Argentina: renuncia un “negacionista”

Darío Lopérfido ya no es ministro de Cultura de la Ciudad

El funcionario cercado por sus palabras

Desde su provocadora frase sobre los desaparecidos, el ahora ex ministro porteño se ganó el repudio generalizado del mundo de la cultura y los derechos humanos. Seguirá al frente del Teatro Colón.

Por Paula Sabatés

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Y finalmente se fue. Darío Lopérfido presentó su renuncia al Ministerio de Cultura de la ciudad luego de seis meses de gestión cargados de polémica, y se convirtió así en el primer ministro del macrismo en abandonar el cargo y el primero en la historia de la cartera cultural en renunciar por un repudio similar. Su alejamiento era exigido por cientos de trabajadores de la cultura, organismos de derechos humanos y pensadores de distintos países desde que dijo, en enero pasado, que “en la Argentina no hubo 30 mil desaparecidos” y que ese fue un número que se discutió en una mesa chica “para cobrar subsidios”. Tras una serie de acciones en su contra y con el temor a una movilización aun mayor durante los festejos del Bicentenario que se celebra mañana en la ciudad, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entendió que el rechazo al funcionario ya no era una cuestión cultural sino un problema político, y le pidió al ex integrante del Grupo Sushi y funcionario de la Alianza que diera un paso al costado. Sin embargo, Lopérfido seguirá como director artístico del Teatro Colón y presidente de Opera Latinoamericana (OLA), una organización que agrupa distintas instituciones de ópera en la región.

Si bien el ex ministro negó su renuncia hasta últimas horas del martes (dijo también que estaba siendo víctima de una “operación”), la noticia ya había empezado a circular fuerte desde el fin de semana. El martes pasado, el funcionario había denunciado el que consideró “el mayor fraude de la historia audiovisual argentina” objetando a su vez el rol de diversos actores “kirchneristas” en las ficciones financiadas por el Estado Nacional en los últimos años. Dos días después, durante la presentación del programa El San Martín en los Barrios, un grupo de trabajadores de la cultura se volvió a manifestar en su contra, pero en esta oportunidad frente a los propios Larreta, su vice Diego Santilli y Lopérfido, quienes presenciaron una de estas acciones por primera vez. Lo ocurrido fue tan fuerte (un grupo de artistas irrumpió en el acto de presentación con máscaras con la cara del funcionario y carteles que pedían su renuncia), que el jefe de Gobierno tuvo que irse del evento antes de que terminara. Eso aceleró la decisión, que estaba en la agenda del gobierno porteño pero pensada para fin de año.

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En el comunicado oficial que difundió el gobierno porteño, sin embargo, nada se dijo sobre aquellos episodios. En él se esgrime que Lopérfido le presentó su renuncia al jefe de Gabinete, Felipe Miguel, en pos de poder dedicarse en tiempo completo a su tarea al frente del Primer Coliseo nacional. “Coincidimos con Darío en que era mejor que se concentre en la dirección artística del Teatro Colón, trabajando con la directora general, María Victoria Alcaraz”, expresó allí Larreta, mientras que Lopérfido destacó que “fue agotador encarar simultáneamente tres tareas de semejante relevancia”.

Aunque ya circularon varios nombres, todavía no se sabe quién será su reemplazante en Cultura. El anuncio se hará “en los próximos días”, según el mismo comunicado, probablemente luego de los festejos del Bicentenario, que serán justamente en la plaza lindante al Colón. Según fuentes del Gobierno de la ciudad, el ex ministro no participaría de los festejos, pues aun se teme que pueda haber alguna acción de repudio por su permanencia como funcionario al frente de una de las instituciones de mayor peso simbólico de la ciudad.

Con la ida de Lopérfido se cierra el ciclo más corto de esta gestión macrista. Su alejamiento deja una gran presión al jefe de Gobierno, que deberá elegir a un sucesor que pueda calmar las agitadas aguas que el ex ministro causó en el ámbito cultural. También a uno que aporte novedades en materia de gestión ministerial, ya que de la gestión saliente sobresalieron más las sucesivas polémicas que las acciones concretas. Pero, por sobre todas las cosas, deja en claro la fuerza del reclamo y de la calle como impulsos clave de la voluntad popular: cuando Lopérfido caminaba por la calle, alguien siempre lo paraba y le decía “Darío, fueron 30 mil”.

Ola de repudios

Desde la primera negativa de Larreta, el 2 de marzo pasado, de revocar de todos sus cargos al ahora ex ministro de Cultura, luego de un pedido masivo que organismos de Derechos Humanos y artistas le hicieron llegar a la Jefatura de Gobierno, distintos grupos decidieron llevar a cabo acciones de repudio contra el funcionario. Una de las últimas tuvo lugar hace veinte días, cuando quedó formalmente presentada la Mesa de Acción Cultura y Derechos Humanos, una iniciativa que tuvo por objetivo impulsar actividades para lograr la renuncia. El colectivo no llegó a accionar concretamente (por la actitud que Larreta sostuvo desde aquel primer “no”, se pensaba que la renuncia sucedería más lejos en el tiempo), pero su fundación tuvo un profundo peso político, porque significó que, por primera vez en más de quince años, los organismos de DD.HH. se unieran con un mismo objetivo común. La presentación fue en la ex ESMA y tuvo que ser postergada por una amenaza de bomba.

