8 de marzo 2021: LA LUCHA PERMANENTE POR LA IGUALDAD

8M 2021

Una lucha impostergable

Este año el Día Internacional de la Mujer se conmemorará en un contexto particular impuesto por la pandemia de la covid-19, medidas sanitarias y exhortaciones de las autoridades a “quedarse en casa”. En este escenario, algunas instituciones y colectivos pensaron diferentes estrategias de lucha que se adaptaran al contexto de crisis sanitaria y otras entendieron que es un buen momento para tomar las calles. Pero que se lucha, se lucha.

7 MARZO, 2021 

Sabemos de la existencia del coronavirus, también de las medidas requeridas para frenar su avance, pero también sabemos que esta pandemia impactó de forma más negativa sobre nuestros cuerpos, los cuerpos de mujeres y disidencias.

Por señalar unos pocos ejemplos, la pandemia y el confinamiento se tradujeron en más trabajo en el hogar y más tareas de cuidados lo cual, por lógica (patriarcal), es sostenido, en la amplia mayoría de los casos, por nosotras.

Esta situación claramente reduce nuestras posibilidades de teletrabajar mientras que las brechas existentes, también en el mundo laboral, se siguen acentuando y nuestro progreso, irónicamente, retrocede. El panorama descrito anteriormente es lo que “con suerte” nos pasa a muchas mujeres que nos quedamos encerradas en lo doméstico.

Para muchas otras, el “quedarse en casa” se traduce en una realidad más dura: más horas de exposición a la violencia intrafamiliar, más horas conviviendo con agresores, más golpes y, quizá, la muerte. Porque está confirmado que el confinamiento aumenta los problemas de salud mental y exacerba las violencias.  Ya son 6 los feminicidios acontecidos en este año que recién arranca. Si nos quedamos en nuestras casas, quizá tenemos menos riesgos de contraer el virus de Covid-19, es verdad.

Pero nosotras seguimos teniendo una batalla más dura contra la desigualdad de género y desde el espacio doméstico nuestras voces no se escuchan. Por eso salimos a las calles, para trasladar nuestras reivindicaciones al espacio público y aumentar las posibilidades de visibilizar nuestras realidades.

A las calles

A pesar de que este año muchas instituciones decidieron no alentar la popular y masiva marcha del 8M, con el argumento de frenar los contagios de coronavirus, la manifestación se va a realizar. Además, existe otra diversidad de propuestas descentralizadas en varios puntos de Montevideo, así como en ciudades del interior.

Desde la Coordinadora de Feminismos Uy, bajo la consigna “Trama y rebelión feminista contra la precarización y el control de la vida”, se convocó a una concentración en tres puntos diferentes de la capital (Plaza Independencia, Plaza de los Bomberos y Santiago de Chile y San José, y desde allí, a las 18.00 horas, se marchará hacía hacia Plaza Libertad. Para esta propuesta, la organización colectivizó “piques de autocuidado”, disponibles  en las redes sociales de la coordinadora, que buscan que la actividad se desarrolle de forma segura.

“Tomaremos la Avda. 18 de Julio en toda su extensión y al finalizar leeremos, cantaremos y performaremos conjuntamente”, expresa la convocatoria. Además, informan que en los diferentes puntos de concentración y durante la marcha se desarrollarán diferentes propuestas artísticas. Por su parte, la Intersocial Feminista, que agrupa diferentes organizaciones de la sociedad civil y sindicales, planteó otras alternativas de lucha. Por un lado, realizaron una campaña en las redes sociales denominada “No nos callamos más”, mediante la cual diferentes mujeres contaron qué situaciones no están dispuestas a seguir ocultando. Además, difundieron una serie de actividades descentralizadas de diferentes colectivos que responden a la premisa de “Todas las mujeres en todas las calles”. Habrá lucha feminista en todo el país, en el territorio y en la virtualidad.

