Argentina: un revanchismo a ras del suelo…

EL GOBIERNO PORTEÑO LE SACO A LA FUNDACION DE MIGUEL ANGEL ESTRELLA EL PREDIO DE LA VILLA 31

estrella

Sin lugar para la música y la esperanza

La Ciudad tomó posesión del predio que había sido cedido en 2005 a la organización del reconocido pianista para su tarea social. “Me cuesta pensar que el revanchismo puede llegar tan lejos como para terminar con este lugar”, le dijo Estrella a Página/12.

El pianista Miguel Angel Estrella denunció que el gobierno porteño revocó la tenencia de un predio que ocupa la Fundación Música Esperanza en la Villa 31, donde funciona un centro cultural y social, por lo que la organización que el músico dirige deberá abandonar el lugar. El espacio había sido cedido a la entidad por el Estado nacional en 2005, cuando comenzó a trabajar con el auspicio del Ministerio de Desarrollo Social y organismos internacionales. Se trata de una de las 50 sedes que la ONG tiene en el mundo, nueve de las cuales se encuentran en Argentina.

Cada día, 200 personas de todas las edades participaban de actividades deportivas y de formación musical en el lugar.

“Me cuesta pensar que el revanchismo puede llegar tan lejos como para terminar con este lugar, esperemos que el gobierno recapacite y vea la valiosa tarea que venimos realizando en la villa para poder contar con su apoyo”, señaló Estrella a Página/12. Días pasados supo que el Gobierno de la Ciudad se había comunicado con la presidenta de la fundación para informarles que deben abandonar los galpones donde trabajan en Retiro. “Música Esperanza funciona desde el 82, es preexistente a la gestión del kirchnerismo –aclaró el músico–, aunque fue de gran ayuda en el trabajo realizado en villa 31.”

Estrella explicó que “la idea de Música Esperanza siempre fue usar la música como un puente. En cada país tomó un propósito distinto, pero en todos ellos aspira a promover el diálogo”. La impronta que el pianista buscó darle a la fundación en Argentina “tiene que ver con brindar herramientas educativas y culturales en los sectores más vulnerables”.

Por eso, las sedes nacionales se instalaron en barrios de bajos recursos de Chubut, Córdoba, Jujuy, Río Negro, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán, más la sede porteña ubicada en la Villa 31. “Siempre fui un convencido de que con educación, práctica artística y deporte se pueden formar niños mejor preparados para construir su futuro –apuntó su fundador–, y ahí pusimos el acento para hacer crecer Música Esperanza”.

En Retiro, el espacio de ME comenzó con los talleres musicales y, años más tarde, sumó distintas prestaciones ofrecidas por organismos públicos. Así, a los talleres de ejecución de instrumentos y lenguaje musical para chicos y adultos se sumaron 11 médicos del Ministerio de Salud de la Nación, una oficina de la Anses para realizar trámites relacionados con pensiones, jubilaciones y subsidios, y se llevaban a cabo tareas territoriales con agentes del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) nacional para elevar las inquietudes del barrio.

En el espacio de Villa 31 también funcionaba el Plan Fines (Finalización de Estudios Primarios y Secundarios) por un convenio con la cartera educativa de Nación y se daba sede a un programa de apoyo escolar secundario y para alumnos del CBC, cuyas clases estaban a cargo de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

La secretaría de Deportes –entonces dependiente del Ministerio de Desarrollo– organizaba talleres de actividad física, que se complementaban con clases dictadas por vecinos del barrio. “Lo que se había formado en la villa era muy lindo, realmente se podía ver el poder transformador del arte y del deporte con los vecinos, al punto de que muchos de los primeros chicos que empezaron a aprender instrumentos hoy son jóvenes talleristas”, comentó el pianista.

La fundación tiene en marcha distintos programas como la Tecnicatura de Música Popular, una propuesta que se trabajó junto a Madres-Línea Fundadora y se articuló con el MDS nacional y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata.

La resolución que dispone sacar a ME del predio de la Villa 31 fue tomada por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe) y está fechada el 29 de abril de 2016. El documento revoca la tenencia otorgada a la fundación, para cederle el espacio al gobierno porteño, que, según detalla, otorga la tenencia de la propiedad a la Secretaría de Integración Social y Urbana, dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros. La resolución también indica que de un relevamiento efectuado por la Aabe “surge que en el galpón bajo trato se desarrollan varias actividades, algunas de ellas prestadas por reparticiones gubernamentales, siendo escasa la actividad que realiza la fundación Música Esperanza”.

Al enterarse de la orden de abandonar los galpones de Villa 31, el músico escribió una carta al gobierno porteño en el que resume la tarea y los logros conseguidos en los 30 años de trabajo de la fundación y que al momento no obtuvo respuesta. En el texto recuerda que en 1995, el director general de Unesco convocó a 30 grandes figuras de la música en el mundo, donde fueron adoptados los diez programas presentados por Música Esperanza, entre ellos, la Orquesta para la Paz en Medio Oriente (Salom Shalam) y la formación de músicos sociales, dos iniciativas que siguen funcionando.

“Debido al impacto social y político que por nuestro accionar llevamos adelante con los diferentes programas a nivel nacional e internacional, nos parece imprescindible hacerle llegar a Uds. nuestra historia y realizaciones”, explica el músico en su mensaje. Así, Estrella recuerda que el trabajo de la fundación siempre se realizó “con la ayuda y colaboración de los organismos más variados” y que, por tanto, para mantenerlo se necesita “de la colaboración económica y ayuda de los organismos estatales públicos y privados”.

“Respecto de Villa 31 –concluye la carta–, me permito decirle que desde los tiempos del Padre Mugica, hemos estado ligados a esta comunidad un conjunto de músicos argentinos. Es por eso que nos duele en el alma dejar de ser parte de una tarea comenzada hace largo”.

Informe: Paz Azcárate.

 

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