Día de los mártires estudiantiles

1968-2018 Cincuentenario de los Màrtires estudiantiles

¿Por qué se

celebra

el 14 de agosto el

Día de

los Mártires

Estudiantiles en

Uruguay ?

El 14 de agosto de 1968, moría el estudiante universitario Líber Arce, mártir de la democracia asesinado por las fuerzas represivas, durante una cruenta jornada que bautizó a sangre y fuego el gobierno encabezado por Jorge Pacheco Areco.

El asesinato del joven estudiante se enmarcó en una vasta ofensiva gubernamental contra las fuerzas de cambio, cuya resistencia a las políticas antipopulares crecía por entonces en calles, fábricas y centros educativos.

El ya legendario grito ‘obreros y estudiantes unidos y adelante’, movilizaba cotidianamente a miles de jóvenes inspirados en vientos de cambio que soplaban sobre viejas banderas libertarias y el paradigma del mítico mayo francés.

Todo ese juvenil entusiasmo que heredaba las mejores tradiciones del movimiento estudiantil sufrió un traumático golpe en una luctuosa jornada de sangre y conmoción.

El doloroso episodio se registró al mediodía del 14 de agosto de 1968, cuando un grupo de estudiantes de Odontología, Enfermería y Veterinaria manifestaba desde esa casa de estudios, sita en Larrañaga, rumbo a avenida Rivera.

La demostración fue abortada violentamente por las fuerzas represivas. El grupo de estudiantes fue interceptado por efectivos policiales de choque que, sin que mediara ninguna actitud agresiva de los manifestantes, desenfundaron sus armas de reglamento y comenzaron a disparar al bulto.

Ante la lluvia de fuego, el grupo se replegó y regresó sobre sus pasos buscando la protección de la sede universitaria

Según inequívocos testimonios oculares de la época, reproducidos con objetividad incluso por la prensa oficialista, desde una distancia de no más de cuatro metros y abandonando previsibles intenciones intimidatorias, Líber Arce fue baleado por la espalda.

El joven recibió un disparo en una pierna con orificio de salida en la ingle. El balazo, según el dictamen médico conocido pocas horas después, le seccionó la arteria femoral que irriga los miembros inferiores.

Algunos de los participantes en la manifestación, al ver caer al infortunado estudiante en medio de un impresionante baño de sangre, retornaron para prestarle auxilio.

Empero, aunque la Policía les permitió acercarse, inmediatamente los encañonaron con sus revólveres y exigieron la exhibición de documentos, lo que demoró el traslado del herido a un centro asistencial.

El autor del disparo mortal, según se supo, fue el oficial ayudante Enrique Tegiachi.

Durante los incidentes acaecidos frente a la Facultad de Veterinaria, resultaron heridos también otros cuatro estudiantes aunque felizmente de menor entidad.

Al ingresar al Hospital de Clínicas, el estado de Líber Arce era ya crítico. Sus pulsaciones eran muy débiles y había perdido abundante sangre.

La lucha del equipo médico por salvarle la vida resultó casi heroica. Mientras era intervenido quirúrgicamente, el joven entró dos veces en shock y estuvo a punto de morir, aunque en ambas oportunidades fue reanimado.

Tras horas de incertidumbre, el equipo médico informó que se había logrado detener la hemorragia y se practicó un injerto con el propósito de reparar la arteria seccionada por el disparo.

Sin embargo, todo esfuerzo resultó en vano: Líber Arce dejó de existir el 14 de agosto, en medio de una intensa congoja colectiva.

El funeral del mártir es recordado como una de las más conmovedoras demostraciones de dolor, de todo un pueblo que -más allá de credos e ideologías- acompañó el cuerpo sin vida del asesinado estudiante hasta su última morada.

Pero el luto no se agotó ese año en el asesinato de Líber Arce, ya que el 20 de setiembre cayeron para siempre los estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos, en otra sangrienta jornada represiva que tuvo como escenario la explanada de la sede central de la Universidad de la República.

Ese día, otras zonas de Montevideo fueron profundamente conmovidas, al registrarse cruentos enfrentamientos entre obreros y fuerzas de choque en el Cerro. Hugo de los Santos fue herido de bala cuando comenzó la manifestación estudiantil, tras una reunión de la FEUU en la Facultad de Derecho. Susana Pintos fue herida de muerte cuando intentó auxiliar a su compañero, envuelta en una bandera blanca que no fue respetada. Después caerían Heber Nieto, Walter Medina, Julio Spósito y una larga y dolorosa lista de estudiantes.

