Dos artículos que se unen en objetivos

Dos artículos de la agencia SPUTNIK, en que retrata dos temas que se entre-unen. Sobre la historia de la dictadura uruguaya, y del nuevo sitio LUISA, que permitirá seguir la verdadera historia de esta dictadura, y sobre todo la responsabilidad del Terrorismo de Estado, de esa misma dictadura entre 1973-1985.

Uruguay fue en la dictadura

una “gran cárcel política”

17 octubre 2019

MONTEVIDEO (Sputnik) — Uruguay fue una gran cárcel política en la dictadura cívico-militar (1973-1985) y por eso se impulsó un sitio web que mapea dónde estuvieron los centros de detención y de tortura, dijo a Sputnik la investigadora y psicóloga Mariana Risso.

“Uruguay ha sido una gran cárcel política, ha tenido un montón de lugares de encierro y de tortura que han funcionado para propagar el terror que los militares quisieron difundir; en este contexto, tener un sitio web que mapea dónde estuvieron los centros de detención es especialmente importante (…) es una iniciativa única en América del Sur”, dijo a Sputnik Risso.

El colectivo Sitios de Memoria Uruguay presentó el 3 de octubre un sitio web que recopila la información sobre los lugares destinados a la represión dictatorial y en los cinco años anteriores a ese período.

l contenido del sitio web sitiosdememoria.uy es producto de la sistematización de testimonios de sobrevivientes, investigaciones académicas y publicaciones periodísticas, acumulado durante décadas.

En Uruguay siguen desaparecidas 192 personas, según datos de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.

Hasta el momento se registraron 101 lugares de tortura y detención durante la dictadura en el sitio web.

Sitio web

Risso, quien integra el equipo del sitio web, explicó que la idea de esta iniciativa surgió ante la inquietud de poder sistematizar la información existente sobre centros de detención.

Risso, quien integra el equipo del sitio web, explicó que la idea de esta iniciativa surgió ante la inquietud de poder sistematizar la información existente sobre centros de detención.

“Hay distintas publicaciones e investigaciones, pero nunca había existido una sistematización actualizada de estos lugares; nos dimos cuenta que esta información debía estar disponible para la ciudadanía (…) No queríamos hacer solo un libro, un artículo académico que quede restringido a un grupo más reducido de personas”, afirmó.

Señaló que el sitio web permite ver estadísticas y cantidad de visitas.

“Estamos planificando entrevistar a varias personas que se han contactado y que nos han aportado información que no hemos encontrado en los textos ni investigaciones”, expresó.

Dijo que una nueva información que han recibido es que en el penal de Punta Carretas (Montevideo), cuando era una cárcel para presos comunes y políticos, desde el año 1968 funcionó un hospital donde se atendía a presas políticas.

“Muchos testimonios dicen que esos espacios de salud funcionaban como una prolongación de la tortura. Además, integramos al Hospital Vilardebó y al Militar como centros represivos (…) Esto recrea las memorias de las víctimas, de la gente que trabajó allí y de los vecinos que estaban cerca de esos lugares”, reflexionó la investigadora.

Dijo que el sitio web permite que las personas puedan contar sus experiencias desde el anonimato sin sentir miedo.

“Tener un sitio web que mapea los centros de detención y tortura implica una novedad, porque no se ha hecho en otros países de América del Sur”, agregó.

Búsqueda

Risso afirmó que en Uruguay se presentaron “bastantes dificultades” en la búsqueda de detenidos desaparecidos, ya que se inició luego de 30 años de restablecida la democracia.

“Hubo mucho tiempo perdido, falta de procesamientos judiciales adecuados, burocracia en la Justicia y una clara postura de las Fuerzas Armadas a no colaborar (…) De todas maneras, en ningún país los perpetradores han dado generosamente la información sino que hay que encontrar vías judiciales y del Estado para que esto ocurra”, expresó.

