Sectas, clero, conspiracionistas, cuando la religión entra en la extrema derecha

En víspera de las elecciones en los EEUU, en medio de una pandemia que asume el nivel mundial, les presentamos dos artículos en que se reflejan todos los sectores de conspiracionismos, sectas y hasta el clero, en los caminos de la extrema derecha.

Clero, Extremismo radical, Populismo, Racismo & discriminación, Violencia, Xenofobia

La extrema derecha de Dios

Nov 2 2020

Por Juan José Tamayo*

La internacional Cristo-neofascista al asalto del  poder blandiendo la Biblia

En América Latina, Estados Unidos y Europa estamos asistiendo a un avance de las organizaciones y partidos políticos de extrema derecha, que conforman un entramado perfectamente estructurado y coordinado a nivel global y están en conexión orgánica con grupos fundamentalistas cristianos, hasta conformar lo que Nazaret Castro llama “la Internacional neofascista” y yo califico de “Internacional Cristo-neofascista” y “Extrema derecha de Dios”.

Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta Internacional en España es la complicidad y total sintonía entre las organizaciones católicas españolas ultraconservadoras HazteOír, El Yunque, Infocatólica y otras, y el partido de extrema derecha Vox.

En Colombia fracasaron los acuerdos de paz porque los evangélicos fundamentalistas y los católicos integristas hicieron campaña en contra alegando que en ellos se defendían el matrimonio igualitario, el aborto y la homosexualidad. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Costa Rica en 2018 ganó el pastor evangélico Fabricio Alvarado con un discurso a favor de los “valores cristianos” y del neoliberalismo y contra el aborto y el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo.

En Brasil, los partidos evangélicos fundamentalistas fueron decisivos en la reprobación de Dilma Rousseff y en la elección del exmilitar Jair Messias Bolsonaro como presidente del país. Son ellos realmente los que inspiran y legitiman su política declaradamente homófoba, sexista, xenófoba y antiecológica.

El Gobierno de El Salvador parece seguir similares derroteros. En su toma de posesión el presidente de la República, Nayib Bukele, invitó a dirigir una oración al pastor evangélico argentino Dante Gebel, conocido por sus vínculos con pastores ultraconservadores de Estados Unidos. La diputada de Conciliación Nacional, Eileen Romero, presentó en la Asamblea Legislativa una moción para decretar la lectura obligatoria de la Biblia en las escuelas.

En Bolivia, los militares y los grupos religiosos fundamentalistas dieron un golpe de Estado contra Evo Morales, presidente legítimo de la República Plurinacional, que colocó a las comunidades indígenas en el centro de su política social, cultural, económica y en la cartografía mundial. Y lo hicieron con la Biblia y el crucifijo para legitimar el golpe, lavar las muertes producidas por el mismo, confesionalizar cristianamente la política, negar la identidad de las comunidades indígenas, justificar la represión contra ellas y desprestigiar sus cultos, calificándolos de “satánicos”.

Felizmente la ciudadanía ha devuelto la democracia a Bolivia en las elecciones del 18 de octubre, en las que el candidato del partido de Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, ex ministro de Economía con Evo, ha obtenido la mayoría absoluta en la primera vuelta con el 53% de los votos y tomará posesión de su cargo como presidente de la República Plurinacional de Bolivia el 8 de noviembre para un periodo de 2020 a 2025.   

Tras los fenómenos aquí analizados producidos en diferentes países creo puede hablarse de una alianza Cristo-bíblico-militar-neoliberal-patriarcal neofascista que actúa coordinadamente en todos los continentes, muy especialmente en América Latina, y utiliza irreverentemente el nombre de Cristo. Estamos ante una crasa manipulación de la religión y una perversión de lo sagrado que se alimenta del odio, crece e incluso disfruta con él, lo fomenta entre sus seguidores y pretende extenderlo a toda la ciudadanía y que nada tiene que ver con la orientación liberadora e igualitaria del cristianismo originario.

