HISTORIA RECIENTE / MILITARES MARCARON SITIO DEBAJO DE CONSTRUCCIÓN CONOCIDA COMO LA ENFERMERÍA
Piden a Fiscal Especializado
en DDHH que indague posible
enterramientos en el 14
Mar 12, 2018
Por: Marcelo Falca
Se presentó la semana pasada ante el Fiscal Especializado en Derechos Humanos, doctor Ricardo Perciballe, un pedido para que se indague dos posibles sitios de enterramiento de detenidos desaparecidos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14 emplazado en Toledo, departamento de Canelones.
En la demanda, se solicita una actuación arqueológica precisa, no invasiva, con Geo Radar, en las áreas de interés. Durante la audiencia, que tuvo lugar el jueves pasado, el denunciante (quien suscribe este artículo), periodista del diario LA REPÚBLICA, patrocinado por el doctor Óscar López Goldaracena, ratificó la información y aportó al Fiscal las aclaraciones y ampliaciones del caso que le fueron solicitadas.
La investigación está basada en información aportada por militares y concluye que uno de los posibles sitios de interés estaría ubicado debajo del piso, contrapiso o cimentación de una edificación identificada como la “Enfermería”, que se encuentra emplazada dentro del predio de la unidad.
Asimismo, le fue aportada a este denunciante información por parte de integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, basada en testimonios que apuntan a la existencia de otro enterramiento debajo de una construcción aledaña a la Enfermería, dentro de la misma unidad. El sitio, un galpón rectangular rodeado de vegetación, estaría destinada a sala de empaque de los paracaídas. La Fiscalía recabará próximamente declaración testimonial a representantes de esta asociación.
Sin registros fidedignos
En el curso de la investigación, a través de un pedido de acceso a la información pública (ley 18.381), se solicitaron al Ministerio de Defensa detalles de la citada Enfermería, entre ellos, la fecha de construcción así como de eventuales modificaciones que se hayan realizado.
En su respuesta (Oficio N° 447/EMP/16), el Comando General del Ejército informó que “no existen registros fidedignos” de la mencionada edificación y que la información que se proporciona está basada en “datos del personal con mayor antigüedad”.
La inexistencia de información surge, agrega el informe, firmado por el Comandante en Jefe del Ejército General Guido Manini Ríos, del relevamiento de la documentación efectuado en el propio Batallón de Infantería Paracaidista N°14 como en la Brigada de Ingenieros N °1, donde se lleva un registro de las construcciones militares.
No obstante, según información contenida en registros fotográficos “aparentemente el inicio de la construcción data del año 1983, estimándose que se finalizó la obra en el año 1987”. Por otra parte, agrega el informe, “se tiene conocimiento de que se realizaron ampliaciones a la edificación original consistiendo en un segundo piso, aproximadamente dos años después de finalizada la construcción inicial, la cual se habría realizado entre los años 1989 y 1995”.
A su vez, se encontró un registro en la Brigada de Ingenieros N° 1 del año 2006 aunque “para asesorar sobre la reparación parcial de la cubierta del depósito de armamento, ubicado en la planta alta de dicho edificio”. También se menciona la existencia de un “Plano Director fechado el 21 de agosto de 1990 con las obras proyectadas (algunas de ellas no han sido ejecutadas a la fecha) y un plano de implantación actual de las instalaciones del Batallón de Infantería Paracaidista N° 14 que no fue adjuntado al informe por razones de estricta seguridad física de las instalaciones militares”. No obstante, el plano fue puesto a disposición visual del interesado lo que permitió corroborar la ubicación exacta de la Enfermería.
“Antes de 1986”
Contactados para esta investigación los Arqueólogos Dr. José López Mazz y Magister Octavio Nadal y realizado el cotejo de las fotografías aéreas de 1981 y de 1986 obtenidas por dichos profesionales, se confirma con exactitud el lugar donde está emplazada dicha Enfermería, que la construcción “no existía en 1981”, y que se habría edificado “antes de 1986”.
Por otra parte, López Mazz, confirmó a este denunciante y al letrado patrocinante que en sus labores de investigación también le había llegado la información de que durante la construcción de la enfermería y de galpones aledaños podrían haber habido enterramientos en el marco de la llamada “Operación Zanahoria”. Esta información la habría aportado en su momento en causas judiciales, sugiriendo incluso un relevamiento con Geo Radar que nunca se llegó a concretar.
En relación con lo expuesto, se propuso y solicitó a la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos “una actuación arqueológica precisa, no invasiva, consistente en el relevamiento del piso de la enfermería y de las construcciones aledañas, realizado con Geo Radar (GPR)”.
