Encontraron restos en el batallón N°13 (2)

 

 

Hallaron nuevos restos

humanos en

el batallón N°13

Una aguja en un pajar

El nuevo hallazgo de restos humanos en un predio militar se produjo en una zona que ya había sido inspeccionada entre 2005 y 2006, sin resultados. Esto fue posible a partir de un cambio en la metodología de búsqueda, que implicó una intervención total sobre el terreno. Sin embargo, esto reaviva la necesidad de una política concreta para buscar información de calidad, que ayude a saber dónde están los desaparecidos que aún faltan.

Mauricio Pérez

30 agosto, 2019

Huesos humanos de un cuerpo completo en enterramiento primario han sido encontrados en el Batallón 13 por el equipo de antropólogos forenses, Giaf el 27 de agosto

La pala de la retroexcavadora se clavó en la tierra. Como miles de veces antes. Pero esta vez, además de tierra, la pala dejó entrever rastros de cal sobre la pared de la trinchera. Un rastro más intenso que lo normal. Un rastro que debía analizarse, por lo que se inició el trabajo manual para abrir el cuadrante contiguo. El reloj marcaba el mediodía del martes 27 de agosto. Horas después, el Grupo de Investigación de Arqueología Forense (Giaf) confirmó que ese rastro de cal representaba lo que presumían: allí había restos humanos.

El hallazgo se produjo en la trinchera 3896, sobre los fondos del Batallón 13, a unos 80 centímetros de profundidad, en la margen del arroyo Miguelete, sobre una barranca. Una zona anegable y de difícil acceso, que dificultaba la intervención arqueológica. El lugar se ubica a unos 100 metros del sitio donde, en 2005, fueron hallados los restos del escribano Fernando Miranda, padre del presidente del Frente Amplio, Javier Miranda.

El retiro de los restos se hizo contrarreloj, a raíz del anuncio de fuertes lluvias. El trabajo se extendió día y noche, hasta que se pudo recuperar el cuerpo entero. Los restos fueron trasladados a la sede del Giaf, para limpiarlos, acondicionarlos y definir su perfil biológico (estimar sexo, edad y altura). El estudio de Adn se realizará en un laboratorio especializado en Argentina y una muestra testigo quedará en custodia del Instituto Técnico Forense (Itf), dependiente del Poder Judicial. Recién en dos semanas se podrá saber la identidad.

En este sentido, el fiscal especializado en crímenes de lesa humanidad Ricardo Perciballe dijo a Brecha que el hallazgo es parte de “un trabajo importante e intenso” que se estaba haciendo en ese lugar desde hacía algunos años. Según recordó, buena parte del predio militar está “cautelado” desde 2011, en el marco de la indagatoria penal por el secuestro y la desaparición de María Claudia García de Gelman.

Los integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos fueron informados, apenas se confirmó el hallazgo, por el coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, Felipe Michelini. Al otro día, ingresaron al batallón para interiorizarse de los pormenores del hallazgo. Mientras estaba en el lugar, Ignacio Errandonea dijo a Brecha que recibió la noticia con una mezcla de sensaciones: “Fundamentalmente, ansiedad; por un lado, bronca; por otro lado, la seguridad de que los vamos a encontrar. En definitiva, debemos seguir buscando y pidiendo que se profundicen los trabajos”.

ZONA CLAVE. Desde hace unos dos años, la búsqueda de restos de desaparecidos se concentra en el predio del Batallón 13. Allí funcionó el centro clandestino de detención 300 Carlos y allí fueron hallados los restos de Miranda. El lineamiento fue excavar toda el área cautelada –unas 12 hectáreas– para despejar dudas sobre posibles enterramientos clandestinos (veáse “La búsqueda sin farándula”, Brecha, 19‑VII‑19).

Esa decisión se adoptó por la falta de información precisa sobre sitios de enterramiento, dijo Alicia Lusiardo, referente del Giaf, a Brecha“Casi nunca hemos tenido un dato preciso”, agregó. Antes del hallazgo, ya se había intervenido 85 por ciento del área cautelada, lo que corresponde a 56 por ciento de las 22 hectáreas que conforman el predio del batallón. Según Lusiardo, el hallazgo se produjo durante un trabajo de rutina, como parte de la estrategia metodológica que se diseñó para intervenir en todo el predio y despejar las dudas que pudieran quedar en torno a posibles enterramientos en el área.

Testimonios de ex soldados y croquis anónimos referían a enterramientos clandestinos detrás de la cancha de fútbol y el monte de sauces, en la margen del arroyo Miguelete.1 Si a eso se le suma el hallazgo de los restos de Miranda, esa zona del batallón se transformó en un sitio de sumo interés para la búsqueda.

