Desclasifican miles de documentos sobre el Plan Cóndor

¿Sr.Comandante en Jefe del Ejército de Uruguay, Gral. Feola, ahora con las pruebas aportadas por los propios EEUU, puede Ud. repudiar los actos criminales cometidos de Lesa Humanidad durante la dictadura 1973-1985? 

EEUU desclasificó documentos del Cóndor

El Plan Cóndor, la CIA, la muerte

y el exterminio

El material fue aportado por el Departamento de Estado y por 14 agencias de seguridad e inteligencia norteamericanas como el FBI, la CIA y el Pentágono.

Estados Unidos entregó ayer a la Argentina la última tanda de documentos secretos desclasificados sobre la dictadura cívico-militar iniciada en 1976. Se trata de la mayor desclasificación hecha en la historia de ese país y está compuesta por 45 mil páginas que incluyen material aportado por el Departamento de Estado y por 14 agencias de seguridad e inteligencia como el FBI, la CIA y la que depende del Pentágono. Los cables aportan información concreta que será útil para el avance de los procesos judiciales y también dan cuenta de la visión y la información que los funcionarios de Estados Unidos tenían acerca de lo que pasada durante la última dictadura argentina, así como de las internas entre las dictintas facciones de las Juntas militares. Varios de los papeles entregados ayer revelan parte de la trama del terrorismo de Estado que a nivel regional se denominó Plan Cóndor.  “Ahora, es necesario que el Estado argentino procese la información para aportar a la reconstrucción de la verdad y a las investigaciones judiciales en curso”, sostuvieron el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la alianza Memoria Abierta, dos de las organizaciones impulsoras del pedido.

El contenido

Una primera lectura de los documentos realizada por el National Security Archive, de la Universidad George Washington, permite advertir que hay datos concretos que servirán como prueba en los juicios que se están llevando a cabo. Por ejemplo:

* 26 de octubre de 1975. El agregado legal en Buenos Aires, Robert Scherrer, reporta la detención y ejecución del líder de Montoneros, Marcos Osatinsky. El cable informa que Osatinsky fue arrestado y torturado por las fuerzas de seguridad del entonces gobernador Raúl Lacabanne y que las autoridades “escenificaron” su muerte, para que parezca que fue asesinado cuando intentaban rescatar a un agente supuestamente secuestrado por Montoneros. Para esconder la evidencia de los abusos, el personal de seguridad de Lacabanne secuestró el coche fúnebre que transportaba el cuerpo de Osatinsky desde Córdoba hacia Tucumán. “El objetivo era evitar que se realizara una autopsia”, dice el informe.

* 3 de diciembre de 1976. La CIA reporta que “comandantes militares poderosos”, como el jefe del I Cuerpo del Ejército Guillermo Suárez Mason y el comandante de Campo de Mayo, General Santiago Omar Riveros, junto con la cabeza de la Policía Provincial de Buenos Aires (PPBA), coincidieron en que “es tiempo de dejar de ser tan suaves con los terroristas en el país y comenzar una guerra total contra ellos”. Desde la PPBA fueron más lejos: “Hasta nuevo aviso, no queremos prisioneros para el interrogatorio, sólo cadáveres”, sostuvieron, según el documento desclasificado recientemente.
* 16 de agosto de 1977. La CIA obtiene el acuerdo entre los países integrantes del Plan Cóndor, con detalles sobre el financiamiento, la dotación de personal (donde recomiendan la inclusión de al menos una mujer, la logística), el entrenamiento y la selección de objetivos del escuadrón de la muerte “Teseo” para asesinar “subversivos” en el exterior. El cable detalla que la base de operaciones de “Teseo” será instalada en la Argentina y que cada país miembro deberá donar “$10,000 para costos operativos”. Los gastos para los agentes de las “misiones de asesinato” se estiman en $3500 por persona, por 10 días, más “un adicional de $1000 por única vez para el abastecimiento de ropa”.

* 21 de julio de 1978. El resumen del Departamento de Estado sobre violaciones de derechos humanos en Argentina cita la tortura de un psicólogo, confinado a una silla de ruedas debido a la polio, que fue “interrogado con picana eléctrica con el único propósito de obtener información sobre uno de sus pacientes”. El mismo informe revela que los militares argentinos utilizaron inyecciones de un potente anestésico, Ketalar, en las víctimas capturadas que luego fueron “eliminadas en los ríos o en el océano”.

* 12 de abril de 1979. El informe de la CIA revela que el líder Montonero Norberto Habbeger, desaparecido en Brasil en 1978, “fue ejecutado a fines de noviembre o principios de diciembre de 1978 por orden del Jefe de la sección de contrainteligencia del Servicio de Inteligencia del Ejército Argentino (SIE)”.
* 21 de mayo de 1983. Este documento informa que, solo unos meses antes de la transición a la presidencia democrática de Raúl Alfonsín a fines de 1983, el aparato de seguridad continuó con su programa de asesinatos. Utilizando eufemismos para la tortura, el informe indica: “A principios de abril, seis o siete fueron detenidos y ampliamente interrogados. Luego fueron asesinados”. Además, el cable señala que la información obtenida en esa operación “llevó a la captura de Raúl Yaeger, quien después de ser interrogado, fue asesinado en un tiroteo organizado en Córdoba el 30 de abril”.
“Por el volumen de la documentación, advertimos que se requieren importantes recursos para procesarla y personas capacitadas e informadas sobre la historia argentina a fin de poder extraer información que contribuya al avance de las investigaciones judiciales por crímenes de lesa humanidad en curso”, manifestaron desde el CELS y Memoria Abierta en un comunicado conjunto. En ese sentido, exhortaron al Estado argentino a que “contribuya en estos aspectos para que la desclasificación permita fortalecer el proceso de memoria, verdad y justicia”.

