TORTURAS
30 de marzo de 2019
Gavazzo reconoció ante Tribunal
del Ejército que fue autor material del
primer desaparecido en Uruguay
El teniente coronel (r) José “Nino” Gavazzo reconoció ante un Tribunal de Honor militar que en marzo de 1973 -previo al golpe de Estado- arrojó al río Negro, cerca de Rincón del Bonete, el cuerpo de Roberto Gomensoro, detenido y torturado en el Grupo de Artillería 1.
“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé al vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote y lo tiré del bote. Yo solo”, expresó Gavazzo ante el Tribunal militar, integrado por varios generales, entre ellos el actual comandante en jefe del Ejército, José González quien fue ascendido recientemente por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, luego de destituir a Guido Manini Ríos por haber realizado “graves cuestionamientos al Poder Judicial”, en referencia a militares procesados por violaciones a los derechos humanos en dictadura.
De acuerdo a las actas del Tribunal de Honor, cuyo contenido dio a conocer el periodista Leonardo Haberkorn en el diario El Observador, Gavazzo reconoció haber tenido a Gomensoro en el cuartel donde era el segundo al mando.
El militar también manifestó que ordenó no interrogarlo porque lo que podía decir ya era de su conocimiento.
También relató que de madrugada lo dejó esposado en una silla y al amanecer lo encontraron en la misma silla… pero muerto.
Gavazzo informó lo ocurrido al jefe del Grupo de Artillería 1, el entonces coronel Alfredo Rubio, y ambos informaron al jefe de la División Ejército 1, el general Esteban Cristi.
“Cristi ordenó desaparecer el cuerpo. Quien tuvo que hacer eso fui yo”, expresó Gavazzo ante el Tribunal de Honor militar.
También dijo que “por temas de desprestigio del Ejército no podía darse a conocer que había fallecido alguien en un cuartel”.
Por su parte, el coronel retirado Jorge “Pajarito” Silveira acusó a Gavazzo, ante el mismo Tribunal, de ser el responsable de la muerte de Gomensoro, y de otro detenido en el batallón: Eduardo Pérez Silveira.
A la vez responsabilizó a Gavazzo por la desaparición de María Claudia García de Gelman.
Un Tribunal de Honor
A pesar de la confesión de Gavazzo y de la acusación de Silveira, además de otros testimonios, el Tribunal de Honor del Ejército consideró que los acusados, ya condenados por la Justicia y con fallos ratificados “no afectaron el honor del Ejército”.
A la vez el Tribunal militar entendió que sí afectó el honor del Ejército y el de ellos mismos pero por “ocultar durante años la verdad y permitir que la Justicia condenara al ex coronel Juan Carlos Gómez, quien estuvo preso durante tres años, por la muerte de Gomensoro, sabiendo que era inocente”.
Manini Ríos
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, dispuso el pasado 12 de marzo el cese del general de Ejército Guido Manini Ríos en su cargo de comandante en jefe del Ejército porque al elevar el contenido de fallos del Tribunal Especial de Honor, en referencia a militares sometidos a los mismos, efectuó “graves cuestionamientos al Poder Judicial, estimando que ‘la Justicia uruguaya en muchas oportunidades se apartó de los más elementales principios del derecho, no dando garantías a los acusados. En definitiva, aplicó una suerte de Derecho para el enemigo’”.
Acusó a jueces y fiscales de “fraguar e inventar” pruebas para culpar a su militares.
Al día siguiente de su destitución, Manini Ríos emitió un mensaje, a través de Youtube, por el cual manifestó que ha tratado de sacar adelante al Ejército “enfrentando la incomprensión de muchos, las falsedades de burócratas incapaces de ver la realidad, enceguecidos en su soberbia o atrapados en sus prejuicios ideológicos, y la acción de aquellos que lucran con la confrontación, convertidos en peones bien pagos de los centros de poder mundial, siempre dispuestos a ejecutar un perverso libreto que lleve a la destrucción de nuestras instituciones”.
Gavazzo
Gavazzo fue integrante del Servicio de Información y Defensa del Ejército. En 1995 fue procesado por el delito de extorsión, por haber amenazado a trabajadores de una imprenta para que terminaran un trabajo de falsificación de dinero.
Luego fue procesado como coautor de los asesinatos del maestro Julio Castro y de María Claudia García de Gelman.
Asimismo fue condenado, junto a otros militares y policías, como responsable de 28 delitos de homicidio muy especialmente agravado, en reiteración real, cometidos durante la dictadura cívico militar (1973-1985), en el marco de las investigaciones sobre el denominado “segundo vuelo” del Plan Cóndor de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.
Roberto Julio Gomensoro Josman
Gomensoro, militante del Movimiento de Independientes 26 de Marzo y de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU), fue detenido el 12 de marzo de 1973 por agentes vestidos de civil que se identificaron ante él y su esposa como miembros de las Fuerzas Conjuntas.
Seis días después de la detención, su cuerpo apareció flotando en el río Negro, en el lago de Rincón del Bonete.
El cadáver si bien fue sometido a autopsia, no pudo ser identificado y fue sepultado en Tacuarembó. Luego su cuerpo volvió a desaparecer. Sin embargo, el forense que practicó la autopsia guardo su cráneo y ello permitió que en el año 2002 se confirmara que el cuerpo era de Gomensoro. Es considerado el primer desaparecido en Uruguay.
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DD.HH
30 de marzo de 2019
“Cuál es el honor de un Tribunal que no
considera como delitos la muerte,
violaciones y desapariciones”
El senador del Partido Comunista del Uruguay (PCU), Juan Castillo, cuestionó el “honor” del Tribunal militar, que indagó a los militares en situación de retiro Jorge Silveira, Ernesto Ramas, Gilberto Vázquez, Luis Maurente y José Nino Gavazzo, por no considerar como delito la muerte de prisioneros indefensos, las violaciones de mujeres encapuchadas, y la desaparición de personas.
En las últimas horas se conocieron las declaraciones del teniente coronel (r) José “Nino” Gavazzo ante el Tribunal Especial de Honor militar, donde reconoció que en 1973 arrojó al río Negro el cuerpo de Roberto Gomensoro, detenido y torturado hasta la muerte en el Grupo de Artillería 1.
“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé al vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote y lo tiré del bote. Yo solo”, expresó Gavazzo.
