Argentina: 41 aniversario de la dictadura

En el 41 aniversario de la dictadura argentina

Estela Carlotto alertó sobre la política de derechos humanos del Gobierno

“Pretenden borrar la memoria”

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo advirtió que “quieren instalar la teoría de los dos demonios”. Destacó que en la marcha “se pronunció un país, no un partido político”.

 

Un día después de la conmemoración del Día de la Memoria a 41 años del comienzo la última dictadura cívico militar, funcionarios y políticos integrantes de la coalición gobernante insistieron alimentar la teoría de los dos demonios y buscó minimizar la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo y el trabajo de los organismos de derechos humanos con el consabido argumento de que tienen motivaciones políticas. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida repudiaron las declaraciones, a las que calificaron de ofensas. “Este gobierno no es democrático”, concluyó Almeida.  

Carlotto discrepó con la opinión de funcionarios del Gobierno que evaluaron que la movilización del 24 de marzo fue un “acto opositor” impulsado por “fanáticos”. Al respecto, respondió que en la multitudinaria movilización “se pronunció un país, no un partido político”. Dijo, además que el presidente Mauricio “Macri no puede decir eso, y si lo hace está equivocado. Estaba el pueblo (en la Plaza), había mamás con chiquitos, fue un país, no fue un partido político el que se expresó. Nosotros no tenemos partido político, somos libres de opinar y no tenemos obligaciones con nadie”. 

En diálogo con AM 750, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo remarcó que Macri “no quiere ni ver” a los organismos de derechos humanos: “No nos quiso recibir a las Abuelas. Nos mandó a la Secretaría de Derechos Humanos. Nos recibió tardía y forzosamente”. “Queremos recomponer la relación con el gobierno. Acá no hay nada más que un deseo de que respondan a las necesidades de un pueblo”, agregó. En ese sentido, sostuvo: “En esta lucha hemos conseguido recuperar 121 nietos. Estamos trabajando, no ofendiendo. Queremos dejar en estos años que nos quedan una enseñanza para que no se repita lo sucedido en esos años. Si algo de lo que decimos no es verdad, que nos digan en qué mentimos. La historia habla con verdades”. 

Más dura, Almeida consideró que “este gobierno no es democrático” ya que “hay presos políticos. Milagro Sala debería estar libre, Macri también está imputado, es presidente y está libre” e instó a “demostrarle a Macri que el pueblo unido jamás será vencido”. 

El hincapié en el retorno de la teoría de los dos demonios a caballo de la discusión sobre la cantidad de desaparecidos, así como la insistencia en analizar las movilizaciones populares por el Día de la Memoria como una expresión en contra del Gobierno nacional, no solamente provino de “fuentes consultadas” de la Casa Rosada sin identificar. Por caso, Avruj volvió a hablar sobre el tema y opinó que el del viernes “fue más un acto opositor que de memoria”: “A mi criterio un acto de memoria tiene que tener un profundo mensaje de recuerdo y reencuentro por la lucha por los derechos humanos, los juicios, el fiscal Strassera”, afirmó. También dijo que “los juicios de lesa humanidad no son solamente mérito del presidente (Néstor) Kirchner” y que “en estos 40 años de democracia hay mucho para recorrer en vez de darle este matiz agrediendo al presidente diciendo ‘Macri, basura, vos sos la dictadura’ y comparar las políticas actuales con las de entonces”. Consultado sobre si ‘faltó la palabra del Presidente’, respondió: “La expresó a través de las redes sociales, con posteos muy buenos.” La única que Macri hizo por el Día de la Memoria fue subir a Facebook un tramo del prólogo del Nunca Más.

“No puede una persona que está en la secretaría de Derechos Humanos decir esas ofensas, quisiera ver si Claudio Avruj me repite en la cara las barbaridades que dijo”, lo cruzó Carlotto, tras opinar que el secretario nacional “quiere instalar nuevamente la teoría de los dos demonios. Este gobierno pretende borrar la memoria”. 