La característica principal de Uruguay no fue la desaparición, sino que la “tortura masiva sobre la población”, sostuvo la investigadora.

“No solo se torturó a los líderes de izquierda, sino que a cualquiera que los ayudara o refugiara (…) además, ni en Chile ni en Argentina fue común encontrar personas que hayan estado presas por años; en cambio, en Uruguay hubo cerca de 6.000 presos políticos, que es el número más grande de América en relación a la cantidad de población”, agregó.

El 13 de septiembre el ministro de Defensa de Uruguay, José Bayardi, dijo a Sputnik que la búsqueda de detenidos desaparecidos sigue siendo difícil por la resistencia de parte de aquellos militares que tienen información y no la brindan.

En Uruguay existen 307 causas presentadas ante la justicia por tortura, privación de libertad, desaparición forzada, detención ilegítima, secuestros y amenazas cometidos supuestamente entre 1972, poco antes del golpe de Estado, y 1978.

Sin embargo, solo el 4% de las denuncias terminaron en una sentencia, lo que significa que el 96% de los casos no se resuelven, señala el Observatorio Luz Ibarburu.

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LUISA: el ambicioso proyecto

web que podría ayudar a

resolver crímenes de la

dictadura uruguaya

La universidad estatal uruguaya desarrolló una plataforma digital destinada a descifrar textos militares ‘ilegibles’ que datan de la última dictadura militar (1973-1985). El proyecto aspira a sistematizar 3 millones de páginas con información clave sobre secuestros y asesinatos.

En 2006, la entonces ministra de Defensa Azucena Berruti —primera titular de esa cartera bajo un gobierno de la coalición de izquierda Frente Amplio— encontró en la sede del ministerio y en el local de la antigua Escuela de Inteligencia del Ejército miles de archivos con registros militares correspondientes a la dictadura militar.

A partir de ahí, los casi 14.000 expedientes diferentes fueron conocidos como ‘Archivo Berruti’ en referencia a la ministra, que anunció en su momento que el procesamiento de los documentos sería largo y requeriría de ‘especialistas’.

En 2009, los archivos fueron declarados bajo ‘reserva’ y enviados al Archivo General de la Nación. La divulgación pública de los textos llegó recién en 2017 a partir de una iniciativa del periodista Samuel Blixen, del semanario Brecha.

El periodista también aprovechó su puesto de docente de Periodismo en la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República (universidad estatal uruguaya) para impulsar un proyecto conjunto con estudiantes y docentes de la Facultad de Ingeniería de la misma casa de estudios, con el fin de sistematizar los contenidos de los archivos digitalizados.

Así surgió un primer proyecto denominado ‘Cruzar’, con el que la Universidad de la República apostó a generar un ‘Sistema de Información de Archivos del Pasado Reciente’ que aportara nuevos detalles sobre el funcionamiento de las fuerzas represivas que actuaron en el país suramericano en las décadas del 70 y el 80.

El grupo recurrió entonces a herramientas de ‘Reconocimiento óptico de caracteres’ para comenzar a sistematizar el contenido de los archivos y ‘cruzarlos’ para poder extraer conclusiones útiles. Sin embargo, se encontró con que los textos, escritos con máquinas de escribir y deteriorados por el tiempo antes de ser digitalizados, presentaban manchas y caracteres ilegibles que dificultaban la sistematización.

El sitio se llama LUISA en homenaje a Luis Cuesta, que duarnte años manifestó en las Marchas del Silencio pidiendo por su hijo desaparecido

El propio Blixen, coordinador del proyecto ‘Cruzar’, contó a Sputnik que el obstáculo motivó a los docentes de Ingeniería a trabajar en una forma de que la herramienta de reconocimiento utilizada pudiera ‘aprender’ para identificar las imágenes de formas más efectivas.

