Río de Janeiro y promotora del paro internacional de mujeres en ese país. Los sindicatos no llaman al paro. A pesar de las diversidad y extensión del territorio brasileño, y de sus realidades, las mujeres se sumarán a la convocatoria con dos demandas unificadas: contra la violencia machista y los femicidios, y contra una reforma previsional que impulsa el Gobierno federal para aumentar la edad jubilatoria de las mujeres y equipararla con la de los varones. “Con este proyecto nos están diciendo que nuestro trabajo en el hogar, no remunerado, no cuenta, no vale nada”, apuntó Bastos. Y contó que uno de los objetivos también es difundir entre las mujeres que es tan importante parar las actividades reproductivas, domésticas, como las productivas.

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El Paro Internacional de Mujeres se replicará en 50 países

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Mujeres de todos los continentes paralizarán mañana sus actividades para visibilizar sus reclamos, reivindicar sus derechos y cuestionar todas las formas de desigualdad que enfrentan debido a su género. Además del paro, las organizadoras -nucleadas en un grupo que ya fue bautizado Paro Internacional de Mujeres- convocan a movilizaciones en las calles y a distintas actividades de debate y reflexión durante toda la jornada.

La convocatoria global está dirigida a las “mujeres asalariadas y no asalariadas” y a los hombres que “cuestionen sus privilegios” y quieran acompañarlas. El lema es claro y afirma: “Si paramos las mujeres, paramos el mundo”. Las modalidades abarcan desde no presentarse al lugar de trabajo hasta identificarse con algo de color violeta, colgar carteles en puertas y balcones, revolear escobas o frenar la rutina por un par de horas. También hay planeadas asambleas y otras actividades para que las mujeres se junten a pensarse como colectivo, reflexionen sobre las situaciones que las vulneran y debatan estrategias para cambiar la realidad. Porque la “solidaridad es nuestra arma”, como dice otro de los lemas que circulan en las redes sociales.

Hasta anoche, organizaciones feministas de 50 países confirmaron que paralizarán mañana sus actividades, pero es posible que se sumen más en estas horas.

La medida de parar se tomó para visibilizar el papel que tienen las mujeres en el mundo laboral, que es minimizado cuando -por ejemplo- cobran menos que los hombres por ocuparse de la misma tarea, tienen menos oportunidades laborales o son las que dedican más tiempo al trabajo doméstico no remunerado, según defienden, entre otras cosas, las integrantes del Paro Internacional de Mujeres. “Si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!”, dice otra de las consignas.

Las desigualdades en el ámbito económico y laboral motivan una de las muchas reivindicaciones de las mujeres que, en definitiva, decidieron parar porque están “hartas” de la violencia “física, económica, verbal y moral” a la que se ven sometidas a diario, según se puede leer en el comunicado oficial de la convocatoria. Así las cosas, la medida se convierte en una manera de rechazar los insultos, la humillación y el acoso en las calles, así como los golpes, la sumisión y la muerte en los hogares.

Las pancartas que se verán mañana en los distintos rincones del mundo también abogarán por la paridad en la participación y representación política, el reconocimiento del trabajo de cuidados y la distribución equitativa de las tareas domésticas.

Pero eso no es todo: el paro servirá también para pedir a los gobiernos que tomen medidas urgentes para prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia machista y los femicidios; desmantelar las redes de complicidad policial, judicial y política que facilitan la trata de personas para la explotación sexual; y sancionar leyes que garanticen el derecho al aborto legal y seguro.

La iniciativa surgió el 3 de octubre del año pasado, cuando un grupo de mujeres polacas decidió hacer una huelga de un día en rechazo a un proyecto de ley que intentaba penalizar el aborto, incluso el espontáneo. Finalmente -y después de la burla del gobierno hacia una protesta que calificó de “paseo”-, el Parlamento de Polonia no lo aprobó.

La protesta de las polacas resonó en todo el mundo y alentó unos días después a las argentinas, que pararon una hora y convocaron a marchas como reacción ante siete femicidios cometidos en tan sólo una semana y a la represión que vivieron las mujeres en la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres en ese país. Ese día, la movilización se replicó en varios países.