Por su parte, el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, planteó que “de ninguna manera” el Gobierno se desentiende de la defensa de los derechos humanos. “La diferencia es que nosotros no nos adueñamos del tema y además no solo nos ocupamos de lo que pasó hace 40 años sino también de los derechos humanos de ahora”, explicó. En ese marco apuntó que el macrismo también tiene “hoy otra agenda que tiene que ver con los derechos humanos de los vivos”. Además, insistió en la teoría de los dos demonios: “Los militares no se hicieron cargo de sus crímenes, nunca reconocieron lo que hicieron ni dieron información de los desaparecidos. Y las organizaciones armadas, que tuvieron su parte en la generación del clima que generó el inicio del golpe, tampoco se hicieron cargo de lo suyo y de sus asesinatos”, sostuvo.

El presidente del bloque de diputados de la UCR y del interbloque Cambiemos, Mario Negri, también criticó el acto por el Día de la Memoria: “Esa es una plaza donde se leyó un documento donde prácticamente se reivindicó a organizaciones armadas y la lucha armada, y yo fui de una generación a la que llamaron estúpidos por no participar de eso”. 

 

 

Multitudinaria manifestación en Plaza de Mayo a 41 años del último golpe de Estado

“En esta Plaza gritamos son 30.000”

“El horror fue planificado desde el Estado. Nadie puede negar la dimensión de esos crímenes”, dijeron los organismos de derechos humanos en el documento. Hubo fuertes críticas a los intentos de relativizar el terrorismo de Estado y a las políticas económicas del Gobierno

Por Alejandra Dandan

“Acá y en todas las plazas del país reivindicamos las luchas de los 30.000. Lo dijimos siempre, y más ahora, en tiempos en los que intentan reeditar los discursos del ‘no te metás’. ¡Nos vamos a seguir metiendo!”. El documento de los organismos de derechos humanos fue leído a las cuatro de la tarde y retransmitido de boca en boca y celulares improvisados en modo radio de cancha entre miles que como pudieron buscaron llegar a la Plaza del 41 aniversario del golpe de Estado. “Vamos a seguir denunciando el avasallamiento de derechos por parte del gobierno antipopular de Mauricio Macri”, se oyó y en la calle estalló un silbido. El documento volvió a  exigir la libertad inmediata de Milagro Sala y denunció “los enormes retrocesos en materia de derechos humanos: la miseria planificada, la persecución política, la represión y el encarcelamiento de militantes, la pérdida de la soberanía política y económica”. Faltaban horas para los 40 años del secuestro y asesinato de Rodolfo Walsh. 

  Una mariposa voló sobre la calle Reconquista. Los laterales del palco a la hora de lectura del documento eran enormes embudos humanos. Se escuchaban palabras sueltas. Malvinas. Soberanía. Néstor Kirchner. Cristina Fernández. Decisiones históricas en políticas de memoria, verdad y justicia. Nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Juicios. Señalizaciones. Un presidente que pidió perdón en nombre del Estado. Los cantos volvieron otra vez. Cárcel común. No hacía falta escuchar todo para pensar en el aumento de los represores en detenciones domiciliarias. 

Al documento lo leyeron los integrantes de distintos organismos de derechos humanos. Arriba del escenario estuvo Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo. Leyó Taty Almeida de Madres de Plaza de Mayo, Victoria Montenegro por Abuelas, Lita Boitano y Graciela Lois por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, José Schulman por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Paula Donadío y Ana López por HIJOS y Fernando Suárez por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. 

  “El 24 de marzo de 1976 se dio un golpe genocida que instaló el terrorismo de Estado. El horror fue planificado desde el Estado”, dijeron. “Nadie puede negar la dimensión de esos crímenes ni el número de víctimas, son 30.000 personas que el Estado hizo desaparecer por su militancia. Por eso -dijeron–, porque reivindicamos las luchas de los 30.000 detenidos-desaparecidos, porque nos faltan desde hace más de 40 años y aún no hemos tenido la posibilidad de recuperar sus restos, decimos: ¡repudiamos toda expresión negacionista!”.

  El diálogo con el presente planteado como respuesta a la avanzada que quiere destruir los consensos sociales sobre el terrorismo de Estado tuvo un texto que marcó el retiro del Estado en un país que vuelve a detener, reprimir y criminalizar a luchadores populares. La consigna central: “El mismo plan económico, la misma lucha. Paremos la miseria planificada”, buscó alertar sobre la reimplementación del modelo económico de la dictadura.

