Brutal represión continúa en Chile

La represión es de una violencia pocas veces vista

El desborde en Chile

10 de noviembre de 2019

El gobierno de Piñera acaba de quebrar el record mundial de heridos en los ojos, y hay palizas, torturas, muertos, acoso sexual y denuncias de centros clandestinos. Hay casi dos mil heridos y el Instituto de Derechos Humanos chileno recibió 2300 denuncias.

Por María Daniela Yaccar

Las violaciones a los derechos humanos abarcan en Chile un espectro amplio. Hay un récord mundial de heridos en los ojos, veinte muertos registrados en el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) –cinco en manos de agentes del Estado–, violencia sexual. Niños y adolescentes son detenidos y reciben disparos y gases todos los días, incluso en los colegios. Hay golpizas, torturas, denuncias de la existencia de centros clandestinos de detención, familiares que desconfían de las autopsias. Los heridos son al menos 1915. El Instituto recibió 2300 denuncias por vulneraciones de derechos humanos desde que comenzó el estallido. La Organización Naciones Unidas difundió un comunicado en el que condena el uso excesivo de la fuerza y los actos de violencia.

Van tres semanas del despertar de Chile y la represión recrudece, despojando a la sociedad de su derecho a manifestarse. Esta semana, el presidente anunció proyectos de ley que criminalizan la protesta y convocó al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena). El pueblo sangra pero responde con marchas –el viernes hubo una masiva, que según Interferencia reunió a medio millón de personas– y cabildos. Según cifras del Ministerio del Interior, hubo cuarenta lesionados. Los intentos de Sebastián Piñera de desgastar la movilización no dan resultado. “Manda cada vez más violencia a la calle. Quiere apagar el fuego con bencina. Pero están cada vez más fuertes las ganas de luchar y de bajarlo”, dice a Página/12 Lenny Montanares, 18 años, herido con veinte balines de goma en Parque Bustamante. 

La percepción de la mesa de Unidad Social, conglomerado de sindicatos y organizaciones que de algún modo canaliza la voz del pueblo, es que Piñera sigue sordo al reclamo de las calles, que es la asamblea constituyente: “Insiste en su política represiva, agudizando el conflicto”, opina Carolina Espinoza Tapia, de NO+AFP. Después de la gran marcha del viernes, Piñera dijo que prepara “un proyecto de cambios” a la Constitución. La dirigente cuestiona la reforma tributaria por “insuficiente y cosmética” e informa que los sindicatos harán huelga el martes. “Estamos siendo perseguidos, reprimidos; seguimos sumando heridos y detenciones ilegales. El abuso policial se extiende especialmente a los chiquillos”, advierte. Este martes, los Carabineros dispararon en un colegio secundario femenino. Dos menores resultaron heridas. Según los medios, una recibió el impacto de quince perdigones.

Un Estado que extirpa ojos

El 23 de octubre, Alejandro Muñoz Fuentes había combinado con sus compañeros de la banda Anarkía Tropikal para marchar a Plaza Italia. En la esquina de Santa Rosa y Alameda se encontró con barricadas y peleas entre policías y manifestantes. “Yo estaba apagando bombas lacrimógenas con un tarro de agua”, cuenta el hombre de 36 años a este diario. De pronto sintió un zumbido. Vio una lacrimógena a punto de impactar. No alcanzó a moverse. “Me pegó de frente en mi ojo y caí al suelo con mi tarro”, recuerda. Mientras un grupo de jóvenes lo arrastraba por la Alameda para auxiliarlo, los Carabineros seguían disparando gases. Detrás de unos árboles del cerro Santa Lucía fue atendido por la Cruz Roja y estudiantes de medicina. En la clínica le diagnosticaron explosión ocular con desprendimiento de retina y globo. Lo trasladaron y lo operaron. “Me reconstruyeron el ojo. Me lo habían desmembrado. Parece uno normal y lo puedo mover, pero no veo. Una oscuridad absoluta.”

