Tras el mensaje golpista que lanzó el excarapintada por redes sociales
El Gobierno denunció penalmente
a Aldo Rico por delitos contra
el orden constitucional
“Las expresiones de Rico contienen una amenaza pública e idónea contra las autoridades democráticamente electas”, sostuvo la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Por Luciana Bertoia
23 de julio de 2022 –
Después de que el excarapintada Aldo Rico lanzara un mensaje golpista por redes sociales, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación lo denunció penalmente por delitos contra el orden constitucional. “Se advierte que se trata de un mensaje público destinado a sus ‘camaradas’ con el objetivo de alzarse contra la Constitución Nacional y deponer a los poderes públicos democráticos. Las expresiones de Aldo Rico contienen una amenaza pública e idónea contra las autoridades democráticamente electas“, sostuvo el organismo que conduce Horacio Pietragalla Corti. Organismos de derechos humanos pidieron que las acciones de Rico no queden impunes y llamaron a unirse en defensa de la democracia.
Durante el jueves, Rico subió a sus redes sociales un video de más de cuatro minutos en el que –con tono castrense– llamaba a otros “veteranos” como él –refiriéndose a la Guerra de Malvinas y a lo que él denomina la “guerra contra la subversión”– a prepararse ante lo que describió como un escenario de “anarquía”. El mensaje de Rico se viralizó y generó el repudio de organizaciones de trabajadores –como la CGT– y de organismos de derechos humanos.
Por la tarde del viernes, Pietragalla Corti presentó una denuncia en los tribunales de Comodoro Py. “Como Secretario de Derechos Humanos de la Nación y por la historia reciente de nuestro país me encuentro obligado a denunciar estos gravísimos hechos. Ello, en cumplimiento del deber indeclinable de realizar acciones concretas y efectivas a fin de garantizar la vigencia de la Constitución Nacional, la defensa irrestricta de la democracia y de asegurar el ‘Nunca Más’ y hacer realidad los postulados de Memoria, Verdad y Justicia”, dice la presentación a la que accedió Página/12.
Para la Secretaría de Derechos Humanos, las expresiones de Rico sumadas a su carácter de militar retirado, sus contactos con las fuerzas y su rol de cabecilla en dos levantamientos carapintadas en 1987 y 1988 confluyen para entender que está amenazando a las autoridades constitucionales. En esa misma línea, Pietragalla Corti le pidió a la justicia que, de manera urgente, investigue si hay –como sugiere Rico– un proceso de organización entre veteranos del Ejército. En el video, Rico dice que estaban en conversaciones con quienes fueron oficiales y que pretendían ampliarlas a suboficiales.
El actual titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, salió a repudiar los dichos de Rico, aunque estimó que su impacto es “nulísimo” en las fuerzas armadas. Rossi, que también comandó la cartera de Defensa, englobó a Rico como un personaje “siniestro” de la democracia y lo ubicó también junto con el excanciller Carlos Ruckauf y el exsecretario de Inteligencia Miguel Ángel Toma, que pidieron adelantar las elecciones. “Lo de Rico escala un paso más, fundamentalmente por su historia golpista”, remarcó en diálogo con Radio Nacional.
En el Ministerio de Defensa siguieron el asunto con interés, aunque dijeron que ya hace 30 años que Rico no tiene estado militar, por lo cual no les correspondía a las autoridades de la cartera que dirige Jorge Taiana –a quien el excarapintada acusó de “terrorista”– ni al Ejército aplicarle sanciones. El interés del gobierno nacional es que los tribunales investiguen.
Si bien esta vez Rico buscó que se conociera su proclama, semanas atrás compartió una tertulia con la activista pro-impunidad Cecilia Pando, oportunidad en la que despotricó contra las causas que se instruyen por torturas en Malvinas. “Nos preparamos para una nueva guerra”, dijo en el encuentro que mantuvo el 27 de mayo pasado y que fue compartido por Pando en su canal de YouTube. “Alguna vez va a estallar”, dijo el teniente coronel retirado que no se privó de decir que para la dirigencia política actual la Patria era un negocio. Semanas antes, Rico había declarado ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 como testigo y se jactó de que todo el ejército participó en la represión.