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En esa línea, el documento recordó distintas luchas. Identidades de los desaparecidos. Los ingenios azucareros, Ligas Agrarias, el Cordobazo, el Rosariazo, las comisiones internas de las fábricas, el movimiento sindical, estudiantil y popular y la militancia en las organizaciones revolucionarias. “Nadie –dijeron–, y menos desde el Estado, puede poner en duda que ¡SON 30.000! Y en esta Plaza, y con todo el pueblo, ante la Casa de Gobierno, gritamos: ¡presentes, ahora y siempre!”

La Plaza respondió. Hubo aplauso cerrado sin cantos en muchas instancias. Cantaron el “Como a los nazis les va a pasar”. Y hubo muchos stickers y bigotes de gatos. Se gritó “Presentes”. Y el homenaje abrazó a las Madres cuando el documento recordó que este año se cumplen 40 años de la primera ronda. “Queridas Madres -se oyó desde el escenario–, queridas compañeras, a 40 años de lucha, con todo el pueblo en esta Plaza, queremos decirles: ¡Madres de la Plaza, el pueblo las abraza!”

  Ellas llegaron a Avenida de Mayo cerca de las 13.30 para encabezar el ingreso de la bandera de los detenidos desaparecidos. Cuatro se ubicaron adelante, sentadas ahora en sillas de rueda. “¿Así que ahora están motorizadas?”, bromeó una vieja militante de la UES. ¡No les digas motorizadas -pidió otra–, deciles madres motoqueras!”. Las motoqueras, entonces, eran Carmen Lapacó, Carmen Cobo, Carmen Lareu y Elsa Pavón. Estuvieron Taty Almeida y Lita Boitano. Daniel Tarnopolsky, Claudio Morresi y Alicia Furman escoltaban la bandera, junto a muchos otros, por donde lograron hacerlo. Para entonces, Adolfo Mango, de la Iglesia de la Santa Cruz, soltó la tela. Todo contento, dijo que había que ver cómo, entre tanto retroceso, todo esto es signo de algo bueno. 

  La Plaza del 41 aniversario del golpe fue además la Plaza producto del primer año completo del gobierno de Cambiemos-Pro. Un año y tres meses de gestión a puro retroceso que quedó marcado en el diseño de la marcha. Atrás de los organismos y la bandera, marchó el Comité por la Libertad de Milagro Sala y la Tupac Amaru, fue uno de los datos subrayados desde la organización. Estuvo Pachila, Patricia Margarita Cabana, que este año estuvo detenida durante meses en Jujuy. “Hoy yo me lloro la vida”, dijo a este diario. “Abro los ojos y miro a toda esta gente con la cara de Milagro pidiendo la libertad, y me da un nudo en la garganta”. Pachila habló poco después en el escenario. “Fui presa del gobierno de Mauricio Macri y Gerardo Morales”, dijo. “Estuve nueve meses y medio en el penal de Jujuy a donde hoy están mis compañeras”. Y en entonces, las nombró:

“Mi líder, Milagro Angela Sala. Mirta Aizama. Graciela López. El Beto (Alberto Cardozo). Gladys Díaz. Mirta Guerrero. Y Javier Nieva”. 

Pachila habló de la organización, de que están presos y presas porque trabajaron para dignificarse. Y eso que hasta ese momento era sólo un repudio a Mauricio Macri cambió de nombre: “Morales basura/ vos sos la dictadura”, clamó la Plaza. Hubo un mensaje de Milagro Sala desde el Penal del Alto Comedero. “Podrán tenerme encerrada junto a mis compañeras, podrán intentar una y mil veces quebrarme, pero la historia lo ha demostrado, el amor vence al odio, y la verdad y la justicia, tarde o temprano, van a triunfar”. No hay política posible que pueda vencer la lucha que venimos llevando adelante durante tantos años, siguió.

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  La Plaza mostró su filiación con las últimas marchas que se sucedieron en el mismo lugar durante estas semanas. Son 30.000 decían las remeras de la Federación de Obreros Gráficos Bonaerenses: no nos han vencido. Pasó una remera de No fue Magia. Una señora joven se puso otra que decía: Yo me caí de la Escuela Pública. Las mujeres de una murga tenían pañuelos en las cabezas con el número de los 30 mil. Una madre y su hija, un guardapolvo blanco en el que estamparon: 30 mil razones para volver. Un hombre pasó con una remera roja: en medio del pecho llevaba clavados los ojos de Milagro.