Se agrega que dicho relevamiento estaría coordinado por el Dr. López Mazz, quien trabajó durante diez años para la Presidencia de la República dirigiendo la búsqueda de los detenidos desaparecidos y llevado a cabo, bajo su dirección, por técnicos de la Cátedra de Geofísica de la Facultad de Ingeniería. El relevamiento tiene como objetivo producir un perfil geofísico del sedimento subyacente del piso y determinar anomalías existentes.
Una vez realizada la actuación de campo y analizada críticamente la información producida se estudiará, en base al resultado que haya arrojado, la posibilidad de una etapa de excavación y/o exhumación forense. Dicha etapa será un trabajo posterior, diseñado específicamente por el Dr. López Mazz para la oportunidad.
El equipo que acompaña al denunciante está formado por el Dr. López Mazz y por los docentes del Centro Universitario Región Este, UDELAR, Rocha y de la Facultad de Ciencias, que trabajaron con él en el Grupo de Investigación en Arqueología Forense. Finalmente, se tendrá presente que esta primera etapa de relevamiento no implica tener que romper el piso ni ningún elemento constructivo.
Los restos de Castro y Blanco
En octubre de 2011, el Equipo de Antropología Forense de la Udelar que comandara el arqueólogo José López Mazz localizó en una zona situada a los fondos del Batallón Nº 14, conocida como “los campos de Vidiella”, los restos del maestro Julio Castro, educador y periodista, secuestrado el 1º de agosto de 1977 y ejecutado de un disparo en la cabeza. En marzo de 2012, y a escasos metros del enterramiento de Castro, el mismo Equipo localizó los restos de Ricardo Blanco Valiente, dirigente sindical de Aute, detenido el 15 de enero de 1978.
El estudio antropológico revela que Blanco Valiente murió en un escenario violento. En el lugar se encontraron sus restos cubiertos por cal, dos bolsas abiertas de ese material, un casquillo de bala, restos de vestimenta y varios segmentos de tanza. En el momento del hallazgo, López Mazz explicó que los dos cuerpos hallados en el Batallón Nº 14, tenían “el mismo patrón de enterramiento”, situándose a solo cincuenta metros de distancia uno de otro.
En este sentido, destacó que la fosa de Blanco, de un metro de profundidad, fue excavada en la piedra (“cuando hicieron la fosa llegaron a la piedra y siguieron con alguna herramienta unos 30 o 40 centímetros”). El enterramiento fue similar al de Castro: la excavación conformó un lecho de roca, lo cubrieron con cal, tras lo cual se arrojó el cuerpo y nuevamente cal, como forma de acelerar el proceso de descomposición del cuerpo.
Los trabajos en el Batallón Nº 14 comenzaron tras una disposición del juez Penal de 2º Turno, Pedro Salazar. El magistrado valoró diversas pruebas que daban cuenta de posibles enterramientos en la zona, como el hallazgo en 2009 de pequeños fragmentos óseos y la constatación de movimientos de tierra. Asimismo, los antropólogos recibieron la versión de vecinos de Toledo “que vieron las máquinas trabajando entre 1984 y 1985 en busca de cuerpos”, señaló López Mazz.
La búsqueda de restos por parte de militares fue conocida como la “Operación Zanahoria”. Según algunas versiones, se extendió incluso hasta el año 1997. “Las expectativas de encontrar otros cuerpos bajan en la medida que, según numerosas versiones, fueron retirados muchos cuerpos, pero nos interesaba encontrar restos residuales o cuerpos que se les hubieran escapado”, afirmó. Hasta ahora, los trabajos en el 14 permitieron recuperar dos cuerpos completos.
Informes oficiales
Castro, según el informe de la Comisión para la Paz del año 2003, «fue detenido en la vía pública, en la intersección de la calle Francisco Llambí casi Avenida Rivera, el día 1º de agosto de 1977, alrededor de la hora 10.30». A partir de ahí, «se le trasladó a un centro clandestino de detención sito en la Avenida Millán Nº 4269, donde fue sometido a torturas a consecuencia de las cuales falleciera, en ese lugar, el 3 de agosto de 1977, sin recibir atención médica».
Sus restos —según el informe— habrían sido primero enterrados en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata. En un informe realizado por las Fuerzas Armadas en agosto de 2005, se afirmaba que los restos de Ricardo Blanco Valiente habían sido enterrados en el predio del Batallón 14, “posteriormente exhumados y cremados” y “sus cenizas esparcidas en la zona”.