Dicho Tribunal estuvo integrado, según resolución del Ministerio de Defensa Nacional, por los generales: José González (actualmente comandante en jefe del Ejército), Alfredo Erramún (jefe del Estado Mayor de la Defensa) y Gustavo Fajardo.
El cometido fue juzgar la conducta de los oficiales Jorge Silveira, Ernesto Ramas, Gilberto Vázquez, Luis Maurente y José Nino Gavazzo, involucrados en causas penales por violaciones a los derechos humanos ocurridos entre los años 1973 y 1985.
Renuncia o destitución
Ante tal situación, el senador del PCU, Juan Castillo, manifestó a LARED21 que “una vez más siguen apareciendo delaciones, declaraciones y contradicciones que marcan que efectivamente hubo asesinatos, desapariciones, violaciones de derechos humanos”.
“No puedo pensar que frente al Ejército puedan estar personas que tengan conocimiento de los hechos ocurridos en dictadura y no hayan atinado a tomar ningún tipo de resolución. Suponemos que la semana comenzará con la renuncia (de tales jerarcas militares), o el gobierno tendrá que analizar qué es lo que hace, por ejemplo, con el actual comandante en jefe del Ejército”, dijo el legislador.
Informes manchados de sangre
Por otro lado, Castillo manifestó que mientras desde sectores de la izquierda se demanda saber la verdad, que haya justicia y nunca más dictadura, existan informes “manchados de sangre”, por lo cual remarcó que “corresponde a la actual generación de integrantes de las Fuerzas Armadas limpiarlos definitivamente porque, de otra manera, estarán siendo cómplices de estas declaraciones y de aquella generación”.
“Quizás es una expectativa, o tal vez soy muy lírico, pero sigo pensando que algún día los integrantes de la FF.AA van a tener el valor de pararse frente al pueblo para pedir disculpas por todos los delitos y tanta injusticia cometida contra hombres y mujeres, que aún hoy están viviendo las consecuencias”, expresó el parlamentario.
Agregó: “No es posible que sigamos marchando todos los años por las calles de nuestro país exigiendo verdad y justicia, queriendo saber el destino de los desaparecidos y dónde están los huesos enterrados, mientras ellos lo niegan continuamente y luego aparecen declaraciones de este tipo y admitiendo que sí participaron en torturas, desapariciones y asesinatos”.
Castillo cuestionó que “eran muy guapos para violar a mujeres vendadas y encapuchadas, para torturar y matar a personas por la espalda, por lo que convendría que algún día aparezcan quienes tienen el verdadero valor de asumir la cuota parte de responsabilidad, y así poder comenzar a construir un Uruguay distinto”.
“Estos siniestros personajes de la dictadura, que integran las FF.AA, consideran un honor respetar el ‘Pacto de Silencio’ y no informar correctamente a la Justicia. Pero son tan maulas, tan traidores, que se mandan en cana entre ellos y no les importa si uno paga cárcel por otro”, cuestionó.
“Encima, tenemos que enterarnos que un Tribunal de Honor no considera un delito la muerte de prisioneros indefensos, violar a mujeres encapuchadas y desaparecer los cuerpos. ¿Cuál es el honor?”, sentenció Castillo.
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DD.HH.
31 de marzo de 2019
Familiares cuestiona al poder político
y judicial: “Las cárceles VIP no las
inventaron los militares”
Tras la difusión de las declaraciones José “Nino” Gavazzo ante el Tribunal Especial de Honor militar, Óscar Urtasun, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, criticó al poder político y a la justicia y consideró que “han hecho todo al revés”
Luego de que se este sábado El Observador diera a conocer las declaraciones del teniente coronel (r) José “Nino” Gavazzo ante el Tribunal Especial de Honor militar, donde reconoció que en 1973 arrojó al río Negro el cuerpo de Roberto Gomensoro, detenido y torturado hasta la muerte en el Grupo de Artillería 1, Informe nacional dialogó con Óscar Urtasun, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Urtasún cuestionó al poder político y también con la justicia.
Sobre las declaraciones de Gavazzo, reconociendo que arrojó a una persona al río, dijo es algo que desde su organización vienen denunciando desde hace muchísimos años y “siempre nos ha llamado la atención que las fuerzas no militares, las fuerzas prodemocracia, no hayan actuado con la seriedad que este asunto” merece, expresó.
Urtasun resaltó y criticó que “los delincuentes siguen estando en cárceles VIP, salen cuando quieren, les dan permisos y eso es parte de lo que es el sistema; que va más allá del Ejército de los que los apañan, porque acá si hubieran estado solos no hubieran sucedido lo que sucedió”, consideró.
De cara al futuro y a las acciones que se deben tomar resaltó que se debe perder “el miedo histórico que se le tiene a las Fuerzas Armadas y unirse a las fuerzas que quieren la democracia, que quieren la verdad” .
“El poder político, el Poder Judicial y el poder de las fuerzas que determinan las cosas en este país han hecho todo al revés. Las cárceles VIP no las inventaron los militares, las inventaron los políticos de pseudoizquierda o los políticos de derecha”, insistió sobre la responsabilidad de todas las partes.
Concretamente sobre el Poder Judicial consideró que “es vergonzoso lo que tenemos. No sé si no se animan o si están en pleno acuerdo con ellos”.
Al tiempo que valoró la actuación del fiscal especializado en crímenes de lesa humanidad, Ricardo Perciballe y resaltó que “es una persona que está juzgando por la verdad, por la democracia. Está juzgando como se tiene que jugar a esos niveles”.
“Empezamos mal, muy mal”
En su comunicado tras la destitución de Guido Manini Ríos, desde Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos advirtieron sobre el nombramiento en su lugar de José González, quien formó parte de los Tribunales del Honor del Ejército que no consideraron que las actuaciones de Gavazzo y Jorge Pajarito Silveira “no afectaron el honor del Ejército”.
“Nos hemos expresado en un sinfín de oportunidades sobre las condiciones indispensables para quien comande la institución militar: debería sostener una firme postura que condene el pasado golpista y asumir el compromiso de proporcionar toda la información que poseen a la Justicia, para que ésta pueda actuar tanto en la búsqueda de los detenidos desaparecidos como en el juzgamiento a los responsables de estas graves violaciones”, expresaron desde Familiares tras el cese de Manini Ríos.