El escrito de las organizaciones puede leerse como un recordatorio de que esta entrega histórica de material desclasificado, que recibieron ayer en Estados Unidos el ministro de Justicia, Germán Garavano y el embajador argentino Fernando Oris de Roa,  se inició por el reclamo sostenido de los organismos de derechos humanos.

La primera desclasificación, llevada adelante en 2002, implicó la apertura de 4677 cables y otros documentos que mostraban que funcionarios estadounidenses estimularon la represión. El ex presidente Barack Obama inició una segunda, de más de mil páginas, que fueron publicadas en 2016. La desclasificación de ayer es la etapa final de una iniciativa emprendida por el gobierno de Estados Unidos de publicar los archivos relativos a las violaciones de los derechos humanos ocurridas en Argentina entre 1975 y 1984 y, además de aportar información útil para el avance de los casos, revela información clave para comprender el funcionamiento del terrorismo de Estado a nivel regional.

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.

 

 Para leer los documentos desclasificados tocar la imágen

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Documentos desclasificados

por EE.UU. revelan que Argentina

era la sede principal del Plan Cóndor

La operación, organizada desde el país norteamericano y llevada a cabo por los Gobiernos militares de Sudamérica, tenía como objetivo acabar con los opositores políticos.

La reciente entrega de archivos desclasificados sobre la última dictadura argentina revela que Buenos Aires funcionó como sede regional del Plan Cóndor, un sistema continental organizado desde EE.UU. y llevado a cabo por los Gobiernos militares de Sudamérica que se caracterizó por el exterminio y las desapariciones forzadas de opositores políticos

Desde las oficinas de Inteligencia estadounidenses afirman que nunca antes se había entregado un volumen de archivos tan grande a otro país: son 49.000 páginas que ya están en manos de las autoridades argentinas y se espera que ayuden a conocer más información sobre los tiempos del terrorismo de Estado. Solo en ese país del Cono Sur, los organismos de derechos humanos calculan que desaparecieron 30.000 personas entre 1976 y 1983, y muchas familias todavía no localizaron los restos de sus seres queridos o no saben cómo fueron asesinados. 

La divulgación es histórica porque deja en evidencia el trasfondo burocrático de las dictaduras de Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina, donde funcionaba una central administrativa que organizaba los crímenes de lesa humanidad. En los papeles, Washington se refería al Plan Cóndor como ‘Operación Teseo’, aunque también hablaba de ‘Cóndor 1’ cuando mencionaba a Buenos Aires. Allí, los delegados de los Gobiernos de facto se reunían para coordinar los operativos de los grupos de tareas, es decir, unidades al servicio de las dictaduras para secuestrar o atacar a blancos definidos.

En las reuniones se discutía sobre el costo político de las operaciones y cuáles eran los mejores momentos para concretarlas. Si no había consenso, se libraban actas para cada país participante, pero si había acuerdo sobre las víctimas escogidas, comenzaban los operativos de las violaciones a los derechos humanos en la región, con el aval de la Casa Blanca. En concreto, los archivos reflejan que aquellos países latinoamericanos firmaron un acuerdo de cooperación para implementar “operaciones contra blancos subversivos”. Brasil y Bolivia, que también eran gobernados por dictaduras, participaban con menos intensidad en el entramado continental.  

La organización

El Centro de Operaciones localizado en Argentina funcionaba de 9:30 a 12:30, tenía un descanso de dos horas, y continuaba sus funciones de 14:30 a 19:30 (hora local). Estaba conformado por agentes de los servicios de Inteligencia sudamericanos, y cada país enviaba un mínimo de cuatro miembros. Así, cada una de las dictaduras participantes se comprometió a colocar 10.000 dólares en el Centro al comienzo del Plan Cóndor y debían sumar una cifra similar al final de cada operativo criminal, en un plazo no mayor a los 15 días. Además, para el funcionamiento de la sede añadían un monto mensual simbólico de 200 dólares. 

  • El sueldo de los grupos de tareas

Según los documentos enviados por la Administración de Donald Trump al Ministerio de Justicia argentino, los asesinos a sueldo de aquella época cobraban “3.500 dólares por persona por 10 días”, más una cifra fija de 1.000 dólares destinados a la vestimenta. Los llamados grupos de tareas en el extranjero eran conformados por hasta cinco integrantes, “miembros de uno o más servicios de acuerdo a su experiencia, calificaciones personales y características del blanco”. 

