Heber: “Fueron los servicios de inteligencia”
El senador Luis Alberto Heber dijo estar convencido de detrás del homicidio de su madre están los servicios de inteligencia policial de la época, y lamentó que eso no se haya podido probar.
El senador Luis Alberto Heber (Partido Nacional) calificó como “frustrante” el archivo de la indagatoria penal por el crimen de su madre y lamentó que, pese a los esfuerzos que se realizaron, no se pudieron obtener las pruebas necesarias para desentrañar los hechos e identificar a los autores materiales e intelectuales de ese “atentado”. “No recrimino a la Justicia ni la decisión de archivo, lamentó que no tengamos otros elementos de juicios para identificar a los autores materiales e intelectuales” del crimen, dijo Heber, en diálogo con Caras y Caretas Portal.
Días antes del inicio de la Feria Judicial Mayor, la jueza Penal de 9º Turno, Blanca Rieiro, dispuso la “reserva en archivo” de la indagatoria penal en relación al crimen de Cecilia Fontana de Heber, en setiembre de 1978, conocida como el caso de los “Vinos Envenenados”. La magistrada adoptó la decisión, tras considerar que se agotaron “sin resultados positivos” todas las líneas de investigación abiertas para identificar a los autores del crimen.
Heber, hijo de Cecilia Fontana, dijo que se enteró de la noticia a través de la prensa, pero no recrimina la decisión judicial. “En realidad, la frustración nuestra fue cuando estuvimos cerca de encontrar la ‘punta de la madeja’, pero no se pudo conseguir”, señaló. Esa “frustración” refiere a los hechos ocurridos en mayo de 2010, cuando la Justicia ordenó la detención de una mujer (M.L.L.), que en su momento integró el personal de confianza del inspector Víctor Castiglioni, jefe de la inteligencia policial en dictadura, y a la que se señaló como la autora de las notas que acompañaron las botellas con vino envenenado que fueron enviadas a los principales dirigentes del Partido Nacional, en 1978.
Una pericia caligráfica realizada por el ex director de la Policía Técnica, Roberto De los Santos, concluyó la existencia de una correspondencia absoluta entre las muestras obtenidas de M.L.L. y la letra que aparecía en las cartas. “El inspector De los Santos hizo un gran trabajo durante un año, un trabajo muy serio, y las conclusiones para mi eran contundentes, pero la defensa de la mujer apeló esa prueba, y se pidió a otro perito calígrafo (el ex subjefe de Policía de Montevideo, Washington Curbelo), que casualmente fue el mismo que hizo las pericias caligráficas en la época. En 24 horas desestimo el estudio técnico que De los santos había hecho durante un año, y que me parece que alcanzaba”, recordó Heber.
En este marco, el legislador insistió que la muerte de su madre “fue un asesinato político”. “Se trató de un atentado, que en su momento causó una víctima inocente, que fue mi madre, pero fue un ataque al Partido Nacional y a su dirigencia, por sus acciones de resistencia a la dictadura”. “Es un caso en el que lamentablemente hay mucho hermetismo y no hemos podido obtener pruebas (…) No tengo duda que fueron los servicios de inteligencia de la época, pero son dudas que no puedo probar”, destacó.
Asimismo, el legislador consideró que la investigación tuvo el apoyo de todos los gobiernos (“no puedo decir que ningún gobierno dejó de apoyar la investigación”), y destacó que, durante su primero gobierno, el presidente Tabaré Vázquez “ayudó mucho”, porque “hizo causa de los desarchivos de la inteligencia americana de forma de encontrar allí información sobre el caso”. Esos documentos “vinieron con tachaduras de nombres y no pudimos concluir ningún elemento de prueba”, lamentó.
Preguntado sobre la necesidad de profundizar en la búsqueda de documentos para desentrañar los crímenes de la dictadura, Heber dijo no creer que “se documente un atentado”. “Distinto es el caso de la gente que fue desaparecida o estuvo presa por razones políticas, pero esto fue un atentado a tres familias, no creo que haya documentación”
“Si hay órdenes, si hay responsabilidad, y una inteligencia detrás de esto. Creo que efectivamente hubieron servicios de inteligencia policial que en la época actuaron en este caso, y que ocultaron información, y creo que con conocimiento de la Embajada norteamericana que en la época hacia un doble juego, por un lado una política en favor de los derechos humanos pero por otro lado la CIA aleccionaba y daba direcciones a los servicios de inteligencia policiales, militares y paramilitares”. “Debe haber responsabilidades porque hay mucho hermetismo, ojalá algún día tengamos las pruebas. Es frustrante”, concluyó.
El crimen de Cecilia
Cecilia Fontana de Heber murió en setiembre de 1978, tras beber un sorbo de vino envenenado, que había sido enviado a su domicilio, y al de otros dirigentes del Partido Nacional. “El jueves 31 (de agosto) al mediodía brindaremos por la Patria en su nueva etapa”. Esa era la leyenda escrita en las tarjetas que acompañan una serie de botellas de vino enviadas a los dirigentes del Partido Nacional más relevantes que residían en el país en esa época, entre quienes estaban Luis Alberto Lacalle, Carlos Julio Pereyra, Mario Heber y Dardo Ortiz.
Estos dirigentes “lideraban” las gestiones desde filas nacionalistas para encaminar la reapertura democrática. A la casa de Heber llegaron tres botellas de vino blanco Riesling. Nadie las abrió hasta el 5 de setiembre cuando su esposa, Cecilia Fontana, madre del actual senador Luis Alberto Heber, bebió una copa de vino y murió. La investigación determinó que el vino había sido envenenado con Fosdrin, un poderoso insecticida. Los responsables del envío habrían sido los integrantes de un grupo de extracción ultranacionalista denominado MDN.
Sin embargo, la investigación sustanciada en 1978, apenas ocurridos los trágicos hechos, por el juez de Instrucción, Juan Carlos Larrieux, y el fiscal del caso Martin Salaverry, concluyó con el archivo del caso. El caso se reabrió en 2006, tras una denuncia penal presentada por el ex senador Carlos Julio Pereyra, destinatario de una de las botellas. Tras varias investigaciones se detuvo a una mujer (M.L.L.) como posible autora de las esquelas que acompañaron las botellas, pero no se pudo probar su responsabilidad.
En los días previos al inicio de la Feria Judicial Mayor, la jueza Penal de 9º Turno, Blanca Rieiro, con la vista favorable de la fiscal Adriana Úmpierrez, dispuso la “reserva” del expediente. La decisión se adoptó ya que “se agotaron todas las vías de investigación y no existen elementos para formular imputación”, dijeron fuentes judiciales a Caras y Caretas Portal.