“Salí a protestar por la injusticia y ahora es todo más injusto. Antes tenía una pequeña empresa, me estaba yendo muy bien. Voy a tener que buscar una nueva forma de vida. Tengo que seguir adelante. Si me quedo me pudro”, expresa el obrero de la construcción, gasista, plomero y artista plástico. “El Estado me extirpó un ojo. Necesito que se haga responsable. Tiene que pagarme hasta el último peso (del tratamiento)”, exige Alejandro, que tiene tres abogados.

El suyo es un trauma que comparten 182 personas, según el último reporte del INDH. El número de heridos con lesiones oculares, en su mayoría a causa de perdigones y balines, “es totalmente inusual para la historia de Chile y del mundo”, afirma Enrique Morales, presidente del departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico. Ahora mismo esa cifra está creciendo, a pesar de los llamados de atención de médicos y referentes de derechos humanos. Es un récord mundial si se compara con otras áreas de conflicto como Israel y Palestina. “Varias decenas han perdido no sólo la visión, sino también el ojo. Es una catástrofe. Una emergencia sanitaria. Para las víctimas, un daño físico y psicológico, porque esto no tiene mejoría”, advierte Morales. 

El promedio de edad de los afectados es de 29 años. En su mayoría fueron alcanzados por balines de goma con centro metálico. “Por lo que nos relatan y lo que podemos ver en videos no se siguen protocolos. Hay cierta gradualidad que se debiera utilizar y muchas veces ésta es la primera herramienta a la que se recurre”, asegura Morales. Este afán de disparar directo al ojo se ha vuelto habitual hacia quienes registran con cámaras episodios violentos. En las performances artísticas de las calles de Santiago este trauma colectivo es representado. También está en fotos pegadas en los edificios. El decano de Medicina de la Universidad de Chile, Manuel Kukuljan, acusó al Estado de usar la “mutilación” como herramienta de control público. Por redes sociales circula la versión de que un estudiante de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano fue herido el viernes en ambos ojos.


De la paz a las lacrimógenas

Son poco más de las 17 en Plaza Italia, epicentro de la protesta social en Santiago. Un grupo pequeño de jóvenes copa Plaza Baquedano, salta y grita contra los pacos. Es una marcha autoconvocada, sin la masividad de otras ni presencia sindical o de organizaciones. Además, es pacífica. Como todas las movilizaciones pacíficas del pueblo chileno termina mal. En pocos minutos la violencia arrasa con la paz. Bien temprano llegan los hidrantes. “Cabros, no nos movamos”, agita una morocha. Comienzan los chorros de agua –los jóvenes creen que contienen pis y caca de uniformados–, los manifestantes corren adonde pueden, y muy rápidamente comienzan a explotar lacrimógenas que caen desde varias direcciones. 

En Parque Bustamante se oyen disparos. Una madre ve cómo caen las bombas. Sujeta fuerte a su hija de la mano. Le ordena que se coloque gafas. En esta zona, en que la Policía suele generar picantes encerronas, Lenny Montanares recibió nada menos que el impacto de veinte balines de goma. Su caso es uno de los que aparecen en el Archivo de Memoria Audiovisual (AMA), un documento en desarrollo en el que vale la pena detenerse, elaborado por un grupo de periodistas con la intención de dar rostro y voz a las víctimas de violencia civil, militar y policial

(https://uploads.knightlab.com/storymapjs/cff39c5ecb6c7254a4be4cc095ebcd66/probando/index.html ). “Nosotros no estamos yendo con armas. Estamos yendo a lo máximo con piedras. Los jóvenes son los que menos miedo tienen entonces van con más fuerza. Son unos grandes, súper guerreros”, expresa Lenny, que marchaba por las pensiones de sus abuelos y la educación de su hermano menor. Todavía tiene una bala en la pierna. Cojea “todo el día”.