Otra lucha: el paro de mujeres

La Intersocial Feminista le solicitó a la Mesa Representativa del Pit-Cnt que decretara un paro de actividades de mujeres por 24 horas para ese día. Esta acción fue informada por la institución mediante un comunicado fechado el 2 de marzo que recuerda que “desde el año 2017 se lleva adelante a nivel mundial el Paro Internacional de Mujeres, una propuesta surgida del movimiento feminista internacional para efectuar un paro de actividades de mujeres, por 24 horas”.

Sobre el pedido de paro, la organización explicó que “la consigna es que las mujeres abandonemos nuestros puestos de trabajo, así como las tareas de cuidado y no remuneradas durante el 8 de marzo”.

La Intersocial Feminista viene promoviendo desde 2017 que la central sindical decrete un paro de 24 horas únicamente de mujeres, en todo el país para el 8 de marzo. “Este año reiteramos el pedido, en un contexto de crisis socioeconómica y sanitaria harto conocido, que ha recaído fuertemente en las mujeres, en las disidencias, en quienes sufren más precarización laboral y alcanzan mayores niveles de desocupación; en quienes están a cargo del cuidado de personas dependientes, quienes sufrieron y sufren la violencia dentro de sus propias casas, donde estuvieron confinadas durante un año”, señala el documento.

“Hoy cada vez es más importante que en las medidas de atención a la población más afectada, así como en las políticas públicas de reactivación, la perspectiva de género sea parte fundamental de las herramientas para pensar el futuro. Sin nosotras y nosotres nada”, agrega la misiva.

En este mismo documento, la Intersocial Feminista reiteró su llamado a “descentralizar las manifestaciones este 8 de marzo, salir a las calles de los barrios, a las plazas con un cartel, con una cacerola, un megáfono. Para que nuestras voces sean escuchadas. Tengamos los cuidados necesarios para evitar la propagación del virus”.

Ante esta solicitud, el Pit-Cnt resolvió no decretar el paro, delegando en cada sindicato la decisión de convocar a parar el 8M. “La mesa representativa resolvió exhortar a los sindicatos y convocar pidiendo que sus direcciones apoyaran la jornada del 8M con un paro de 24 horas de mujeres. Eso va a quedar en libertad de cada dirección sindical si convocan o no al paro y el respaldo no corresponde a la central, sino a cada dirección», le dijo a Subrayado la responsable de Género y Equidad de la central, Milagros Pau.

Con respecto a la resolución, la dirigente sindical expresó: “Con todo el camino que llevamos recorriendo en el movimiento sindical y con toda la discusión que venimos dando pensamos que habíamos avanzado mucho más en la senda de una reflexión y una concepción de clase y género”.

“Estas resoluciones nos pegan fuerte a las compañeras sindicalistas feministas y aparte de alguna manera nos provocan a seguir luchando y redoblar el debate, además de revisar el rumbo de la discusión a la interna del movimiento sindical”, agregó.

Por otro lado, Pau informó que la discusión continuará más allá del 8 de marzo. “Nos volveremos a reunir, replantearemos la estrategia y seguiremos discutiendo el tema. Lo que nos parece más grave es que dentro del movimiento sindical tengamos que dar esta discusión año a año y no se plantee como una cosa que es real, existe y no podemos seguir invisibilizando”.

Las mujeres de mi generación.

por Luis Sepúlveda

Las Mujeres de mi generación abrieron sus pétalos rebeldes No de rosa, camelias, orquídeas u otras yerbas De saloncitos tristes, de casitas burguesas, de costumbres añejas sino de yuyos peregrinos entre vientos.

Las Mujeres de mi generación florecieron en las calles, Y en las aulas argentinas, chilenas o uruguayas supieron lo que tenían que saber para el saber glorioso de las Mujeres de mi generación.