Además de esa acción, muchas otras se sucedieron durante estos meses, impulsadas fundamentalmente por artistas del circuito independiente y sobre todo del ámbito teatral, aunque también participaron cineastas, bailarines, circenses y músicos. Desde las provocadoras frases de Lopérfido, estos artistas se unieron y crearon un colectivo que se reunió una vez por semana durante cinco meses para planear acciones pensadas, financiadas y llevadas a cabo por los propios artistas. Entre todas ellas se destacaron, en orden cronológico:

– Un reparto de volantes con la cara de Lopérfido y la leyenda “Persona no grata para la cultura. Renuncia YA” en las escalinatas del Teatro Colón, el día de la apertura de la temporada lírica.

– Una masiva columna de repudio durante la marcha del 24 de marzo por la Memoria, Verdad y Justicia, en la que cientos de artistas marcharon con pancartas y canciones contra el funcionario.

– La lectura de un texto y la reproducción de un fragmento de audio con los dichos de Lopérfido luego de las funciones teatrales en la mayoría de las salas independientes de la ciudad.

– El pronunciamiento de algunos de los directores participantes del Bafici, que estaba bajo la órbita del Ministerio de cultura (la película ganadora del festival, La larga noche de Francisco Sanctis, fue dirigida por dos de cineastas que se sumaron al reclamo).

– Una acción sonora durante la feria arte BA, en la que se proyectó nuevamente el audio con los dichos y se repartieron volantes de doble cara –de un lado el logo de la muestra, del otro la cara de Lopérfido con su pedido de renuncia– simulando que se trataba de la folletería oficial del evento.

– El repudio, el último fin de semana, de las compañías a cargo de las obras del Complejo Teatral de Buenos Aires, que depende del Ministerio de Cultura porteño.

Las reacciones

Tras la confirmación de la noticia, el colectivo de artistas que llevó adelante su pedido de renuncia celebró a través de su página de Facebook oficial (Lopérfido Renuncia Ya), desde la cual durante estos meses se difundieron videos de todas las acciones realizadas. “Lopèrfido renunció ya. Momento de festejar y también de pensar cómo llegamos a tener a semejante personaje de ministro y lo que hizo falta para que renuncie: el esfuerzo y la persistencia de organismos de DD.HH., trabajadores de la cultura del teatro independiente, artistas, sindicatos, compañías de teatro oficial, ciudadanía, ciudadanía, ciudadanía”, escribieron los artistas.

En comunicación con este diario, el director y dramaturgo Juan Pablo Gómez, uno de los impulsores de las distintas acciones y miembro del colectivo, expresó: “Tanto el nombramiento de Lopérfido como su breve gestión y su renuncia estuvieron envueltas en polémicas, porque no sólo es un negacionista y un macartista sino que además se fue como entró, en medio de operaciones y roscas y dejando de lado la verdadera gestión cultural. Es un licenciado en maniobras que utilizó su poco tiempo en el gobierno para perseguir artistas y trabajadores”, evaluó.

Varios artistas célebres también se manifestaron al respecto En diálogo con el programa Detrás de los que vemos, por AM 750, Gerardo Romano ironizó sobre la renuncia y dijo “Primero Messi, después Martino y ahora Lopérfido. Tengo una sensación de abandono…”. El actor aseguró que “el negacionismo de Lopérfido fue espantoso” y se preguntó: “¿De política sí podía hablar Lopérfido, que integró un gobierno corrupto y asesino y que volvió gracias a Macri?”, haciendo alusión a una frase del ex ministro, que “aconsejó” a los artistas “hablar de arte y de teatro” y no de política, porque la política es “muy complicada”.

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Opinión

¡Sí, fueron treinta mil!

Por Víctor Heredia *

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No vamos a bailar ni a festejar con papel picado y serpentinas, como suelen hacer quienes sienten que sus victorias políticas por sobre los derechos populares valen tal desparpajo.

Es ésta una victoria insólita, sesgada por el asombro que despierta en este pueblo asistir a semejante intento de degradación, a la ignominiosa miseria de minimizar el dolor de quienes sufrimos pérdidas familiares a manos de la dictadura, a la inservible tarea de degradar a quienes reverenciamos a los que contribuyeron con su sangre a construir esta democracia.

No vamos a soltar palomas, aunque quizá corresponda, ni a hacer leña del árbol caído, ni a reírnos, ni a solazarnos de su evidente desgracia. No es nuestro estilo. Sencillamente porque jamás se nos hubiera ocurrido que desde un gobierno democrático, justamente desde el seno de su Ministerio de Cultura, alguien podía intentar mancillar la memoria de un pueblo entero. Sí, porque, a pesar de nuestras diferencias, aquél esfuerzo los incluye.

Porque los desaparecidos son sin duda la columna vertebral de un espacio que nos abraza a todos, los de uno y otro lado, los de distinta mirada, los de opuestos pensamientos, si lo aceptaran. Porque aunque les moleste a algunos, semejante acuerdo colectivo sobre una verdad histórica como nuestra tragedia es inapelable.

Renuncia un ministro de Cultura que no supo comprender la hondura de semejante herida, el enorme valor simbólico de treinta mil almas alumbrando el devenir, el futuro, la esperanza, incluso el de quienes todavía dudan de todo ello.

* Cantautor.

 

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