“Pero el comandante en jefe recién nombrado, integró y votó las sentencias de los Tribunales de Honor, haciéndose eco del cuestionamiento al Poder Judicial y al concepto de que las cuantiosas pruebas de tortura, violaciones etc. que se presentaron no infieren delito alguno que toque el honor de la Institución. Empezamos mal, muy mal”, continuaron.
En ese sentido hicieron “un llamado a la responsabilidad de todo el espectro político”, respecto a este tema.
Caso Zuluaga
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos formó parte de la campaña “Hagámosle un gol a la impunidad” y fue firmante de la denuncia que se realizó públicamente y ante la AUF contra quien era jefe de seguridad de la selección uruguaya de fútbol, Miguel Ángel Zuluaga.
Dicha campaña solicitaba a la AUF desvincular a Zuluaga de la selección teniendo en cuenta las denuncias existentes en su contra por violaciones a los Derechos humanos durante la dictadura cívico militar.
Durante la dictadura Zuluaga se desempeñó como subcomisario en la Dirección Nacional de Información de Inteligencia (dnii) y sus firmas en actas de interrogatorios así como otros documentos de la época y el relato de testigos lo ubican dentro del aparato represivo que tuvo lugar en nuestro país.
La campaña “Hagámosle un gol a la impunidad” buscó hacer público el rol que desempeñó Zuluaga durante la dictadura ante la falta de acción de la justicia. Finalmente pocas semanas antes del Mundial de Rusia 2018 la AUF desvinculó a Zuluaga.
La campaña fue impulsada por la organización civil Rebeldia Organizada, pero contó con el respaldo de más de 30 organizaciones sociales. Sin embargo a la hora de replicar, la defensa de Zuluga optó por individualizar el reclamo y presentó en noviembre una denuncia por “difamación e injurias” contra Richard Mariani, el vocero de la campaña e integrante de Rebeldia Organizada.
En diálogo con LARED21 Mariani adelantaba en noviembre que seguramente con la denuncia buscaban unas disculpas públicas “para limpiar su ‘honor’”, pero “no nos vamos a disculpar, porque es una persona que estuvo vinculada con el terrorismo de Estado y no le vamos a pedir disculpas por eso”.
Mientras que sobre la denuncia —que fue personalizada contra él— recordó que él era el voceo de más de 30 organizaciones “pero muy difícil denunciar a las organizaciones porque él no se va a tirar ninguna organización en contra, lo que va a tratar es de distraer a la opinión publica y generar confusión”.
En el marco de esa denuncia la justicia citó como testigos a varios integrantes de las organizaciones denunciantes, así como a los testigos que estuvieron detenidos en la DNII, quienes reafirmarán la denuncia y presentarán la documentación que demuestra que no se trató de un escrache ni de injurias o difamación.
“Ante el intento de criminalizar la lucha por los derechos humanos” desde la campaña convocan a quienes firmaron para solicitar la desvinculación de Zuluaga a acompañar a los declarantes el próximo miércoles 3 de abril a las 14 horas en la Fiscalía.
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“PACTO DE SILENCIO”
31 de marzo de 2019
Fiscal Jorge Díaz: Gavazzo “tiene un
profundo desprecio por la Justicia y la
democracia”
El fiscal de Corte,Jorge Díaz, consideró que Gavazzo y Silveira nunca declararán ante la justicia las cosas que declararon ante el tribunal militar “porque tienen un profundo desprecio por la democracia”.
Tras la difusión de las declaraciones de José Niño Gavazzo en las que reconoció que arrojó al río Negro a Roberto Gomensoro, detenido y torturado hasta la muerte en el Grupo de Artillería 1 en 1973, el fiscal de Corte Jorge Díaz, fue entrevistado en Telenoche.
“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé el vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote, lo tiré del bote. Yo solo”, dijo Gavazzo ante el tribunal militar.
Al respecto Díaz expresó: “la reflexión que hago es que todavía falta mucho para avanzar” en los delitos cometidos durante la última dictadura.
Y consideró que “hay gente” que tiene un “profundo desprecio” por la democracia y la Justicia”.
Consultado sobre si se refería a Gavazzo y Jorge Pajarito Silveira dijo “hablo de aquellos quienes admiten en determinados ámbitos la comisión de delitos atroces, pero no en los ámbitos en los que lo deberían admitir y por lo menos a ayudar a aclarar todo lo que falta por aclarar”.
En ese sentido recordó y lamentó que haya todavía “muchas familias de uruguayos” que no saben dónde están los restos de sus familiares desaparecidos.
Mientras que aseguró que Silveira y Gavazzo “nunca van a declarar ante la Justicia” lo que dijeron en el tribunal de honor del Ejército “porque tienen un profundo desprecio por la Justicia y la democracia”.
“Y me hago cargo de lo que estoy diciendo”, sentenció.
“Se tiene que ir”
Desde la difusión de las declaraciones de Gavazzo y Silveira ante el tribunal de honor militar, del que el actual comandante en jefe del Ejército era parte, distintas voces políticas se han manifestado para exigir a Tabaré Vázquez el cese de José González.
El senador del Nuevo Espacio (FA), Rafael Michelini dijo a La República que espera que el nuevo Jefe del Ejército, José González sea cesado por el mandatario.
El diputado del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Luis Puig, consideró que “es indignante”, que el actual comandante en Jefe del Ejército haya integrado el tribunal que no consideró que las declaraciones de Gavazzo y Silveria dañaran el honor de la fuerza y expresó que “en nombre de la democracia; debe ser destituido ya!”.
“Gavazzo admitió haber asesinado a Gomensoro, fue acusado por otros asesinatos. El actual comandante González integró el tribunal que dijo que no se afectaba el honor militar. Muy peligroso. Siguen al frente los defensores de la muerte y de la impunidad”, criticó por su parte el diputado del PCU, Gerardo Núñez. Según manifestó Juan Castillo el PCU se reunirá en las próximas horas a analizar este tema pero adelantó que varios de sus miembros exigen el cese de González.
“¿Cómo pudieron 7 generales sostener que Gavazzo y Silveira no afectaron el honor del Ejército? ¿Cómo aspira el nuevo Comandante, el general González, a ser confiable para los uruguayos?”, cuestionó el dirigente de la Vertiente, Enrique Rubio.