Fue entonces cuando las polacas, al ver tanta efervescencia, empezaron a contactar a movimientos de otros países para organizar una acción que tuviera un impacto mundial. A fines de octubre, este grupo -ya bajo el nombre del Paro Internacional de Mujeres- lanzó su primer llamado al paro internacional, y esa convocatoria fue traducida a distintos idiomas.

“Antes de las condiciones biológicas femeninas somos, sobre todo, seres humanos”, decía el texto, que advertía a los gobiernos que las mujeres “no tolerarán pasivamente” las distintas formas de violencia en su contra.

“Exigimos que nuestros gobiernos dejen de usar insultos misóginos y empiecen a tomar reales medidas para resolver numerosos problemas relacionados con nuestra seguridad, el acceso gratuito a la atención médica, incluyendo los derechos reproductivos, el establecimiento y aplicación de graves sanciones legales a nuestros opresores en casos de violación, violencia en el hogar y cada tipo de crimen de género que estamos experimentando cada vez más, así como cumplir con una eficaz secularización de nuestros Estados”, agregaba.

En ese momento, adhirieron a la iniciativa las mujeres de 12 países. Desde ese día, no pararon de multiplicarse.

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La canción popular sale en apoyo a la justa causa de luchar contra la violencia de género

 

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Coordinadora de Feminismo: “La marcha es abierta a todas las personas”

La Coordinadora de Feminismos del Uruguay convoca a la ciudadanía a sumarse este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a una jornada de paro, lucha, resistencia y movilización, con concentración y marcha desde Plaza Libertad a la Explanada de la Universidad.

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Está prevista una concentración a las 18:00 en la Plaza Libertad desde donde se marchará, a partir de las 19:00, hacia la explanada de la Universidad de la República, donde se leerá una proclama.

Ivana Silvera, integrante de la Coordinadora, aclaró que si bien el paro es de mujeres la marcha es abierta a todas aquellas personas que quieran participar. “La marcha como cualquier concentración pública es abierta a todas las personas que quieran venir más allá de su definición sexual, la convocatoria a la jornada de paro internacional sí es de mujeres”, manifestó.

Por su parte, María Cúneo distinguió la convocatoria al paro internacional de mujeres de la del Pit Cnt, que convocó a un paro parcial de trabajadores entre las 16 y las 22:00.

La convocatoria mundial incluye a las mujeres asalariadas y no asalariadas. “Para nosotros el trabajo de cuidados que implica lo doméstico y el hogar es un trabajo que no está considerado como tal pero sostiene el resto de los trabajos”, afirmó.

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elespectador

Este miércoles

Cuáles son las organizaciones que se adhieren al paro del Día de la Mujer

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La organización “Ni Una Menos” convocó a un paro internacional a la que se unieron gremios de casi 30 países, donde se espera que trabajadoras asalariadas y amas de casa protesten contra la violencia de género y la desigualdad en sus lugares de trabajo bajo la consiga “#SiParamosLasMujeresParamosElMundo”.

En Uruguay, el Pit-Cnt convocó a un paro parcial a partir de las 16 horas en conjunto con organizaciones feministas, además de llamar a que se asista a la marcha que comienza a las 18 horas en Plaza Libertad y que terminará en la explanada de la Universidad de la República.

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A su vez, la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) realiza un paro de 24 horas. Los maestros no paran, pero sí asistirán a la marcha a partir de las 18 horas.

Por su parte, la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) decidió convocar a un paro de 24 horas de las mujeres y que el resto de los docentes se adhieran a partir de las 16 horas. Además asistirán a la marcha de las 18 horas.El Ministerio de Defensa otorgó el día libre a todo el personal femenino, que es un 20% del total de los funcionarios, salvo que fuese de extrema necesidad su servicio.