Morales se refirió a la utilización de lacrimógenas, armas químicas prohibidas en los tratados de algunos países para su uso en las guerras, pero que se emplean para controlar y dispersar manifestaciones. En Santiago es tal el abuso que ya parecen normales, parte del paisaje. No hace falta estar cerca de una explosión para padecer sus consecuencias. Los ojos arden y lagrimean, se produce una sensación de ahogo y es posible que aparezca una persistente tos combinada con náuseas y sangrado de nariz. “Son complicadas. Hay dudas muy serias respecto de los daños que provocan en forma crónica, de distinto tipo, incluida la generación de problemas respiratorios y cuadros neurológicos. Tienen efectos inmediatos en términos de toxicidad”, describe Morales. Su impacto ha causado fracturas y contusiones. Hace poco, un vendedor ambulante padeció un impacto tan cercano que le causó una severa lesión craneal. Lo último que se supo es que se encontraba en coma inducido.

Violencia político-sexual

La violencia sexual ejercida por Carabineros y militares es otro de los sellos de la represión chilena. Abarca “una amplia gama de prácticas”. Muchas veces ocurre en el contexto de detenciones irregulares. “Se han hecho procesos de desnudamiento a menores de edad y a mujeres, incluso bajo amenaza de que si no lo hacían iban a quedar detenidas por más tiempo. Hay víctimas de golpes y tocaciones, hemos visto moretones alrededor del área genital. La violencia ha llegado hasta la introducción de elementos, por ejemplo armas, y violaciones”, informa Libertad Méndez, ginecóloga feminista, integrante de la Red Chilena de Profesionales por el Derecho a Decidir, la Mesa de Acción por el Aborto y la flamante Agrupación de Salud por Derechos Humanos. Desde el despertar chileno ha estado atendiendo víctimas en puntos cercanos a las concentraciones.

Según el último informe del INDH, se presentaron 52 querellas por violencia sexual (por desnudamientos, amenazas, tocaciones y cuatro penetraciones). Las que más la padecieron son mujeres de entre 20 y 25 años, según lo que pudo observar Méndez, y de las clases sociales más vulnerables. “Hay muchos más casos de los denunciados, pero las víctimas no se animan a hablar porque han sido amenazadas”, asegura.
También hay hombres entre las víctimas. No obstante, se puede hablar de un ataque específico hacia mujeres y la comunidad LGBTIQ. “Hay veces que en las detenciones a las mujeres se les pide desnudarse y a los hombres no. Y si la mujer representa el estereotipo de alguna disidencia es más violentada. Hay testimonios de violación con intención correctiva en una paciente lesbiana”, destaca Méndez. En este sentido, uno de los casos más resonantes es el de Josué Maureira, estudiante de medicina de 23 años que denunció haber sido apaleado hasta quedar inconsciente, vejado por su orientación sexual, nuevamente golpeado hasta que se le quebró el tabique, violado con una porra, amenazado de muerte y encarcelado por supuestas agresiones a agentes.

“Todavía me siento encima como para sacar conclusiones. Con dolor digo que seguimos recibiendo testimonios y atendiendo. Estamos demasiado en la trinchera como para poder ver qué está significando para esta generación tener bajo el alero de un título de democracia acciones que no se habían visto desde la dictadura. Bajo una supuesta normalidad se han desatado las más atroces prácticas realizadas por personas que visten uniforme”, concluye Méndez. Menciona el caso de una víctima que después de sufrir vejámenes sexuales se suicidó. Una historia que “nunca” verá la luz con nombre y apellido, porque la persona no alcanzó a denunciar, y su familia ante el miedo prefiere el silencio.
Son varias las agrupaciones trabajando en esta problemática, como Abogadas Feministas y Ni Una Menos Autónoma. La ONG Amaranta llamó la atención respecto de la cantidad de víctimas que dicen haber sido tocadas “en plena calle, mientras marchaban, por efectivos de Fuerzas Especiales”. Memorias de Rebeldía Feminista es un colectivo de ex presas políticas. Reciben denuncias y están dando talleres en colegios y liceos de la capital chilena. Ellas afirman que la violencia actual no es más que “el fiel reflejo de la impunidad de la violencia político-sexual o tortura sexual” de los tiempos de dictadura.