Desde el mismo sector Daoiz Uriarte, dijo al portal ECOS que los integrantes del tribunal militar debieron poner en conocimiento de la Justicia la confesión de Gavazzo y Silveira y alertó sobre la omisión que pueda haberse configurado según lo previsto en la ley 17060, que obliga a cualquier funcionario público a denunciar un delito del que tenga conocimiento.
“La Fiscalía debe investigar”, señaló Uriarte. Al tiempo que adelantó que La Vertiente planteará este lunes ante el Secretariado del Frente Amplio que el oficialismo realice una denuncia penal. Si la coalición no accede, el sector está dispuesto presentarla en forma individual.
La senadora socialista, Mónica Xavier, dijo a El Observador que la confesión de Gavazzo “es monstruosa” y consideró que “es indignante que exista un pacto de silencio”.
Xavier dijo que es el presidente “quien debe decidir la continuidad del nuevo comandante en jefe del Ejército” y opinó que esta situación “constituía una advertencia para todos”.
La Convención del Partido Independiente aprobó este domingo por unanimidad pedir la destitución de González, luego de que el propio líder Pablo Mieres propusiera la moción.
“Después de la información publicada LeonarDo Haberkorn, que más necesita el Presidente Vázquez para disponer el inmediato pase a retiro del actual Comandante del Ejército y demás integrantes del Tribunal de (des)Honor?”, cuestionó el diputado independiente Iván Posada.
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EL HONORABLE
Piden destitución del nuevo
comandante en jefe, integrante del
Tribunal de Honor militar
El diputado Luis Puig dijo a Montevideo Portal que se debe destituir a José González en “nombre de la democracia”. También el PCU pedirá el cese del flamante comandante.
31.03.2019
“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé el vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote, lo tiré del bote. Yo solo”. Estas son las palabras que José “Nino” Gavazzo habría dicho en el Tribunal de Honor militar y con las que confesaba haber arrojado al río Negro al tupamaro Roberto Gomensoro, quien había muerto en el batallón de Artillería 1 en 1973, según publicó El Observador este sábado.
Ese tribunal estaba integrado por los generales Alfredo Erramún, quien es actual jefe del Estado Mayor de la Defensa, José González, actual comandante en jefe del Ejército, y Gustavo Fajardo, quienes, a pesar de que la confesión quedó registrada en las actas, decidieron no llevar el tema a la Justicia ni al Poder Ejecutivo. El matutino informa que la decisión recayó en esos tres generales pero “sobre todo” en su mando superior: Guido Manini Ríos.
En la comunicación oficial, los generales se expidieron sobre el “caso concreto” por el que el tribunal se había conformado: la responsabilidad de Gavazzo, Jorge “Pajarito” Silveira y Luis Maurente como autores responsables de 28 delitos de homicidio muy especialmente agravados en reiteración ocurridos durante el “segundo vuelo”.
Y se aclara, además, que no hizo “valoraciones” ni juzgó “la actuación de los encausados en otras situaciones en las que pudieran haber participado”.
Pero, en esa misma nota, Manini Ríos señala que surgieron elementos que llevaron al tribunal a determinar que hubo una “afectación del honor de los encausados y del cuerpo de oficiales del Ejército”: la condena con prisión del coronel Juan Gómez, quien fue procesado por el homicidio y desaparición de Roberto Gomensoro, tras un falso testimonio. Gavazzo y Silveira “tenían conocimiento de su inocencia y no lo declararon ante la Justicia”.
El diputado del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Luis Puig, dijo a Montevideo Portal que toda esta información genera “indignación” en todo aquel ciudadano que tenga un “concepto claro de la democracia”.
“Genera indignación que este tribunal, llamado de honor, avale y reivindique los crímenes más atroces de la dictadura, ejecutados por Gavazzo y sus secuaces”, dijo y se preguntó qué afecta el honor “si secuestrar, si asesinar, si hacer desaparecer, si violar presas indefensas no lo afecta”.
“Claramente está demostrado que lo que se ha denunciado todos estos años son ciertas, y que son falsas las declaraciones del anterior comandante en jefe de que la Justicia había condenado sin pruebas a terroristas de Estado”, ahondó.
Puig criticó el “silencio” y la falta de búsqueda de memoria, verdad y justicia, además de señalar que el nuevo comandante en jefe debe ser “destituido en nombre de la democracia”.
“Todos aquellos que expresan una vocación democrática no se pueden no indignar ante estos crímenes y ante el aval que realizó el tribunal de honor, y en la medida en que González fue integrante del tribunal, urge su destitución”, agregó.
El diputado dijo que la falta de verdad en estos años “genera una situación de impunidad” que “hace que los actuales mandos de las Fuerzas Armadas reivindiquen el terrorismo de “Estado”. “Eso para la democracia es inaceptable”, subrayó.
En esa misma línea irá el Partido Comunista, que se reunirá este lunes y tratará el tema. Juan Castillo, secretario general del partido, expresó a Montevideo Portal que aún no hay una posición tomada pero que su posición, y la de varios de sus compañeros, es pedir la destitución de González.
En tanto, la Convención del Partido Independiente aprobó por unanimidad también pedir la destitución de González, luego de que el propio líder Pablo Mieres propusiera la moción.
Montevideo Portal
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Dirigentes del FA piden la
destitución del comandante
en jefe del Ejército
1 de abril de 2019
Hay malestar e indignación por declaraciones de Gavazzo ante el Tribunal de Honor militar que integró el general José González.
El sábado, el diario El Observador publicó que el ex militar José NinoGavazzo admitió ante un Tribunal de Honor del Ejército que en marzo de 1973 arrojó al río Negro el cadáver del tupamaro Roberto Gomensoro para hacerlo desaparecer, según consta en actas de ese organismo. Jorge Pajarito Silveira, también ex militar, declaró ante el mismo tribunal que Gavazzo fue el responsable de la muerte de Gomensoro. La nota señaló que, sin embargo, siete generales del Ejército –tres del mencionado tribunal, que incluyó al actual comandante en jefe del Ejército, José González; tres del que entendió en la apelación el entonces comandante, Guido Manini Ríos– concluyeron que los acusados no afectaron el honor del Ejército ni el propio con los crímenes por los que fueron condenados en 2009 (28 homicidios especialmente agravados), sino solamente “por haber permitido que el coronel Juan Carlos Gómez permaneciera tres años preso por el asesinato de Gomensoro, siendo que ellos sabían que era inocente”.