Minifalderas en flor de los setenta Las Mujeres de mi generación no ocultaron ni las sombras de sus muslos que fueron los de Tania erotizando con el mayor de los calibres los caminos duros de la cita con la muerte Porque las Mujeres de mi generación bebieron con ganas del vino de los vivos acudieron a todas las llamadas y fueron dignidad en la derrota.

En los cuarteles las llamaron putas y no las ofendieron porque venían de un bosque de sinónimos alegres: Minas, Grelas, Percantas, Cabritas, Minones, Gurisas, Garotas, Jevas, Zipotas, Viejas, Chavalas, Señoritas hasta que ellas mismas escribieron la palabra Compañera en todas las espaldas y en los muros de todos los hoteles Porque las Mujeres de mi generación nos marcaron con el fuego indeleble de sus uñas la verdad universal de sus derechos.

Conocieron la cárcel y los golpes Habitaron en mil patrias y en ninguna Lloraron a sus muertos y a los míos como suyos Dieron calor al frío y al cansancio deseos Al agua sabor y al fuego lo orientaron por un rumbo cierto. Las mujeres de mi generación parieron hijos eternos Cantando Summertime les dieron teta Fumaron marihuana en los descansos Danzaron lo mejor del vino y bebieron las mejores melodías Porque las Mujeres de mi generación nos enseñaron que la vida no se ofrece a sorbos compañeros sino de golpe y hasta el fondo de las consecuencias.

Fueron estudiantes, mineras, sindicalistas, obreras, artesanas, actrices, guerrilleras, hasta madres y parejas en los ratos libres de la Resistencia. Porque las Mujeres de mi generación sólo respetaron los límites que superaban todas las fronteras.

Internacionalistas del cariño, brigadistas del amor comisarias del decir te quiero, milicianas de la caricia. Entre batalla y batalla, entre amor y amor, entre fuego y fuego las Mujeres de mi generación lo dieron todo y dijeron que eso era apenas suficiente.

Las declararon viudas en Córdoba y en Tlatelolco Las vistieron de negro en Puerto Montt y Sâo Paulo Y en Santiago, Buenos Aires o Montevideo fueron las únicas estrellas de la larga lucha clandestina.

Sus canas no son canas sino una forma de ser para el qué hacer que les espera. Las arrugas que asoman en sus rostros dicen he reído y he llorado y volvería a hacerlo.

Las Mujeres de mi generación han ganado algunos kilos de razones que se pegan a sus cuerpos Se mueven algo más lentas, cansadas de esperarnos en las metas. Escriben cartas que incendian las memorias Recuerdan aromas proscritos y los cantan. Inventan cada día las palabras y con ellas nos empujan Nombran las cosas y nos amueblan el mundo Escriben verdades en la arena y las ofrendan al mar Nos convocan y nos paren sobre la mesa dispuesta.

Ellas dicen pan, trabajo, justicia, libertad y la prudencia se transforma en vergüenza. Las Mujeres de mi generación son como las barricadas: protegen y animan, dan confianza y suavizan el filo de la ira.

Las Mujeres de mi generación son como un puño cerrado que resguarda con violencia la ternura del mundo. Las Mujeres de mi generación no gritan porque ellas derrotaron al silencio.

Si algo nos marca, son ellas. La identidad del siglo son ellas. Ellas: la fe devuelta, el valor oculto en un panfleto El beso clandestino, el retorno a todos los derechos Un tango en la serena soledad de un aeropuerto Un poema de Gelman escrito en una servilleta Benedetti compartido en el planeta de un paraguas Los nombres de los amigos guardados con ramitas de lavanda Las cartas que hacen besar al cartero Las manos que sostienen los retratos de mis muertos Los elementos simples de los días que aterran al tirano La compleja arquitectura de los sueños de tus nietos.

Lo son todo y todo lo sostienen Porque todo viene con sus pasos y nos llega y nos sorprende. No hay soledad donde ellas miren Ni olvido mientras ellas canten.