Dirigentes y periodistas en la mira

El fotógrafo tucumano Jeremías González, corresponsal del diario Der Spiegel, estuvo detenido en Chile durante seis horas, el domingo 3. Estaba retratando una marcha de ciclistas rumbo a la casa del presidente en Las Condes. Al principio le dijeron que se lo llevaban por estar sacando fotos. Un colega chileno, Alvaro Santa Ana, comenzó a retratar la escena y también se lo llevaron. Los acusaron de desorden público. Con Sant Ana fueron más lejos: “usurpación de funciones”, porque no contaba con acreditación (es reportero free lance). Compartieron este episodio con cuatro manifestantes. Por otra parte, tres periodistas argentinos de medios alternativos fueron retenidos en el aeropuerto de Santiago y según denunciaron la Policía de Investigaciones los mantuvo encerrados en una habitación y los amenazó con deportarlos con el argumento de que había fotos en sus redes que “incitaban al odio”. El caso más grave en materia de periodismo y derechos humanos es el del camarógrafo chileno Alejandro Torres, baleado en el ojo izquierdo con un perdigón. Podría perderlo. Por su parte, los dirigentes sociales de base están siendo vigilados por la Policía. Se supo por un documento de Carabineros que se filtró.

Un ataque masivo

Torturas, personas atropelladas y golpeadas, heridos que no paran de crecer y que evitan los centros de salud por miedo a represalias, denuncias de la existencia de centros clandestinos de detención, sospechas de montajes en las muertes, violencia sexual, represión, detenidos (en todo el proceso 5565 según INDH, de los cuales más de 600 son niños y adolescentes; 9 mil ha dicho el Ministerio del Interior). Un ataque que se vuelca fuertemente sobre niños y adolescentes. En las redes pueden aparecer posteos aislados de personas que buscan familiares pero no existen cifras oficiales de desaparecidos. “Las acciones que se están llevando a cabo por agentes del Estado no son aisladas. Están cometiéndose conductas generalizadas. Podría decirse que es un ataque masivo, una coordinación de distintos entes del Estado”, analiza el abogado Francisco Ugás Tapia, del estudio de Nelson Caucoto Pereira, dedicado a los derechos humanos.

El INDH informó el jueves que recibió unas 2300 denuncias por vulneraciones de derechos humanos desde el inicio de las protestas, que según el organismo dejaron un saldo de 20 muertos y 1915 heridos (más de mil por disparos de armas de fuego). La mayoría de las querellas apuntan al actuar “vulneratorio” de Carabineros durante las tres semanas de manifestaciones y también de miembros de las Fuerzas Armadas durante el estado de emergencia. De las denuncias, 72 acusan a las fuerzas de seguridad de torturas. El viernes, Fiscalía Nacional informó que abrió 1080 investigaciones penales por denuncias de violencia institucional que acusan a Carabineros, el Ejército, la Policía de Investigaciones y la Armada.

“La explicación de mucho de lo que está ocurriendo ahora, esta desproporción de las Fuerzas en su actuar y los distintos delitos imputables a agentes del Estado, se encuentra en lo que ocurrió en la dictadura. La formación en derechos humanos de las fuerzas policiales y armadas ha sido bastante escasa. También en términos de los protocolos institucionales actuales”, explica Ugás Tapia, quien lleva los casos de un colombiano de 16 años baleado en la espalda con 13 perdigones y de un hombre golpeado por 12 carabineros en Ñuñoa (por el que los policías están siendo investigados).
Aparte de la represión en el Liceo 7, otro hecho impactante de esta semana fue la denuncia de un estudiante que dijo haber sido secuestrado por Carabineros de civil y torturado en Antofagasta en lo que podría ser un centro clandestino de detención. Además, en los últimos días, Interferencia planteó diversas dudas respecto de la calidad de los peritajes del Servicio Médico Legal a los cuerpos de fallecidos en manifestaciones, disturbios y saqueos. Se supo, por ejemplo, que Yoshua Osorio Arias, menor de 17 años encontrado al interior de Kayser, falleció por asfixia pero tenía tres orificios en su tórax, que no habían sido ahondados en la autopsia.

