Uruguay: “democracia tutelada” – el Senado lo demostró

 MANINI AFORADO

Vuelve la “democracia tutelada” de

mano de los nacionalistas

El “cambio en paz” que impuso Sanguinetti como estrategia en 1985 supuso maniatar el funcionamiento del Poder Judicial en la investigación de los crímenes de lesa humanidad mediante la Ley de Caducidad; 44 años después, la mayoría de los senadores coaligados blindan al senador Manini Ríos, al tiempo que avalan los serios cuestionamientos de este y Cabildo Abierto contra la Justicia.

4 OCTUBRE, 2020 

POR RICARDO POSE 

El clima necesario para no votar el desafuero, en una jornada de mas de diez horas de debate en el Senado, ya se podía percibir en las barras.

La discusión se realizó sin público, ni siquiera diputados, y con el exclusivo acceso a la prensa.

También estaba prohibido exhibir cualquier imagen que aludiera a los derechos humanos. Como en la época de la dictadura, cuando palomas y otros símbolos que para los militares pudieran representar subliminalmente la libertad, hasta la pobre margarita de familiares fue censurada, y varios tapabocas fueron obligados a utilizarse al revés.

Fuera del palacio, en la plaza Primero de Mayo, integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y algunos dirigentes de izquierda seguían la sesión por unos altoparlantes.

Manini, el dribleador

La historia del desafuero de Manini empezó antes de que este fuera elegido senador, o sea, antes de octubre de 2019.

Un proceso largo que permitió, al decir del mismo exgeneral, en la sesión de ayer, valorar las coyunturas políticas para decidir las más favorables.

Los hechos son conocidos; primero Manini, aun con la opinión en contra de sus huestes, expresó que iría a declarar y no se ampararía en los fueros; luego, cuando el pedido de desafuero ingresó a la Comisión de Constitución y Legislación del Senado, solicitó se tratara lo más expeditivamente posible, y finalmente dijo que se ampararía en los fueros.

Obligó finalmente al Senado a tener que expedirse sobre su desafuero expresando que el mismo “es una operación para terminar con la coalición de gobierno sacando del medio a uno de los que, sin dudas, es uno de los principales sostenedores de la misma”.

Ese mensaje también fue para la propia coalición, en la que se podría interpretar: “Vean si están dispuestos a perderme”.

 

Complicidad

“Desafuero o complicidad” eran las alternativas posibles que Madres y Familiares se planteaban ante la resolución del Senado. Y ganó la complicidad.

Una noche antes de que el Senado iniciara su larga jornada de debate, el presidente Luis Lacalle concedió una entrevista a lo que parece será el periodístico oficial; en el programa Periodistas de TNU el mandatario sostuvo: “Centrar el tema de las actas, de los pactos, de la información y el conocimiento en el caso Manini es estar fuera de la situación […] En el tema de Manini no hay elementos jurídicos cuando todo el resto que está alrededor desde hace muchos años negociaron, pactaron, transaron y obviamente hubo un acuerdo de silencio”.

Es una postura interesante si se toma en cuenta que en abril de 2018, Lacalle renegaba del uso de los fueros porque generaba privilegios con respecto al resto de la sociedad.

Los nacionalistas se mostraron airados por ser tratados de cómplices; el informe de desafuero salió votado afirmativamente de la Comisión de Constitución y Legislación del Senado con los votos de los cuatro senadores frenteamplistas (Carrera, Kechichian, Rubio y Mahía) y el senador colorado Pablo Lanz de Ciudadanos; en contra votaron el senador Domenech de Cabildo Abierto y los tres nacionalistas, Asiaín, Camy y Bianchi.

Luego, en el pleno, el informe en mayoría fue votado negativamente por todos los senadores blancos, los de Cabildo Abierto y los senadores de Batllistas, de Sanguinetti.

La principal novedad de la sesión extraordinaria fue el cuestionamiento de la bancada nacionalista a la Fiscalía y al gobierno de Tabaré Vázquez. “No había obligación jurídica [por parte de Manini] de denunciar un delito que ya había sido procesado”, dijo la senadora blanca Carmen Asiaín, y agregó que el fiscal Rodrigo Morosoli, que fue quien pidió el desafuero, estaba “fuera de su turno” cuando decidió actuar, aunque no fue la única que se convirtió en francotiradora contra el fiscal.