Esa nota, del periodista Leonardo Haberkorn, agitó las aguas en el Frente Amplio (FA). El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Comunista del Uruguay (PCU) emitió ayer un comunicado en el que expresó su rechazo “a las afirmaciones irresponsables del general Guido Manini Ríos, defendiendo torturadores, asesinos, violadores y desaparecedores confesos”, cuando, al informar sobre los fallos al presidente Tabaré Vázquez, criticó la actuación del Poder Judicial con los militares acusados por el terrorismo de Estado, aunque “sabía que Gavazzo confesó este crimen”. También reafirmó su “absoluto respaldo” a la destitución de Manini por tales críticas, dispuesta por Vázquez el 12 de marzo. Además, el PCU quiere impulsar en el FA y en el gobierno “el análisis de la actuación” de González en el Tribunal de Honor, y adelantó que propone su destitución, “por considerar su actuación incompatible con tal responsabilidad por su falta de compromiso democrático”, además de “reafirmar la necesidad de una democratización real de las Fuerzas Armadas [FFAA] y terminar con la cultura de la impunidad”.
Gerardo Núñez, diputado del PCU, dijo a la diaria que de lo publicado se desprende que en el tribunal hubo “una forma muy distinta de interpretar qué es el honor”, ante confesiones “muy graves” sobre “asesinatos y desapariciones de personas”, por lo cual González, máxima autoridad del Ejército, “tendría que expresarse de manera clara” al respecto. Sostuvo también que el contenido de las actas “no podía haber quedado solapado”, y que es “por lo menos llamativo” que a los integrantes de Tribunal de Honor “no les llamara la atención”. “Tiene que ver con que son parte de la impunidad, son parte de quienes han defendido la tortura y la muerte, y entienden que eso que sucedió en Uruguay está bien y no lesiona el honor del Ejército. Pero en este caso obviamente lo lesiona y lo perjudica”, enfatizó.
Núñez agregó que el testimonio de Gavazzo merece “indignación”, “rechazo” y “el pase a la Justicia”, y que el FA “tiene que ser mucho más autocrítico” acerca de su actitud ante las FFAA, ya que no ha podido producir en su seno “un proceso democratizador para extirpar las espinas enteras del fascismo que aún existen en sus estructuras”, dado que “hay una parte muy importante de la oficialidad”, incluyendo a “aquellos que están en condiciones de asumir las máximas responsabilidades”, que “está comprometida con la impunidad”.
El también diputado Luis Puig, del Partido por la Victoria de Pueblo, consideró “indignante”, en su cuenta de Twitter, que González haya integrado el tribunal de “honor” que “justificó y avaló los brutales crímenes de la dictadura ejecutados por Gavazzo y sus secuaces”. Por lo tanto, afirmó, “en nombre de la democracia, debe ser destituido ya”.
Enrique Rubio, dirigente de la Vertiente Artiguista, dijo a la diaria que el FA debe “analizar” la “situación” de González y enviar el contenido de las actas a la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad, “para ver si hay eventuales responsabilidades penales”. Por otro lado, dijo que le resulta “sorprendente” el “silencio de la mayor parte de la oposición” sobre esta situación, que “erosiona la institucionalidad democrática”, y opinó que si el Tribunal de Honor considera que lo relatado por Gavazzo no afectó el honor de las FFAA, eso indica que “la cultura de la impunidad está lejos de haber sido erradicada”.
Algunos de los precandidatos del FA también se expresaron en Twitter a raíz de la publicación del testimonio de Gavazzo. Óscar Andrade dijo que “no puede seguir en funciones un comandante en jefe que avala las monstruosidades que se confesaron en el Tribunal de Honor”, y que “es impostergable la democratización de las FFAA”. Mario Bergara afirmó que “queda al desnudo que se volvió a mentir a la ciudadanía, haciendo un daño enorme a las FFAA”, y que “la remoción de los generales actuantes, el pase a la Justicia de estas revelaciones y una franca discusión sobre una nueva ley orgánica militar son pasos ineludibles”.
Encubrimiento
Según el artículo 197 del Código Penal, quien ayude a “los autores, coautores o cómplices” de un delito “a estorbar las investigaciones de las autoridades, a sustraerse a la persecución de la Justicia o a eludir su castigo”, así como quien suprima u oculte los indicios de un delito, “será castigado con pena de tres meses de prisión a diez años de penitenciaría”.
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CABEZA CIVIL” NO ENTENDER
Diputado del MPP justifica
al Tribunal de Honor Militar
01.04.2019
MONTEVIDEO (Uypress/DF) – El diputado Carlos Rodríguez Gálvez, del Movimiento de Participación Popular (FA), integrante de la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, se presenta como un gran conocedor de la “cabeza militar” y explica por qué se justifican las resoluciones del Tribunal de Honor.
Causó indignación saber que Gavazzo admitió haber arrojado el cuerpo sin vida de Roberto Gomensoro a las aguas del Río Negro, y que el Tribunal de Honor Militar -que integró el novel comandante del Ejército, José González- concluyera que sus acciones no habían afectado el honor de la fuerza.
Según define la Academia de la Lengua, honor es “la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo”, por lo que uno podría concluir -de acuerdo a lo concluido por el Tribunal de Honor Militar- que torturar, asesinar y desaparecer un cuerpo es algo que no mancilla el honor.
Claro, el tema es que entramos en una bifurcación, porque el honor a secas, que debería pautar la cotidianidad, parece que se separa del honor militar, que vendría a tener sus licencias.
Sin embargo, el diputado Carlos Rodríguez Gálvez -Carapa, como es conocido por sus allegados- nos aclara el tema, según declaraciones que recoge El Observador: los tribunales no valoran “el tema del delito en sí, sino el honor militar” y por lo tanto “a veces cuesta entender, con la cabeza civil, qué es lo que miden” dice. Y agrega, para ser más claro: “Esto es como cuando a vos te roban la bicicleta, vas a la comisaría y terminás arreglando un reparo. La gente se indigna, a mí me cuesta entenderlo también, pero en realidad es un problema entre dos personas. En los tribunales pasa lo mismo. No mide lo que mide el juez penal, que ya lo condenó a Gavazzo”.