Con todo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al Estado chileno autorización para visitar el país y están llegando organizaciones y personalidades de derechos humanos, como Nora Cortiñas, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT). El viernes, la prensa consultó a Piñera por la preocupación de expertos de la ONU en torno al uso de perdigones y balines. El mandatario no respondió la pregunta. Simplemente sonrió.

  

Huelga General y el inicio

del fin de Piñera:

asamblea constituyente se

levanta como única salida

por Paul Walder, director de Politika –

13.11.2019

La mesa de UnidadSocial, la plataforma compuesta por decenas de organizaciones sociales, sindicales y territoriales, tomó un riesgo la semana pasada al convocar a una huelga general para el martes 12 de noviembre. En un conversatorio con el economista Manuel Riescosobre las pensiones, Luis Mesina, el líder tras el movimiento No + AFP, reconocía que en Chile no hanhabido paros de actividades capaces de inquietar al sistema político por lo menos desde hace 43 años. Pero el riesgo ya estaba asumido y la convocatoria publicada.

Este martes, sibien la huelga ha sido un poco discontinua,  las movilizaciones de trabajadoras y trabajadores han perturbado todas las actividades en el país. Un trastorno en el comercio, la circulación vehicular, los servicios financieros, los puertos, la producción, la construcción, el transporte que tenía su expresión más directa en concentraciones y marchas en todas las ciudades del país. El movimiento, la rebelión, el trancesocial, o como se le pueda llamara esta revuelta con aires de revolución que saltó por los aires el 18 de octubre, mantiene su fuerza intacta y explosiva como en las primeros días.

El pueblo está en las calles con un solo objetivo: derribar aquello que se ha llamado “el modelo”, o el régimen neoliberal en lo económico sostenido por el andamiaje de una democracia liberal corrupta. Todo abajo, junto con el gobierno de Sebastián Piñera,  y la construcción de un nuevo orden a partir de una asamblea constituyente. El pueblo como poder constituyente, ni más no menos.

Ante esta fuerza, como un devastador terremoto para cualquier régimen político, el gobierno y la clasepolítica ha hecho concesiones cada vez mayores pero todas absolutamente insuficientes. El pueblo auto convocado, porque a casi un mes del inicio de las revueltas no hay ningún líder claro e identificable, se mantiene en las calles en espera o de una respuesta contundente a la asamblea constituyente o de la renuncia de SebastiánPiñera.

Ni el establishment ni las fuerzas movilizadas tiene idea, ni remota, del curso que seguirá este trance de dimensiones históricas. Solo puede observarse una tendencia, que es el encierro de un gobierno de manos atadas. La población pide un cambio de régimen, que es precisamente el orden defendido por el gobierno. Piñera, un neoliberal por convicción e interés, jamás mutará en socialista o keynesiano.

Durante las grandes movilizaciones de este martes en todo el país, hubo un desplazamiento entre la oposición política en el Congreso queprobablemente aumente las presiones sobre Pîñera. Un documento difundido por la tarde exhibe una declaración para convocara un plebiscito que conduzca a una nueva constitución a través una asamblea constituyente. Esta propuesta es una respuesta a la planteada hace unos días por el gobierno de Pîñera que levantó al Congreso como poder constituyente, idea que a las pocas horas era destrozada en las redess ociales y despreciada en las calles. Si Piñera hoy tiene un escaso nueve por ciento de apoyo, el Congreso comoinstitución aún menos.

La propuesta de la oposición obliga a cambios a la actual constitución en cuanto debe establecer el espacio que demanda la población movilizada. La modificación, que requiere los votos de la coalición oficialista, ha puesto por las cuerdasa un gobierno en pleno deterioro. La semana pasada Piñera buscaba establecer lazos con la oposición, buscar consensos mínimos para obtener un salvavidas político de última hora, pero esta declaración, firmada desde el PartidoComunista a la DemocraciaCristiana, lo deja solo.