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Investigación periodística
señala sitios de enterramiento en
el Batallón Nº 14
Una investigación del periodista Marcelo Falca (La República), con base en fuentes militares y de Madres y Familiares, señala dos presuntos lugares de enterramientos clandestinos en esa unidad militar.
El periodista del diario La República, Marcelo Falca, denunció ante la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad la existencia de dos posibles sitios de enterramiento de detenidos desaparecidos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14 emplazado en Toledo (Canelones). La denuncia es parte de una investigación periodística sobre enterramientos clandestinos durante la última dictadura.
Falca -patrocinado por el abogado Óscar López Goldaracena- compareció el jueves 8 ante el fiscal Ricardo Perciballe para presentar detalles de la investigación. En esa instancia, el periodista ratificó la información aportada en el dictamen y aportó las aclaraciones y ampliaciones solicitadas por la Fiscalía, según una crónica publicada este lunes por el diario La República.
La investigación refiere a dos presuntos lugares de enterramientos en esa unidad militar, con base en diversas fuentes. La primera está basada en información aportada por militares y concluye que uno de los posibles sitios de interés estaría ubicado debajo del piso, contrapiso o cimentación de una edificación identificada como la Enfermería, que se encuentra emplazada dentro del predio de la unidad.
La otra versión fue aportada por integrantes de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Esta se sustenta en testimonios que apuntan a la existencia de otro enterramiento debajo de una construcción aledaña a la Enfermería, dentro de la misma unidad. El sitio, un galpón rectangular rodeado de vegetación, estaría destinada a sala de empaque de los paracaídas.
La investigación incluyó un pedido de acceso a la información pública (Ley 18.381) al Ministerio de Defensa sobre detalles de la citada Enfermería, entre ellos, la fecha de construcción así como de eventuales modificaciones que se hayan realizado. En su respuesta (Oficio N° 447/EMP/16), el Comando General del Ejército informó que “no existen registros fidedignos” de la mencionada edificación y que la información que se proporciona está basada en “datos del personal con mayor antigüedad”.
La inexistencia de información surge del relevamiento de la documentación efectuado en el propio Batallón de Infantería Paracaidista N°14 como en la Brigada de Ingenieros N °1, donde se lleva un registro de las construcciones militares, señala el informe -firmado por el Comandante en Jefe del Ejército General Guido Manini Ríos-, detalla La República.
No obstante, según información contenida en registros fotográficos “aparentemente el inicio de la construcción data del año 1983, estimándose que se finalizó la obra en el año 1987. Por otra parte, “se tiene conocimiento de que se realizaron ampliaciones a la edificación original consistiendo en un segundo piso, aproximadamente dos años después de finalizada la construcción inicial, la cual se habría realizado entre los años 1989 y 1995”, dice el informe.
A su vez, se encontró un registro en la Brigada de Ingenieros N° 1 del año 2006 aunque “para asesorar sobre la reparación parcial de la cubierta del depósito de armamento, ubicado en la planta alta de dicho edificio”. También se menciona la existencia de un “Plano Director fechado el 21 de agosto de 1990 con las obras proyectadas (algunas de ellas no han sido ejecutadas a la fecha) y un plano de implantación actual de las instalaciones del Batallón de Infantería Paracaidista N° 14 que no fue adjuntado al informe por razones de estricta seguridad física de las instalaciones militares”. Falca pudo acceder al plano, lo que permitió corroborar la ubicación exacta de la Enfermería.
La investigación implicó un contacto con los arqueólogos José López Mazz y Octavio Nadal. Los profesionales realizaron el cotejo de las fotografías aéreas de 1981 y de 1986 obtenidas por dichos profesionales, lo que confirma con exactitud el lugar donde está emplazada dicha Enfermería, que la construcción “no existía en 1981”, y que se habría edificado “antes de 1986”.
Incluso, López Mazz afirmó que en sus labores de investigación sobre enterramientos clandestinos recibió información de que durante la construcción de la Enfermería y de galpones aledaños podrían haber habido enterramientos en el marco de la llamada “Operación Zanahoria”. Esta información la habría aportado en su momento en causas judiciales, sugiriendo incluso un relevamiento con Geo Radar que nunca se llegó a concretar.
Ante esto, la denuncia presentada por el periodista propone y solicita al fiscal Perciballe “una actuación arqueológica precisa, no invasiva, consistente en el relevamiento del piso de la enfermería y de las construcciones aledañas, realizado con Geo Radar (GPR)”. También se solicitó que este trabajo este a cargo de López Mazz, ex jefe del Equipo de Antropología Forense de la Udelar (hoy Grupo de Investigación en Arqueología Forense), y que sea realizado por técnicos de la Cátedra de Geofísica de la Facultad de Ingeniería.