Inmediatamente después del Comité, marcharon las columnas sindicales y el movimiento obrero, Roberto Baradel, de Suteba y Hugo Yasky encabezaron la columna de la CTA. Marchó la Corriente Federal de la CGT y la Juventud Sindical de la CGT, que comenzaron a ocupar los primeros espacios de la marcha del 24 el año pasado, luego de las primeras olas de despidos. Allí hubo banderas del Sindicato de Curtidores argentinos y del gremio de comercio. Esta vez, las organizaciones políticas y sociales ingresaron por las diagonales para facilitar el acceso a la Plaza. Hubo banderas del Movimiento Evita que entraron a la Plaza temprano. Banderas del Partido Solidario. Movilización del PJ de La Matanza, micros del Movimiento Justicialista de Avellaneda. Banderas del Partido Comunista, la Corriente Nacional Agustín Tosco, Movimiento Territorial Liberación, Forja. Desde la Plaza no fue posible entender hasta dónde llegaban las columnas. Algunas recorridas permitieron ver que la columna principal llenó avenida de Mayo desde la Plaza hasta Congreso, donde estaban las organizaciones de izquierda. Diagonal Sur estuvo cubierta desde el Cabildo hasta la avenida Belgrano. Diagonal Norte, en un tramo de cuatro cuadras. Y en la 9 de Julio, la Cámpora ocupó una extensión cinco cuadras, luego de una movilización enorme que salió a la mañana de la ex ESMA. 

  A las tres de la tarde, subió al escenario Ernesto Alonso, del Centro Ex Combatientes de Malvinas (CECIM) de La Plata, otro eje de la marcha. “No fue el Ejército de San Martín el que fue a Malvinas sino el Ejército de Videla”, dijo. “Los mismos que torturaron, secuestraron y asesinaron: Astíz, el Tigre Acosta”. Alonso denunció el retroceso en las políticas reparatorias y la ausencia del poder judicial en el avance de la causa por los crímenes de lesa humanidad en Malvinas luego de diez años de iniciada. También la nula decisión política para identificar a los NN en las islas, pero además los acuerdos económicos del gobierno de Cambiemos en contra de la soberanía.

  La calle cantó “Vamos a Volver”. Caminó madre, padre y una hija. La hija escribió en un afiche: “En mi escuela me enseñaron a tener memoria”. Ella tiene 10 años, se llama Maitena, va a la escuela república de Colombia y tiene una remera que dice: “la memoria viene oliendo a jazmín”. Maira, del centro de estudiantes de la Facultad de informática de La Plata, sostuvo la bandera del enorme frente estudiantil que avanzó en primera línea en una de las dos diagonales, frente a la Catedral. “Nos organizamos porque creemos que de esta manera vamos a conseguir la Argentina que deseamos, para que pueblo pueda volver a ser gobierno una vez más”. Habló de software y hardware libre y de soberanía cuando Graciela de Paternal se hizo a un lado con los ojos llenos de lágrimas. “Siempre me emociona lo mismo, pero ahora también este retroceso que es tan doloroso. Pero como dice la canción que suena en el escenario, yo ya no pretendo ver, sino dejar: no pretendo volver a ver lo que vimos doce años, pero sí que se puede empezar a lograr”. 

  Un grupo de niñas y niños trepó como pudo a respirar hasta las molduras de los edificios de monumentales. “Nunca más”, decía la musculosa de las más pequeña. “Marcha de las resistencia”, decía la remera de otra, cuadras más atrás, al costado de un extenso paño con remeras a la venta. 

“Cada vez más gente, querida mía”, dijo, Marcos Weinstein, padre de la Plaza él, ya en retirada. “Y las otras marchas, las últimas marchas, han influido en este tipo de respuesta. Esto, no tengas dudas, es una respuesta a una política sistemática y objetiva. Una plaza masiva como nunca la vi. ¡Y mirá que estuve en todas!”

El territorio, los familiares y los sobrevivientes

Lo que queda de la ESMA

Un ensayo de Pablo Piovano realizado en el ex centro clandestino. Una mirada íntima de sus paredes, sus exteriores, pero también de las personas vinculadas con el lugar. Y la actualización de una emblemática foto de la Conadep.

