“El Cóndor judicial”

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DESPRESTIGIAR SERÍA LA CONSIGNA

De Zaffaroni y un “Plan Cóndor” judicial en el que Mujica es una de sus víctimas

El jurista argentino Raúl Zaffaroni considera que se está llevando a cabo una especie de “Plan Cóndor” judicial; destaca a José Mujica como una de sus víctimas.

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El jurista argentino Raúl Zaffaroni escribió una columna en Página 12 relacionada al accionar judicial sobre los líderes de la región. Para Zaffaroni, hay un intento de desprestigiar a aquellas personas que trabajan para generar un cambio en la región y puedan “ofrecer alguna resistencia electoral al avance del totalitarismo corporativos que sufren nuestros países”.

Como víctimas de esa estrategia, cita a Cristina Fernández, a Fernando Lugo, a Lula y a José Mujica, con el caso de las llamadas tupabandas y de los libros que se han escrito.

Luego de dejar constancia de la austeridad de Mujica, Zaffaroni escribe: “La cuestión empezó con la publicación de tres panfletos llamados ‘libros’, de esos que escriben ‘periodistas’ y que al poco tiempo se venden al por peso en las librerías de viejo, que vinculan a Mujica con asaltos cometidos por ex-tupas en los años noventa, que fueron por cierto aprehendidos y condenados en su momento. A los ‘libros’ de los periodistas se sumaron las declaraciones de un ex-policía, jefe del equivalente a nuestra sección ‘robos y hurtos’ en tiempos de la dictadura, cuyo segundo fue condenado, precisamente, por torturas a tupas. Este fue el material con el que la minoría opositora pretendió crear una comisión investigadora en el Senado, desbaratada por el discurso del propio Mujica, que ni sus enemigos se animaron a responder. Pero con esos mismos elementos se insta a una fiscal para que reabra las causas cerradas hace décadas”.

Zaffaroni que el objetivo del “nuevo totalitarismo corporativo transnacional” y sus aliados es el de desprestigiar a la política y, paralelamente, a la justicia, la que lleva la peor parte: “No sólo nadie tomará en serio en el futuro las decisiones de jueces que se prestan a reemplazar funcionalmente a los baúles de los ‘Falcon’, sino que corre el riesgo de extender la duda respecto de la totalidad de los jueces”.

Por esas consideraciones y por otras, el jurista opina que también se intenta destruir la confianza en las instituciones y en el derecho: “Debemos tener extremo cuidado con esto, porque cuando se desprecia el derecho no queda otro camino que el de la violencia. Por suerte, nuestros Pueblos son intuitivos y pacíficos, aunque conscientemente no crean mucho en el derecho –porque sus promesas fueron casi siempre estafatorias–, saben que el camino de la violencia es una trampa y que, al final, los muertos son siempre los que están de su lado. Nuestra principal tarea debe ser la de reforzar esta convicción”, concluye.

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