Intelectuales del instinto, instinto de la razón Prueba de fuerza para el fuerte y amorosa vitamina del débil. Así son ellas, las únicas, irrepetibles, imprescindibles sufridas, golpeadas, negadas pero invictas Mujeres, Mujeres, Mujeres de mi generación.

por Luis Sepúlveda

Escrito en 1999

“Ningún tapabocas logró callar el grito”:

mujeres y disidencias marcharon por

el Centro de Montevideo en un 8M diferente

8 de marzo de 2021 · 

Escribe Stephanie Demirdjian  

Colectivos y feministas autoconvocadas denunciaron una profundización de las desigualdades y las distintas formas de violencia machista.

“Feliz será el día que no falte ninguna”. La frase se repite en varios carteles a lo largo de la avenida 18 de Julio, que este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, amaneció con telas, globos y pañuelos violetas en las columnas, los balcones y las ventanas. Los sostienen chiquilinas con los párpados llenos de glitter que se empiezan a encontrar con otras en las plazas. El texto es una advertencia para quienes todavía piensan que la fecha es motivo de celebración –y no de lucha– pero adquiere un significado especial cuando la noche anterior una mujer de 43 años fue asesinada por su expareja en Sauce, Canelones. Otra mujer. Una más, y ya son cuatro femicidios confirmados en lo que va del año.

La marcha convocada por el Tejido Feminista 8M este año reúne a las mujeres y disidencias en tres puntos diferentes de la principal avenida de Montevideo para evitar aglomeraciones. Hay otras medidas para evitar contagios de covid-19, como exhortar al uso de tapabocas y pedir que se mantenga la distancia física. Para lograr esto último, las manifestantes armaron con telas violetas un “entramado feminista” que las une a todas al tiempo que permite marcar distancias. Es también un guiño a la consigna que las convocó este año: “Rebelión y trama feminista contra la precarización y el control de la vida”.

Concentración previa a la marcha del 8M, en la Plaza de los Bomberos.

Cerca de las 17.00 en la Plaza de los Bomberos hay dispersos distintos grupos de mujeres. Colectivos transfeministas, grupos de docentes y trabajadoras de la educación, sindicalistas, artistas, estudiantes. Todas se preparan para caminar: escriben carteles, arman cordones con telas violetas, se sacan fotos, se pintan la cara. Uno de los centros de atracción en este punto es el Encuentro de Murguistas Feministas, que está concentrado con bombos y cánticos alrededor de un cartel que dice: “Contra la precarización de la vida, carnaval feminista”. El colectivo decidió sumarse a esta convocatoria porque “es una manera de poder visibilizar nuestros reclamos, mirarnos a los ojos, decirnos lo que sentimos, cómo estamos, qué queremos construir, y hermanarnos entre todes”, dice Giovanna, una de sus integrantes, a la diaria.

Otro de los puntos de salida es la intersección entre Santiago de Chile y San José, a pocos metros de la Intendencia de Montevideo. En este espacio, todas las manifestantes parecen moverse casi por inercia al ritmo de los grupos de tamborileras que están al frente de la columna, junto con el colectivo de mujeres afro Mizangas. Más atrás están mezcladas algunas integrantes de Las Tribaleras y otras de Cuerpos que Hablan, un colectivo de mujeres y disidencias que se dedican al bodypainting. La idea de manifestarse el 8M surge “del deseo de amigas de salir a la calle a utilizar la herramienta del cuerpo, del alma y de la pintura para decir algo importante”, cuenta Andrea, que tiene todo su cuerpo pintado de negro, con pequeños destellos blancos. “Que sea el arte la herramienta que hable por nosotras”, agrega mientras baila.

Marcha del 8M en la avenida 18 de Julio.

La tercera columna de la movilización se concentró en la plaza Independencia y tiene al frente al Bloque Antirracista, que este año protesta con consigna propia: “Afro, indígenas y migrantes contra el racismo y la represión”. El colectivo, que este 8M cumplió un año de existencia, lleva el ritmo de la cadena humana con la batucada que las caracteriza.