En paralelo, el grupo desarrolló la plataforma ‘Luisa’, acrónimo de ‘Leyendo Unidos para Interpretar loS Archivos’ que busca homenajear a Luisa Cuesta, referente del movimiento de familiares de desaparecidos durante la Dictadura, fallecida en 2018 a los 98 años.

Blixen explicó que la herramienta es necesaria debido a que “el 40% de las imágenes correspondientes al período 1971-1978 son ilegibles o de difícil lectura”.

Así, la plataforma web presenta a cada usuario imágenes con fragmentos de texto aislados para que intente descifrarlo. Si lo logra, debe escribir la frase en los campos de texto correspondiente y enviar la información.

Un algoritmo identificará cuáles son las respuestas que más se repiten para tomarlas como las correctas. Luego, las ingresará directamente a la base de datos de ‘Cruzar’, avanzando en la tarea de sistematizar la información de los archivos militares.

“No solo rescatas el documento, que antes era ilegible, sino que además se incorpora directamente al banco de datos”, valoró el docente y periodista.

Nuestro compañero Zelmar “Chicho” Michelini, ha estado en donde LUISA funciona enviandonos las siguientes imágenes

Los 14.000 expedientes del ‘Archivo Berruti’ están divididos en aproximadamente en unos 3 millones de imágenes. En su etapa inicial, Luisa tiene cargadas unas 11.000, que presenta a razón de una línea por vez y de forma aleatoria. La idea, explicó Blixen, no es que el contribuyente pueda recuperar todo el texto sino que se concentre en descifrar cada palabra.

Las porciones de texto ya cargadas no fueron seleccionadas de forma aleatoria. Blixen explicó que se priorizó el trabajo sobre los archivos que datan de los años 1974, 1975 y 1976, los de mayor persecución a militantes del Movimiento de Liberación Nacional ‘Tupamaros’ (MLN), el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) y el Partido Comunista del Uruguay (PCU), proscritos durante el período de la dictadura.

Para el coordinador del proyecto, no existen dudas de que el procesamiento de la información aportará información relevante sobre los delitos cometidos contra integrantes de esas colectividades.

“No va a estar la información sobre si ‘fulano de tal’ enterró a ‘fulano’ pero sí encontraremos elementos que orienten hacia dónde buscar a los responsables”, aseguró.

A propósito, Blixen indicó que las primeras experiencias de sistematización del ‘Archivo Berruti’ pudieron acercarse a reconstruir el funcionamiento del Organismo Coordinador de Actividades Antisubversivas (Ocoa), uno de los principales órganos represivos de la época.

Los documentos indican que unidades de la Ocoa participaron en cada operativo, por lo que a partir de la fecha de actuación, y determinando el responsable de cada unidad en ese momento, la investigación podría acercarse en las personas detrás de las detenciones ilegales.

El proceso de desarrollo de la plataforma también debió prever la posibilidad de un ‘boicot’. Es que en Uruguay las investigaciones sobre crímenes de la dictadura aún encuentran resistencia, como lo atestiguan las amenazas y robos al Grupo de Investigación de Antropología Forense (GIAF) o las pistas falsas recibidas por las organizaciones de familiares de víctimas.

“No cabe dudas de que puede haber un ataque de robots para dar información falsa”, advirtió el propio Blixen. El profesor aseguró, de todos modos, que los ingenieros que desarrollaron la plataforma son capaces de detectar si se intenta introducir ‘información falsa’ a gran escala en la plataforma.

Los ingresos individuales de lecturas falsas o erróneas de las palabras serían salvados por el algoritmo, que únicamente toma como ciertas las interpretaciones que se repiten de forma sistemática.

La herramienta Luisa continuará funcionando de forma indefinida y se espera que próximamente incorpore el resto de las imágenes del ‘Archivo Berruti’ pero también del archivo del Cuerpo de Fusileros Navales de la Armada uruguaya y el de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de la Policía, puesto a disposición por el Ministerio del Interior uruguayo en 2013.

 

 

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