Incluso, la zona del hallazgo había sido inspeccionada durante los trabajos efectuados entre 2005 y 2006. Aquella vez se hizo una intervención parcial, con distancia de metros entre trincheras. “Nosotros trabajamos en una zona que estaba muy alterada y la cobertura habrá sido del 85 por ciento (…); excavamos en un bosque, había que mover las máquinas. No es una ciencia exacta”, afirmó a Brecha José López Mazz, referente del equipo universitario de antropología en esa época.

Esa zona tenía interés por los testimonios recopilados –relató–, pero también porque el análisis de imágenes fotográficas daba cuenta de que entre 1983 y 1985 el área “fue forestada de manera maniática”, lo que parecía sospechoso. “Nos pareció que estaban maquillando algo deliberadamente y lo que hicimos fue recticularla y la excavamos; nos quedaron pedazos, que fue donde ahora se fue a trabajar”, agregó López Mazz.

Esta intervención se realizó con un cambio en la metodología. Según Lusiardo, de una intervención parcial se pasó a una intervención sistemática, exhaustiva, sin espacio entre trincheras, para abarcar todo el terreno: “Era la única manera de intervenir” con la información vaga e imprecisa que se tenía. Tras varios meses, esa nueva estrategia dio resultado. López Mazz reconoció que esa modalidad de intervención fue positiva: “Hubo un hallazgo, y eso demuestra que fue correcto”.

Con el hallazgo, según Lusiardo, se refuerza aun más el interés de excavar en toda la franja del arroyo Miguelete que se ubica dentro del batallón. “Hay bastante terreno a la costa del arroyo para excavar”, enfatizó, pero prefirió no aventurar sobre la posibilidad de que allí, en la margen del curso de agua, haya otros cuerpos enterrados.

UN PATRÓN. Los primeros huesos en aparecer fueron el cráneo y la clavícula, pero con el correr de las horas se pudo recuperar todo el cuerpo. En este sentido, se pudo establecer que se trata de un enterramiento primario e individual, que sigue el mismo patrón de los otros cuatro cuerpos hallados en predios militares: Miranda, Ubagesner Chaves Sosa, Julio Castro y Ricardo Blanco.

Algo que los identifica es el uso de cal, que se utilizaba para acelerar la descomposición del cuerpo. “La cal que les colocaron a estos cuerpos es tan abundante que llama la atención”, afirmó Lusiardo. En este sentido, la referente del Giaf dijo que a partir de estos resultados, a su entender, no existen indicios de la existencia de la Operación Zanahoria, el supuesto operativo de exhumación y posterior destrucción de restos de desaparecidos realizado por personal militar en 1984.

Incluso, horas antes del hallazgo, el fiscal Perciballe solicitó el archivo de la indagatoria penal sobre la existencia de esa operación (Búsqueda, 28‑VIII‑19). Esa causa se abrió tras una denuncia presentada por el senador Rafael Michelini en 1997, ante versiones que daban cuenta de la exhumación de restos en predios militares. Según Perciballe, no existen elementos para confirmar la verosimilitud de esa hipótesis, al tiempo que el hallazgo de restos en predios militares contradecía la versión consignada, por ejemplo, en el informe oficial elevado por el Ejército al Poder Ejecutivo en 2005.

Sin embargo, López Mazz insistió en que esa operación existió. “Estoy absolutamente convencido; lo he publicado y creo que sobran las pruebas”, señaló a Brecha. Para López Mazz, ese operativo de desenterramiento se demuestra con el hallazgo, también en el Batallón 13, de un fragmento óseo correspondiente a un radio izquierdo (el antebrazo), que podría pertenecer a una mujer. Esa pieza fue sometida a un triple examen de Adn (en Uruguay, Argentina y España), sin éxito, ya que no se logró extraer material genético.

Según el ex referente del equipo de antropólogos, ese hallazgo se produjo en un lugar donde un ex militar señalaba la existencia de desenterramientos, donde la tierra “estaba dada vuelta” y donde sólo se encontró ese fragmento óseo. “Entiendo que es lógico que la nieguen frente a la eventualidad de que el poder político les diga que no vale la pena buscar. Entiendo el reparo de Familiares, pero como científico voy a la cancha de Cerro a discutirlo, a donde sea”, enfatizó.

Sin embargo, la búsqueda de restos debe continuar, porque “quedan muchísimos” cuerpos para buscar y recuperar. “Pienso que (la operación zanahoria) fue acotada, que recuperaron algunos (cuerpos) que recordaban, pero si los enterraban de noche era difícil encontrarlos a todos”, apuntó. A esto se le suma que la dictadura se extendió durante 12 años, lo que significa que los comandos que mataron gente no fueron siempre los mismos, por lo que tienen que haber variado los patrones de ejecución y enterramiento, lo que también hace prever que esa operación de exhumación de restos no haya sido exhaustiva.

