DICTADURA
30 de octubre de 2018
Denuncian prácticas intimidatorias en el
marco de la búsqueda de desaparecidos
El coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, Felipe Michelini, denunció que un dron sobrevoló el predio del ex Batallón de Infantería N° 13, donde se realizan excavaciones, en el marco de la búsqueda de detenidos desaparecidos en dictadura, y dijo que ello es una intromisión indebida, intimidatoria e inaceptable que afecta la independencia del Poder Judicial.
Michelini denunció que un dron sobrevoló la zona donde se realizan excavaciones en el predio del ex Batallón Nº13 del Ejército de avenida de las Instrucciones.
“Se trata de una práctica intimidatoria que no podemos aceptar en silencio, ni pasivamente. Hemos dado cuenta del hecho tanto al Ministerio de Defensa Nacional como a la Justicia, la cual tiene la zona cautelada”, expresó.
Remarcó que se trata de una “intromisión indebida e intimidatoria que no afecta al grupo de trabajo o a la Secretaria de Derechos humanos para el pasado reciente, sino a la integridad e independencia del Poder Judicial”.
“Burla a la institucionalidad”
Michelini remarcó que es “inaceptable que en predios militares, que están cautelados, haya este tipo de intromisiones”, y aseguró que no es la primera vez que ocurren.
Denunció que tales episodio intimidatorios se producen al mismo tiempo que se realizan declaraciones públicas, a través de las cuales algunos actores se “arrogan el derecho de falsear la historia” al negar la existencia del golpe de Estado, las desapariciones forzadas, la práctica sistemática de tortura, la prisión prolongada de miles de compatriotas, de asesinatos y de personas que tuvieron que emigrar el país.
“Esto es una burla a la institucionalidad que con dificultades está intentando mitigar el dolor de las víctimas directas”, lamentó.
En ese marco, Michelini dijo que los responsables de tales lamentables episodios del pasado reciente “fueron muy valientes a la hora de torturar, matar y hacer desaparecer a personas indefensas, pero hoy tienen cobardía a la hora de aceptar sus responsabilidades”.
A la vez repudió en forma enfática las declaraciones del presidente del Centro Militar, coronel (r) Carlos Silva Valiente, quien reivindicó la dictadura y negó los crímenes de lesa humanidad.
_ _ _ _ _ _ _
Perciballe solicitó a la
Justicia ingresar al Batallón 14
para buscar restos
de desaparecidos
31 de octubre de 2018
El equipo argentino de antropología constató que existen “anomalías” en el predio.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) constató “anomalías” en el predio del Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14, ubicado en Toledo, Canelones. Así lo informaron ayer integrantes del equipo, en una conferencia de prensa organizada por el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ) y la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.
Santiago Perdomo, uno de los integrantes del EAAF, explicó que se utilizó la metodología del georradar para evaluar los interiores de dos construcciones que habían sido denunciadas como posibles lugares de enterramiento de restos de desaparecidos. Fue en ese trabajo que se constataron las mencionadas anomalías en el predio, y el equipo recomienda que se evalúen “las causas” que las provocaron.
La técnica del georradar, explicó Perdomo, es un método no invasivo que mide las respuestas del subsuelo ante la emisión de una fuente electromagnética. Según dijo el especialista, esa técnica permite detectar sectores “anómalos” que ante esa emisión se comportan de manera diferente a la que se espera en un lugar. “Los métodos geofísicos miden la propiedad del suelo o de una construcción y muestran cualquier alteración” que se haya producido por fuera de las “condiciones naturales o normales de construcción”, indicó.
Otro de los referentes del EAAF, Luis Fondebrider, se mostró cauto respecto de los hallazgos obtenidos y recalcó que “no existen métodos milagrosos para encontrar los cuerpos”, por lo cual subrayó que los datos aportados mediante esta técnica deben ser acompañados por una investigación en profundidad.
La investigación de este equipo surgió a raíz del la denuncia hecha por el periodista Marcelo Falca, del diario La República, quien presentó ante el fiscal especializado en derechos humanos, Ricardo Perciballe, información sobre posibles enterramientos bajo dos construcciones ubicadas en el predio del batallón. Fue en esa unidad militar que se encontraron, en 2011, los restos del maestro Julio Castro, y un año después, a pocos metros del lugar donde fue enterrado Castro, se hallaron los restos de Ricardo Blanco Valiente.
Tras reunirse con los integrantes del equipo y analizar el contenido del informe, Perciballe dijo ayer a Montevideo Portal que pidió autorización a la Justicia para ingresar al predio y retomar las excavaciones en busca de restos de desaparecidos.
