“Es nuestro segundo hogar”, dijo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,
Estela de Carlotto
El Banco Nacional de Datos Genéticos cumple 33 años
El organismo es pionero a nivel global en la recolección de muestras biológicas de familiares de personas desaparecidas. La palabra de su actual directora, Mariana Herrera Piñero, y del especialista en Ciencias Biológicas Diego Golombek.
01 de junio de 2020
La genetista Mary Claire King explica a las Abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina el “índice de abuelidad” el 10 de agosto de 1983.
La historia de las Abuelas de Plaza de Mayo y sus contribuciones a la ciencia es larga. Hoy cumple 33 años el Banco Nacional de Datos Genéticos, que fue creado gracias a la lucha de esas mujeres, cuyo objetivo central es la búsqueda de sus nietos y nietas robados por la última dictadura cívico-militar. El Banco es un organismo pionero a nivel global en la recolección de muestras biológicas de familiares de personas desaparecidas para encontrar a niños apropiados y fue creado 1987, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. En diálogo con Página/12 la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, indicó que “el banco, que hoy funciona muy bien con un personal profesional impecable y con los mejores aparatos, es para nosotras como nuestro segundo hogar. Todo nuestro material genético está ahí para siempre, para que con él se siga buscando la verdad”. La directora del organismo, Mariana Herrera Piñero, expresó que el Banco busca mejorar sus capacidades y recuperar “el rol histórico” que tiene en el campo de los Derechos Humanos.
Diego Golombek, doctor en ciencias biológicas y director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) explicó a este diario que “el ejemplo de Abuelas es extraordinario porque describe perfectamente una situación en la cual desde la sociedad se demanda una respuesta a la ciencia con una pregunta precisa y un objetivo muy claro“. Al finalizar la década del ’70, las abuelas necesitaban una evidencia genética que pudiera ser presentada en foros legales, es decir que fuera irrefutable. “Necesitaban demostrar una relación entre las Abuelas y sus eventuales nietos o nietas en la ausencia de la generación intermedia. Estamos hablando de una época en la que las tecnologías de secuenciación del ADN no eran lo que son ahora”, detalló el biologo.
El “Índice de Abuelidad”
Cuando las Abuelas preguntaban a distintos genetistas, éstos les contestaban que las herramientas para responder su pregunta no existían. En 1982 un doctor genetista argentino llamado Victor Penchaszadeh, que se encontraba en ese entonces exiliado en Estados Unidos se puso en contacto con ellas. “Era un médico pediatra y genetista extraordinario”, indicó Golombek y agregó que “él les dijo que tenía que ser posible y las contactó con la genetista estadounidense Mary-Claire King que aceptó el desafío y se puso a trabajar en red con genetistas humanos de distintos lugares del mundo, con los que llegó a la creación de un índice que se denominó ‘de Abuelidad’”. Fue así que luego de unos años surgió la necesidad de crear un banco como espacio de obtención, almacenamiento y análisis de las muestras genéticas necesarias para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad, que garantizara la conservación de los perfiles genéticos de cada uno de los miembros de las familias que tenían familiares desaparecidos y que depositaran sus muestras en él.
“Las Abuelas, que son personas de edad avanzada, quieren que la búsqueda continúe aún cuando ellas no estén. Lo que hace el Banco es garantizar una abuelidad perpetua”, subrayó el director de INET. El científico además opinó que “las Abuelas son eternas candidatas al premio Nobel de la Paz, pero también deberían serlo del de medicina. Porque realmente tuvieron una gran importancia en esa parte de la historia de la genética”. En esa línea, De Carlotto remarcó que “nuestro organismo está sumamente ligado con la ciencia y lo cierto es que nadie pensó que íbamos a hacer tantas cosas, con persistencia, tenacidad, respeto y paciencia, para buscar respuestas y a nuestros nietos, pero lo hicimos y seguiremos haciendo”.
Herrera Piñero, por su parte, detalló que “con el tiempo el Banco se va convirtiendo en un espacio que colabora en las investigaciones de la Justicia, que asesora a otros países con problemáticas similares y que, además, trabaja junto a Abuelas de Plaza de Mayo para seguir convocando a más personas con dudas sobre su identidad”. Luego, la directora del BNDG señaló que desde hace 6 meses también comenzaron a trabajar junto a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y a la Fiscalía especializada en la apropiación de niños para colaborar desde la ciencia en la búsqueda de los nietos.
“El surgimiento del Banco tuvo que ver con una decisión política de un Estado y con una pregunta de las Abuelas. En muchísimos países ocurrieron robos de niños, pero Argentina tuvo la capacidad política de hacerse esa pregunta. Para mí, el Banco no sólo tiene que colaborar con la identificación de los nietos o de las personas desaparecidas, sino que también tiene el deber de hacerse de esa bandera de las Abuelas de acá para adelante”, concluyó Herrera Piñero.
Informe: Melisa Molina