  • Definición de blancos

Las víctimas se seleccionaban, curiosamente, en una especie de asamblea militar: “Cada representante presenta su selección de un blanco en la forma de una propuesta. La selección final de un blanco será por votación y se determinará por mayoría simple“, se lee en los papeles. 

Una vez que el Centro de Operaciones escogía a los destinatarios de sus planes, los servicios locales de Inteligencia tenían la misión de identificarlos, localizarlos, seguirlos, informar a la base argentina y luego retirarse. Solo un miembro del equipo de Inteligencia estaba autorizado a comunicarse con el Centro. 

Acto seguido, los equipos de operaciones tenían que “ejecutar al blanco” manteniendo tres pasos fundamentales: “A, interceptar el blanco, B, cumplir la operación y, C, escapar”.  

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Dos referencias de importancia que con los nuevos documentos desclasificados

llevan a una reflexión profunda.

Madres y Familiares de Desaparecidos:

Uruguay “no precisa tropas sino obreros

que levanten viviendas”

La organización plantea que es necesario “reformular” las Fuerzas Armadas y “hacerlo a fondo y en serio”

A raíz de la destitución de Guido Manini Ríos como comandante en jefe de Ejército por parte del presidente Tabaré Vázquez, la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos emitió un comunicado en el que señala que “hace mucho” que reclamaba “un coto a sus amenazas y mentiras”, y a “sus desbordes constitucionales opinando como un operador político”, además de denunciar que “mintió deliberadamente” al ministro de Defensa, Jorge Menéndez, “y a través suyo a todos nosotros”, sobre el lugar de enterramiento de un desaparecido, por lo cual había pedido expresamente su cese. Agregó que a pesar de “lo peligroso de la demora”, apoya la decisión adoptada por Vázquez, no sólo porque es legítima, sino también porque constituye un “necesario acto de defensa del sistema democrático de nuestro país”, y resulta “más que pertinente” ante la “deliberada manifestación”, por parte de Manini, “de no respetar el orden institucional al que se debe”.
 
La organización también señala que en muchas oportunidades se expresó sobre las “condiciones indispensables” para quien esté al frente de la institución militar: “Debería sostener una firme postura que condene el pasado golpista y asumir el compromiso de proporcionar toda la información que poseen a la Justicia, para que esta pueda actuar tanto en la búsqueda de los detenidos desaparecidos como en el juzgamiento a los responsables de estas graves violaciones”. Por el contrario, indica el comunicado, el nuevo comandante en jefe, José González, “integró y votó las sentencias de los tribunales de honor, haciéndose eco del cuestionamiento al Poder Judicial y del concepto de que las cuantiosas pruebas de tortura, violaciones, etcétera, que se presentaron” no permiten inferir que hubo “delito alguno que toque el honor” del Ejército, por lo cual la organización advierte que “empezamos mal, muy mal”.
 
En el comunicado se sostiene que “nada se arregla cambiando de nombre si no vamos al fondo de la cuestión” y que “si no se efectúan los cambios imprescindibles” dentro de las Fuerzas Armadas (FFAA), “continuaremos en esta eterna y endeble transición, que se ve más débil aun en el concierto autoritario que está creciendo en América Latina”. “El Parlamento, que tiene un deber muy grande con la ciudadanía, debiera hacer cambios profundos al definir las funciones de las FFAA. Esencialmente, acotando sus cometidos en este pequeño país, que no precisa guerras sino soluciones sociales. No precisa tropas sino obreros que levanten viviendas; bomberos que prevengan incendios forestales, educadores, médicos, técnicos, redimensionándolas a lo estrictamente necesario”, agrega Familiares. Por último, la organización subraya que hay que “reformular” las FFAA, y “hacerlo a fondo y en serio, afianzando su sentido democrático, marcando sus límites, sus objetivos y su formación, para que abandonen de una vez por todas la Doctrina de la Seguridad Nacional, que permanece como la guía de su accionar, terminando así con los privilegios y todas las rémoras del período dictatorial”.

 

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Señalizaron la estancia donde

murió el presidente brasileño

perseguido por el Plan Cóndor

Se trata de Joao Goulart y la actividad forma parte de las  “Jornadas por la Memoria, la Verdad y la Justicia en Argentina y Brasil”. 

Organizaciones de Derechos Humanos y referentes de diversos ámbitos del centro y sur de la provincia de Corrientes descubrieron hoy la señalización de la estancia “La Villa”, en Mercedes,  donde pasó sus últimos días el presidente brasileño Joao Goulart, perseguido por el Plán Cóndor de las dictaduras de la región.

Las asociaciones Memoria, Verdad y Justicia de Mercedes y Paso de los Libres, con la adhesión de los municipios de esas dos ciudades tanto como de Curuzú Cuatiá, ex presos políticos y referentes de Derechos Humanos de Argentina y Brasil, participaron este sábado de la señalización que se realizó en “La Villa”.

La señalización forma parte de la agenda de actividades de las  “Jornadas por la Memoria, la Verdad y la Justicia en Argentina y Brasil”. 

