Habían sido secuestrados en el año 1977 en el hotel Hermitage de Montevideo
Dos argentinas recibieron los restos de sus padres desaparecidos
La entrega de los restos de los militantes argentinos José Potenza y Raffaella Filippazi, secuestrados en 1977 en Montevideo, se concretó este viernes en Asunción del Paraguay, luego de 39 años de búsqueda tras haber desaparecido en el marco del Plan Cóndor de las dictaduras sudamericanas.
Los restos de Potenza y Filippazi fueron encontrados en fosas de la dictadura (1954-89) de Alfredo Stroessner e identificados el año pasado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf). Filipazzi y Potenza fueron secuestrados el 26 de junio de 1977 en el hotel Hermitage de Montevideo.
Potenza y Filipazzi, cuyas hijas, Silvia y Beatriz, recibieron las urnas con los restos, compartieron la ceremonia de entrega con las autoridades del Ministerio de Justicia de Paraguay, los embajadores de Argentina, Italia y Uruguay, el hijo de Miguel Soler y la hermana de Cástulo Vera Báez, ambos militantes del comunismo paraguayo que fueron asesinados por el régimen Stronissta.
“No acepto más que me digan que mi mamá ´algo habrá hecho´, porque por ella tuve la fuerza de buscarla ya que ella quería esto: que estemos todos juntos”, definió Ida Beatriz García, mientras sostenía en las manos un pequeño ajuar de cuero grabado, en el que las autoridades paraguayas le restituyeron las joyas que su madre llevaba puestas cuando fue encontrada en una fosa de la Policía Nacional del país vecino.
“Aun hay muchas personas que esperan y hoy recuperé a mi mamá, pero me falta que muchas personas digan donde están nuestros seres queridos, para traer paz, incluso a ellos mismos”, precisó la mujer, mientras Elena, su hija mayor, gritó entre lágrimas desde el palco “la abuela está viva!”, en tanto sostenía su retrato envuelto en una bandera de Italia.
A su vez, Silvia, la hija de José Potenza, manifestó emocionada que su padre “no fue un papá ideal, como uno se lo imagina, cariñoso, sino que mi papá era un soñador que salió de su casa para ir a luchar por los hijos de otros”.
“Lo busqué diez años, pero bajé los brazos y hoy ocurrió un milagro que puso luz a tanta oscuridad y ya no nos da miedo”, sostuvo Silvia, quien anunció que los restos del ex empleado legislativo descansarán en la provincia de San Luis, donde ella vive. (Fuente: Télam)