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El homenaje a Walsh en la ex Esma, a 40 años de su asesinato

“La satisfacción moral de un acto de libertad”

El escritor y periodista fue recordado en “La visita de las cinco” por su amigo Horacio Verbitsky y por Martín Gras, el sobreviviente que vio su cuerpo ametrallado. Cientos de personas, en su mayoría jóvenes, escucharon sus testimonios.

 

El 25 de marzo de 1977 la Armada Argentina asesinó y desapareció el cuerpo del escritor, periodista y militante montonero Rodolfo Jorge Walsh, que acababa de despachar su Carta Abierta a la Junta Militar. Durante la madrugada siguiente los miembros del Grupo de Tareas 3.3 allanaron su casita de San Vicente, de donde robaron archivos de prensa, documentos y cuentos inéditos, que luego fueron vistos por secuestrados en la ESMA. Ayer, al cumplirse 40 años de su muerte y en el marco de la muestra “Walsh en la ESMA”, cientos de personas, la mayoría jóvenes, escucharon sin pestañear los recuerdos de Horacio Verbitsky, amigo y compañero de militancia de Walsh, y de Martín Gras, el sobreviviente que vio su cuerpo ametrallado y los papeles que los marinos -ahora condenados y presos- nunca se dignaron a devolver. En el cierre de “La visita de las cinco”, como se denomina el recorrido del público por el Museo-Sitio de Memoria ESMA, el periodista de PáginaI12 y presidente del CELS denunció que “hay una ofensiva muy clara para tratar de detener el proceso de Memoria, Verdad y Justicia”.

“El objetivo es hacer presente a Rodolfo Walsh en toda su magnitud”, explicó Alejandra Naftal, directora del Sitio-Museo de Memoria ESMA, en referencia a la muestra que se podrá visitar hasta el 23 de abril. Entre los documentos en exposición se destaca una copia original de la Carta Abierta, que Walsh terminó de escribir horas antes de ser acribillado en la esquina de San Juan y Entre Ríos, y apuntes de Lilia Ferreyra -compañera en sus últimos diez años de vida- al intentar reconstruir el cuento “Juan se iba por el río”, sobre la vida de un soldado de las luchas civiles del siglo XIX. Hay también tres piezas audiovisuales con fragmentos de testimonios brindados durante los juicios orales ante el Tribunal Oral Federal 5: sobre la caída del escritor en manos de la patota de la Armada, sobre los papeles robados en la quinta de San Vicente y sobre la reconstrucción de “Juan se iba por el río”, cuento que Gras descubrió durante su cautiverio en el armario del entonces teniente Antonio Pernías, oficial de inteligencia de la Armada.

“Compañero, amigo y maestro”, fueron las palabras de Verbitsky para definir a Walsh durante su exposición en la puerta del ex Casino de Oficiales de la ESMA, pegado a los vidrios que cubren la fachada del ex centro clandestino con los rostros de cientos de detenidos-desaparecidos. Confesó que “el 40º aniversario me pega más fuerte” no por el número redondo sino por la ausencia de Lilia, fallecida hace dos años y a quien confortó desde aquel 25 de marzo, y que “es difícil asimilar” que Walsh -quince años mayor- murió a la edad que hoy tiene uno de sus hijos.

El periodista de PáginaI12 habló primero sobre “Juan se iba por el río”, contó que Walsh “quería escribir una novela pero empezaba y se trancaba”, por eso decidió escribir cuentos con un personaje común para después enhebrarlos. Luego repasó las experiencias de ANCLA, que definió como “una simulación de agencia noticiosa”, y Cadena Informativa, una sola hoja que relataba un episodio concreto y cerraba con la invocación a “sentir la satisfacción moral de un acto de libertad” y “derrotar el terror”. “Líneas magistrales”, las definió Verbitsky, que al investigar la historia política de la Iglesia católica descubrió que estaban inspiradas en panfletos de esa institución en su campaña contra Perón en 1954, de la que participó el hermano de Walsh, luego piloto de uno de los aviones que bombardearon Plaza de Mayo. También destacó al apelación a “elementos de la cultura popular” en referencia a la idea de cadena. “Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando”, leyó y recordó que era el eslogan de la publicidad de la época.