Los repudios
“No resulta llamativo que un ex militar golpista como Aldo Rico produzca mensajes de desestabilización”, señalaron desde la mesa de organismos de derechos. “Frente a la crisis actual, todos los sectores debemos ser cuidadosos. Convocamos a todas las fuerzas del campo popular a unirnos en la defensa de la democracia y las conquistas en materia de derechos humanos que supimos conseguir“, dijeron, entre otros, Madres- Línea Fundadora, Abuelas, Familiares, HIJOS Capital, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) nacional y La Matanza, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz y la Comisión Zona Norte.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) sostuvo que las acciones de Rico son “amenazas que reivindican atentados contra la democracia y el orden constitucional cuyas consecuencias para la vigencia de los derechos humanos todxs conocemos”.
“Su mensaje es representativo de los valores que siempre defendió: fue parte de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar, participó de las sublevaciones militares de 1987 y 1988 que condicionaron al gobierno democrático para sancionar las leyes de impunidad de los militares genocidas y luego como funcionario de la democracia, también hizo un culto de las políticas represivas y de mano dura”, manifestó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
Desde el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) La Plata dijeron que Rico se “hace eco de una oleada desestabilizadora de sus jefes políticos y agita convocando a una reunión con los asesinos y torturadores que formaron parte de las fuerzas armadas durante la dictadura cívico-militar”.
La Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) exigió una inmediata investigación. “Hablan de la Patria cuando fueron la mano de obra asesina de quienes nos entregaron al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Club de París, a la banca internacional y a cuanto poder imperial se los solicitara”, sostuvieron los sobrevivientes.
Desde Justicia Legítima hablaron de una escalada de violencia simbólica en la que relacionaron la proclama de Rico con quienes se manifestaron violentamente afuera del Instituto Patria contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Llamamos a la reflexión al sistema judicial en su conjunto que debe velar por el cumplimiento de la ley, por evitar que estas graves expresiones delictivas dejen de multiplicarse y que procedan de manera urgente en defensa la Democracia y la Constitución Nacional para ponerle freno a estos actos ominosos de violencia”.
El fascismo de la confusión
Por Sandra Russo
23 de julio de 2022 –
Una buena parte del malestar y la confusión en la que vivimos ya comenzó a gestarse en lo que llegó anunciando que globalizaría (“democratizaría”) la comunicación. Pero no. La interrumpió. Fue desconectando al mismo tiempo que conectaba; íbamos reemplazando a la realidad con otra cosa. Cambiábamos el tacto por la mirada, y la racionalidad por el impacto. Pero después dejamos de ver a los demás y ellos a nosotros: quedaron las imágenes. Mucha gente se mueve por odio o fascinación por imágenes.
Las bases de esa interrupción de todos los protocolos de la comunicación humana fueron los dispositivos digitales que “hicieron viejo” lo analógico. Después solo hubo que esperar a que gran parte de la población mundial entrara de lleno en la realidad virtual, que la virtualidad se normalizara y hasta se institucionalizara, que el mundo real, el que contiene nuestros cuerpos y nos conecta con otros, pero también ese en el que hay verdades y mentiras, evidencias y materia, fuera lentamente olvidado y desdeñado. Lentamente, dimos un paso hacia la ficción.
Nos hartamos de ver videos de personas de todas las edades pero especialmente jóvenes que son filmados mientras hacen poses mirándose en la pantalla de su celular. Es la mamushka de la realidad vitual en su drástica bajada al piso. Una persona que vemos a través de una pantalla pero que no nos ve, porque se mira a sí misma en otra pantalla. No hay conexión. Estamos ausentes aunque estemos presentes, los demás también. Nos sentimos solos.