La violencia estaba definitivamente instalada en la sociedad uruguaya y arreciaba la represión sobre las fuerzas populares.

Desde ese 1968, el 14 de agosto ha sido asumido por el movimiento estudiantil uruguayo como la fecha de los mártires y no hubo un año, incluso durante la dictadura cívico militar, que no se homenajeara a Líber Arce.

Desde las concentraciones relámpago en la explanada de la Universidad, hasta la lluvia de claveles y rosas rojas en la Biblioteca Nacional, la represión no pudo evitar que los estudiantes recordaran a sus caídos.

Fuente: FEUU 

14 de agosto: memoria y presente unidos

por la lucha

El 12 de agosto de 1968, un joven estudiante de 29 años, caía herido en medio de una manifestación por el boleto estudiantil, la autonomía y presupuesto universitario, frente a la Facultad de Veterinaria. El balazo a quemarropa, disparado por las fuerzas policiales que reprimieron a los manifestantes, le causaría la muerte dos días después, el 14 de agosto.

A pesar de los intentos del gobierno de Pacheco Areco y sus fuerzas represivas, en plena escalada autoritaria, por impedirlo, el funeral y posterior entierro del estudiante asesinado se convirtió en una manifestación popular de dimensiones gigantescas, como nunca antes se había visto en nuestro país, así lo atestiguan las fotos históricas de aquella jornada.

A partir de entonces, Líber Arce el compañero, Liberarse la consigna, quedaron grabados a fuego en la memoria histórica del pueblo uruguayo, y cada 14 de agosto se transformó en un día de recuerdo y reafirmación, de lucha y compromiso, con las causas del movimiento estudiantil y popular en su conjunto. 

1968: Contexto

Desde fines de la década de los 50, los estudiantes y sus organizaciones lograron conquistas importantes, crecían y ensanchaban su arraigo popular y su nivel de unidad y hermanamiento con todo el campo popular, en particular, con los trabajadores. Surgía en las calles el grito de «Obreros y estudiantes, unidos y adelante», que imprimiría un sello distintivo al Uruguay de aquellos años y, por supuesto, generaría rechazo y temor entre los sectores dominantes, que cada vez adoptarían posiciones más reaccionarias.

Tras la conquista de la Ley Orgánica de la UdelaR, en el 58, continuaría un proceso de acumulación popular que tuvo sus momentos más simbólicos, ya en la década del 60, con el Congreso del Pueblo que sintetizó un programa de soluciones ante la grave crisis económica y social generada por los gobiernos conservadores, y más tarde llegaría la unidad sindical y su CNT, en el año 1966.

La respuesta ante el avance popular fue de más medidas contra los sectores trabajadores, represión, detenciones y arbitrariedad, con la implantación de las Medidas Prontas de Seguridad y el congelamiento de salarios.

En el 68, hubo ocho paros generales de la CNT contra esta política, el conficto y la movilización de miles era moneda corriente; por un lado, el pachecato y su mano dura, por otro, un movimiento popular fuerte que no cedería sin luchar.

Los cauces democráticos y la resistencia del pueblo uruguayo eran, para los sectores conservadores, una traba irreconciliable con sus intereses de mantener sus privilegios en un contexto de crisis económica. Detener el avance popular era una necesidad vital para conservar el poder, la receta sería la misma que en todo nuestro continente: la violencia, el autoritarismo y el fascismo.

Los mártires

Líber Arce fue el primer mártir estudiantil, además de desarrollar estudios de Odontología, trabajaba como feriante, y era militante del centro de estudiantes de su facultad, de la FEUU y la UJC.

Le siguieron, en setiembre de ese mismo año, el asesinato de Hugo de los Santos y Susana Pintos, el 20 de setiembre, en una manifestación frente a la UdelaR.

Susana Pintos tenía 27 años y era estudiante de la Escuela de la Construcción de la Universidad del Trabajo, y era también militante de la UJC, al igual que Hugo de los Santos, de 19 años, que era estudiante de Ciencias Económicas.

Heber Nieto fue asesinado en julio de 1971, por un francotirador mientras estaba en una actividad solidaria con un conflicto en la fábrica Seral. Tenía 19 años. Estudiaba en el IEME (Instituto de Enseñanza Mecánica y Electrotécnica).