Excavaciones en el batallón 14, en Toledo (archivo, octubre de 2011).
Alicia Lusiardo, referente del Grupo de Investigación en Arqueología Forense, saludó el trabajo de sus colegas argentinos y apuntó que existía “cierta información” sobre la posibilidad del enterramiento de personas en el Batallón 14 antes de que se presentara la denuncia al fiscal. Este predio, indicó, forma parte de una serie de 50 lugares de los que se tiene “algún tipo de información” sobre posibles enterramientos. Cuando se le preguntó sobre los “insuficientes” avances en el hallazgo de los restos de los desaparecidos uruguayos, Lusiardo señaló que la calidad de la información recibida es uno de los principales problemas que tiene Uruguay. La especialista destacó que ninguna técnica permite “asegurar” que hay cuerpos enterrados en un predio, y que por lo tanto se trabaja con información preliminar: por ejemplo, fotografías aéreas, evolución del paisaje o testimonios. Según explicó, muchas veces sucede que la información recibida es anónima y no existe forma de cotejarla, de modo que lo único posible es “ser sistemáticos y exhaustivos, excavar trinchera tras trinchera, año tras año”.
Sobre este punto, el presidente del GTVJ, Felipe Michelini, agregó que “sin duda hay un nivel de perversión grande por parte de los perpetradores”, por lo que ante cada testimonio o dato nuevo se “tiene una alta sospecha” de que puede ser un “elemento de distorsión”, que no conduzca “al camino del esclarecimiento o la identificación de los cuerpos”.
Michelini aprovechó la oportunidad para denunciar algunas situaciones “adversas” que el GTVJ afrontó en los últimos días. Como denunciaron en otras oportunidades, el jueves de la semana pasada constataron la presencia de un dron volando sobre el ex Batallón 13, predio en el que actualmente se llevan a cabo excavaciones, bajo una medida cautelar dispuesta por la Justicia. Esto “es un elemento intimidatorio que no podemos aceptar en silencio o pasivamente”, manifestó. Por ese motivo, el GTVJ dio cuenta de esto al Poder Judicial y a las autoridades del Ministerio de Defensa Nacional, ya que consideran que es una “intromisión indebida” e “inaceptable”.
También se refirió a las declaraciones del presidente del Centro Militar, Carlos Silva, en una entrevista con Montevideo Portal en la que el coronel retirado expresó que no existió la dictadura y que la búsqueda de los desaparecidos es “un curro”. “No es la primera vez que algunas personas se arrogan el derecho de falsear la historia” y decir que “no hubo detenidos desaparecidos, tortura sistemática, prisión prolongada para miles de compatriotas, tortura sistemática ni asesinatos”, señaló, y agregó que el GTVJ repudia “enfáticamente” esos dichos.
Para Michelini, existen personas que “fueron muy valientes al momento de torturar, matar y hacer desaparecer a personas indefensas”, pero a la hora de “aceptar sus responsabilidades tienen una cobardía que tiñe de vergüenza el uniforme de las Fuerzas Armadas que alguna vez tuvieron que lucir”.
_ _ _ _ _ _ _ _
GEORRADAR: EQUIPO FORENSE CONSTATÓ “ANOMALÍAS”
Desaparecidos:
Fiscal Perciballesolicitó a la Justicia
ingresar al Batallón 14
para buscar restos
31.10.2018
MONTEVIDEO (Uypress)- El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) constató “anomalías” en el predio del Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14, ubicado en Toledo, Canelones.
Así lo informaron este martes, según consigna La Diaria, integrantes del equipo, en una conferencia de prensa organizada por el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ) y la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.
Santiago Perdomo, uno de los integrantes del EAAF, explicó que se utilizó la metodología del georradar para evaluar los interiores de dos construcciones que habían sido denunciadas como posibles lugares de enterramiento de restos de desaparecidos. Fue en ese trabajo que se constataron las mencionadas anomalías en el predio, y el equipo recomienda que se evalúen “las causas” que las provocaron.
La técnica del georradar, explicó Perdomo, es un método no invasivo que mide las respuestas del subsuelo ante la emisión de una fuente electromagnética. Según dijo el especialista, esa técnica permite detectar sectores “anómalos” que ante esa emisión se comportan de manera diferente a la que se espera en un lugar. “Los métodos geofísicos miden la propiedad del suelo o de una construcción y muestran cualquier alteración” que se haya producido por fuera de las “condiciones naturales o normales de construcción”, indicó.