Piñera está acorralado y ya está dando sus últimos golpes. El lunes la policía persiguió y  golpeó con fiereza a manifestantes en sus propios hogares y gaseó y tiroteó a pobladores  que pedían una solución habitacional. Las imágenes, de extrema e innecesaria violencia del Estado, se viralizaron por las redes sociales calentando otra vez los ánimos en una población demasiado sensible que no ha recibido ninguna respuesta clara a sus demandas.

El poder en estos momentos está en la calle. Piñera ya no ejerce el control de la situación, ni en la escena política ni ante las movilizaciones. Si llegara a declarar nuevamente el estado de emergencia para poner a los militares a cargo del control social, a estas alturas las críticas y la reacción del pueblo no le dejarían más salida que la renuncia.El otro escenario es someterse a la presión de la oposición política y apoyar el plebiscito y la asamblea constituyente. Pero aquello lo convierte en un zombie político.

¿Mutilaciónocular o la

orgíasangrienta del poder?

porBoscoGonzálezJiménez

13 de noviembre de 2019

 

Nuestros ojos libres hoy son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar: Que la ‘civilización occidental’ esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales. Ernesto “Che” Guevara.

Aclaro de inmediato que rechazo toda idea de terapeutizar la rebeldía. La rebeldía debe ser respetada como tal, en su sentido y su dignidad. La rebeldía se consagra a un “no” que eleva hasta la incandescencia el poder de lo negativo que –al menos según algunos filósofos– sería la dignidad de la humanidad. Cómo rebelarse. J.A. Miller

Algunos antecedentes preliminares

La respuesta represivaal #DespertardeChile en las últimas tres semanas ha generado severos daños a la salud de la población, la Fiscalía oficializa la existencia de  23 personas muertas, de las cuales 21,7% han fallecido en manos de agentes del Estado y un 8,7% mientras estaban detenidas en una comisaría

El INDH indica que los 2300 heridos, 400 sonproducto de disparos de balas de goma o perdigones, cuestión que coincide con lo planteado por la unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital del Salvador, institución que notifica el ingreso de 151 pacientes donde 31 manifiestan trauma ocular severo, 32 traumatismo ocular en el globo abierto del ojo y 18 estallido ocular, siendo el principal causante de esto los balines (81,1%).

Por otro lado el Colegio Médico de Chile señala que en dos semanas, hemos tenido un mayor número de casos que en cualquier situación de agitación social que se ha presentado en el mundo, indicando la existencia de 27 casos con visión cero alingreso, más de un 50% con un nivel de visibilidad de 20 de 200, siendo 0 en 27 de los casos, llamando la atención casos donde el trauma ocular es producto del golpe de una “Luma” en el Ojo.

Un cuerpo social mutilado…

Para comprender la forma en que el Estado ha desplegado la violencia material sobre los individuos sin caer en un reduccionismo biologicista que desviste el carácter político de los acontecimientos acaecidos en las últimas tres semanas en los cuerpos de la población.No se trata  exclusivamente de carne músculos y nervios, Marcel Mauss señalaque el cuerpo no es una “entidad biologica exclusiva” sino una entidad configurada en el dominio de lo social y la cultura en el marco de determinadas técnicas del cuerpo.

Marx (1976) nos habla de un cuerpo trabajador mortificado material y espiritualmente. De igual forma Pierre Bourdieu (1986) señala que las propiedades corporales sonproductos sociales aprehendidos en el marco de relaciones de dominación de clase y Foucault (1999) con extraordinaria lucidez, señala que el cuerpo humano es pura fuerza de producción y su anatomía se configura permanentemente en el sistema político. El cuerpo es un espacio en el cual el sujeto debe comportarse para “no sufrir” ni padecer la violencia que puede recaer sobre el desobediente que se resiste a la sobre explotación y la extensión de sus límites, impidiendo la posibilidad de que el ser humano subvierta sus instintos-comandados imperativos biológicos-hacia comportamientos que buscan placer (Freud, 1905). Tampoco todos los sujetos pueden ser parte del cuerpo social, los indígenas, los migrantes, los pobres no pueden ser parte del éxito individual que el neoliberalismo ha impuesto como ÚNICO  modo de vivir en la sociedad.