Claro, capaz que el honor a que refiere el Tribunal es el de mantenerse fiel a la omertá, el código de silencio, generalmente empleado por los cobardes que atacan en grupo y no son capaces de hacerse cargo de sus actos.
Por suerte, tenemos al diputado Carlos Rodríguez para explicárnoslo.
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CONFESION EN TRIBUNAL DE HONOR
30 MARZO 2019
Gavazzo admitió que arrojó el cuerpo de
Roberto Gomensoro al Río Negro
Escribe LEONARDO HABERKORN
Gavazzo y “Pajarito” Silveira narraron múltiples horrores de la dictadura al Tribunal de Honor entendió que no afectaon el honor de la fuerza.
José Gavazzo admitió que arrojó en 1973 el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro al río Negro para hacerlo desaparecer y que le mintió a la Justicia al respecto.
Jorge “Pajarito” Silveira fue más allá. Dijo que Gavazzo fue responsable de la muerte de Gomensoro, también del otro detenido en el Grupo de Artillería 1 y de la desaparición de María Claudia García de Gelman. Acusó a Gavazzo de no tener “la hombría suficiente” para asumir sus actos.
Tales hechos emergen de las actas del Tribunal de Honor que el Ejército realizó a ambos oficiales, según comprobó El Observador tras haber tenido acceso a ellas.
A pesar de estas confesiones y acusaciones, siete generales del Ejército (tres integrantes del Tribunal de Honor, otros tres de un tribunal de alzada, y el excomandante Guido Manini Ríos) entendieron que los acusados no afectaron el honor del Ejército. Y que solo afectaron el honor del Cuerpo de Oficiales y el suyo propio por haber permitido que el coronel Juan Carlos Gómez permaneciera tres años preso por el asesinato de Gomensoro, siendo que ellos sabían que era inocente.
La muerte de prisioneros indefensos, la desaparición de sus cuerpos y las mentiras reiteradas no fueron consideradas.
Uno de los generales que integró el tribunal de Honor es el actual comandante del Ejército, José González, designado por el presidente Tabaré Vázquez tras cesar a Manini Ríos.
Gavazzo culpa a Cristi
Gavazzo sostuvo ante el Tribunal de Honor que el Grupo de Artillería 1, del cual él era el segundo al mando, detuvo a Roberto Gomensoro porque era “un jefe” del sector militar del MLN.
“Tito” Gomensoro fue detenido el 12 de marzo de 1973. No era jefe del aparato armado del MLN. Su tarea estaba concentrada en la militancia en la FEUU. Seis días después su cadáver apareció flotando en el río Negro, en el lago del Rincón del Bonete. Estaba envuelto en una malla de alambre y tenía atadas tres grandes piedras.
El cadáver fue sometido a autopsia, pero no pudo ser identificado. Luego de ser enterrado en Tacuarembó, alguien lo volvió a desaparecer en fecha incierta.
El Ejército nunca admitió que aquel cuerpo que había aparecido flotando era el de Gomensoro. Decían que se había fugado y no se sabía nada de él. Hasta 1985 mantuvieron una orden de captura. Pero el forense que había analizado el cadáver cuando apareció flotando, se guardó para sí su cráneo. Eso permitió que 2002 se confirmara que el cuerpo era el de Tito.
En el Tribunal de Honor, Gavazzo -contradiciéndose a sí mismo respecto a la importancia de su captura- declaró que todo lo que sabía Gomensoro ya era sabido por el Ejército. Por eso, según afirmó, dio la orden de que no se lo interrogara y de que solo lo dejaran esposado en una silla. Era de madrugada. Al amanecer, Gomensoro estaba en la misma silla… pero muerto.
Eso le declaró Gavazzo a los generales.
Según su relato, tras enterarse de la muerte de Gomensoro, le avisó al jefe del Grupo de Artillería 1, el coronel Alfredo Rubio. Y juntos fueron a comunicarle lo ocurrido al comandante de la División de Ejército 1, el general Esteban Cristi.
Según el relato de Gavazzo, allí Cristi habría ordenado desaparecer el cuerpo: “Quien tuvo que hacer eso fui yo”.
“Por temas de desprestigio del Ejército no podía darse a conocer que había fallecido alguien en un cuartel”, declaró Gavazzo, recordando que aún no había ocurrido el golpe de Estado.
“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé al vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote y lo tiré del bote. Yo solo”, sostuvo Gavazzo ante el Tribunal de Honor.
Silveira culpa a Gavazzo
La declaración de Gavazzo reúne tres tópicos tradicionales en sus dichos: aludir con nombre y apellido a gente ya fallecida (Cristi), decir que el destino o las circunstancias lo obligaron a hacer todo lo malo (“quien tuvo que hacer eso fui yo”) y jamás inculpar a un subordinado (“yo solo”).
Sin embargo, el testimonio ante el Tribunal de “Pajarito” Silveira, que era su subordinado en el Grupo de Artillería 1, lo contradice.
Según cuenta Silveira, cuando Gomensoro murió en el cuartel, “lo que había hecho” Gavazzo motivó una pelea con el comandante de la unidad, el coronel Rubio.
No fueron juntos a hablar con Cristi, sino que Rubio fue solo, enojado y alterado. Tomó el jeep del cuartel y salió a toda velocidad. Gavazzo “no sabía dónde esconderse”, recordó Silveira.
“Los subalternos habíamos visto que algo raro había pasado”, agregó.
Cuando los integrantes del Tribunal le preguntaron si Gomensoro había muerto por las torturas recibidas, Silveira dijo que él no vio qué pasó, pero que el responsable de la muerte fue Gavazzo.
“Nosotros sabemos que se le muere a Gavazzo”, afirmó y agregó: “Gavazzo se lo lleva a Paso de los Toros”.
El testimonio de Silveira coincide con otros que también apuntan a Gavazzo como el responsable de torturar y matar a Gomensoro.
Ante la Justicia, el mayor Enrique Debat declaró que un día de marzo de 1973 en un galpón del cuartel de La Paloma, sede del Grupo de Artillería 1, “vi al mayor Gavazzo sentado al lado de una persona que estaba colgada, amarrada de un caballete. El cuerpo estaba sin ropas, aparentemente mojado, húmedo, con brillo, amarrado con las manos en la espalda y la cabeza gacha.