Otro de los referentes del EAAF, Luis Fondebrider, se mostró cauto respecto de los hallazgos obtenidos y recalcó que “no existen métodos milagrosos para encontrar los cuerpos”, por lo cual subrayó que los datos aportados mediante esta técnica deben ser acompañados por una investigación en profundidad.
La investigación de este equipo surgió a raíz del la denuncia hecha por el periodista Marcelo Falca, del diario La República, quien presentó ante el fiscal especializado en derechos humanos, Ricardo Perciballe, información sobre posibles enterramientos bajo dos construcciones ubicadas en el predio del batallón. Fue en esa unidad militar que se encontraron, en 2011, los restos del maestro Julio Castro, y un año después, a pocos metros del lugar donde fue enterrado Castro, se hallaron los restos de Ricardo Blanco Valiente.
Tras reunirse con los integrantes del equipo y analizar el contenido del informe, Perciballe dijo a Montevideo Portal que pidió autorización a la Justicia para ingresar al predio y retomar las excavaciones en busca de restos de desaparecidos.
Alicia Lusiardo, referente del Grupo de Investigación en Arqueología Forense, saludó el trabajo de sus colegas argentinos y apuntó que existía “cierta información” sobre la posibilidad del enterramiento de personas en el Batallón 14 antes de que se presentara la denuncia al fiscal. Este predio, indicó, forma parte de una serie de 50 lugares de los que se tiene “algún tipo de información” sobre posibles enterramientos. Cuando se le preguntó sobre los “insuficientes” avances en el hallazgo de los restos de los desaparecidos uruguayos, Lusiardo señaló que la calidad de la información recibida es uno de los principales problemas que tiene Uruguay. La especialista destacó que ninguna técnica permite “asegurar” que hay cuerpos enterrados en un predio, y que por lo tanto se trabaja con información preliminar: por ejemplo, fotografías aéreas, evolución del paisaje o testimonios. Según explicó, muchas veces sucede que la información recibida es anónima y no existe forma de cotejarla, de modo que lo único posible es “ser sistemáticos y exhaustivos, excavar trinchera tras trinchera, año tras año”.
Sobre este punto, el presidente del GTVJ, Felipe Michelini, agregó que “sin duda hay un nivel de perversión grande por parte de los perpetradores”, por lo que ante cada testimonio o dato nuevo se “tiene una alta sospecha” de que puede ser un “elemento de distorsión”, que no conduzca “al camino del esclarecimiento o la identificación de los cuerpos”.
Michelini aprovechó la oportunidad para denunciar algunas situaciones “adversas” que el GTVJ afrontó en los últimos días. Como denunciaron en otras oportunidades, el jueves de la semana pasada constataron la presencia de un dron volando sobre el ex Batallón 13, predio en el que actualmente se llevan a cabo excavaciones, bajo una medida cautelar dispuesta por la Justicia. Esto “es un elemento intimidatorio que no podemos aceptar en silencio o pasivamente”, manifestó. Por ese motivo, el GTVJ dio cuenta de esto al Poder Judicial y a las autoridades del Ministerio de Defensa Nacional, ya que consideran que es una “intromisión indebida” e “inaceptable”.
También se refirió a las declaraciones del presidente del Centro Militar, Carlos Silva, en una entrevista con Montevideo Portal en la que el coronel retirado expresó que no existió la dictadura y que la búsqueda de los desaparecidos es “un curro”. “No es la primera vez que algunas personas se arrogan el derecho de falsear la historia” y decir que “no hubo detenidos desaparecidos, tortura sistemática, prisión prolongada para miles de compatriotas, tortura sistemática ni asesinatos”, señaló, y agregó que el GTVJ repudia “enfáticamente” esos dichos.
Para Michelini, existen personas que “fueron muy valientes al momento de torturar, matar y hacer desaparecer a personas indefensas”, pero a la hora de “aceptar sus responsabilidades tienen una cobardía que tiñe de vergüenza el uniforme de las Fuerzas Armadas que alguna vez tuvieron que lucir”.
_ _ _ _ _ _ _
Andan volando
Nuevas intimidaciones al Grupo de Investigación en Antropología Forense
Samuel Blixen
Antes fue una granada que apareció misteriosamente donde se estaban realizando excavaciones. Después fueron los intentos por suspenderlas. Ahora, por segunda vez, un dron sobrevuela el lugar de trabajo del equipo forense, en un claro acto intimidatorio. Por alguna razón, la “familia militar” no quiere que se busque en el Batallón 13 de Infantería.