El cuerpo de las grandes mayorías, en un contexto social capitalista solo sirve si produce o consume. Es disfuncionl si se queja, se resiste o hace síntoma, el Estado y el orden social debe necesariamente silenciar y excluir del campo de los ocial al cuerpo desobediente. Es el caso de este cuerpo vivo que se moviliza por que desea, un cuerpo erotizado por el despertar, un cuerpo que dejó de reflejarse en los objetos de consumo, para reconocerse y entregarse a la rebeldía creativa. Sin lugar a dudas, el cuerpo social #despertó y no es coincidencia que el despertar aluda abrir los ojos.

El cuerpo desobediente no puede contaminar al cuerpo social, se deben mantener las barreras paraque no se propague la infección. Un cuerpo desobediente es el enemigo interno. Pero ¿Qué sucede cuando la subjetividad deja de comportarse en el cuerpo? ¿Qué pasa cuando el malestar en la cultura y en la civilizacióna parecen de forma generalizada en el cuerpo social que desobedece al orden?

¿Quéhace el Estado cuando el cuerpo social mal comportado en su despertar y abrir de ojos observa la manera en que el poder y el control operan sobre él? 

Los ojos de la sociedad se han abierto, y en ese preciso instante el Estado rechaza la  posibilidad de ser visto. El observado no puede ver a quien lo controla, el cuerp osocial no puede, no tiene permitido bajo ninguna perspectiva identificar donde está el centro de visibilidad  de la sociedad, el espacio que observa con la tranquilidad de no ser observado. Esta fisura del orden disciplinario es lo que las fuerzas de orden intentan dominar para volver estos cuerpos a sus rutinas expresivas funcionales, para replegarlo a su construcción histórica de cuerpo oprimido.  

El orden traumatiza y violenta el cuerpo toda vez que en el Estado  y sus aparatos ideológicos  buscará por todoslos medios posibles detener la fuerza social movilizada, la fuerza instituyente de un posible nuevo orden, de un nuevo pacto donde ya no solo somos vistos sino que podemos  vernos y reconocernos.

La resistencia del cuerpo social chileno ha sido ejemplar, tan ejemplar que el Estado ha optado por quemarlo, arrastrarlo, tironearlo, balearlo, ensangrentarlo y por sobretodo, mutilarlo en su capacidad de observar(ver). Entonces el #despertar dio paso a ojos apaleados, perforados, extraviados y cerrados parasiempre por la muerte.

Uno de los seres quehabitabanestoscuerposcalcinadoseraJoshuaOsorioArias de 17 años y segúntrasciende el medio interferencia, el cuerpo del joventeníatresorificios. Estos se encontraban en el tórax. Específicamente en la «parrillacostalposteriorderecha, entre las costillas 10 y 11». Loquehayaprovocadolosorificiostambiéndañó la costillanúmero 10 de Joshua. Estapresentaastillamiento y bordesirregulares.

Loque pasa en las calles se llamaexterminiosistemático y dislocación del cuerposocial, haciéndose evidente una necro política altamente performativa que exhibe  el poder de ejercer la muerte. Si alguien pensóque la tortura, la disección del tejido, la mutilación de los músculos y nervios,  y la destrucción del cuerpo eran cosas del pasado, está equivocado, estamos parados sobre la muerte, asistiendo al espectáculo sangriento de  la mutilación ocular del cuerpo social.

¿Qué significa entonces quedar sin ver despues de ir a una manifestación? ¿Qué busca el Estado  al exhibir estos rostros sin ojos? ¿Qué señal reciben los niños de nuestro país al ver que el resultado de la expresión del malesta rciudadano equivale a cuerpos quemados, mutilados, torturados, arrastrados y también violentados sexualmente?

La respuesta no es muy difícil de responder. Se trata de una política no declarada, altamente eficiente que le dice nuevamente a la población y por sobre  todo a las nuevas generaciones que en Chile está prohibido #despertar (abrir los ojos), levantar la mano, que no es posible opinar, que el costo de querer hacerlo implica un sacrificio demasiado alto, que hay que estar dispuesto a poner el cuerpo.