Íbero Gutiérrez era poeta y estudiante de la Facultad de Humanidades, militante de la FEUU e integrante del Movimiento 26 de Marzo. Su cuerpo fue encontrado el 28 de febrero de 1972, un día después que lo secuestrara el Escuadrón de la Muerte.

Santiago Rodríguez Muela fue asesinado el 11 de agosto de 1972 en un asalto del grupo de extrema derecha JUP al liceo Nº8. Tenía 22 años, era trabajador de ANCAP y estudiaba en el turno nocturno. Era militante del PCR.

Julio Spósito era estudiante del liceo Suárez, tenía 19 años. Fue asesinado por un policía con un tiro por la espalda mientras realizaba junto con sus compañeros un peaje para ayudar a solventar un conflicto en la fábrica de CICSSA, por General Flores, entre la Facultad de Química y la de Medicina.

Ramón Peré fue el primer estudiante asesinado por la dictadura, el 6 de julio de 1973. Era estudiante de la Facultad de Veterinaria, donde estaba junto a sus compañeros ocupando la facultad durante la Huelga General. También militaba en la UJC.

Walter Medina era estudiante de secundaria, poeta y canillita, militante de la JSU. Fue asesinado por la espalda mientras pintaba un muro que decía “consulta popular” en el barrio de Piedras Blancas. Fue el 9 de julio del 73. En plena huelga general, una multitud acompañó su sepelio. Tenía 16 años.

Joaquín Klüver tenía 22 años, era estudiante de la Facultad de Agronomía e integrante de la asociación de estudiantes de esa facultad. Murió víctima de un disparo a quemarropa por la espalda luego de ser detenido en una manifestación estudiantil contra la Ley de enseñanza.

Nibia Sabalsagaray tenía 28 años. Era militante de la UJC y estudiante del IPA. El 27 de junio de 1974 fue detenida. A las dos de la mañana, los militares se la llevaron de su casa. Nibia murió víctima de la tortura, en el Batallón de Transmisiones N° 1, ese mismo 27 de junio. Los militares argumentaron que se había suicidado, se comprobó que no era así.

La dolorosa lista se prolongó en los años sucesivos, y fueron miles los estudiantes detenidos, torturados, perseguidos. A todos ellos, se los recordará este 14 de agosto. 

«El mejor homenaje es seguir luchando»

Desde aquel día de agosto, hace 49 años, el movimiento estudiantil ha defendido la memoria y reivindicado a los caídos por la brutalidad fascista, levantando sus banderas y demostrando en la calle la continuidad de la lucha de los estudiantes y el campo popular por concretar su programa de cambios. Esta fecha se reafirma, año tras año, como una denuncia a la represión y la impunidad, en defensa de la libertad y la democracia, y también como una manifestación que pone en el centro de la escena nacional los reclamos de los estudiantes y la Educación Pública, así como su visión de la coyuntura y su compromiso con el futuro de nuestro país.

Claudio Arbesún, miembro de la Mesa Ejecutiva de la FEUU, reflexionó que «además de recordar y reivindicar a nuestros mártires, este 14 de agosto, queremos pararnos sobre sus hombros, para encontrarlos a ellos en nosotros en este presente, en las luchas que damos».

«El 14 de agosto siempre ha implicado para el movimiento estudiantil, en primer lugar, una instancia de recuerdo, a todos aquellos compañeros que, en los momentos más difíciles para nuestro país y nuestro pueblo, donde soñar con que las cosas podían ser de otra manera o apostar a espacios de discusión colectiva, era jugarse la vida y ellos no titubearon a la hora de asumir los desafíos que les tocaron», afirmó.

Arbesún explicó que, este año, el movimiento estudiantil ha continuado la batalla por el presupuesto educativo, y que este 14 de agosto «pretende sintetizar eso». Destacó que no puede verse el recuerdo de los mártires como símbolos vacíos, sino que «eran jóvenes que luchaban por transformaciones concretas, que mejoren la vida del pueblo uruguayo, sobre todo, de los estudiantes».

«Hemos dicho que el mejor homenaje es seguir luchando, y así lo hemos hecho todo el año», aseguró.

Por la Educación Pública

Entre los planteos que han puesto sobre la mesa los estudiantes en este año, está la reivindicación de una rendición de cuentas que contemple un presupuesto que permita hacer frente a las necesidades de la Educación Pública «como elemento democratizador, promotor de la inclusión y del desarrollo del país».