Era una persona aparentemente masculino, sin senos, cabellos oscuros mojados. Al lado de ese caballete, un teléfono de campaña y varios cables. Al pasar por ahí vi el rostro del mayor Gavazzo, porque giró de la posición (en) que estaba para ver que estaba pasando una persona. No hablamos, y hubo sí un gesto de cierta sorpresa de parte de él”.
Esa noche en el casino de oficiales -agregó- se comentó que el detenido se llamaba Roberto Gomensoro y que Gavazzo lo había matado.
Debat amplió su testimonio en el libro “Gavazzo. Sin Piedad”.
El testimonio de Debat coincide con otros. En el libro “Milicos y tupas”, el contador Carlos Koncke -que estaba preso en el cuartel de La Paloma- cuenta que a poco de asumir como segundo jefe de la unidad, Gavazzo mató a un detenido. El coronel retirado Luis Agosto, entonces capitán en esa unidad, relata que por esas fechas un día pasó algo muy grave y que -salvo el grupo que actuaba junto a Gavazzo- al resto de los oficiales no se los dejó entrar al cuartel.
¿Por qué no dijeron la verdad?
En 2005 y a pedido del presidente Tabaré Vázquez (en su primer mandato), cada una de las tres armas se vio conminada a entregar un informe con los datos en su poder sobre los desaparecidos.
Allí el Ejército admitió por primera vez que Gomensoro había muerto en 1973, pocas horas después de su detención, “por problemas cardíacos”, en el Grupo de Artillería 1. El informe admitía que su cuerpo había sido arrojado al lago de Rincón del Bonete.
Roberto Gomensoro (el primero de izquierda a derecha). A su lado, su esposa Cristina Petrus
La aparición del cráneo y el informe del Ejército permitieron que un juicio por la muerte de Gomensoro avanzara en Tacuarembó. Parecía que los principales encausados serían los dos jefes del Grupo de Artillería 1: Rubio y Gavazzo.
Sin embargo, sorpresivamente apareció un testigo, un tupamaro marginal llamado Valerio Blanco, que dijo que él había visto como el coronel Gómez había asesinado a Gomensoro, no en La Paloma sino en Paso de los Toros.
Aunque su testimonio estuvo plagado de mentiras, errores, contradicciones e inconsistencias, la Justicia lo dio por bueno y Gómez fue enviado a la cárcel. Estuvo tres años y medio preso.
En el Tribunal de Honor, los generales le preguntaron a Gavazzo y a Silveira por qué no advirtieron en la Justicia que Gómez era inocente, como les constaba.
Gavazzo respondió que mintió para defender a sus subordinados del Grupo de Artillería 1. Adujo que si él hubiera admitido su responsabilidad en desaparecer el cuerpo, la Justicia habría buscado otros culpables entre sus subalternos.
Silveira explicó que él no dijo nada ya que, a pesar de tener la seguridad de que Gavazzo era el responsable, no tenía pruebas.
Otro muerto en La Paloma
Poco después de la muerte de Gomensoro, otro prisionero murió y desapareció en el cuartel de La Paloma: el tupamaro Eduardo Pérez Silveira, alias el Gordo Marcos.
En el libro “Gavazzo. Sin Piedad” se reúnen testimonios que apuntan a Gavazzo como responsable de su tortura y muerte. El propio Gavazzo admite allí que le tiró a Pérez Silveira una granada de gas en un espacio cerrado para reducirlo porque se habría sublevado y no podía controlarlo. Los efectos de la granada habrían derivado en que el prisionero se desvaneciera y se lo llevara al Hospital Militar, donde “desapareció”.
Hay testigos de que Pérez Silveira estuvo unas horas en el Hospital Militar, en un estado agónico, con graves lesiones.
Ante el Tribunal de Honor, Gavazzo repitió su misma versión sobre ese caso. Pero Silveira volvió a enmendarle la plana.
“Hubo un fallecido en Artillería 1, que Gavazzo lo gaseó. Sí, que lo gaseó”, dijo, repitiendo la afirmación.
Silveira negó con énfasis que Pérez Silveira se hubiera rebelado o insubordinado. ¿Por qué le tiraron la granada de gas?, le preguntaron entonces los generales.
“Cosas de Gavazzo. Estaba solo”, respondió. “El comentario era que lo había gaseado para interrogarlo”.
Contó que al llegar otros militares a la celda, una vez que Pérez Silveira ya había sido retirado, el ambiente aún estaba inundado de gas.
Silveira sostuvo que, según comentarios que oyó, el cuerpo del Gordo Marcos habría sido llevado del Hospital Militar al Cementerio del Norte y colocado en un nicho.
Aún hoy está desaparecido.
Segundo vuelo
En 2005 la Fuerza Aérea admitió que hubo un “segundo vuelo” desde Argentina a Uruguay, en el que fueron trasladados uruguayos capturados en aquel país y cuyo destino hasta hoy se desconoce.
Tanto Gavazzo como Silveira fueron condenados en 2009 por el juez Luis Charles por 28 homicidios derivados de aquel traslado clandestino. El fallo fue ratificado por tribunal de apelaciones y la Suprema Corte.
El “segundo vuelo” fue calificado como un “hecho injustificable” por el entonces comandante Manini Ríos, en febrero de 2018. En una entrevista publicada por el portal Ecos, Manini declaró: “Las Fuerzas Armadas capturaron a los principales líderes guerrilleros y los cuidaron muy bien (…) Se lo pudo haber dejado morir, pero no se hizo. No era la forma de actuar del Ejército. Pero tres o cuatro años después, sobre todo en el Servicio de Información y Defensa, comenzó a haber otra forma de actuar. Y ahí comenzaron a ocurrir los casos más injustificables de la dictadura, como el caso (de Julio) Castro, el segundo vuelo y el caso María Claudia García de Gelman”.
Sin embargo, ante el Tribunal, Gavazzo insistió en que ese vuelo no existió.
En su declaración recordó que en 2012 en Buenos Aires fue hallado el cuerpo de uno de los 28 desaparecidos por los cuales fue condenado, el de Alberto Mechoso, y en base a eso sostuvo que todos fueron muertos en Argentina y por argentinos.
Las preguntas que le realizaron los generales sobre su participación en Argentina fueron vagas y generales. No contrastaron a Gavazzo con los múltiples testimonios que hay de su participación en detenciones ilegales en ese país, su presencia en el centro de torturas Orletti y en negociaciones a cambio de dinero con prisioneros.