Al analizar la Carta Abierta, el periodista remarcó “la visión profunda sobre las consecuencias del golpe de Estado” que evidencia la definición de la política económica como “la explicación de sus crímenes” pero también de “una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”. “Y eso que no llegó a ver las peores medidas económicas: la ley de entidades financieras se aprobó meses después”, reflexionó. La conducción de Montoneros le objetó ese párrafo pero Walsh, que firmó la carta con su nombre, no lo sacó ni lo modificó, contó Verbitsky. Cerró la primera parte de su exposición con la célebre definición de Walsh sobre cuál es “el campo del intelectual” y con una lectura de “Las cosas que quiero”, de los diarios del escritor, que arranca por “Lilia” (eliminada de una de las primeras ediciones de ese texto) y termina con “la sumersión en los otros”. “Eso logró Rodolfo”, concluyó.

“Yo estoy del otro lado del espejo”, arrancó Gras, que es abogado y docente. “Mi tarea es notoriamente más ingrata”, admitió antes de relatar su secuestro en enero de 1977. Militante montonero como Walsh y Verbitsky, contó que Pernías “estaba entre azorado y fascinado por el mundo” de esa organización, por lo que periódicamente lo citaba para entrevistarlo en su oficina del sótano de la ESMA. Fue allí que, no con capucha sino “con los anteojitos” que sólo le permitían ver algo gracias a su nariz pronunciada, fue testigo del “griterío total” de la patota que llegaba y pudo ver “el cuerpo de Rodolfo”, desnudo de la cintura para arriba, con el pecho atravesado por una ráfaga de ametralladora, sobre una camilla, rumbo a la enfermería.

Luego contó cómo se topó con los papeles robados a Walsh en el armario de Pernías y detalló lo que vio y leyó: una carpeta con recortes de noticias policiales, la colección del diario de la CGT de los Argentinos, tres documentos críticos a la conducción de Montoneros, un ejemplar de la Carta Abierta y el cuento “Juan se iba por el río”. “Fue un golpe descubrir que la crítica al militarismo había sido puesta en palabras”, contó. Confesó que los cautivos de la ESMA todavía no sabían sobre los vuelos de la muerte, que creían lo contrario: que los trasladados, en teoría a “quintas de recuperación”, eran quienes sobrevivirían, y viceversa. Luego recordó su primer encuentro con Lilia en un bar de Madrid en 1982. La compañera de Walsh, que lo había ayudado a tipear la Carta y el cuento, comenzó a recitar las primeras líneas de “Juan se iba por el río” y se asombró al ver que Gras lo recordaba. “Fue mágico: dos personas tratando de reconstruir la herencia perdida del mejor escritor de su generación”, resumió.

“Estos papeles detenidos desaparecidos son una asignatura pendiente. Me resisto a creer que quienes tuvieron ese material en sus manos lo hayan destruido”, reflexionó Verbitsky horas después, tras la intervención del escritor Marcelo Figueras, convocado como “cronista invitado” por los organizadores, y de la visita por el Museo-Sitio de Memoria. “Yo creo, y Rodolfo creía, que los papeles perduran, no se pierden, y la experiencia internacional dice que las burocracias de poder aman el archivo. Por eso tengo la esperanza de que ese material pueda recuperarse, ya que es parte significativa de la cultura de este país”, remarcó.

Al repasar los contenidos de la muestra, el presidente del CELS elogió el rigor científico que le imprimió el equipo que encabeza Naftal y celebró que “aquí no hay una visión sectaria de la historia, no se está haciendo propaganda de nada: se muestra hechos tal como ocurrieron”. Advirtió sobre “el revisionismo que se pretende instalar” y mencionó como actor central al secretario Avruj, que en los últimos días anunció la intención de revisar los planes de estudio de historia argentina sobre los 70. “Por ahora no dicen que quieren negar, dicen que quieren ‘memoria completa’, un inventó del actual papa Francisco en el año 2000”, dijo Verbitsky, y recordó que fue el entonces jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, quien relató los planteos sobre una “mesa de consensos” que proponía el entonces arzobispo porteño Jorge Bergoglio.

