05 de abril de 2018
Repudian los dichos del general
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional repudió ayer la declaración del jefe del ejército de Brasil, general Eduardo Villas Boas, por considerarla una amenaza al estado de derecho. El militar se había expresado en las redes sociales sobre la impunidad en el país, dichos que fueron interpretados como una presión a la corte suprema horas antes de juzgar un hábeas corpus que decidiría sobre la libertad del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción.
“Las declaraciones del general son una grave afrenta a la independencia de los poderes, al debido proceso legal, una amenaza al estado democrático de derecho y apuntan un desvío sobre el rol de las Fuerzas Armadas”, dice el comunicado de Amnistía Internacional Brasil. La entidad había denunciado a Villas Boas el mes pasado luego de que el militar pidiera garantías al presidente Michel Temer de que los militares que actúan en Río de Janeiro, en la intervención militar, sean juzgados por tribunales castrenses en caso de homicidio de civiles. “Hay que recordar que la impunidad de los graves delitos y violaciones a los derechos cometidos por las fuerzas armadas es una de las heridas abiertas en la historia reciente brasileña. Brasil nunca juzgó a militares o agentes públicos que cometieron ejecuciones, desapariciones, tortura, violaciones y todo tipo de delito durante la dictadura militar”, dice el comunicado.
A pocas horas de la definición sobre si Lula pudiera ser detenido, el jefe del Ejército puso presión sobre la decisión del Supremo Tribunal Federal al afirmar que compartía el anhelo, según él, de todos los ciudadanos de bien de repudiar a la impunidad y respetar a la Constitución, la paz social y la democracia. “En esta situación que vive Brasil, hay que preguntarles a las instituciones y al pueblo quién realmente piensa en el bien del país y de las generaciones futuras y quién, apenas, en sus intereses personales”, tuiteó Villas Boas.
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Repudian comentarios del
comandante del Ejército brasileño
5 de abril de 2018
La previa de la sesión del Supremo Tribunal Federal (STF) en la que se decidiría sobre el hábeas corpus del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva estuvo marcada por dos tuits que publicó el comandante del Ejército, Eduardo Villas Bôas. “En esta situación que vive Brasil, queda por preguntar a las instituciones y al pueblo quién está pensando realmente en el bien del país y de las generaciones futuras, y quién está preocupado sólo por sus intereses personales”, publicó, y a continuación agregó: “Le aseguro a la Nación que el Ejército brasileño comparte el anhelo de todos los ciudadanos de bien de repudiar la impunidad y respetar a la Constitución, la paz social y la democracia”.
Los tuits llegaron después de que un general retirado, Luiz Gonzaga Schroeder Lessa, dijera que si Lula no es detenido será “deber de las Fuerzas Armadas” intervenir para “restablecer el orden”. También fueron publicados en un momento en el que las Fuerzas Armadas tienen un protagonismo inédito desde el regreso a la democracia, al liderar la intervención federal en Río de Janeiro y ocupar cargos altos en el gobierno de Michel Temer, incluyendo el de ministro de Defensa, que siempre habían ocupado civiles.
Automáticamente, decenas de militares retuitearon el mensaje de su superior y otros agregaron sus propios comentarios acerca de cómo debía actuar la Justicia. Por ejemplo, cuando el magistrado del STF Gilmar Mendes cambió su voto con respecto a 2016 y pasó a considerar que la pena se debe cumplir una vez que se agoten todos los recursos judiciales, el general Paulo Chagas tuiteó: “¡Juez que cambia de opinión para beneficiar a un criminal no es juez, es comparsa! ¡Corte que cambia de decisión para beneficiar a un criminal no es Corte, es organización criminal!”.
Desde el gobierno se intentó minimizar las palabras de Villas Bôas. El actual ministro de Seguridad Pública, que hasta febrero era titular de la cartera de Defensa, Raul Jungmann, consideró que esas declaraciones “representan básicamente la defensa de la institucionalidad, la defensa de la Constitución y, sobre todo, la noción de que la regla del juego es para ser cumplida y que tiene que ser aceptada”. El actual titular de Defensa, el militar Joaquim Silva e Luna, dijo a O Globo que las declaraciones del comandante del Ejército muestran su “preocupación” por los valores constitucionales y afirmó que la población “puede quedarse tranquila” de que no habrá una intervención militar. Consultado sobre las reacciones en el gobierno a estos tuits, Silva e Luna dijo que “no hay reprobación”.
Quien tomó distancia de las declaraciones de Villas Bôas fue el comandante de la Fuerza Aérea de Brasil, el teniente del aire Nivaldo Luiz Rossato. Dijo que Brasil se aprestaba a “vivir uno de los momentos más importantes de su historia” y que se sometían a prueba valores “como la democracia y la integridad” de las instituciones brasileñas. En un boletín difundido entre los soldados de esa fuerza, Rossato apunta que mientras la sociedad está “polarizada” es necesario que los integrantes de las Fuerzas Armadas sigan “fielmente la Constitución”, sin colocar sus “convicciones personales” encima de “las instituciones”. También Temer, sin aludir a esta situación, insistió en la importancia de respetar la Constitución.
Pero fuera del gobierno, las críticas fueron contundentes. Una de las más fuertes fue la del ex procurador general de la República, Rodrigo Janot. “Esto definitivamente no es bueno. Si es lo que parece, otro 1964 sería inaceptable”, tuiteó.
Ni él ni otros críticos señalaron que el reglamento del Ejército prohíbe a los militares pronunciarse sobre la coyuntura política, excepto a aquellos que están retirados o que pasaron a reserva para participar en política partidaria.
El ex secretario de Justicia de Lula, Pedro Abramovay, actualmente director para América Latina y el Caribe de la Open Society Foundation, aseguró que Villas Bôas está “presionando” al sistema judicial y le pidió: “No use la palabra democracia en vano, general. En democracia, la opinión del comandante del Ejército sobre un pronunciamiento del STF es irrelevante”. Para Amnistía Internacional, las palabras de Villas Bôas son “una grave afrenta a la independencia de los poderes” y representan “un desvío del papel de las Fuerzas Armadas en Brasil”. Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT) manifestó: “Así como lo defendió el general Villas Bôas en las redes sociales, en el PT siempre combatimos la impunidad y respetamos la Constitución”.
Quien sí apoyó a Villas Bôas fue el diputado y candidato presidencial Jair Bolsonaro, quien tuiteó: “Hombres y mujeres de verde sirven a la Patria. Su Comandante es un Soldado al servicio de la Democracia y de la Libertad. Con orgullo: estamos juntos, General Villas Bôas”.
En lo que fue leído como una respuesta al comandante del Ejército y a otras presiones sufridas en los últimos días, la presidenta del STF, Cármen Lúcia, dijo al abrir la sesión de ayer que esa corte es “insustituible en democracia” y que “es responsable por el cuidado de la Constitución y actúa cumpliéndola de manera independiente y soberana”.