“Pajarito” Silveira, en cambio, afirmó tener la convicción de que el segundo vuelo sí existió. Dijo basar su convencimiento en “cuentos” y “comentarios” que escuchó. Pero sostuvo que él no participó en nada vinculado con detenidos en Argentina.
Dijo que Gavazzo fue responsable de las operaciones en Buenos Aires. Y dio a entender también que lo fue de la desaparición de María Claudia García de Gelman. “No tiene la hombría suficiente para decir ‘yo soy responsable’. ¿Por qué? Porque hubiera alivianado al Ejército”.
Otros involucrados en todo lo referente a García de Gelman, serían Juan Antonio Rodríguez Buratti (se suicidó en 2006), José Arab, Felipe Sande y Ricardo Medina, todos ya condenados por la Justicia.
Silveira dijo que no quiere ver a Gavazzo nunca más. Lo responsabiliza de llevar 12 años preso por crímenes que dice no haber cometido (el de García de Gelman y todos los trasladados desde Argentina) y relató que Gavazzo lo ha amenazado con involucrarlo en actividades ilegales en Argentina si habla. Y que cuando otro oficial ha dado algún dato, Gavazzo amenazó con matarlo.
“Tenemos una diferencia muy grande con él”, sostuvo.
Cuestión de honor
Tras escuchar todo lo anterior, el tribunal integrado por los generales José González, Gustavo Fajardo y Alfredo Erramún entendió que no había motivos para condenar a Gavazzo y Silveira por los 28 homicidios por los que están condenados por la Justicia.
En abierta contradicción con lo manifestado por la Justicia en tres instancias, y sin una investigación en profundidad, concluyeron que los hechos no están aclarados lo suficiente y no hay al respecto elementos para sostener que Gavazzo y Silveira afectaron al respecto el honor del Ejército ni el del Cuerpo de Oficiales, ni el suyo propio.
Del resto de episodios narrados, entendieron que Gavazzo y Silveira no habían afectado el honor del Ejército, pero sí el del Cuerpo de Oficiales y el suyo propio al incurrir en una “descalificación por falta gravísima” al no haberle dicho a la Justicia que el coronel Gómez era inocente de la muerte de Gomensoro. Como consecuencia de tal falta, ya no podrán usar el uniforme.
En las conclusiones del Tribunal de Honor no se dice nada sobre la muerte bajo tortura de Gomensoro en Artillería 1. Se dice -con naturalidad- que Gavazzo hizo desaparecer su cuerpo “dando cumplimiento a las órdenes de los mandos naturales”. No hay referencias al homicidio de Eduardo Pérez Silveira, su inaudito gaseamiento, su muerte y desaparición. Tampoco al traslado a Uruguay de María Claudia García de Gelman y su ejecución tras dar a luz.Ambos oficiales apelaron los fallos.
El caso fue analizado por los generales Claudio Romano, Alejandro Salaberry y Guillermo Rodríguez, que ratificaron el dictamen.
Gavazzo dejó constancia de su inconformidad. En ese documento define así la muerte de Gomensoro: “el deceso por causas naturales de un terrorista que se encontraba prisionero”.
Agregó: “Lo más triste y lamentable para mí es que haya sido el propio Ejército, MI Ejército, el que me haya condenado de por vida a la vergüenza y el oprobio”.
Manini Ríos refrendó los fallos del Tribunal de Honor. En total siete de los 16 generales del Ejército lo hicieron. Manini Ríos elevó el fallo al Poder Ejecutivo con un documento adicional. En él no hizo ninguna consideración a lo declarado por Gavazzo y Silveira sobre las muertes, torturas y desapariciones de Gomensoro, Pérez Silveira y García de Gelman, pero sí escribió una dura crítica al Poder Judicial.
Contradiciéndose a sí mismo respecto a la citada entrevista de 2018, Manini Ríos se refirió en ese documento a los desaparecidos del “segundo vuelo” como “presuntamente trasladados desde Buenos Aires”.
Aunque con dudas y salvedades que quedaron por escrito, el Poder Ejecutivo homologó el fallo. Se entendió que si el presidente no lo hacía podría entenderse que se negaba a aprobar la sanción a Gavazzo y Silveira. Manini Ríos fue cesado de su cargo por sus cuestionamientos al Poder Judicial. En su lugar fue investido el general González, uno de los integrantes del Tribunal de Honor.
Tortura de detenidos
Ni Gavazzo ni Silveira admitieron haber torturado. El Tribunal de Honor no los enfrentó con los múltiples testimonios que hay al respecto. Silveira sí reconoció haber visto interrogatorios con tortura. Pero “no matábamos gente, no los fusilábamos”, dijo. Agregó: “Si hubo algo de eso fue porque el SID (Servicio de Información y Defensa) se enloqueció”. “El SID era (el general Amaury) Prantl, pero lo manejaba Gavazzo”, dijo. “Vimos una guerra real, no es algo que se inventó”, declaró. “Gracias a nosotros no somos la Cuba de América”.
Como ejemplo de la violencia del MLN, puso el asesinato de un inspector policial que fue ametrallado en la calle, según dijo, por el hoy ministro Eduardo Bonomi. Acusado de violar detenidas, Silveira sacó el tema sin que hubiera una pregunta específica: “Si se desnudaba a una mujer -sostuvo- era solamente porque se necesitaba la ropa para a la hora vestirla”. Gavazzo, más parco, dijo que cumplía órdenes: “Jamás actué como ente autónomo, ni nada por el estilo”.
El proyecto Menéndez
El Tribunal de Honor a Gavazzo y Silveira se inició por una resolución del Ministerio de Defensa de setiembre de 2017. El proceso de homologación de los fallos recién culminó en marzo de 2019. Si el Parlamento aprueba el proyecto del Poder Ejecutivo para modificar la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, estas dilaciones ya no serán posibles. De acuerdo al proyecto de ley que ha impulsado el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, los tribunales de honor tendrán 180 días para expedirse.
Además, se le otorga al Poder Ejecutivo la potestad de designar un Tribunal de Honor de Alzada, si se entiende que el Tribunal de Honor original tuvo fallos de procedimiento o “de fondo” en su actuación. Este tribunal de alzada podría estar integrado por militares en actividad o en retiro.
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