“Participan el nieto de Goulart, Cristopher Goulart, y Jair Kriskche, un extraordinario y persistente luchador por los derechos humanos del Brasil, muy cercano a la trayectoria política del presidente”, informó uno de los organizadores, el ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes Pablo Vassel.

Asimismo, integra los paneles Roger Rodríguez, “un prestigioso periodista uruguayo,quien dio el alerta con sus investigaciones y entrevistas, acerca de las circunstancias criminales de la muerte provocadas por los servicios secretos de la dictadura uruguaya”, especificó Vassel.

Historia

Al haberse cumplido, el 1 de marzo, 100 años del natalicio De João Goulart se consideró oportuno reconstruir la historia de uno de los presidentes que fue víctima del golpe de estado de 1964 y posteriormente del Operativo Cóndor que asoló a las naciones latinoamericanas desde fines de 1975.

El depuesto presidente buscará exilio en Uruguay y Argentina. Su muerte, o asesinato es materia de investigación a partir del testimonio del ex agente del servicio secreto uruguayo Mario Neira Barreiro, quien manifestó haber participado en la operación “Escorpión” que terminó con la vida del ex presidente João Goulart (1961-1964), a través de la introducción de veneno en la medicación, que vino de Chile, distribuidos en la jefatura de policía de Montevideo. Dijo que en esto intervinieron las fuerzas armadas uruguayas, un agente argentino y el agente americano Frederick Latrash, jefe de la estación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Montevideo. Y todo, a pedido del gobierno brasileño, según manifestó el ex agente uruguayo.

¿Por qué toma mayor relevancia para la región? Porque los hechos sucedieron el 6 de diciembre de 1976 en la estancia donde vivía Goulart en Mercedes, Corrientes. Su familia e investigadores sustentan que todo sucedió en el marco de una operación represiva de coordinación internacional entre los mencionados países del Mercosur, en lo que se denominó “Plan Condor”, que incluía la eliminación de ‘Jongo’ (como era conocido), del escenario político latinoamericano. Durante mucho tiempo la causal de muerte de Goulart fue atribuida a un paro cardiorrespiratorio. 

En base a esta declaración, el ex fiscal de Uruguayana (Rio Grande do Sul), Ivan Claudio Marx, el 15 de noviembre del 2011 cruzó el puente internacional rumbo a Paso de los Libres y realizó la denuncia ante el Juzgado Federal de Primera Instancia, a cargo de Gladis Mabel Borda, Secretaría Penal de Derechos Humanos, a cargo de Pablo Balzante. El ex funcionario de la justicia brasileña puso en dudas la causa de la muerte del ex mandatario presidencial.

Para conocer el estado de la investigación y profundizar en los hechos, se contó con la presencia de los mencionados especialistas que recorrerán las tres ciudades correntinas, teniendo como punto destacado la señalización por memoria verdad y justica en la estancia donde vivió sus últimos momentos João Goulart.

 

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Testigo del horror

“Los gritos de la tortura a Fernández Mendieta aún hoy no me dejan dormir”

Todo va a estar bien, parece decirle Oscar a su compañera. Ya fue esposado y puesto en la parte trasera de la camioneta del cuartel, y los ojos dicen y transmiten más que mil palabras. Aquella mirada, tranquilizadora, es lo último que el joven le deja al amor de su vida. Todo va a estar bien, se dice para sí. Nada puede pasar por tener unos cuadernos del Partido, se dice para sí. Quiere transmitir esa esperanza al niño que nacerá pronto, aquel por el que vale la pena vivir, por el que vale la pena Uruguay. Entonces sigue mirando a su compañera, y el miedo no se traduce, solamente se siente.

Dino Capelli  

11 abril 2019

Son las 5 de la tarde, es mayo del 73. Durazno respira temor, como todo el país. Y los cuarteles se llenan de jóvenes como Oscar Felipe Fernández Mendieta.

A Oscar lo trasladan cuando el sol está por caer, en aquel otoño rumbo al invierno. Caballería lo recibe, y comienza a contestar preguntas simples.

Credencial Cívica: RBD 13.855. Edad: 26. Nació en 1947 en Durazno. Está casado y tiene un hijo, que aún no ha nacido. Vive en ruta 5, a 5 kilómetros al sur de la ciudad de Durazno. Es trabajador rural, medianero de un establecimiento a 5 km de la capital del departamento. Milita políticamente en el Partido Comunista Revolucionario (PCR). Tiene un alias, paradójicamente uno que busca otorgarle invisibilidad, ‘Juan Pérez’.

No tiene claro por qué lo llevan a declarar. Es a partir de una documentación incautada y procesada por efectivos del Regimiento de Caballería n.º 2, perteneciente a la Región Militar n.º 2. No hay testigos, no hay datos, apenas unos cuadernos del Partido, dicen de un lado y del otro.