Ante la imposibilidad de frenar los procesos judiciales “lo que hacen es echar arena en los engranajes: negar presupuesto, cerrar unidades investigativas, despedir personal, no cubrir vacantes judiciales”, describió. “Es la forma de sabotear (el proceso de justicia) sin enfrentarlo abiertamente”, resumió. “Lo que han visto acá les provee de argumentos para resistir ese intento de revisionismo, esa tentativa de reprimir nuestra historia y de volver a una etapa superada por la conciencia social, por los años transcurridos, por las investigaciones y los juicios realizados, y por la participación de nuevas generaciones en el conocimiento de los hechos, la toma de conciencia y la ratificación del Nunca Más”.

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logodiariaRepercusiones del acto por el 41 aniversario de la dictadura en Argentina

Nuevos choques entre el gobierno y organizaciones de derechos humanos en Argentina

El gobierno de Mauricio Macri intentó minimizar la multitudinaria marcha del viernes en Plaza de Mayo, en un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, argumentando que se trató de un acto político en contra del actual Ejecutivo argentino. Organizaciones de derechos humanos rechazaron esa lectura y denunciaron los reiterados mensajes del gobierno que van en contra de la lucha que ellos llevan adelante.

“Hace tiempo que los actos que se hacen en la Plaza de Mayo son organizados por fuerzas políticas. No es que sólo hacen un acto de recordación, sino que también lo aprovechan para dar una discusión de carácter partidario”, dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, refiriéndose a la marcha del viernes 24 de marzo, el Día de la Memoria, en la que se reunieron decenas de miles de personas. Peña aseguró que durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se “contaminó” con “fines particulares” la lucha por la memoria, la justicia y los derechos humanos, “algo que debería ser de carácter general”. Agregó que algunos mensajes de las organizaciones civiles “son totalmente contrarios a la idea de la defensa de la democracia y la libertad”.

Las declaraciones de este tipo no fueron hechas sólo por Peña. También se refirió al acto Claudio Avruj, el secretario de Derechos Humanos, que el viernes dijo que la cifra de 30.000 desaparecidos “fue una construcción” y que en realidad fueron 8.500. Entrevistado por el diario Clarín, Avruj dijo que el acto del viernes “se convirtió más en un acto opositor que de memoria”, y aseguró que en los últimos años se produjo una “apropiación indebida de los derechos humanos”. Los discursos de Peña y Avruj siguen la línea que ha tenido el gobierno desde que asumió. Además de reducir el presupuesto de los órganos estatales que trabajan en tareas vinculadas con la memoria histórica, el Poder Ejecutivo encabezado por Macri se ha mostrado renuente a recibir a las organizaciones de derechos humanos. También se ha puesto en duda la cifra de desaparecidos -el propio Macri ha dicho que la cifra no importa- y se ha revivido la teoría de los dos demonios. “Nosotros […] no sólo nos ocupamos de lo que pasó hace 40 años sino también de los derechos humanos de ahora. Tenemos otra agenda, que tiene que ver con los derechos humanos de los vivos”, dijo el ministro de Cultura, Pablo Avelluto. “Los militares no se hicieron cargo de sus crímenes […]. Y las organizaciones armadas tampoco”, agregó.

Estos pronunciamientos oficiales llegaron después de que decenas de miles de personas se reunieran el viernes para conmemorar el Día de la Memoria, en el que se recuerda un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976. Convocaron al acto las Abuelas de Plaza de Mayo, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora e Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), entre otras organizaciones que reúnen a familiares de víctimas de la dictadura. En paralelo, hubo movilizaciones convocadas por agrupaciones políticas, algunas de las cuales también fueron a la Plaza de Mayo. En el acto se leyó un documento en el que se reclamó verdad y justicia, así como castigo para los responsables del terrorismo de Estado. Además se acusó al gobierno de Macri de causar “enormes retrocesos en materia de derechos humanos”, de “avasallar” derechos, de impulsar una política “neoliberal” que genera “miseria” y de perseguir a sus opositores políticos.

Ninguno de estos actos contó con la presencia de jerarcas, que tampoco organizaron otro tipo de conmemoración de la fecha. Algunos de los responsables del gobierno optaron por pronunciarse en medios de comunicación o redes sociales, como el presidente Macri, que citó en Facebook una parte del prólogo del informe Nunca más, elaborado en por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, en 1984.