OTROS SITIOS. La referente del Giaf, Alicia Lusiardo, apuntó que desde el comienzo de los trabajos, en 2005, se han señalado unos cincuenta sitios en todo el país como posibles lugares de enterramientos clandestinos. Actualmente, el equipo concentra su trabajo en el Batallón 13, pero con intervenciones puntuales en otros lugares, como el Batallón 14 y un predio privado en Neptunia, donde los resultados no han sido positivos.

Por ejemplo, la especialista dijo que se aguarda el resultado de una investigación con georradar (ground penetrating radar, Gpr, una técnica geofísica no destructiva), que el Equipo Argentino de Antropología Forense aplicó en las proximidades de una edificación del Batallón 14. El objetivo de esa inspección es detectar indicios de posibles movimientos de tierra o cavidades en el subsuelo. El resultado de este trabajo se conocerá en los próximos días. En el Batallón 14 fueron hallados los restos de Julio Castro y Ricardo Blanco.

Sin embargo, Lusiardo dijo que la búsqueda de restos requiere información específica. En este sentido, explicó que las excavaciones son parte de un proceso que permite contrastar esa información que se presenta con otras fuentes a disposición del Giaf, con el objetivo de “reconstruir un circuito represivo” y delinear cuáles son las zonas de interés para la búsqueda.

Para Lusiardo, el Batallón 13 es un área de sumo interés, porque allí se reconstruyó un circuito represivo: allí funcionó el 300 Carlos, allí desaparecieron personas, allí hay testimonios sobre enterramientos y allí se produjo el hallazgo de dos cuerpos. Eso abre la posibilidad de, en un futuro, extender las excavaciones a otras áreas del batallón. “Cuando terminemos con el área cautelada, vamos a haber terminado con buena parte del batallón”, afirmó Lusiardo.

  1.   Informe final 2005‑2006. Investigaciones arqueológicas sobre detenidos‑desaparecidos en la dictadura cívico‑militar, tomo V.

Falta algo

Tras el hallazgo de nuevos restos humanos en un predio militar, Ignacio Errandonea, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, dijo que es indispensable seguir adelante con la búsqueda exhaustiva que se inició en los últimos tiempos y permitir terminar con las dudas que persisten sobre otros posibles enterramientos en el Batallón 13. Según Errandonea, este método es el más adecuado ante la “ausencia de información” que existe sobre lugares de enterramiento.

“Está faltando la búsqueda de información. No puede ser que haya que dar vuelta la tierra de todo un batallón; habría que ir a sitios precisos”, afirmó el integrante de la organización. En este sentido, aseguró que Familiares está en favor de la decisión de trasladar la búsqueda de restos a la Institución Nacional de Derechos Humanos, ya que esto permitirá crear un equipo de investigación, con potestades para investigar en profundidad. “Siempre hemos criticado la ausencia de la búsqueda específica de información; esto no puede depender de cuestiones voluntarias”, reflexionó.