Muchas horas me insume elegir el alias para la historia que voy a escribir. Sucede que todo comenzó sin nombres, desde el primer mensaje de texto. “Me parece oportuno declarar por lo de Fernández Mendieta y que paguen por su muerte Mieres y Blanco. Estoy dispuesto a declarar.” Un número de teléfono, una responsabilidad. Llamo y atiende un hombre, suena mayor de edad, nervioso. Escucha mal y justifica desde la mala audición de un oído. “Leí todas sus notas”, agrega. Se refiere a la cobertura realizada en varios medios sobre el caso del duraznense torturado y muerto en democracia, días antes del golpe de Estado del 73. Indago datos, y aparecen. Y surge naturalmente el nombre que finalmente elegiré. El Testigo, así, con mayúsculas. No hay nombre o acción que identifique mejor a quien estuvo allí, vio y escuchó, y desde entonces convive con los gritos y el desgarro del alma y el cuerpo.

“Es el año 1973, un 24 de mayo de aquel año. Yo tenía 18 años en aquel momento, aún no había sucedido el golpe de Estado. Fue una muerte en democracia. El día que lo entierran a Oscar Fernández Mendieta viene un senador del Partido Nacional, Sierra creo que fue, y está presente. Lo puedo decir con toda propiedad porque los que habíamos estado en la guardia anterior, en la cual me incluyo, fuimos ordenados a ir al cementerio al sepelio de dicha persona para verificar quiénes andaban acompañando el féretro.” Son las primeras palabras de El Testigo, en la redacción del diario El Acontecer. La calle Artigas luce de otoño, con las hojas golpeando el mes de abril. ¿Por qué me eligió? ¿Por qué eligió este momento? ¿Qué motivó la declaración luego de 46 años?

En aquel momento, El Testigo era un soldado de 1.ª y desempeñaba la función de cuidador del sótano n.º 2, “el grande, donde a media mañana trajeron a este señor y lo pusieron en depósito en ese sótano”. Refiere al Regimiento de Caballería n.º 2, al sur de la ciudad de Durazno. “El hombre llegó muy bien, de salud lo vi bien cuando nos lo entregaron en custodia a nosotros. Sé que era un laburador rural, había sido estudiante. No tuvimos diálogo con él, los soldados custodiábamos. Para hablar lamentablemente venía gente especializada desde Montevideo, en aquel momento. A su vez, el día del insuceso fue previamente interrogado por dos alférez nuevos que había acá.”

Su tumba, desde 1973

Era el 24 de mayo de 1973. El mundo dejaba de ser tal para Fernández Mendieta. Según los detalles oficiales, fallece en momentos en que estaba siendo interrogado por su actividad militante.
Según documentación del Ministerio de Defensa Nacional, Fernández es detenido y llevado al Regimiento de Caballería n.º 2 alrededor de las 18:30 horas del 24 de mayo de 1973. Inmediatamente después es conducido al subsuelo, ubicado cerca del cuerpo de guardia del Regimiento, donde se le realiza el interrogatorio primario. En esas circunstancias Óscar Fernández intenta ascender por las escaleras para escapar y es reducido por los efectivos del Regimiento. Ante esta situación, el oficial S-2 de la Unidad decide trasladarlo a un subsuelo más grande, donde nuevamente Oscar Fernández intenta liberarse, al arrojarse hacia el descanso de una escalera, y se repite la situación anterior, donde presumiblemente vuelve a tirarse contra el piso. Los militares que participaron en estos hechos declaran que comenzó a manifestar dificultades respiratorias, por lo que intentan ubicar al médico de la Unidad.

Es el momento de que El Testigo relate los hechos. “Lo confinan al sótano, el cual tenía una malla de reja y afuera quedaba una persona custodiando una puerta. Todo ocurre rápidamente. Luego de mediodía se me apersonan dos oficiales y me paro como corresponde, firme. Me dicen que le abra, tengo la llave y le abro. Bajaron al sótano el alférez Blanco y el alférez Mieres, muy jóvenes. Se podían escuchar los gritos, lamentos, sollozos, algo bastante espantoso para un joven de 18 años como era yo, un pibe. Había sido estudiante y había entrado al Ejército porque era lo que había en el momento. Esto se extiende por un tiempo de unas dos horas y pico, hasta que lamentablemente sucede el hecho de que me llaman de abajo. Me gritan: ‘Guardia, pida un número, llame al enfermero de turno y que traiga una camilla’. Obedezco la orden y llamo, llega el enfermero corriendo con la camilla. Ellos lo levantan hasta arriba por los escalones de hormigón y lo suben. El enfermero agarra de un lado y se me ordena que yo agarre del lado de la cabecera. Les dije que no podía porque yo estaba apostado allí, y me dicen: ‘El puesto se levanta, ¿no ve que lo trasladamos?’. Entonces me cuelgo la metralleta a la espalda y ayudo al traslado hacia la enfermería. Corren los trámites de llamar al Dr. Navarro, médico militar, y yo me quedo allí parado. Lo pasamos de la camilla a la cama médica, y recuerdo que un alférez le hizo respiración boca a boca. Pidieron un tubo de oxígeno, de esos verdes de 45 kilos, y le pusieron la mascarilla tratando de darle aire. Recuerdo también que, al darle toda la presión, se inflaba el cuerpo y como que se movía. Entonces un alférez le dice al otro: ‘Ves que se mueve’, pero el enfermero Píriz —ya fallecido hoy— le dice: ‘Está más muerto que mi abuela’. Un alférez se da vuelta y le ordena silencio y arresto. Transcurrieron unos minutos, llegó el capitán de servicio, el teniente Saravia —que andaba con una salida de baño—, el comandante teniente coronel Bonfrisco y presurosamente llegó Navarro. La persona ya estaba muerta, y Navarro mandó desalojar la sala. Como persona cristiana que soy, si bien era militar, me caló muy hondo escuchar esos gritos…”