Convocada para informar sobre las “anomalías” detectadas en terrenos donde funcionó el Batallón 13 de Infantería –una de las unidades militares donde se realizaron excavaciones en busca de restos de detenidos desaparecidos–, la conferencia de prensa convocada por Felipe Michelini, coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (Gtvj), incluyó una alarmante novedad, calificada como “elemento intimidatorio”, “intromisión indebida e inaceptable”: la presencia de un dron que sobrevoló el lugar –cautelado por la justicia– donde un equipo del Grupo de Investigación en Antropología Forense (Giaf) estaba excavando.
Es la segunda vez que, en lo que fue un complejo militar –Batallón 13 de Infantería, Servicio de Materiales y Armamento y Batallón de Trasmisiones 1, donde en dictadura funcionó un centro clandestino de detención–, se utilizan drones para intimidar y vigilar a los arqueólogos forenses. El primer episodio fue debidamente denunciado a la justicia por el Gtvj, pero hasta hoy no se tienen resultados de las investigaciones. Este segundo episodio también fue denunciado judicialmente.
Como explicó Felipe Michelini, el sobrevuelo del dron se produjo en horas de la mañana del jueves 25, su presencia fue ostensible y no pasó desapercibida para el personal militar que hacía la custodia de los trabajos. Ante una pregunta, Michelini manifestó que correspondía a la justicia determinar quién era el oficial de guardia y quién el comandante de la unidad, ambos responsables. Michelini no tuvo dudas al afirmar que el episodio tenía por objetivo amedrentar a quienes están buscando restos de desaparecidos.
La utilización de drones que sobrevuelan predios militares –algo que debería preocupar, por evidentes razones de seguridad, aunque no parece ser así– guarda puntos de contacto con otro episodio aún no aclarado en el que la intimidación jugó el mismo papel: el allanamiento clandestino de las oficinas del Giaf en la Facultad de Humanidades. En esa oportunidad la amenaza fue evidente: en un mapa se señalaron los domicilios del personal universitario que trabajaba en la búsqueda de detenidos desaparecidos.
El predio del complejo militar donde funcionó el centro clandestino “300 Carlos”, en el que fueron torturados cientos de prisioneros, incluidos algunos que hoy permanecen desaparecidos, fue escenario de episodios “extraordinarios” una vez que la justicia autorizó realizar tareas de excavaciones. Fue allí donde se buscaron los restos de María Claudia García de Gelman, a partir de informaciones previas, hasta que dos generales del Ejército informaron al presidente de la República que los restos estaban en el Batallón 14 de Infantería, con un 99 por ciento de certeza sobre el lugar exacto, dato que por supuesto resultó falso. En el Batallón 13 hubo que suspender varias veces las excavaciones, una vez porque apareció misteriosamente una granada; y otra vez porque el propio comandante del Ejército, Guido Manini Ríos, informó sobre datos de enterramientos en una quinta de Pajas Blancas. Manini se negó a aportar la identidad de quien dio el dato, a efectos de obtener información complementaria, pese a lo cual se decidió realizar una búsqueda exhaustiva en la quinta, que obligó a suspender las excavaciones en el 13 de Infantería.
Como explicación de los magros resultados obtenidos hasta ahora en la búsqueda de restos, en la conferencia de prensa se adujo que en general la información disponible es vaga, además de anónima, una limitación que se suma a la empecinada determinación de la “familia militar” de negar los datos que permitirían rescatar los restos. Esta actitud de ocultamiento fue calificada por Michelini como la de personas que “fueron muy valientes en el momento de torturar, matar y hacer desaparecer a personas indefensas, pero a la hora de aceptar sus responsabilidades tienen una cobardía que tiñe de vergüenza el uniforme de las Fuerzas Armadas que alguna vez tuvieron que lucir”. Michelini explicó que, además de la falta de información, hay que lidiar con lo que llamó “nivel de perversión”, es decir, la sospecha de que cada testimonio o dato nuevo puede ser un “elemento de distorsión” que aleje del “camino del esclarecimiento o la identificación de los cuerpos”. Michelini se negó a calificar la información brindada por el comandante del Ejército, sobre enterramientos en la quinta de Pajas Blancas, como uno de esos datos distorsionantes.
Las excavaciones en el Batallón 13 de Infantería continuarán, a pesar de los drones. Y también en el 14, en función de las anomalías detectadas por el georradar, a pesar de que la información es vieja y es parte de un conjunto de 50 lugares sobre los que se tiene “algún tipo de información”.