Algunas consideraciones relevantes

Por Samuel Blixen

  1. El Batallón de Infantería número 13 integraba un complejo militar que agrupaba, además del 13, al Servicio de Material y Armamento (Sma) y al Batallón de Transmisiones número 1. Las tres unidades estaban delimitadas por cercos, portones y garitas, pero compartían un territorio común.
  2. Ese complejo, a diferencia del resto de las unidades del Ejército, dependía directamente del comandante del Ejército, y las dos unidades de combate (el 13 y Transmisiones) eran definidas como “la reserva” del Ejército. Por tanto, los comandantes de las tres unidades respondían –junto con el Batallón de Infantería número 14– también directamente al comandante y no al jefe de la División de Ejército I, de la que dependía el resto de las unidades de combate de Montevideo y Canelones.
  3. Desde mediados de 1975, el complejo, llamado comúnmente “13 de Infantería”, fue centro de operaciones del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas; el Ocoa dependía directamente del segundo comandante de la División de Ejército I.
  4. Un galpón del Sma fue destinado principalmente para el depósito de los prisioneros políticos capturados por el Ocoa; se le conoció como “300 Carlos” o “Infierno Grande”. Los detenidos podían ser torturados en el galpón o en Transmisiones 1, que también colaboraba con el Ocoa. Toda la oficialidad del complejo actuaba, logística y operativamente, para las necesidades del Ocoa (como ejemplo: el general Miguel Dalmao, procesado por la muerte de Nibia Sabalsagaray, era oficial de Transmisiones 1).
  5. Antes, el Ocoa utilizaba como centro de operaciones las instalaciones de distintas unidades, hasta que tuvo su primer centro clandestino en la llamada “casa de Punta Gorda”. (Ejemplo: Roberto Gomensoro fue torturado y falleció en Artillería 1, sede transitoria del Ocoa, y Luis Eduardo González desapareció después de ser torturado en el sexto de Caballería, otro local transitorio del Ocoa.) En 1977, el Ocoa abandonó el 300 Carlos y tomó posesión de La Tablada como centro de operaciones, denominada “Base Roberto”.
  6. Los restos del escribano Fernando Miranda, detenido el 30 de noviembre de 1975 por el Ocoa y trasladado al 300 Carlos, fueron hallados en el 13 de Infantería, cerca del arroyo Miguelete, que bordea el batallón. Los otros cuatro restos de desaparecidos fueron ubicados, dos de ellos en el Batallón de Infantería 14, uno en la chacra de Pando y otro en el lago de la represa de Rincón del Bonete.
  7. El esqueleto que acaba de ser ubicado, a unos 40 metros de donde fue enterrado Miranda, casi con seguridad pertenece a alguno de los desaparecidos secuestrados entre octubre de 1975 y diciembre de 1976 por el Ocoa, en su gran mayoría víctimas de la llamada “Operación Morgan”, y ello, en principio, descarta a los desaparecidos que permanecieron en la Casona de Millán o en La Tablada, a partir de 1977.
  8. Estos dos enterramientos están ubicados en una zona anegable debido a las crecidas del arroyo. Por lo tanto, es lícito presumir que su deceso y enterramiento ocurrió en una época en que el nivel del agua era bajo.
  9. Los últimos restos hallados cubiertos de cal corresponden a un enterramiento primario. Esa característica es compartida por los otros cuatro restos desenterrados, y cada uno de esos casos fortalece la hipótesis de que no existió una llamada “Operación Zanahoria”, que supuestamente desenterró los cuerpos ocultos en las unidades militares. Las excavaciones que se vienen realizando desde 2005 tampoco aportaron evidencia de remoción de tierras. Cada vez más se tiene la convicción de que la “Operación Zanahoria” fue un elemento para desestimular la búsqueda de enterramientos clandestinos en unidades militares.
  10. Después de la aparición de Miranda, se desistió de buscar en la zona próxima. Cuando los nuevos responsables del Giaf delinearon un sistema metódico para las excavaciones, fueron surgiendo “datos” que obligaban a excavar en otros predios: en “La Montañesa”, en el 14 de Infantería, en la chacra de Pajas Blancas (sugerida por el ex comandante Manini Ríos), o “aparecían” granadas y drones que obligaban a suspender los trabajos. Estas “distracciones”, y la confusión que generaba el volumen de testimonios imprecisos, llevaron a tomar la determinación de barrer todo el 13 de Infantería. Ese trabajo metódico produjo el reciente hallazgo.

 

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Este viernes se conmemora el

Día Internacional del Detenido

Desaparecido

Nos encuentra a Madres y Familiares con la emoción por el hallazgo, dijo Zaffaroni

Este 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido por iniciativa de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos.

La jornada encuentra a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos con la emoción por el hallazgo de los restos uno de sus seres queridos en el Batallón 13, dijo a Informe nacional la integrante del grupo, Elena Zaffaroni.

Es un día que llama a hablar mucho, a ver lo que pasa acá y en el mundo, no sólo con las víctimas de las dictaduras sino también de gobiernos democráticamente electos como sucede con miles de personas víctimas en el mundo como migrantes, víctimas de trata, líderes sociales, periodistas, detalló Zaffaroni.

Además, agradeció el respeto y la acción de la sociedad uruguaya que consigue los logros y la toma de conciencia en este tema y a los periodistas que han ayudado a poner el tema desaparecidos en la agenda cotidiana e invitó a la actividad que se llevará a cabo este viernes, a las 19:00 horas en la Sala Nelly Goitiño.

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Moreira: si se están encontrando

restos, es porque gobierna el FA

“La democracia uruguaya es longeva, estable y duradera porque le puso el cascabel al gato de los militares”, dijo

La senadora del Frente Amplio Constanza Moreira dijo en Puntos vista que “si se están encontrando restos de desaparecido hoy, es porque hay un gobierno del Frente y Amplio (FA)”. Sostuvo que un gobierno de otro partido no facilitaría la búsqueda; no porque no se vayan a autorizar ingresos a predios militares sino porque el Estado no va a proporcionar más información, afirmó.

Moreira asumió que en el FA hubo errores respecto al tema de los desaparecidos y que corresponde una “autocrítica enorme”. “Nos quedamos cortos en muchas cosas, no tuvimos la misma visión sobre la verdad y la justicia”, dijo sobre la interna de la coalición.