De acuerdo con la ficha de Oscar Fernández Mendieta que guarda la Secretaría de Derechos Humanos por el Pasado Reciente, a las 19:15 horas arriba el Dr. Rossi, quien comprueba el deceso de Oscar Fernández Mendieta. Según autopsia solicitada por la esposa de Fernández Mendieta, prensa de la época y testimonios, se expresa que su cuerpo mostraba múltiples marcas de golpes y evidentes señales de haber sido sometido a tortura.
La autopsia fue practicada —a pedido del Regimiento— por los doctores Julio C. Rossi, Juan J. Navarro y Hugo Bosch, quienes concluyen que se trató de un infarto extenso de cara posterior inferior. Posteriormente la esposa de Fernández Mendieta solicita un reconocimiento del cadáver, el que fue llevado a cabo por los médicos de Durazno Carlos Schettini, Eduardo Pastor y Edison Scaffo, quienes emitieron un comunicado.

El Testigo se conmueve y conmueve. Traslada la idea de un joven de 18 años, poco más que un adolescente, con una metralleta cargada al hombro, partícipe de aquel violento episodio en el apacible Durazno del 73. La violencia de aquel año no se fue más, no se olvidó más. “Desde entonces estoy en tratamiento siquiátrico porque de noche siento esos gritos, vuelvo a recordar.”
Habla de que el cuerpo “tenía moretones, quemaduras de cigarrillos por todos lados, se notaba rasguños de golpes. Tres médicos se la jugaron y confirmaron que tenía todos esos magullones en el cuerpo. Estaba mojado… Dicen que existía el tacho o submarino. Su cuerpo recuerdo verlo mojado, todo lastimado”.

CABEZA: 2 erosiones frontales izquierdas; una parietal temporal derecha; erosiones en el labio inferior.- HOMBRO IZQUIERDO: tres erosiones sobre región deltoidea.- Dos erosiones sub-claviculares izquierdas.- Hematomas de manos derecha e izquierda.- Hematoma de extremidad inferior de antebrazo izquierdo.- Gran hematoma en región tórax abdominal izquierda (de unos seis por ocho cms.).- Erosiones en cara externa y superior de muslo izquierdo.- Hematomas y erosiones en ambas rodillas.- Hematoma en cara externa de muslo derecho.- Se observan además dos incisiones suturadas [estas incisiones corresponden a la autopsia realizada anteriormente]: una longitudinal tórax abdominal en y una transversal de abdomen.
El informe lleva la firma del Dr. Eduardo Pastor, Dr. Edison Scaffo y Dr. Carlos Schettini.

Le pregunto. ¿Hubo contactos luego de aquella muerte entre los superiores y usted?
Responde El Testigo. “En aquel momento nos ordenaron que teníamos que guardar silencio. Recuerdo que inmediatamente fueron puestos en arresto a rigor, los mandaron al cuarto a los dos. El capitán a cargo los sancionó a ambos.”
Indago. ¿Cómo siguió su vida luego de haber vivido ese hecho tan dramático?
Suspira, recuerda, cuenta. “Me llevó a la bebida porque era la forma de evadirme, de callar eso, olvidarme. Me volví alcohólico. Soy un enfermo alcohólico, hoy concurro a los grupos de AA [nos muestra un llavero con esa identificación]. Me caló muy hondo por haber sido un pibe con apenas 18 años y, además, por ser cristiano desde muy chico.”
El Testigo reconoce que aquellas voces lo persiguen de noche, cuando Durazno está en calma, y que lo llaman desde el sótano, constantes, dolientes. Lo buscan, como lo buscó la señora de Fernández Mendieta, algunos años después, para saber de los últimos instantes de vida del peón rural. “Había venido de Inglaterra un señor Rovira, con quien nos criamos juntos, la arrimó para tratar de hacerme de nexo. Yo ya estaba retirado, él pretendía que le contara algo, pero guardé silencio porque tenía miedo a las represalias”.

Poseo información sobre quienes torturaron y mataron al joven Oscar Felipe Fernández Mendieta, quien murió el 25/5/73 en el Cuartel de Durazno, perteneciente a la Región Militar n.º 2.
Quien me confió lo sucedido fue la esposa de uno de los asesinos, que recientemente se ha separado y me lo contó con enorme pesadumbre.
Los torturadores y asesinos de Fernández Mendieta fueron los que en aquel entonces poseían el flamante cargo de alférez, con 21 o 22 años de edad, ya que egresaron en setiembre de 1972 de la Escuela Militar. Ellos son los tres siguientes: Cnel. Daniel Blanco (creo que ocupa actualmente el cargo de jefe de la Dirección del Personal Militar, dependiente de la Secretaría del Ministerio del Interior), Cnel. (R) Gustavo Mieres y el que creo que se retiró con el cargo de capitán, Alberto Ballestrino (h), que se dedicó posteriormente a ejercer como pastor de una iglesia protestante.