La Internacional Cristo-neofascista ha cambiado el mapa político y religioso en Estados Unidos, está cambiándolo en América Latina y va camino de hacerlo en Europa. El salto a la política del movimiento religioso fundamentalista en alianza con la extrema derecha supone un grave retroceso en la autonomía de la política y de la cultura, en la secularización de la sociedad, en la separación entre Estado y religión, en la autonomía de la ciencia, en las políticas ecológicas y en la opción por las personas, los colectivos y los pueblos oprimidos.

El Cristo-neofascismo no tiene intención de abandonar el escenario político y religioso. He venido para quedarse, posee un importante protagonismo en la agenda política internacional y está consiguiendo cada vez más seguidores. Actúa coordinadamente en todos los continentes, y muy especialmente en América Latina, utiliza irreverentemente el nombre de Cristo y defiende la “teología de la prosperidad” como legitimación del sistema capitalista en su versión neoliberal. Y, a decir verdad, lo hace con excelentes resultados: refuerza gobiernos autoritarios, derroca a presidentes elegidos democráticamente, da golpes de Estado enseguida legitimados por otros Estados y organismos internacionales, impide la aprobación de leyes en defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, de los derechos LGTBI y de los derechos de la Tierra, encarcela a dirigentes políticos, etc.

 ¿Tendremos que resignarnos ante esta extrema derecha de Dios y sus violentas manifestaciones? En absoluto. Coincido con la intelectual alemana Carolin Emcke en su brillante ensayo Contra el odio (Taurus) en la necesidad de hacer un elogio de lo diferente y lo “impuro”, enfrentarnos al odio como condición necesaria para defender la democracia, adoptar una visión abierta de la sociedad y ejercer la capacidad de ironía y duda, de la que carecen los generadores de odio.

Nota del autor: Este artículo es una reelaboración actualizada y ampliada del publicado en la Agenda Latinoamericana 2021. Una exposición más amplia y fundamentada se encuentra en mi libro La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo se deconstruye?, que aparecerá a mediados de noviembre en la editorial Icaria.

Artículo enviado a Other News por el autor

*Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia Comillas en 1971. Doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca en 1976. Diplomado en Ciencias Sociales por el Instituto León XIII en 1972. Licenciado (1983) y doctor (1990) en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es el Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones «Ignacio Ellacuría», Universidad Carlos III de Madrid

La secta conspirativa que se expande por el mundo

Donald Trump, Qanon y el lado oscuro de la derecha

La habitan los antisemitas y racistas, se obsesiona con un gobierno secreto mundial dedicado a la pedofilia, y ve a Trump como el primero en decir la verdad, un cruzado por los pueblos.

31 de octubre de 2020

Por Eduardo Febbro

Desde París

La locura se exporta muy bien, sobre todo si proviene de Estados Unidos y su origen son grupos que hacen de las teorías conspirativas un campo de acción y una deslegitimación de las democracias. Uno de esos grupos es Qanon. Se trata de una secta virtual que se comunica mediante mensajes encriptados cuyo sentido oculto millones de personas a través del mundo se encargan de descifrar. Después de prosperar en el territorio estadounidense a partir de 2017, gracias al foro 4chan, se ramificó en Canadá, Brasil, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania y ahora llega a Francia. Ya se empiezan a ver en París algunos grafitis que representan, en rojo y en negro, la letra Q. 

Qanon es una mezcolanza de sensibilidades cuyo principal postulado consiste en creer que existe una suerte de “Estado Profundo”, tentacular e híper organizado, que controla Estados Unidos y el resto del planeta. Ese Deep State está compuesto por una elite de “criminales pedófilos satanistas” al mando del clan Clinton-Obama cuya misión esencial es, desde las sombras, boicotear la presidencia de Donald Trump e impedirle salvar al país y al mundo. Toda esta galaxia se articula en torno a los mensajes criptografiados y a una persona que se hace llamar “Q”, quien se presenta como un funcionario de Washington con acceso a altísimos niveles de seguridad en el sector de la energía. En esos mensajes, Trump aparece como un héroe investido de una misión: sanear la podredumbre de Hollywood, la pedofilia y la corrupción, y devolverle la grandeza a Estados Unidos. Quienes alimentan esta red han logrado plasmar uno de los mitos más estrafalarios de la actualidad y convencer con él a millones de personas a lo largo del planeta.

