El Brasil y “su” Bolsonaro

Cláudio Antonio Guerra es considerado actor intelectual y partícipe del delito

Brasil: denuncian a un

ex comisario por incinerar 12 cadáveres

en la dictadura 

Entre los cuerpos calcinados estaría el de Fernando Santa Cruz. El presidente Bolsonaro dijo días atrás que sabía cómo había desaparecido este militante de izquierda. 

02 de agosto de 2019

La Fiscalía de Brasil denunció al ex comisario Cláudio Antonio Guerra, miembro del Departamento de Orden Público y Social (DOPS) que operó durante la dictadura  (1964-1985), por ocultar e incinerar 12 cadáveres durante el régimen militar. Entre los cuerpos calcinados por Guerra estaría el de Fernando Santa Cruz, padre del presidente de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), Felipe Santa Cruz.

Las causas de la muerte del militante de izquierda fueron desmentidas recientemente por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. “Si el presidente de la OAB quiere saber cómo su padre desapareció durante el período militar, yo se lo cuento”, afirmó el mandatario, contradiciendo la versión de la Comisión de la Verdad, instaurada para investigar los crímenes cometidos durante la dictadura, y generando el fuerte repudio de distintos sectores.

Según Bolsonaro, Fernando Santa Cruz fue ejecutado por sus propios compañeros de la agrupación de izquierda Acción Popular. La Fiscalía, sin embargo, señaló este jueves que el militante desaparecido estaría entre los 12 cuerpos incinerados entre 1973 y 1975 por el ex comisario, en los hornos de la planta de Cambahyba, perteneciente al estado de Río de Janeiro. 

Guerra es considerado “autor intelectual y participante directo en la ocultación y destrucción de por lo menos 12 personas”, subrayó el fiscal de la República y autor de la denuncia, Guilherme Garcia Virgílio. 

Los responsables de torturas, secuestros y otros delitos durante la dictadura se encuentran amparados por una Ley de Amnistía dictada en 1979, cuya constitucionalidad fue ratificada por la Corte Suprema cuatro años atrás. Sin embargo, para la Fiscalía, los crímenes cometidos por el ex comisario Guerra no pueden ser encuadrados dentro de dicha legislación, ya que ésta sólo “trata delitos con motivación política”. “La destrucción de cadáveres no puede ser admitida como delito de naturaleza política o conexo a éste”, agregó la institución.

 

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Jair Bolsonaro cambió comisión

que investiga delitos

de la dictadura

2 de agosto de 2019 

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ordenó que fueran sustituidos cuatro de los siete integrantes de la Comisión de Muertos y Desaparecidos Políticos, conformada por la ex presidenta Dilma Rousseff, para investigar los crímenes cometidos por la dictadura.

“El motivo [de las sustituciones] es que cambió el presidente, ahora es Jair Bolsonaro, de derecha. Punto final. Cuando ellos colocaban terroristas allí, nadie decía nada”, dijo el mandatario ultraderechista refiriéndose a los gobiernos anteriores. Los nuevos integrantes son dos miembros del Partido Social Liberal, de Bolsonaro, un coronel de la reserva del Ejército y un funcionario del Ministerio de Defensa. Los cambios fueron anunciados después de que el presidente asegurara que la comisión de la verdad, que funcionó hasta 2014, llegó a conclusiones que son “mentira” porque “no existen documentos sobre si se mató o no se mató” durante la dictadura.

 

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Otra de Bolsonaro

02 de agosto de 2019

Por Eric Nepomuceno

Desde Río de Janeiro

El pasado lunes, cuando faltaban dos días para cerrar su sexto mes de absurdos en la presidencia brasileña, Jair Bolsonaro canceló la reunión que tendría con Jean-Ives Le Drian, ministro francés de Relaciones Exteriores. Alegó “cambios en la agenda”.

A la hora en que debería estar reunido con Le Drian – que, dicho sea de paso, es uno de los superministros del gobierno de Macron – Bolsonaro apareció en las redes sociales con un peluquero cortando las puntas de sus madejas. A lo largo de unos quince minutos se exhibió al respetable público diciendo nuevas aberraciones inconexas, esta vez agravadas por dos temas: mintió con crueldad e irresponsabilidad sobre la desaparición y muerte de un militante de izquierda durante la dictadura (1964-1985) que tanto venera, y ofendió de manera severa al enviado especial del presidente francés.

En un primer momento, el ministerio brasileño de Relaciones Exteriores explicó que Le Drian había se reunido con su par local, el vejamen ambulante que atiende por el nombre de Ernesto Aráujo. Y que efectivamente hubo cambios en la agenda presidencial.

El cambio fue recibir a un peluquero anónimo en lugar del visitante oficial. Nada más típico del absurdo que mi país vive.

Ayer, sin embargo, el mismo Bolsonaro, en otra de las suyas, explicó la verdadera razón por haber cancelado la reunión con Le Drian: “Él acordó una reunión conmigo. Y entonces supe que también se había se reunido con Mourão, se había reunido con ONG. ¿Quién más daña a Brasil? ONG”.

Es conocido el alejamiento presidencial con su vice, Humberto Mourão, y es muy conocida su ojeriza a las Organizaciones No-Gubernamentales. ‘¿Qué vino a tratar aquí con una ONG? Cuando se habla con una ONG se dispara una alarma en la cabeza de cualquiera que piense’, completó.

Una aclaración: Le Drian no tuvo ningún encuentro con Mourão. Cuando no chorrea disparates, Bolsonaro miente.

Un periodista reiteró su pregunta: ¿El presidente se habría molestado por la agenda del ministro francés? La respuesta bolsonariana: “Yo tenía otro compromiso, hablar contigo a lo mejor. Darte una entrevista es, con todo respeto, mucho más importante que hablar con él.”

La actitud de Bolsonaro provocó duras reacciones en Francia. Para el diario Le Monde, ha sido ‘una humillación’ llevada a cabo por un mandatario que en el área diplomática ‘prefiere la provocación’. Para el Libération, al negarse a recibir el enviado oficial del presidente francés Bolsonaro podrá dificultar la ratificación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. El gobierno optó por no manifestarse oficialmente, pero de manera informal dejó bastante clara a diplomáticos brasileños su irritación.

Bolsonaro está absolutamente seguro de que las presiones internas y externas contra el avance feroz de la destrucción de florestas desde que asumió la presidencia brasileña tienen como objetivo perjudicar el país.

Francia es un socio importante para Brasil, no solo por el comercio bilateral pero también – y eso es de inmenso interés de las fuerzas armadas – por la alianza estratégica entre los dos países en el campo de la defensa.

Cualquier estudiante de primer año de relaciones internacionales sabe que suspender a última hora una reunión entre un presidente y un alto enviado de otro gobierno significa falta de educación. Y que en las relaciones diplomáticas actos como ese provocan profundo descontento, como mínimo.

Pero Bolsonaro, cada día sabemos más, desconoce las reglas más elementales de lo que sea presidir un país. Y de educación, mejor ni hablar.

Ahora hay que ver qué consecuencias surgirán en el horizonte a partir ese gesto insano. La cuestión ambiental, que para él interesa solamente a los veganos ‘que comen verde’, está sobre la mesa de discusiones. Y Bolsonaro insiste en volcarla.

Pero el gobierno de Macron ya avisó oficialmente que será un punto esencial a la hora de ratificar el acuerdo entre europeos y el Mercosur. Con eso, dejó claro que si Bolsonaro insiste en patear la mesa con el tema podrá volcar también el acuerdo.

 

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