El miedo a las represalias fue enorme y llevó a muchos años de silencio. Pero el miedo que persigue en las noches y que no deja dormir es mayor. El Testigo tiene 64 años, y hace mucho que no duerme bien. Llega el momento en que se debe contar, exorcizar. “Yo esto lo hablé con mi siquiatra, el Dr. Romero. Desde ahí tomo ansiolíticos, me ha dado otro para dormir porque sigo recordando esos gritos, como que me traen… hace poco en una reunión de AA un veterano me dijo: ‘Vos tenés algo adentro que te tiene angustiado’, y le dije que sí. Se lo confié como buen compañero, porque allí se guardan las historias. Y él me dijo que era conveniente que lo hablara con algún cura o pastor. Lo hablé con un excura, Arrillaga, que fue de los que concurrió al cementerio aquel día. Lo vi irse juntos con el senador… Me comentó tiempo más tarde que había estado presente.”

La responsabilidad institucional por la muerte de Oscar Felipe Fernández Mendieta, muerto en democracia, es de las Fuerzas Conjuntas. Región Militar n.º 2, Regimiento de Caballería Nº 2, Durazno.
En la causa penal tramitada ante el Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 7.º Turno figuran como indagados los siguientes: Coronel (R) Líber Morinelli, Coronel (R) Raúl Ramírez, Coronel (R) Juan Alberto Saravia, Mayor (R) Eilen Rodríguez, Capitán (R) Alberto Ballestrino, Coronel (R) Daniel Blanco, Coronel (R) Gustavo Mieres; Coronel (R) José Luis Pereira, General (R) Aurelio Abilleira y Dr. Juan José Navarro.

A tiempo presente, el fiscal de derechos humanos Ricardo Perciballe solicitó el procesamiento con prisión de cuatro militares retirados por el homicidio por torturas de Oscar Fernández Mendieta.
De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, a dos de ellos, Daniel Blanco y Gustavo Mieres, les imputó la autoría de un delito “muy especialmente agravado”. Lo mismo le tipificó a Alberto Ballestrino, a quien le agregó abuso de autoridad. En el caso de Líber Molinelli, la solicitud de procesamiento fue por coautoría de homicidio más dos delitos de privación de libertad y dos de abuso de autoridad.
El Testigo afirma que declarará en breve para aportar estos datos, sus verdades, sus demonios. “Sí, lo haré. Estos crímenes no prescriben… Yo creo en la justicia divina, de Dios, pero hay una justicia civil que si me lleva al interrogatorio y yo digo la verdad, pienso que la misma va a actuar y tomar medidas correspondientes”.

Dejamos de grabar, dejamos de hablar. Un hondo silencio se instala entre nosotros, al amparo de la tarde que va comenzando a caer. El Testigo lo dijo, y nosotros escuchamos.

Entonces me pide un último esfuerzo: que grabe claramente los nombres de los asesinos. Y sus alias. Juan Carlos El Cuervo Blanco y Gustavo La Perra Mieres.

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PLAN CÓNDOR

13 de abril de 2019

Documentos de EE.UU revelan

 

más detalles del Plan Cóndor de

 

las dictaduras del Cono Sur

Estados Unidos entregó a Argentina la última tanda de documentos secretos desclasificados sobre la dictadura cívico-militar que comenzó 1976, en los que se revelan detalles del Plan Cóndor de coordinación represiva de los gobiernos dictatoriales del Cono Sur, como por ejemplo que “cada dictadura debía desembolsar 10.000 dólares para costos operativos”.

Se trata de un documento de 45 mil páginas que incluye material aportado por el Departamento de Estado y 14 agencias de seguridad e inteligencia como el FBI y la CIA, infirmó Página 12.

En el documento se detallan aspectos del denominado Plan Cóndor, un operativo de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) que se constituyó a partir de 1975 e instrumentó el asesinato y desaparición de decenas de miles de opositores.

A partir de los documentos que el gobierno estadounidense entregó al ministro de Defensa argentino, Germán Garavano, surgen nuevos datos sobre el operativo represivo.

Según informó la agencia de noticias Efe, miembros de la ONG Archivo Nacional de Seguridad, dedicada a estudiar actas históricas, hallaron datos reveladores.

En tal sentido se indica que la Policía secreta de las seis dictaduras del Cono Sur se reunieron en mayo de 1976 en Santiago de Chile para crear una “nueva unidad destinada a exterminar a los izquierdistas en Europa y otros países de Latinoamérica”.

Dicha unidad fue denominada “Teseo”, en referencia al rey griego que derrocó al Minotauro.

Se indica que se creó bajo el paraguas del Plan Cóndor, la operación impulsada por los servicios de Inteligencia de las dictaduras del Cono Sur para “secuestrar, torturar y exterminar a sus opositores”, todo ello con el conocimiento de Estados Unidos.

Datos reveladores

El cable detalla que la base de operaciones de “Teseo” se instalaría en Argentina y que cada país miembro debía donar 10.000 dólares para “costos operativos”.