François es un miembro francés de esta trama y solía instalarse con frecuencia ante su computadora para deleitarse con la página francófona que el grupo abrió en Facebook, 17FR, cerrada por Facebook el 6 de octubre. ”Ni profetas, ni fachos. Lúcidos. Trump es el único soldado que ha osado enfrentar a esa secta pedosatánica que se esconde en las administraciones”, afirma François con mucha autoridad. ”Cuando uno de nosotros va, vamos todos”, dice su slogan principal. La pandemia y todas las teorías conspirativas que circulan en torno al coronavirus han acrecentado su influencia a escala planetaria. Para este joven francés Qanon no es una secta sino “una perspectiva de transformación completa del mundo. Trump no ha mentido. Contrariamente a los demás dirigentes del mundo, Donald Trump cumplió con sus promesas”. 

Esta teoría conspirativa global tiene a la extrema derecha como inspiración y ha sabido infiltrar a los movimientos que se oponen al Estado, a los militantes contra los oligopolios, a un sector de las extremas izquierdas y a los individuos que sienten una profunda desconfianza en las instituciones democráticas. En Francia, los primeros grafitis de Qanon aparecieron justamente entre 2018 y 2019 durante las manifestaciones de los chalecos amarillos. El pasado 6 de septiembre, en el curso de una manifestación contra la pedocriminalidad, varios de sus miembros franceses iban mezclados a los manifestantes. Entre ellos estaba Jérémie, un abogado recién egresado para quien “ya no se puede negar que existe una elite globalizada, tan corrupta como viciosa, que conspira contra los valores. Ahí está el partido demócrata de Estados Unidos, Georges Soros, el Príncipe Andrew y su gran amigo violador de mujeres, Jeffrey Epstein, y también Bill Gates”.

La pandemia y la desconfianza que esta hizo prosperar hacia el Estado, el liberalismo, los laboratorios multinacionales (los “Big Pharma”) o las medidas de protección social ampliaron considerablemente su audiencia. No es una casualidad el hecho de que, en casi todos los países donde Qanon está muy activo, los antimáscaras adhieren a sus teorías complotistas. La doctora Eve Engerer fue suspendida por el Colegio Médico de Francia a raíz de que, en Facebook, difundió un falso certificado médico que permitía a la gente no usar las máscaras. Esta doctora de la región francesa de Alsacia considera que la “máscara es un ritual de los pedo-satánicos. Es un acto de sumisión”. La suspensión que le impusieron le importó un bledo porque, dijo, “juré ante Dios y por Hipócrates, no ante Bill Gates y Big Pharma”.

Su retórica es la misma que circula en los portales de Qanon a través del planeta: el presidente norteamericano es el jinete de la salvación y el infectólogo francés Didier Raoult, el promotor de la cloroquina, su mano derecha”. Jérémie acota al respecto: “Antes de Trump, todos los mandatarios fueron marionetas, unos títeres cobardes de esa elite sumergida en la profundidad del Estado que tiene sólo dos intereses: ganar toda la plata del mundo y celebrar sus cultos pedosatánicos”. El portal francés de Qanon y su pagina en YouTube (Dissept.com y DéQodeurs) reproducen con repetitiva eficacia la temática del complot de esa elite. Ambos portales cuentan con decenas de miles de seguidores y bajo su ascendente se han creado muchos más con una retórica similar. En Francia, Alemania, Canadá o Estados Unidos esos portales siguen el hilo de los mensajes de Q y la filosofía de su contenido.

La primera cruzada parece tomada del lenguaje de la izquierda. Para ellos existe un complot “de los medios dominantes”. La salvación primera es leer los mensajes de Q e interpretar su sentido. Aquí, afirma el portal francés, encontrará “información verificada, cierta, autentica, no manipulada”. Ocurre que esas informaciones “verificadas” son un catálogo de disparates y aserciones fantasmagóricas sin prueba alguna. Pero funciona. François, el primer Qanon francés, explica en la más pura tradición trumpista que ”lo que dicen los medios es todo un fake colosal. Ellos nunca hablan de la otra realidad porque protegen a la secta pedosatánica que les paga el salario. Son agentes de la misma orgia encubierta”. 