El relevamiento tiene como objetivo producir un perfil geofísico del sedimento subyacente del piso y determinar anomalías existentes. “Una vez realizada la actuación de campo y analizada críticamente la información producida se estudiará, en base al resultado que haya arrojado, la posibilidad de una etapa de excavación y/o exhumación forense”, dice el artículo.
En el predio del Batallón Nº 14 fueron hallados los restos del maestro Julio Castro (en octubre de 2011) y de Ricardo Blanco Valiente (en marzo de 2012). Los restos de ambos fueron hallados en una zona situada a los fondos del Batallón Nº 14, conocida como “los campos de Vidiella”. Los cuerpos estaban a solo cincuenta metros de distancia uno de otro y tenían “el mismo patrón de enterramiento”.
En ambos casos, los cuerpos estaban enterrados sobre un lecho de roca (“cuando hicieron la fosa llegaron a la piedra y siguieron con alguna herramienta unos 30 o 40 centímetros”) y cubiertos de cal. En ese momento, López Mazz planteó que se podía estar en un cementerio clandestino de la dictadura. López Mazz refería al posible hallazgo de “Arlington”, denominación utilizada por los militares para señalar un presunto lugar de enterramiento masivo de cuerpos, cuya existencia fue revelada por el periodista Roger Rodríguez.
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Perciballe recibió denuncia por posibles enterramientos en Batallón de Toledo
La denuncia fue realizada por el periodista Marcelo Falca
El fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, recibió un pedido para que se indaguen dos posibles sitios de enterramiento de detenidos desaparecidos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14 ubicado en Toledo, Canelones.
En la demanda se solicita una actuación no invasiva con geo radar. El denunciante es el periodista Marcelo Falca, del diario La República, quien afirma haber recibido información fidedigna de parte de militares.
El abogado Óscar López Goldaracena, patrocinante de la denuncia, dijo a Informe nacional que la semana próxima comenzarían las audiencias.
Además recordó que los crímenes de desaparición forzada de personas, que aplicaría en los casos de enterramientos, son delitos permanentes.
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Arlington
Desde hace más de 15 años se ha señalado al batallón 14 de Paracaidistas de Toledo como el lugar donde habría fosas comunes en las que fueron sepultados los cuerpos de detenidos políticos asesinados en los 70.
Eufemísticamente ese lugar ha sido denominado como Arlington, en referencia al cementerio militar estadounidenses ubicado muy cerca del Pentágono. Allí está la tumba del soldado desconocido, que en realidad es el lugar donde se ha enterrado a miles de militares que no fueron identificados y que fueron combatientes desde la guerra de secesión hasta las más recientes de Irak y Afganistán.
En ese enorme predio del 14 fueron encontrados los restos de Julio Castro y de Ricardo Blanco. El antropólogo José Luis López Mazz había logrado identificar entonces algunas zonas donde se habían producido anómalos movimientos de tierras.
Pero ahora una investigación del periodista Marcelo Falca (La República) en base a fuentes militares y de Madres y Familiares, identificó dos nuevos lugares, bastante alejados de los anteriores hallazgos. Se trataría de dos sitios donde se construyó arriba: la enfermería y un enorme galpón empleado para empacar paracaídas.
Falca presentó su denuncia ante el fiscal Ricardo Perciballe responsable de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, quién solicitará a la justicia la orden para que López Mazz y su equipo puedan hacer un estudio con Geo-Radar a los efectos de detectar posibles movimientos de tierra debajo de esas construcciones.
Por su parte el periodista Roger Rodríguez ya había publicado una investigación que en base a fuentes militares señalaba al batallón 14 como el lugar de enterramiento de unos 20 uruguayos detenidos en Orletti y trasladados a nuestro país en el denominado “segundo vuelo de la muerte”.
El 21 de diciembre del 2010 se encontró en una zona argentina conocida como Villa Paranacito , el cuerpo brutalmente apuñado del ex soldado uruguayo, Julio Ruperto Ramírez que revistara en los batallones 13 y 14 y quién aportó valiosa información sobre enterramientos clandestinos de detenidos desaparecidos durante la dictadura militar.
Ramírez había entregado a personas de su conocimiento y medios de comunicación, un croquis en el que se ubicaban lugares de enterramientos debajo de construcciones militares del 14 de Paracaidistas, en Toledo.