Los gastos para los agentes de las “misiones de asesinato” se estiman en  3.500 dólares por persona, por 10 días, más “un adicional de 1.000 por única vez para el abastecimiento de ropa”.

También se indica que los servicios de Inteligencia de Francia, Reino Unido y República Federal de Alemania (RFA) “visitaron Argentina para conversar sobre métodos para el establecimiento de una organización antisubversiva similar al Cóndor”.

Por otro lado, se revela que el embajador de Argentina en Venezuela Héctor Hidalgo Solá “fue secuestrado y asesinado en julio de 1977 por agentes de la extinta Secretaría de Inteligencia del Estado argentino (SIDE)”.

El rapto tenía el objetivo de “pedir dinero a su familia”, pero “cuando empezó una investigación interna para saber qué había ocurrido, los miembros del SIDE tuvieron miedo de ser descubiertos y lo mataron”, indicó Efe.

Por otro lado, se expresa que la CIA tenía conocimiento que los países integrantes del Plan Cóndor planificaban “asesinar a los integrantes de la Junta de Coordinación Revolucionaria, organización que Washington consideraba un paraguas para los movimientos latinoamericanos de izquierda con sedes en París, Lisboa y otras ciudades europeas”.

Pero a la CIA “le preocupaba que este tipo de operaciones acabaran siendo un inconveniente y tuvieran ramificaciones políticas adversas para la agencia por su apoyo al Plan Cóndor”.

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DOCUMENTOS CLASIFICADOS

13 de diciembre de 2016

Plan Cóndor: grupos de derechos humanos

fueron blanco de la CIA

Documentos de la CIA sobre la última dictadura argentina desclasificados por el gobierno de EE.UU. señalan que la Operación Cóndor había identificado a integrantes de Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos para su “liquidación”.

El Archivo Nacional de Seguridad, una ONG que se dedica a estudiar los documentos desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos, difundió este lunes los primeros documentos de la inteligencia de Estados Unidos desclasificados por el gobierno de Barack Obama sobre la última dictadura argentina y el Plan Cóndor.

Según los documentos de la CIA las operaciones en los años 70 para eliminar a los líderes de izquierda y organizaciones sociales que se oponían a las dictaduras del Cono Sur con el apoyo de EE.UU se consolidaron en 1974, cuando agentes de seguridad de esos países acordaron establecer canales para facilitar la movilización de un país a otro de oficiales de seguridad, encargados de asuntos gubernamentales.

Los documentos detallan que las fuerzas de seguridad de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, intercambiaban información sobre líderes de izquierda, a quienes catalogaban de “terroristas”. Y según el comunicado de la Archivo Nacional de Seguridad los “nuevos documentos echan luz sobre las misiones que la Operación Cóndor planificó en Europa”.

Según recoge Página12 del comunicado sobre los archivos, las dictaduras del Cono Sur involucradas en la Operación Cóndor habían elegido a dirigentes de Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos en París y Londres como objetivos. Basándose en el informe de inteligencia de la CIA de mayo de 1977 “la misión de los grupos de tarea de la Operación Cóndor es ser enviados fuera del país a liquidar a líderes terroristas del más alto nivel. Dirigentes no terroristas también fueron elegidos para ser asesinados; algunos líderes de Amnistía fueron mencionados como blancos”.

“Dos prominentes exiliados políticos en Argentina fueron asesinados en misteriosas circunstancias”, detalla la documentación que revela que en mayo de 1977 hombres armados asaltaron las oficinas de la Comisión Católica Argentina sobre Inmigración y robaron los archivos con información sobre cientos de inmigrantes y refugiados, un hecho que nunca fue investigado por la policía.

Represión y tortura

También expone que en junio de ese mismo año 24 refugiados chilenos y uruguayos fueron secuestrados y torturados y tras ser liberados dijeron que sus torturadores eran oficiales de seguridad de Chile y Uruguay. Mientras que un grupo de uruguayos fueron retenidos en Buenos Aires por dos semanas y luego los llevaron a Montevideo en un avión de Uruguay. Al llegar, los militares les ofreció dejarlos vivir si acordaban ser “capturados” como si fueran un grupo armado que iba a atentar contra el país, informa TeleSur.

Los documentos señalan que los gobiernos del Cono Sur no escatimaban en dañar a inocentes para eliminar cualquier amenaza subversiva. Además, la mayoría de estos países tenían Constituciones que les permitía declarar Estados de sitio, para limitar la libertad de los ciudadanos, u otra cláusulas de emergencia que les daba el poder de arrestar, detener o censurar.

Los documentos también se se refieren a otras medidas catalogadas de “no violentas”, como el uso de guerra psicológica y propaganda mediática de las dictaduras para difundir mentiras sobre grupos de izquierda y así generar miedo en la población para que revelaran cualquier actividad inusual en sus localidades.

Los servicios de inteligencia y los Ejércitos de las dictaduras de derecha hispanoamericanas mataron en los años 70 y 80 a más de 60.000 disidentes contando con el apoyo de la CIA, que se hallaba preocupada por la izquierda revolucionaria que latía en la región.