“Fue un desastre la actuación del fiscal”, sentenció Graciela Bianchi, agregando: “Acá hay decenas de dudas razonables. Si a la fiscal de Colonia le hicieron una investigación administrativa, a estos fiscales [Morosoli y sus adjuntos] yo iría directamente al sumario, porque ya están identificadas [las siguientes irregularidades]: prejuzgamiento, hostigamiento a las defensas y los testigos”.
El senador colorado Julio María Sanguinetti también cuestionó la actuación de Morosoli. “Este dictamen del fiscal no tiene equilibrio y convicción suficientes como para que personalmente me sienta en la voluntad de acordar este desafuero”. Como Bianchi, Sanguinetti expresó además su “preocupación” porque el fiscal Jorge Díaz ha cuestionado la institucionalidad de los fueros.

Tanto los 13 senadores del Frente Amplio como los dos de Ciudadanos votaron a favor del desafuero. El senador Charles Carrera (FA) planteó que hay “elementos objetivos suficientes que dan cuenta de la comisión de un delito y de la identificación de sus presuntos responsables” y refutó que el fiscal no estuviera de turno, como dijeron las senadoras blancas y Manini. “Morosoli estaba de turno en zona 4 cuando se publicó la noticia en el diario El Observador”.

El Frente Amplio expresó en una larga fundamentación jurídica y política las razones para votar el desafuero.

 

El tablero multicolor

¿Por qué los nacionalistas se abroquelaron en la defensa de Manini? ¿Sería para asegurarse los votos de Cabildo Abierto en la Ley de Presupuesto? ¿Por qué no dejar liberado a su suerte al líder de un sector que perdió protagonismo en las elecciones departamentales?

La respuesta a asegurarse la votación del presupuesto es una opción clara; otra posible respuesta es lograr disminuir la virulencia de algunos cabildantes sobre algunos proyectos de inversión; pero si Luis Lacalle heredó la astucia del viejo caudillo, Luis Alberto de Herrera, con los votos nacionalistas eliminaron la alternativa de liderazgo de Manini hacia 2024.

Al no presentarse a la Justicia, que es lo ajustado a un Estado de derecho y republicano, Manini se apartó de su propio libreto y cometió un error estratégico para su futuro.

Su crecimiento se ha basado en un constante estado de martirización que ahora rehusó, a la  vez que consolida el poder del herrerismo en la coalición y en particular del presidente Luis Lacalle, que ya tiene fuera de competencia a Ernesto Talvi.

Solo esta estrategia de alta política del nacionalismo es una de las explicaciones de por qué apoyar los fueros de Manini, al tiempo que toleran las expresiones de ultraderecha de Cabildo Abierto, uno de los accionistas grandes de la coalición.

En estos primeros años del siglo XXI, como en los primeros del siglo XX, el riverismo colorado y los Manini vuelven a editar La Mañana.

En su editorial del 23 de setiembre de este año, titulado “Una bala contra la coalición”, expresa en un pasaje: “El escenario es el de una Justicia politizada, que ocurre o se da cuando pierde en absoluto su básica, primaria, visceral esencia o condición de ser absolutamente imparcial y se convierte en actor político y actúa como tal”.

Sobre el desafuero expresa: “Creemos que no se le puede pedir a Manini un acto de grandeza cuando estamos ante una zancadilla aborrecible […] ante el abuso de un burócrata circunstancialmente empoderado, alguien que ha recibido [por Manini] el apoyo de más de un cuarto de millón de uruguayos que se retire de la política, desmovilice su gente o la deje a la deriva, se aleje de la vida publica y rompa la coalición de la cual hoy es el puntal más firme es tanto como regalar al adversario un trofeo que no ha ganado ni merece y que se entregaría sin luchar”.

La tolerancia a estas expresiones, más las escuchadas ayer en sala, las cuales por suerte constarán en las actas parlamentarias, por parte del nacionalismo y los colorados de Sanguinetti, muchas de las cuales fueron utilizadas por estos, son un agravio a la salud republicana de la sociedad.

Para el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, “no hay ninguna razón ética, política o jurídica que justifique que no se vote el desafuero. ¿Acaso lo que está diciendo el Partido Nacional es que el Poder Judicial uruguayo no da garantías o que la Justicia en este país está sesgada?”.

La respuesta a esa pregunta quedó plasmada en las actas parlamentarias.

Guido Manini Ríos en la emisión: PERSPECTIVAS

 

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