01 de julio de 2021
A Redoblar. La Canción necesaria
Una nueva edición de la canción necesaria. Canciones que comprometen el pensar y la sensibilidad ayudando a que -como hemos dicho en otras oportunidades- seamos cada día un poco más buenos, que eso y no otra cosa es la vida.
Rumbo.
Por: Jorge Yuliani. (La Radio Cooperativa)
El recordado grupo Rumbo, fundado en 1979 y disuelto en 1985, creador de himnos como A redoblar y Para abrir la noche, es motivo hoy de una nueva edición de La Canción Necesaria.
Referirse al legendario Rumbo, integrado por Laura Canoura, Mauricio Ubal, Gustavo Ripa, Gonzalo Moreira, Carlos Vicente y Miguel López, es hacerlo asimismo a una etapa histórica crucial del Uruguay. Rumbo ha sido una de esas llamitas que colaboraron a formar la notable e inmensa hoguera que alumbró el retorno a la democracia tras doce años de opresión. Tanto sus composiciones propias como las interpretaciones del cancionero popular latinoamericano siempre apuntaron a abrir la noche cerrada desde adentro y una vez abierta, en 1985, la disolución del grupo surgió sin problemas ni estridencias, se había cumplido una etapa. Luego, algunos de sus integrantes continuaron con notable suceso en plan solista . Rumbo tiene tres discos editados: “Para abrir la noche” (1980), “Sosteniendo la pared” (1982) y “Otro tiempo” (1985). En el año 2003 el sello Ayuí editó un álbum doble titulado simplemente “Rumbo” que contiene todas las grabaciones realizadas entre 1980 y 1985, así como videos y fotos de época e información documental. En 2011, con motivo de los festejos del Bicentenario de Uruguay, el grupo volvió a ejecutar sus canciones en un escenario ubicado frente al Palacio Municipal de Montevideo. Por si hace falta, por si los más jovencísimos desconocen su extraordinario itinerario artístico, Rumbo es una de las insignias y uno de los referentes esenciales de la música popular uruguaya. Ha experimentado en la canción urbana, folclórica y murguera a partir de los 80 y casi todos habrán tarareado seguramente A redoblar, canción emblemática -si la hay- que fue compuesta por Mauricio Ubal y Rubén Olivera.
Y es precisamente esta canción que, como todas las composiciones que son consideradas clásicas y que por lo tanto nunca pierden vigencia, esta canción, es la que hoy hemos elegido para ser la canción necesaria de estos días. Y la elegimos porque sin duda alguna en algún momento la alegría volverá borrando las duras muecas de estos tiempos de dolor y agonía.
Y ese momento llegará redoblando esfuerzos, cada cual sobre su sombra, cada cual sobre su asombro, porque el corazón no quiere entonar más retiradas. A redoblar la militancia redoblando la esperanza y que su latido insista en nuestra sangre para que ésta nunca olvide su rumbo. A redoblar la lucha, a redoblar el esfuerzo por lograr aquello que queremos para el bien de nuestra sociedad en su conjunto. A redoblar sin bajar los brazos, derrotados son aquellos que dejan de luchar. Nos esperan otros redoblantes, otra voz harta de sentir la mordedura del dolor.
Son días cruciales, cada esfuerzo suma, cada firma cuenta, cada apoyo es una pequeña batallita ganada y la suma de estas serán finalmente las que coronaran el esfuerzo con la alegría, la alegría de constatar que juntos somos capaces de trazar nuestro propio camino para por el transitar hacia el destino de la justicia social y por lo tanto de la felicidad colectiva.
A redoblar que nos esperan otros redoblantes, otra voz. A redoblar porque el corazón no quiere entornar más retiradas.
A REDOBLAR
Volverá… la alegría a enredarse con tu voz.
A medirse en tus manos y a apoyarse en tu sudor.
Borrará duras muecas pintadas sobre un frágil cartón de silencio
y el aliento de murga saldrá. A redoblar, a redoblar, a redoblar, a redoblar
A redoblar, a redoblar muchachos esta noche
Cada cual sobre su sombra cada cual sobre su asombro
a redoblar, desterrando, desterrando la falsa emoción
el la-la-la…, el beso fugaz la mascarita de la fe…
A redoblar, a redoblar a redoblar, a redoblar
A redoblar muchachos que la noche nos presta sus camiones
Y en su espalda de balcones y zaguán, nos esperan.
Nos esperan otros redoblantes otra voz, harta de sentir la mordedura del dolor.
A redoblar muchachos la esperanza, que su latido insista en nuestra sangre
para que ésta nunca olvide su rumbo
porque el corazón no quiere entonar más retiradas
porque el corazón no quiere entonar más retiradas
porque el corazón no quiere entonar más retiradas.