Entre una Justicia lenta, y Tribunales de Honor “olvidados”

¿Y los Tribunales de Honor?

El Observatorio Luz Ibarburu ha demostrado, lo lento de la Justicia uruguaya, frente a los criminales de la Dictadura de los años 1973-1975, pero y la inexistencia de algún Tribuna de Honor prometido por el Ministro de Defensa, Eleuterio Fernandez Huidobro con el aval del entonces Comandante en Jefe del Ejército. Reproducimos aquí el artículo aparecido en Marzo del 2013 en el cual el Ministro afirmaba la creación de Tribunales de Honor, para los procesados por Crímenes de Lesa Humanidad.

El jefe del ejército acompaña la decisión del ministro

Militares condenados por violar DDHH serán juzgados

Raúl Legnani

Publicado el Domingo 17 marzo de 2013

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El ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, aseguró a LA REPÚBLICA que los militares condenados por violar los derechos humanos, tienen como destino ser juzgados en los Tribunales de Honor.

El anuncio formó parte de una entrevista que se le realizó el viernes en la tarde, sobre las 15 horas, y que se publicará en forma completa mañana en LA REPÚBLICA. Serían al menos ocho los militares que cuentan con condenas confirmadas y que deberían ser juzgado por los Tribunales Militares.

Ellos son: Gregorio Álvarez, Juan Carlos Larcebeau, José Gavazzo, Ricardo Arab, Gilberto Vázquez, Ernesto Ramas, Jorge Silveira, Ernesto Soca y Luis Maurente (ver nota aparte). Un año atrás, según recordó el viernes la revista Caras y Caretas, el Ministerio de Defensa había solicitado a la Suprema Corte de Justicia los nombres de los militares presos que ya habían recibido condena judicial firme. La idea era que una comisión iniciara los procedimientos para someterlos a Tribunales de Honor (ver nota aparte), según consignó la misma publicación.

El siguiente es parte del reportaje con el Eleuterio Fernández Huidibro, titular de la cartera de Defensa.

¿Por qué los militares que han sido condenados y/o procesados por violar los derechos humanos no han pasado por los Tribunales de Honor?

No sé, pero van a ir.

¿Van a ir?

Sí.

¿Por qué hasta ahora no fueron?

No sé. Pero van a ir.

¿Quién lo va a resolver?

Yo.

¿Está agendado ese pasaje a los tribunales?

Lo está. Van a ir todos. Van a ir con el apoyo del comandante en jefe del Ejército, Pedro Aguerre, a esta resolución del Ministerio de Defensa.

Con el visto bueno del actual comandante que está en el Hospital Militar y que renunció al Centro Militar…

Sí.

¿Por qué no se hizo antes ese pasaje al Tribunal? ¿Fue un problema de correlación de fuerzas en la interna militar?

Fue un problema de política. Es que las cosas se deben hacer con el menor daño posible para la sociedad y con el mejor beneficio posible para la ciudadanía.

¿Hoy hay condiciones nuevas para asumir esta actitud?

No, el tema ya estaba agendado. Quizás otros ministros no pudieron agendarlo y concretarlo, pero no soy juez de nadie. Nosotros lo vamos a hacer.

Virtud militar, una “religión”

Pocos días antes de dejar la Presidencia de facto, en febrero de 1985, el teniente general ( r ) Gregorio Álvarez firmó el decreto Nº 55/985 por el que se creó el Reglamento de los Tribunales de Honor de las Fuerzas Armadas (modificado en 2001 al derogarse varios artículos referidos al duelo entre oficiales). “Cada oficial está obligado a ser un ejemplo de conducta”, señala el Reglamento en su artículo 3 º y define al honor (artículo 1º) como “la cualidad moral que nos lleva al más severo cumplimiento de nuestros deberes respecto al prójimo y a nosotros mismos”. También señala que la virtud militar “es por excelencia, una religión, la religión del deber.

Los Tribunales de Honor, agrega, se limitarán a juzgar, solamente, el aspecto moral de las cuestiones que se les sometan, en las que actuarán como jueces de hecho, de acuerdo a la conciencia que se formen frente a la verdad depurada e inspirándose siempre en el sentimiento de Honor y Deber militar”. En ese sentido, a los Tribunales de Honor compete emitir su parecer respecto a la conducta de un oficial en retiro cuando haya sido “condenado por juez competente”. Los fallos se encuadran dentro de ciertos límites. Van desde la absolución a la descalificación por condena de tribunales ordinarios.

Los nueve condenados

La lista de los nueve militares con condena judicial firme la encabeza el ex dictador Gregorio “Goyo” Álvarez. El ex presidente de facto fue condenado a 25 años de prisión por 37 homicidios especialmente agravados cometidos durante la dictadura (1973-1985). Le sigue el capitán de fragata (r) Juan Carlos Larcebeau, condenado a 20 años de prisión como coautor en el homicidio de 29 personas trasladadas desde el exterior en 1978 en forma clandestina. Luego, el coronel José Nino Gavazzo, condenado a 25 años de prisión por la muerte de 28 uruguayos secuestrados en Argentina en 1976. El coronel Ricardo Arab, condenado a 25 años de prisión también por la muerte de 28 uruguayos secuestrados en Argentina. Arab también había sido procesado por la desaparición de María Claudia García de Gelman en 1976. El coronel Gilberto Vázquez, condenado a 20 años de prisión por 28 homicidios (también fue procesado por la desaparición de María Claudia). El coronel Ernesto Ramas recibió la condena a 20 años de prisión por el homicidio de 28 personas.

El coronel Jorge “Pajarito” Silveira, condenado a 20 años de prisión por 28 homicidios (también fue procesado por la desaparición de María Claudia García de Gelman). El coronel Luis Maurente, condenado a 20 años de prisión por 28 homicidios. Cierra la lista de condenados, el soldado Ernesto Soca, con 20 años por 28 homicidios.

 

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