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Mujeres de decenas de países pararon y participaron en movilizaciones

Con convocatorias a un Paro Internacional de Mujeres en más de 50 países, manifestaciones y encuentros se conmemoró ayer el Día Internacional de la Mujer. A las masivas marchas por la igualdad de género se sumaron protestas de trabajadoras rurales con sus reclamos específicos. También, en algunos países, hubo quienes atacaron a las mujeres que se movilizaban.

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EN BRASIL

 

Reclamos de Justicia ante la violencia de género, de respeto a los derechos de las mujeres e igualdad en el ámbito económico y laboral fueron algunos de los que se escucharon ayer alrededor del mundo en decenas de marchas. Las movilizaciones adoptaron distintas formas y tuvieron diferentes énfasis según el país.

En Brasil, el reclamo de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo fue uno de los principales en las más de 70 marchas que se convocaron en distintas ciudades del país y que tuvieron diferentes características. Por ejemplo, la Central Única de los Trabajadores (CUT) hizo una marcha de tarde en la que participaron miles de mujeres que se plegaron al paro. En paralelo, otros cientos asistieron a asambleas de trabajadores que fueron convocadas por los delegados sindicales en distintas empresas para que las trabajadoras pudieran paralizar sus actividades sin arriesgar sus puestos de trabajo. Algo similar sucedió en Argentina, donde se convocó a un “ruidazo” al mediodía para que participaran las mujeres que no pudieron parar.

Tanto en Brasil como en Estados Unidos las movilizaciones se parecieron mucho a las protestas contra los presidentes Michel Temer y Donald Trump. Hubo pancartas y consignas contra los gobiernos que, según denuncian las manifestantes, atentan contra los derechos de las mujeres. Algo similar sucedió en la marcha que se desarrolló en Polonia. Las organizaciones feministas de ese país estuvieron entre las principales impulsoras del Paro Internacional de Mujeres. “Estamos cansadas de que los políticos no respeten a las mujeres, que limiten nuestro acceso a los medios anticonceptivos, se tomen a broma la educación, nieguen el derecho de las pacientes al aborto legal y de que la Justicia vulnere sistemáticamente los derechos de las mujeres”, dijo a la agencia de noticias Efe una de las coordinadoras de la marcha, Anna Kowalska.

Tiempos violentos

En algunos países las actividades y movilizaciones se vieron interrumpidas por agresiones que aguaron los festejos. En la Universidad Bilgi de Estambul, en Turquía, un grupo de entre 15 y 20 personas atacó a una multitud que participaba en un acto conmemorativo. La dirección de la universidad informó en un comunicado que, como consecuencia, un estudiante sufrió heridas leves y algunos otros recibieron golpes, al igual que varios guardias de seguridad. Además, anunció que solicitará a la Fiscalía que investigue el ataque, por el que quedaron detenidos seis hombres, para averiguar si había alumnos de la universidad implicados. Según testigos citados por el diario Hürriyet, los atacantes gritaban: “Alá es grande”.

Por otro lado, en Kiev, la capital de Ucrania, cuatro hombres fueron arrestados por tirarles botellas a las participantes de una manifestación. La portavoz de la Policía ucraniana, Oxana Blischik, dijo a un canal de televisión de ese país que pudieron localizar a los responsables “de inmediato”. Según Blischik, los jóvenes -todos estudiantes veinteañeros- declararon que pretendían “expresar su descontento con las tesis que defendían las participantes en la marcha”. Ya el día anterior, las convocantes habían denunciado que habían recibido amenazas. El lema de la convocatoria tenía que ver con la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

En tanto, siete feministas fueron detenidas por la Policía rusa en los alrededores del Kremlin por llevar adelante una protesta reivindicativa, según informó la artista Ekaterina Nenasheva en su cuenta de Facebook. De acuerdo con la artista, entre las detenidas se encontraba una fotógrafa del diario independiente Nóvaya Gazeta. En un video que publicó Nenasheva puede verse cómo las mujeres, con antorchas encendidas, tratan de colgar en los jardines de la sede de gobierno una pancarta con la frase “200 años de poder masculino. ¡Abajo!”.