Agregó que de todas maneras el FA hizo cosas para facilitar las búsquedas por ejemplo anulando los actos administrativos que impedían investigar, creando una unidad en el Ministerio del Interior para encargarse del tema de los derechos humanos o a través de las actitudes de la exministra frenteamplista Azucena Berruti con documentos encontrados en dependencias militares. Puntualizó que el rol principal en la búsqueda de restos de desaparecidos fue de los familiares, la Universidad de la República, algunos jueces y algunos periodistas.

Por otra parte, Moreira dijo que la llegada del excomandante del Ejército y actual candidato a presidente de Cabildo Abierto a la política es en parte resultado del error del FA de no medir el peso de los miliares en la política nacional. “Manini no tendría que haber estado tanto tiempo donde estuvo; no deberíamos haber soportado la cantidad de cosas que dijeron (algunos militares) en la escena pública haciendo política”, agregó.

La dirigente frenteamplista dijo que Manini es un militar rico, viene de una familia rica y de una tradición de la parte reaccionaria del Partido Colorado. “Viene de las grandes familias del Uruguay, no está para defender a los soldados, por más que los soldados sean su bases de maniobras”, agregó Moreira y sostuvo que dentro de las Fuerzas Armadas dominan algunas familias ricas.

Moreira afirmó que “la democracia uruguaya es longeva, estable y duradera porque le puso el cascabel al gato de los militares”, pero, agregó, después de la dictadura eso fue difícil y en la izquierda hubo diferencias sobre el tema. La estrategia del “cambio en paz” del expresidente Julio María Sanguinetti a la salida de la dictadura “te explota todos los días en la cara”, sostuvo la dirigente frenteamplista.

Discrepó con las afirmaciones de Lucía Topalansky respecto a que el FA podría tener algún punto de contacto con Manini para hacer cosas juntos en el Parlamento. “Creo que puntos de contacto con Manini no tenemos ninguno”, enfatizó.

Entrevista a Constanza Moreira

 

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Como homenaje a todos aquellos que hicieron posible que los “desaparecidos, comenzaran a aparecer”, publicamos este video, en el cual cuenta la historia de como se comenzó la búsqueda y excavaciones por justamente hallar esos restos de “desaparecidos” uruguayos.

Un grupo de arqueólogos del Instituto de Antropología (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación) de la Universidad de la República ingresa, por primera vez en la historia del Uruguay, a un cuartel. Su misión: excavar en busca de los restos de detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar. Los comandantes en Jefe de las tres armas entregan al Presidente un informe con los datos reunidos al cabo de una investigación interna. Los familiares de desaparecidos entregan el suyo. El país sigue con atención los acontecimientos. La televisión se apropia del asunto. Comienzan las excavaciones.

Pero los cuerpos no aparecen y el hecho parece desmentir la afirmación de que cuando se comete un crimen lo difícil no es tanto ejecutar el acto, sino borrar las huellas. Finalmente, al cabo de 100 días de excavar, la tierra revela su secreto: se ubican los primeros restos. Días después, alguien escribe sobre un muro de Montevideo: “Ubagesner Chávez Sosa, el primer EX detenido-desaparecido”.

Concebido como un thriller arqueológico, el documental reconstruye la trama del proceso de excavaciones, que marca un antes y un después en la historia del país. Obra que, necesariamente, se interpreta a varias voces, todas imprescindibles, para la elaboración de un relato complejo y aún abierto.

Además de Ubagesner Chávez Sosa, el documental expone los casos de Fernando Miranda -profesor titular de Derecho Civil de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, cuyos restos fueron recuperados por el GIAF el 2 de diciembre de 2005 en el Batallón Nº 13-, y el caso “Gelman”. A principios de 2010 Macarena y su abuelo, el poeta Juan Gelman, presentaron una demanda contra el Estado uruguayo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para suprimir la Ley de Caducidad.

La obra integra la serie de documentales DocTV IB II Latinoamérica, Programa de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica (CAACI) que une a 14 países latinoamericanos para producir y difundir en red contenidos en nuestras pantallas.

Ficha Técnica
Duración: 52 min
Año de producción: 2010
Dirección: Virginia Martínez (Sobre idea y concepto original de Gonzalo Arijón y Virginia Martínez)
Producción Ejecutiva: Hernán Rodríguez
Dirección de Fotografía: Christian Quijano
Montaje: Federico La Rosa
Sonido :Álvaro Mechoso y Álvaro Rivero
Música: Herman Klang
Co-producción Aceituna Films; Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU); Televisión Nacional de Uruguay (TNU); Tevé Ciudad; y Secretaría Ejecutiva de la Cinematografía Iberoamericana (SECI – Fondo DOCTV IB).
Coordinación Nacional DOCTV IB II Latinoamérica: Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU); Televisión Nacional de Uruguay (TNU); y Tevé Ciudad.

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Comienzan los análisis de los

restos encontrados en el

ex Batallón Nº 13

4 de septiembre de 2019 

Los resultados sobre la identidad tardarán al menos dos semanas.