Esto, según Arbesún, tiene que ver con necesidades concretas que se afrontan todos los días en nuestra educación. El acceso a la misma mediante becas, la eliminación de los cupos y las condiciones edilicias, son parte de los reclamos. Por ejemplo, «hay estudiantes con discapacidad que no pueden ingresar porque no están las condiciones dadas», sostuvo.

«El presupuesto debe hacer frente a que el Hospital de Clínicas, donde se atienden miles de uruguayos, de los sectores más postergados y trabajadores, esté en condiciones y los compañeros que estudian Medicina puedan ejercerla en forma digna», manifestó.

También el salario docente y de los funcionarios se reivindica en la plataforma de los estudiantes, para combatir el multiempleo y el trabajo precario.

Arbesún comentó que el movimiento estudiantil viene desarrollando en este año, en simultáneo a la movilización por estos puntos, un conjunto de asambleas, ferias, pasadas por las clases para conversar con los estudiantes y el pueblo en general, planteando que «la defensa de la educación no es algo que solamente le incumbe a aquellos que asisten a una institución educativa, sino que tiene que ver con el desarrollo de nuestro pueblo, con la democracia, con la justicia social».

Por todo esto, el dirigente de la FEUU valoró que el mensaje presupuestal de la rendición de cuentas, presentado este año por el Poder Ejecutivo, ha sido visto con disconformidad por los estudiantes y sus organizaciones, y luego de su paso y votación por la Cámara de Diputados, sigue siendo insuficiente.

Consideró que hay tres aspectos centrales en la crítica a este proyecto presupuestal. Por un lado, lo «meramente presupuestal, a qué se asigna dinero y a qué no». No se disponen los recursos para contemplar los reclamos antedichos, tanto de los estudiantes como de los demás actores de la educación: «incumplimiento de acuerdos salariales, los fondos para el Hospital de Clínicas», entre otros, persistían en el proyecto inicial del Ejecutivo. Se han hecho movimientos de rubros, que permiten cumplir con lo pactado en la negociación colectiva para los trabajadores, y se destinan cuatro millones de dólares para el hospital, en un pedido que era de once.

Un segundo aspecto de la crítica, radica en «cómo se piensa la política pública», en un presupuesto que no se piensa hasta finalizar el período, sino a un año, y eso hace imposible «planificar y proyectar una institución a largo plazo».

La tercera crítica, para Arbesún, es «la más profunda y la más importante», y hace al trasfondo de las dos primeras, que es la concepción de la política económica. «Desde la Federación lo hemos dicho muchas veces, es preocupante que en general se conciba como una gestión de los emergentes que van surgiendo en los mercados y casi como un objetivo en sí mismo, sin pensar en lograr otras cosas», analizó. Esto se expresa, por ejemplo, en el respaldo a las inversiones extranjeras y la exoneración de impuestos a las grandes actividades económicas, que muchas veces «nada aportan para hacerle frente a las necesidades que tiene nuestro pueblo», y también en los «religiosos intentos de mantener calificaciones en instituciones internacionales» y la prioridad que se le otorga al pago de los intereses de la deuda.

«Nosotros vemos la economía no solo como algo que pueda afrontar las fluctuaciones de los mercados en el marco de una economía dependiente, sino también como una herramienta de transformación en manos de un gobierno para generar las condiciones que permitan concretar prioridades políticas», aseguró. Opinó que es necesaria en este ámbito una visión proactiva, enfocada en las necesidades de la gente, como motor generador de trabajo, con las empresas públicas jugando un papel en el desarrollo del mercado interno y la industria local, generando producción científica e innovación, «al servicio de las grandes mayorías y no de la gestión de los mercados».

 

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Medio siglo

15 de agosto de 2018

En el Día de los Mártires Estudiantiles, a 50 años del asesinato de Líber Arce, se reiteró el reclamo de 6% del Producto Interno Bruto para la educación.