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EN ARGENTINA

 

Fuera de la ciudad

También se movilizaron ayer las trabajadoras rurales de varios países, algunas de ellas siguiendo una convocatoria de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo. Este es el caso, por ejemplo, de marchas que tuvieron lugar en Argentina y República Dominicana en reclamo de reformas agrarias y de que se cedan más tierras a las mujeres agricultoras. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en promedio, en los países de América Latina y el Caribe sólo 18% de las explotaciones agrícolas son manejadas por mujeres.

La movilización en Paraguay, convocada por organizaciones de ese país, fue una de las que reunieron más personas. Se desarrolló en Asunción, frente al Ministerio de Agricultura y Ganadería y del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra. “Hoy dejamos nuestras casas, nuestras familias y nuestras chacras, hoy paramos y vinimos a Asunción para alzar nuestras voces contra la discriminación y la violencia”, dijo la productora Concepción Meza al leer la proclama. El Estado paraguayo “desconoce a las mujeres como productoras de alimentos” y otorga títulos de propiedad sólo a los hombres: “No nos reconocen como productoras […] creen que sólo los hombres tienen derecho a pedir un pedazo de tierra”, agregó.

Además, las campesinas paraguayas denunciaron que su salud se ve afectada por las fumigaciones con agrotóxicos: “Eso nos afecta más a las mujeres, cuando quedamos embarazadas y nuestros hijos nacen con problemas o cuando sufrimos cáncer de útero por estar expuestas a los químicos”, leyó Meza.

En Brasil también hubo una movilización multitudinaria de campesinas que integran el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra. En ese caso, 30.000 activistas ocuparon una estancia en Minas Gerais que pertenece a Eike Batista, un empresario millonario que está detenido por supuesto pago de sobornos. Las mujeres manifestaron que esas tierras no fueron utilizadas para producir en los últimos seis años y que deberían ser expropiadas y destinadas a la reforma agraria. La portavoz para esta acción del movimiento, Ester Hoffmann, dijo que cuando llegaron al lugar sólo había un casero, que no opuso resistencia, y que allí se instalará un campamento para 150 familias.

Hoffmann también explicó que se eligió la estancia de Batista porque las personas ricas son las “principales beneficiadas” por “todos” los gobiernos de Brasil, y aseguró que es injusto que sean los trabajadores, y no ellos, los que tengan que hacer sacrificios como los que impone la reforma de la seguridad social planeada por el presidente Michel Temer.

Uno de los focos de las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer en Brasil, tanto en las ciudades como en el campo, estuvo, justamente, en la oposición a esa reforma que, entre otras cosas, establece que la edad de jubilación será la misma para hombres y mujeres -65 años-, eliminando la diferencia de cinco años que existe actualmente -60 años para los hombres y 55 para las mujeres en reconocimiento a sus tareas no remuneradas.

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“Esto marca un antes y un después”, afirmó Andrea Tuana, integrante de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual, refiriéndose a la multitudinaria marcha de este miércoles 8 de marzo en el marco del Día internacional de la Mujer.

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Es “histórico”, afirmó Tuana. “Este es el sentir; somos muchos los que deseamos este horizonte de igualdad” y que queremos cambiar “el sistema patriarcal y machista”, agregó la especialista en temas de género. Sobre la convocatoria, que reunió decenas de miles de personas, sostuvo que “es una señal que nos muestra a toda la sociedad que tenemos que hacer una reflexión profunda de cómo nos estamos vinculando”.

También indicó que la gran concurrencia “es una señal al sistema político”, en particular a quienes no priorizan la violencia de género. Por otra parte, marcó la importancia de abordar la temática en el sistema educativo “desde el vamos” -es decir la educación inicial-, incluyéndola en la currícula de todas las etapas del sistema. “Esto no se cambia solamente con una charla”, expresó. Además llamó a apoyar el cambio desde el accionar diario de la ciudadanía, por ejemplo rechazando conductas y lenguaje machista o sexista y evitando adquirir productos o servicios que repiten esos estereotipos.

 

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