El Grupo de Investigación de Antropología Forense (GIAF), integrantes del Instituto Técnico Forense (ITF) y el coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ), Felipe Michelini, se reunieron este martes con la con la jueza penal Isaura Tórtora y el fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, para coordinar las próximas acciones tras el hallazgo de restos humanos en el ex Batallón Nº 13, la semana pasada. La audiencia fue convocada por Tórtora.

Al finalizar el encuentro, en diálogo con la prensa, Michelini aseguró que esta semana comenzarán las acciones para “garantizar los dos objetivos” de la etapa posterior al hallazgo de los restos: “la identificación de la identidad de la persona” y la determinación “de la causa del fallecimiento”. Explicó que antes de la extracción de las muestras de ADN de los restos óseos se pone en práctica una serie de análisis que, entre otras cosas, permiten conocer el estado de conservación del esqueleto, y “si no surgen inconvenientes”, será posible conocer la identidad de los restos humanos en dos semanas “como mínimo”. Las muestras se enviarán a Argentina “lo antes posible”, comentó el coordinador del GTVJ, para ser analizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense. 

Fuentes judiciales informaron a la diaria que hoy comenzará el estudio de las piezas óseas, “primero con radiografías con los restos como están ahora”. Luego, se iniciarán las tareas de laboratorio: “lavado, acondicionamiento y análisis”. Estas tareas estarán a cargo del grupo de antropólogos del GIAF, “con garantías” de la Junta Médica del ITF. Al final se elaborará un informe común. 

Sobre la posibilidad de que los restos correspondan a un hombre adulto, como informó la revista Martes en base a fuentes judiciales, Michelini señaló que se deben aguardar los resultados de los informes técnicos para informar si se trata de un hombre o una mujer.

Luego de haber hecho excavaciones en 85% de la zona cautelada del ex Batallón Nº 13, donde no se encontraron restos, el hallazgo de este esqueleto revivió la esperanza: “Si no perdimos la esperanza excavando 85%, ahora con este hallazgo somos un poco más optimistas”, dijo Michelini, y planteó que “hay más de una centena de testimonios –con distintos tipos de calidad– que ubican al ex Batallón Nº 13 como un espacio de enterramiento clandestino”. “Estamos convencidos de que el trabajo metódico, persistente y sistemático de las excavaciones dio resultado y probablemente, con un poco de suerte, podamos encontrar a algún otro detenido desaparecido más”. En ese sentido, aseguró que los trabajos en el predio continúan con dos máquinas.

 

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Se aplicará el mismo método

de rastrillaje en 

el Batallón 14

Con Felipe Michelini, coordinador del Grupo por Verdad y Justicia.

Samuel Blixen

6 septiembre, 2019

Para el coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, el relevo en las investigaciones sobre los desaparecidos, que quedará ahora en manos de la Institución Nacional de Derechos Humanos, abre nuevas posibilidades para avanzar, con otra institucionalidad, en los objetivos de desmontar la cultura de impunidad.

En el mismo momento en que la Cámara de Senadores iniciaba el miércoles 4 la discusión del proyecto de ley que le confiere a la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) la búsqueda de los restos de detenidos desaparecidos y disuelve el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (Gtvj), que tenía esa misión por decreto del Poder Ejecutivo, Felipe Michelini aportaba a Brecha un balance del trabajo del Grupo que él dirigió como coordinador desde su creación, en mayo de 2015.

Las atribuciones traspasadas y la simultánea disolución no son, como puede suponerse, resultado de un conflicto o de un cuestionamiento; por el contrario, Michelini fue uno de los principales impulsores de la iniciativa. “Que (Pedro) Bordaberry esté en contra habla bien del proyecto”, ironizó. Para Michelini, ahora se abre la posibilidad de que la investigación sobre los desaparecidos adopte, finalmente, el impulso necesario para obtener resultados, más allá de los cinco rescates de restos desde que se iniciaron las excavaciones en 2005, con herramientas que avancen en la búsqueda de la verdad.

“El decreto de creación del Gtvj fue un paso adelante adoptado por Tabaré (Vázquez), pero la lógica de su espíritu está agotada, debido a sus propias limitaciones institucionales”, explicó. “Los poderes que ahora se le confían a la Inddhh no podían estar en manos del Poder Ejecutivo, era necesario crear una instancia de acción independiente.” Si la media sanción del Senado es confirmada por la Cámara de Diputados, la Inddhh estará habilitada a crear grupos de investigación, a interrogar a civiles y a militares, a funcionarios y a particulares, a ingresar en lugares donde pueda haber información o elementos relevantes sobre el tema, y a acceder a toda la documentación.