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“El mejor homenaje es seguir luchando”. Con esa consigna, el movimiento estudiantil recordó ayer los 50 años del asesinato de Líber Arce, que iba a la Facultad de Odontología y murió el 14 de agosto de 1968, después de haber recibido un balazo en la pierna durante una movilización por el boleto gratuito y presupuesto para la Universidad de la República, el 12 de agosto. Susana Pintos y Hugo de los Santos, otros estudiantes universitarios, también murieron en 1968, tras haber recibido disparos durante una movilización convocada al mes de la muerte de Arce. El recuerdo también fue para Maximiliano Pereira, Jorge Salerno, Julio Spósito, Alfredo Cultelli, Ricardo Zabalza, Heber Nieto, Ibero Gutiérrez, Ramón Peré, Walter Medina y Nibia Sabalsagaray, entre otros estudiantes muertos por aquellos años en distintas circunstancias. “No los olvidamos y levantamos sus banderas una vez más. Seguimos defendiendo la educación pública y le exigimos al gobierno el 6% para ANEP y Udelar ya”, reafirmaron anoche miles de jóvenes que marcharon desde la explanada universitaria hasta la plaza 1º de Mayo.

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Estudiantes recordaron a sus mártires y

reclamaron 6% para educación

Los estudiantes recordaron los 50 años del asesinato por parte de la Policía del estudiante Líber Arce.

A 50 años del asesinato de Líber Arce, y en coincidencia con la votación en general del proyecto de Rendición de Cuentas por parte de la Cámara de Representantes, los gremios estudiantiles marcharon desde la Universidad de la República hasta la plaza Primero de Mayo, frente al Palacio Legislativo. La marcha pasó frente al Centro Militar, vallado desde temprano por la Policía.

Las actividades comenzaron temprano con talleres en algunos liceos y un toque en el callejón de la Universidad -callejón Emilio Frugoni- en el que actuó Tabaré Rivero y su banda, entre otros grupos.

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Hacia las 18 horas y tras la lectura de una proclama, los diversos centros de estudiantes de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), de Secundaria y la UTU, así como organizaciones juveniles, comenzaron a marchar por 18 de Julio. Pasaron por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en Colonia y Paraguay, por el Centro Militar en avenida del Libertador y Paysandú, para seguir hasta la plaza Primero de Mayo.

Mientras se desarrollaba la marcha en la Cámara de Diputados se aprobaba en general la Rendición de Cuentas, la que incluye más de $ 100 millones para la educación que se obtuvieron por la trasposición de fondos de otros organismos, entre ellos del Ministerio de Defensa Nacional (MDN).

 

 

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Me gustan los estudiantes

Miles de personas se manifestaron en recuerdo de los Mártires Estudiantiles y en reclamo de mayor presupuesto para la Educación

La movilización tuvo como una de sus consignas el pedido del 6% del PBI para la Educación Pública.

15.08.2018

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Miles de personas, sobre todo estudiantes y miembros de sindicatos vinculados a la Educación, marcharon el martes por el centro de Montevideo para homenajear a los tres primeros mártires estudiantiles uruguayos, Líber Arce, Hugo de los Santos y Susana Pintos, asesinados en 1968, cinco años antes del golpe de Estado (1973).

“Nosotros conmemoramos esta fecha todos los años en el entendido de que la mejor manera de conmemorar la muerte de tantos mártires, que son más de 40, asesinados por luchar en defensa de la educación pública”, aseguró a Efe el secretario de Asuntos Gremiales de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).

Arce, estudiante de Odontología y militante de la FEUU, fue herido de muerte el 14 de agosto de 1968 por un grupo de policías, en el marco de una marcha estudiantil.

De esta manera, se convirtió en el primer mártir estudiantil, aunque ese mismo año le siguieron De los Santos y Pintos.

Según Conti, los tres estudiantes -al igual que los demás mártires- fueron asesinados por defender a la democracia, en una época en la que se comenzó a gestar la dictadura cívico-militar (1973-1985).

“La manera que tenemos de homenajear y de luchar por la educación pública es salir a las calles junto a todo el resto del pueblo para reclamar un presupuesto digno para la Educación”, señaló el dirigente de la FEUU.

Al igual que en la pasada edición, el reclamo por el 6 % del producto interno bruto (PIB) destinado a la Educación centró la manifestación, en días en los que se vota en el Parlamento la ley de Rendición de Cuentas, que reasignará el presupuesto del Estado para lo que queda del Gobierno (2020).

“Esperamos que desde el Parlamento pueda haber una redistribución que pueda, por lo menos, mejorar lo que nos han dado hasta ahora en esta Rendición de Cuentas, que es magra”, expresó Conti.

La inversión en Educación está, actualmente, alrededor del 5 % del PIB y se pretende que, con la aprobación de la Rendición de Cuentas, se llegue al 5,15 %.

(Fuente: EFE)

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LOS MARTIRES ESTUDIANTILES