Qanon funciona como una metateoría que se mueve como un camaleón: se adapta al país en el que se despliega. Por ello puede modificar su narrativa según la región del mundo donde va ganando adeptos. La elite pedófila y el Partido Demócrata en los Estados Unidos, el Estado tramposo y “cómplice” de las multinacionales en Francia, la “invención de la covid-19 como instrumento de sometimiento de la sociedad en Alemania, etc, etc. ”Les DéQodeurs nos explican extraordinariamente bien el sistema mundial y las elites que nos dirigen”, afirma uno de los Canales YouTube afiliados a esta galaxia.

Más allá de los mensajes del gurú Q, Qanon carece de estructura piramidal. Este flujo se articula un poco por adhesión metódica en torno a valores donde no faltan los platos fuertes de la extrema derecha como al antisemitismo o los anti musulmanes. Jérémie, el segundo Qanon francés, nos explica que ese mundo Q “nos deja en libertad, no nos inculca ideologías, sino que nos muestra lo que está detrás del telón y nos permite que busquemos el secreto por nosotros mismos. Somos exploradores de la verdad verdadera sin que haya un guía diciéndonos lo que debemos hacer. Nadie puede ser tan inocente como para no percibir que detrás de teatro democrático existe una entidad secreta y viciosa que gobierna el mundo. Cuanto más numerosos seamos los Qanon, más rápido los vamos a desenmascarar. La poderosa injusticia que sentimos todos y que vimos en directo con los chalecos amarillos es promovida por esa elite del Deep state”. François completa su pensamiento y alega: ”pronto vendrá el día del Gran Despertar”. Los Q designan con esa expresión el esperado gran momento del “despertar” global”, o sea, cuando esas “elites manipuladoras serán vencidas”.

Qanon es un producto genuino de la subcultura de internet y ha crecido mundialmente como una enredadera en la pared de las fallas democráticas y la ingenuidad de la sociedad. Postula cualquier cosa: desde que la superficie de Venus no existe, pasando a que el asesinato del ex presidente John Fitzgerald Kennedy fue un simulacro, la afirmación según la cual todas las pruebas sobre la trama rusa son un montaje de las elites pedófilas diseñado para perjudicar a Trump, hasta que Bill e Hillary Clinton manejan una fundación que roba dinero del Estado y se dedica al tráfico de niños del tercer mundo, en especial de Haití. 

En los últimos meses, sobre todo en Estados Unidos, Canadá y Alemania, han participado en actos violentos como la toma del Reichstag, en Berlín, en agosto de 2020. El éxito sorprende incluso a sus portavoces en Europa. Léonard Sojli, el animador del portal francés Dissept.com y del canal YouTube DéQodeurs, reconoce que “si bien fundé el portal en marzo pasado, desde el mes de junio el canal y el portal explotaron hacia arriba”. Sojli asegura, no obstante, que ”no tengo la intención de convertirme en un gurú con miles de personas que me siguen. La particularidad de Qanon reside en que no es ni de izquierda ni de derecha, que hay todo tipo de gente, desde abogados, policías, bomberos, médicos o amas de casa. Nosotros no somos guías y siempre estamos defendiendo la autonomía intelectual”. 

François, Jérémie o Léonard Sojli nunca han tenido tanta fe como ahora. Para ellos, el “Storm” (la tempestad) está muy cerca: ”el mundo será pronto más libre, más justo y más limpio”, asegura François lleno de emoción. El rey de la elite corrupta y evasora de impuestos, Donald Trump, ha conseguido convencer a millones de personas que él es el elegido para limpiar a esos “satanes sin moral”. La extensión global de Qanon es una prueba más de que nuestros sistemas democráticos están en una zona muy peligrosa, donde ya no los amenaza un tirano, sino la tiranía sutil de la mentira, la manipulación, el delirio la estafa moral y la ilusión de una metamorfosis esencial. ”De alguna manera –dice Jérémie—nuestro lema puede traducirse como ‘todos para uno, uno para todos’ (Where We Go One We Go All). Allí donde vamos somos una multitud. Eso quiere decir que hemos dejado de ser un pueblo de solitarios”.

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