De acuerdo con Michelini, en cuanto a los derechos humanos en el pasado reciente, “hay diferencias de todo tipo. Fuimos eficientes en la denuncia, en las movilizaciones, en la construcción de los relatos, pero fuimos muy malos en la investigación profesional”. En el objetivo de “erradicar la cultura de la impunidad y castigar a los perpetradores, los promotores y los cómplices de los crímenes, no debemos depender sólo de la confesión de los responsables”. Es necesario, enumeró, acceder a los archivos y a otras fuentes con información vital (“se nos negó el acceso a los folios de las cajas de pensiones militares”), eliminar los privilegios en la reclusión y en el cumplimiento de las penas, confiscar bienes, interceptar comunicaciones telefónicas; todo ello para avanzar en la investigación, “que es posible” aun cuando haya pacto de silencio.

Michelini estaba en La Haya, en sus funciones en la Corte Penal Internacional, cuando recibió la noticia del hallazgo de los restos recientemente ubicados en el predio que albergó al Batallón de Infantería número 13. “Llamé inmediatamente a Elena (Zaffaroni, miembro de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos), le adelanté la noticia y me lamenté de estar a 13 mil quilómetros de distancia en ese momento tan importante para la lucha contra la impunidad.”

Para entonces, el nivel de frustración era alto: “Desde que se instaló el Grupo de Trabajo, habíamos asumido el factor frustración, pero pasaba el tiempo, se acercaba el momento en que caducaba el decreto, y a pesar de la constancia del equipo dirigido por Alicia Lusiardo, no teníamos resultados”. El equipo había definido una metodología que implicaba un trabajo tedioso: “La opción que había primado antes era hacer cateos parciales, picoteando aquí y allá”, explicó Michelini. “Nos propusimos excavar todo el predio del 13 de Infantería, porque siempre iba a quedar la duda, desde que se encontraron los restos de Fernando Miranda”,de que podía haber más enterramientos clandestinos, allí. “Necesitamos recursos, y los pedimos. Se compró otra excavadora, con lo que abaratamos los costos, que eran altísimos. Al trabajar puntualmente, se pedían precios tremendos.”

Michelini mencionó otros inconvenientes: aparecieron los drones, las granadas y las falsas pistas, pero se mantuvo la metodología de rastrillaje total. “Se planteó la posibilidad de comenzar en otros lados, pero definimos que había que garantizar que se terminaba con el 13, exhaustivamente.” La aparición de los restos muy cerca de donde había sido enterrado Miranda confirmó, finalmente, la bondad del criterio, la vigencia del método, y abona la esperanza de encontrar otros restos en la misma zona de difícil acceso junto al arroyo Miguelete. Se había definido que “después que se termine en el 13, se iniciará el mismo trabajo, con el mismo método de rastrillaje, en el 14 de Infantería, un predio más pequeño”, donde se hallaron los restos de Julio Castro y Ricardo Blanco.

El ex legislador explicó que se realizó un trabajo de sistematización de los testimonios: “Sobre posibles enterramientos en el 13 de Infantería, hay todo tipo de testimonios, de todo valor y de diferentes orígenes; es necesario complementar el testimonio con una investigación y un análisis”, que con la nueva ley podrán ser encarados en forma global por la Inddhh.

Para Michelini, la excavación es una de las vías para encontrar los restos de los desaparecidos. Pero, sostiene, es necesario tener a favor una cuota de suerte. “En la reciente excavación, apenas unos rastros de cal fueron un indicio. Dos equipos estuvieron trabajando tediosamente, hasta que aparecieron los rastros de cal, que permitieron establecer la orientación en que había sido enterrada la víctima. A diferencia de lo que podía suponerse, este cuerpo estaba arrollado. Fue la correcta interpretación de los signos de cal lo que condujo al hallazgo.”

Aunque el equipo que realiza las excavaciones continuará trabajando, la dirección de los trabajos quedará a cargo de la Inddhh, una vez que se produzca la transición, si es que se completa, como es presumible, la aprobación de la ley en Diputados. Michelini sostuvo que ahora se abre una nueva instancia. Su última misión en el Gtvj será entregar un informe completo de todo lo realizado al presidente Vázquez, “que nos apoyó en todo momento”. El cierre de esta etapa, dijo, no supone que abandone la militancia, como no lo ha hecho hasta ahora, para erradicar la cultura de impunidad.

 

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Restos de Batallón 13: el

trabajo científico terminará

esta semana

Madres y Familiares lanzó en redes sociales la campaña “¿Quién es?”

10 septiembre 2019

Se estima que el trabajo científico del Grupo de Investigación en Arqueología Forense (GIAF) y del Instituto Técnico Forense (ITF) sobre los restos encontrados en el Batallón 13 culminará está semana. Tras ese paso, se podrá enviar una muestra de ADN al laboratorio de antropología en Córdoba, donde está la nómina de familiares de detenidos desparecidos uruguayos para cotejar la información.