Somos vouyeurs de mundos insípidos, donde no pasa nada relevante: eso preanunciaban en décadas pasadas los realities shows, que fueron la punta de lanza de la virtualidad y marcaron el fin de la era de la televisión: la construcción del espectáculo de la vida real, que abandonaba su condición de tal para ser mercancía del entretenimiento. Hubo nuevos multimillonarios, los que hoy son riquísimos porque venden algo que no deja de venderse en pandemia y lo que venden es nada menos que el nexo entre una persona y la red, que es esa realidad que hemos introyectado. Fuera de la red hay muchísima gente, pero nos parecen extras.
Audiencias enormes en todo el mundo experimentaron una mutación tajante precisamente en lo que a entretenimiento y autopercepción se refiere: los que miraban todo el día el canal de Gran Hermano no se entretenían. Pasaban largos ratos mirando una pantalla en la que había gente durmiendo. Eran fomentados los escándalos pero duraban un suspiro: la mayor parte del tiempo fueron puro adoctrinamiento para las audiencias, que empezaron a vivir el goce de la vida ajena y el otro goce, el de abandonar la experiencia real y sin aditivos, por una experiencia de simulación y disfraz, con alias, filtros, estrategias de individualismo salvaje, bloqueos, mentiras. Paralelamente, apareció una derecha que se sirvió de una subjetividad ensimismada, y lentamente fue sacando su esvástica.
Eso tuvo miles de consecuencias, pero viniendo para acá, todos los que estamos más o menos cuerdos percibimos un acecho del odio que viene de una profundidad completamente irracional, un odio dirigido no hacia una persona ni hacia un paquete de ideas, sino que brota de las cloacas de la condición humana, donde existe el goce de los linchamientos.
Las noticias falsas fueron y son una herramienta vital para darle palabras a lo que no lo tiene, a ese bajofondo personal que cuando sale, parece vómito de resaca. Si esta sociedad que dijo nunca más ahora hace síntoma en una funcionaria que se atreve a subir a cuatro dirigentes peronistas a un Falcon Verde, o un concejal puede hablar como un torturador y provocar en otros una imagen del odio más extremo (enterrar viva a una mujer junto a su esposo muerto), es porque en la realidad virtual, la paralela, la construida como surtidor de argumentos para satisfacer el odio, han surgido enemigos virtuales, nacidos a imagen y semejanza del mito cincelado de la ultraderecha, portadores de todo el mal que cada uno puede concebir. Es la catarsis obtenida del modo como lo hacían los emperadores. Dales circo, la sangre como pasatiempo.
Una noticia falsa es una mentira que es publicada, pero también es un fallo antijurídico que se vuelve noticia. El ámbito de las noticias falsas en este país no es exclusivo de los medios de comunicación aunque de hecho su degradación va en paralelo a la del Poder Judicial: hace años que se retroalimentan, que hacen equipo, que moldean juntos a los enemigos que sus audiencias desean apedrear para aligerar la carga de odio que se inyectan cada vez que leen o escuchan la descripción de la bruja y los miembros del aquelarre.
Ni la Cristina que odian ni el kirchnerismo que quieren borrar del mapa se corresponden con la realidad. Cristina en el mundo real es una dirigente que está más limpia que todos ellos juntos. Años buscándole el pelo al huevo y nada. El kirchnerismo es una fuerza política con voluntad de construir un Estado y políticas que atiendan a los de más abajo, pero profundamente apegado al Estado de Derecho, que es lo que le da la oportunidad de existir.
Sus enemigos, la casta de macristas, grandes medios, especuladores, evasores, y jueces y fiscales del lawfare, no pueden decir lo mismo. Para existir requieren de anomalías, de injusticias, de vista gorda, de doble vara, del engaño a gran escala y, si es necesario, de la destrucción de la democracia. No hay dos demonios ahora tampoco: unos hacen política y los otros, trampa.