Todo disparo antes de nacer, es apuntado con una mira que decide hacia donde se dirige, los cartuchos se despliegan hacia todos esos ojos que brotan de cuerpos que dejaron de ser dóciles, que se alzaron imprudentes al ordensocial y  reconocieron el antagonismo entre el que oprime el gatillo y el que recibe la violencia.

Los cuerpos vuelven a hacerse visibles en la ciudad, se emplazan  en los  puntos neurálgicos con insistencia deteniendo el flujo cotidiano impuesto. La irrupcion del cuerpo desobediente  trabó lost rayectos de lo simperativos éticos y estéticos del  de éxito, la acumulación y el individualismo imperante en los últimos 46 años de nuestro tiempo social.

Es ahora cuando todas las demandas expuestas ahora como exigencias han tomado un peso, se han materializado en cuerpo, en expresionesin contestables que emergen en muchas ciudades, al mismo tiempo y sin descanso. En la espera de que un cambio se hagacarne, que un momento constituyente se materialice, situados en un acontecimiento donde se abrió una pequeña fisura donde todo lo sólido del orden social, del modelo económico y sureproducción, se han desvanecido en el aire momentáneamente.

     Paris, le 13 novembre 2019

L’association ¿Dónde Están? condamne vivement la répression subie par le peuple chilien et les violations des droits de l’homme constatées depuis le début de la crise.

Nous saluons le courage des défenseurs de droits de l’homme au Chili et nous sommes solidaires des initiatives prises en France pour les soutenir.

Association ¿Dónde Están? –Où sont-ils ?

  CHILE

14 de noviembre de 2019

Nuevas jornada de protestas en Chile

en el aniversario de la muerte

de un joven mapuche

Ya va casi un mes desde que Chile empezó a convulsionar en medio de las protestas generalizadas más fuertes en décadas.

El aniversario del asesinato de un joven mapuche, a manos de la Policía chilena, desencadenó este jueves nuevas protestas que además se enmarcan en un estallido social que ya ha estado encendido por más de un mes.

Hasta ahora, ya son 22 las personas que han perdido la vida mientras los colectivos sociales y manifestantes culpan a las autoridades por esas pérdidas humanas.

Hace un año, el joven Camilo Cantrillanca murió baleado en un polémico operativo de las fuerzas policiales dentro de la comunidad mapuche a la que pertenecía. Los agentes acusados dieron testimonios falsos y destruyeron pruebas para evitar ser incriminados e incluso llegó a ser despedido el jefe del organismo que lideró la incursión.

“Lo que nosotros priorizamos es la vida y por eso es que yo tengo que decirle a la gente que pueda manifestarse con tranquilidad y siempre resguardándose”, dijo Marcelo Catrillanca, padre del fallecido a la radio local Cooperativa. “No quisiéramos mañana lamentar la muerte de cualquier muchacho de donde venga, sea mapuche o no mapuche, porque para nosotros sería nuevamente revivir el dolor”, agregó.

Chile de luto

Este jueves, el Gobierno chileno confirmó que el número de muertes ascendió a los 22 con el hallazgo de un joven fallecido dentro de un supermercado que fue incendiado.

“Las policías informaron del fallecimiento de una persona, cuyo cadáver fue encontrado calcinado al interior de un supermercado Líder, el que fue incendiado y saqueado en la ciudad de Arica (en la frontera con Perú) durante la noche del 12 de noviembre”, informó el Gobierno en un comunicado.

Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), cinco de las muertes ocurrieron a manos de agentes del orden mientras que entre los fallecidos hay seis extranjeros: tres peruanos, dos colombianos y un ecuatoriano.

Además de las fatalidades, 2.209 personas han resultado heridas, muchas de ellas han perdido alguno de sus ojos por los disparos de balas de goma, bombas lacrimógenas y perdigones de los policías.

Los detenidos, según el INDH, son más de 6.000.

 

Sigue

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.