A la diversidad de barrios, profesiones, orígenes étnico-raciales, orientaciones sexuales y organizaciones que hay en los tres puntos, se le suma el factor intergeneracional, que queda en evidencia cada año. Está lleno de gurisas que fueron a reivindicar sus derechos con amigas o familiares. Es el caso de Fiorella, de 16 años, que en el medio de la Plaza de los Bomberos sostiene un cartel con la leyenda “Ni soy histérica ni estoy menstruando; grito porque nos están asesinando”. “Desde chica me trajeron y fui creciendo viendo las cosas que nos pasaban, entonces todos los años vengo y acompaño”, dice la adolescente, que vive en el Prado y vino con su mamá, su hermana y una amiga. “Salimos a la calle para mostrar que queremos que nos escuchen y que paren de matarnos y violarnos”, asegura, tímida, detrás de su tapabocas que tiene escrito girl power; “queremos poder salir solas a la calle sin pensar que no llegamos a casa”.

Marcha del 8M en la avenida 18 de Julio.

Pero también están las “históricas”, mujeres mayores que acompañan la lucha por los derechos de las mujeres desde hace décadas y que ahora ven la efervescencia feminista con orgullo y emoción. Así lo vive Beatriz, de 69 años, que vino a apoyar los reclamos de las mujeres “en una sociedad absolutamente patriarcal, discriminatoria, opresiva e injusta”. “Siento la alegría más enorme porque con mi generación, que es la del 70, hemos sufrido muchas derrotas y hemos tenido costos muy altos de muerte, de cárcel y de todo lo que nos quedó después. Entonces ver a la gurisada manifestarse así me hace decir: “Todavía hay esperanza, aunque a veces parezca que no”, reflexiona. “Nosotras no pudimos. Las nuevas generaciones buscarán sus instrumentos y, a su manera, lo irán haciendo”.

Marcha del 8M en la avenida 18 de Julio.

Todas juntas y encendidas

Las tres marchas se unieron cerca de las 19.00 en los alrededores de la plaza Libertad. Allí, las manifestantes hicieron una “sentada” y entonaron al unísono la canción “Sin miedo” de la cantautora mexicana Vivir Quintana, que se ha convertido en un himno del 8M en varios países de América Latina.

“Que tiemble el Estado, los cielos, las calles. / Que tiemblen los jueces y los judiciales. / Hoy a las mujeres nos quitan la calma, / nos sembraron cielo, nos crecieron alas”, retumbó en el Centro de Montevideo. “A cada minuto de cada semana, / nos roban amigas, nos matan hermanas. / Destrozan sus cuerpos, los desaparecen. / No olvides sus nombres, por favor, / cuando te manifiestes”.

Marcha del 8M en la avenida 18 de Julio.

Después de la canción, las manifestantes leyeron de manera colectiva la proclama de este año, que fue redactada en verso, como un poema. En el texto, el Tejido Feminista 8M denunció los femicidios y otras formas de violencia machista, rechazó las maternidades forzadas, reivindicó los derechos de las identidades de género no hegemónicas y recordó a las mujeres y disidencias afro, indígenas y migrantes. Las manifestantes también condenaron el impacto de la pandemia en estas poblaciones, y en ese sentido se proclamaron a favor de “un mundo en que no recaigan / como eslabones de metal / las tareas de cuidado”.

“Ningún tapabocas logró callar el grito / de las marchas que en marcha llevamos, / y sembramos el fuego una vez más / contra la precarización y el control de la vida”, aseguraron. “Tejer rebelión y un millón de tramas feministas”, agregaron, “para que luego de barrida la violencia / en el mundo encontrarnos gritando: / ¡que viva la lucha feminista!”.

VIDEO DE LA MARCHA POR EL 8 de marzo del 2021 en montevideo

 

 

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