Así lo confirmaron a Informe nacional fuentes judiciales y de Madres y Familiares de detenidos Desaparecidos. Y destacaron que los primeros resultados de ADN pueden demorar entre 15 y 20 días.

Este fin de semana, Madres y Familiares lanzó en redes sociales la campaña “¿Quién es?”.

“La idea es compartir la pregunta espontánea que todos nos hacemos ante el hallazgo de un cuerpo en el Batallón 13 y mostrar a la vez, con una foto, cómo viven en nosotros nuestros desaparecidos”, explicó a Informe nacional la periodista Ivonne Trías.

El marido de Ivonne, Carlos Rodríguez Mercader, su hermana Cecilia Trías y su cuñado Washington Cram González, fueros secuestrados y están desaparecidos.

El espíritu del mensaje es mostrar, sin explicaciones ni arengas, que ese hallazgo nos interroga a todos los ciudadanos. Además, acompañarán las publicaciones con una foto y el hashtag #quien_es. Las fotografías que se publiquen pueden ser las que cada uno tenga en casa, de escenas familiares o cotidianas. De lo contrario se puede tomar una foto de la página web: www.desaparecidos.org.uy

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Felipe Michelini se encontraba en La Haya cuando el martes 27 recibió un llamado desde Uruguay: en un barranco lindero al ex Batallón de Infantería 13 habían encontrado un cuerpo. Integrante del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia y referente en la búsqueda de detenidos desaparecidos durante la dictadura (1973-1985), para Michelini la noticia fue “aún más impactante” desde la lejanía, pero igual de llamativa que para los familiares, a los que luego él se la comunicó. “Quedaron altamente sorprendidos porque no se lo esperaban, si con el 85% del área no había aparecido nada hay siempre un sentimiento de decir: ‘¿para qué?’”.

En diálogo con Búsqueda, Michelini dijo que el hallazgo supone “un sentido de justicia” para el presidente Tabaré Vázquez, que lo tiene “muy merecido por su apoyo decidido, porque no se excavan 55.000 metros cuadrados sin apoyo”. Considera además que existió “cierta cuota de fortuna” en el trabajo de los arqueólogos. El descubrimiento ocurrió mientras técnicos del Grupo de Investigación en Antropología Forense realizaban una búsqueda de rutina en una zona en la que se presumía la existencia de enterramientos clandestinos. “Si la pala hubiera entrado de otra forma hasta por ahí te lo comés. Se necesita esa dosis de suerte, siempre se necesita un poco de fortuna”, explicó Michelini. “Nosotros en el informe de medio término del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia dijimos que no habíamos tenido un éxito resonante. Con este golpe de fortuna podemos decir que tenemos un impacto”, agregó.

Para Michelini el hallazgo abre una expectativa a futuro porque se hizo en una zona muy alejada y de difícil acceso. “Creo que tendríamos posibilidades de encontrar, con un poco de fortuna, en el área cautelada, algún cuerpo más”, señaló, optimista también de que los arqueólogos tengan éxito cuando entren al Batallón de Infantería Paracaidista 14.

Causa sagrada

El miércoles 4 el Senado aprobó en general, con los votos del Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Independiente, el proyecto de ley que comete a la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) la búsqueda de personas desaparecidas desde el 13 de junio de 1968 hasta el 28 de febrero de 1984. Pese al voto a favor, durante el debate el Partido Nacional cuestionó que el período abarque un gobierno electo democráticamente. El Partido Colorado no apoyó el proyecto en general y solo acompañó algunos artículos, al igual que el resto de la oposición.

Pedro Bordaberry planteó dudas con artículos específicos, como el tercero que establece que la Inddhh no estará inhibida para tener competencia en aquellos casos que estén en trámite en la vía judicial, y el octavo que faculta al organismo a citar a funcionarios del Estado y particulares para que “presenten declaración” sobre el tema. Bordaberry aclaró que el Partido Colorado respalda que se siga buscando a los desaparecidos. “Hay derecho a saber qué pasó y hacer el duelo correspondiente. En este proyecto de ley no se está discutiendo eso”, dijo. Para el legislador con este proyecto se podrían afectar las garantías del Estado de derecho.

Michelini prefirió no hablar sobre las opiniones contrarias que existen en la oposición, pero remarcó que hay una diferencia entre aquellos sectores de la población que promueven “la cultura de que no importa lo que pasó” y los que luchan por el esclarecimiento de los crímenes. “Yo entiendo que puede haber lugares distintos a la contribución, pero me parece que los que dicen que es una causa sagrada deberían preguntarse cómo han contribuido a la causa”, dijo.

 

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