Muerte del estudiante Ramón Peré

coronel

 Procesaron al coronel retirado Tranquilino Machado por la muerte del estudiante Ramón Peré en julio del 73
 
A prisión – El juez Ruben Saravia procesó con prisión al coronel (r) Tranquilino Machado por el asesinato del militante Ramón Peré. El abogado del militar, Miguel Langón, dijo a Montevideo Portal que se utilizó el “derecho penal del enemigo”.El juez Saravia entendió que el crimen fue cometido con “intención” e “impulso de brutal ferocidad”. Auto de procesamiento –
 
En conversación con Montevideo Portal el abogado del militar retirado, Miguel Langón, dijo que no esperaba esta decisión del juez: “Yo esperaba que algún día cambiara este derecho penal del enemigo”.
 
Langón señaló que no se tomó en cuenta que el procesado reconoció en el momento que había sido él quien había disparado, a la vez que actuó bajo órdenes en una situación de enfrentamiento.El abogado manifestó que el arma con la que Peré actuó se encontró en el lugar: “No es una muerte en un cuartel y se le dio asistencia. Una vez más un procesado sin pruebas. Se argumenta la peligrosidad, yo creo que nunca le vio la cara”, agregó Langón que preparará en las próximas horas el documento de apelación del fallo
 
Machado tenía 24 años cuando ocurrió el hecho y se desempeñaba como alférez en el batallón Florida.
 
 
El hecho ocurrió durante la huelga general de 1973, cuando Peré ocupaba la Facultad de Veterinaria. Peré, que falleció tras recibir un disparo por la espalda, fue el primer muerto de la dictadura.
 
 
Se encontraba ocupando ese local en el marco, en protesta por el golpe de Estado y estaba repartiendo volantes con un compañero cerca de Facultad cuando detectaron que eran seguidos por dos efectivos vestidos de civil. Uno de los efectivos hizo fuego y una de las balas alcanzó a Peré.
 
 
Uno de los elementos centrales de la imputación fue la autopsia de los restos de Peré, en la que los forenses determinaron como causa de la muerte “disparo de arma de fuego, de pequeño calibre, probablemente un revólver 22, desde una distancia de 40 ó 50 metros”.
 
“El proyectil ingresó por la región dorsal (espalda), impactó en la vértebra nº 11 y afectó el corazón. Además, Peré presentaba un fuerte golpe en el cráneo”, señaló la autopsia difundida por el diario La República cuando se conoció el pedido del fiscal, en diciembre de 2010.
 
 
Procesamiento
 
 
El auto de procesamiento dictado por el juez Ruben Saravia y divulgado en la tarde de este martes, señala que existió de parte del procesado “el elemento volitivo ya que quiso ese fin concreto (dar muerte a la mencionada víctima), así como el elemento intelectivo, ya que tuvo conciencia del carácter delictivo del hecho”. Y agrega que “no sólo se representó el resultado, lo previó, sino que además quiso alcanzar el objetivo criminal que se propuso”.
 
La narración de los hechos señala que “el indagado T.M.B., en su calidad de Alférez del Ejército Nacional, se encontraba en compañía del entonces Sgto. C.P.T.S., vestidos de civil, realizando una recorrida en las inmediaciones de la Avda. Rivera y la calle Bustamente de esta ciudad”, y que, “en dichas circunstancias avistaron a la víctima R.R.P.B. y al testigos H.M.M., quienes eran estudiantes en la Facultad de Veterinaria, siendo P. además, profesor de Histología, en ocasión en que se encontraban en la zona caminando, con la finalidad de repartir volantes en las paradas de los ómnibus y colocar “miguelitos” a dichos vehículos, como medidas de resistencia al (…) golpe de Estado; y por entender que tenían una conducta sospechosa, los siguieron caminando, provocando la huída de ambos estudiantes, lo que determinó que los persiguieran corriendo a corta distancia por la vía pública, para luego realizarles disparos con armas de fuego, impactando un proyectil del arma de M.B. en el cuerpo de P., ingresando en región dorso lumbar (espalda), paravertebral derecho, a nivel de duodécima vértebra toráxica, provocando su posterior muerte, ocurrido momentos después en el Hospital Militar”.
 
Saravia entendió que “existen elementos de convicción suficientes de que el indagado T.M.B., en oportunidad en que se realizaba un operativo militar durante el período del gobierno cívico militar, por no acatar la voz de alto y darse a la fuga, con intención de matar, dio muerte a R.R.P.B. efectuándole un disparo con arma de fuego, ingresando el proyectil en la espalda de la víctima, por lo que será sometido al proceso penal por la Comisión en carácter de autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado por haberlo cometido con impulso de brutal ferocidad” – Montevideo Portal
 
 
 
Procesaron al coronel retirado Tranquilino Machado por la muerte del estudiante Ramón Peré, sucedida en el año 1973. El asesinato de Ramón Peré fue a comienzos de la dictadura uruguaya.
 
 
La pericia demostró que el militante de la UJC (Unión de las juventudes comunistas) fue asesinado por la espalda. La Fiscalía había solicitado el procesamiento de un oficial retirado del Ejército por el “homicidio muy especialmente agravado” del militante de la UJC, Ramón Peré.
 
El dictamen expresó que la muerte fue “inmotivada”, con un uso ilegítimo de la fuerza.
 
Año 1973. Uruguay. En las calles: Rivera y Bustamante, fue el lugar, donde cayó el estudiante asesinado en julio de 1973.
 
El fiscal Juan Gómez había solicitado tiempo atrás, el procesamiento con prisión de un oficial del Ejército, en situación de retiro, por el “homicidio muy especialmente agravado”, en julio de 1973, del joven militante de la UJC Ramón Peré, muerto tras recibir un disparo por la espalda. Peré fue el primer muerto de la dictadura.
 
Peré, estudiante de la Facultad de Veterinaria y militante de la FEUU, se encontraba ocupando el local del centro de estudios, en el marco de la huelga general, convocada por la CNT en protesta por el golpe de Estado encabezado por el dictador Juan María Bordaberry.
 
 
El joven repartía volantes con un compañero en las inmediaciones del centro de estudios, cuando detectaron que eran seguidos por dos efectivos vestidos de civil. Los jóvenes corrieron, y uno de los efectivos hizo fuego. Una de las balas alcanzó a Peré y le produjo la muerte. El curso de la indagatoria determinó que ambos efectivos eran integrantes del Ejército Nacional, y no oficiales de Policía como se presumió en aquel entonces..
 
En este sentido, el representante del Ministerio Público analizó el voluminoso expediente y decidió solicitar el procesamiento del oficial, confeso autor de los disparos, por un delito de “homicidio muy especialmente agravado”.
En tanto, el fiscal descartó formular imputación contra el otro efectivo, por cuanto el único ilícito pasible de ser reprochado penalmente, “encubrimiento”, está prescripto, según indicaron fuentes judiciales.
 
El oficial debía prestar testimonio ante el juez Penal de 3º Turno, Sergio Torres, en audiencia ratificatoria (artículo 126 del CPP), ante el pedido de procesamiento en su contra. Sin embargo, el asesor jurídico del Centro Militar y representante del oficial (r) en el proceso, Miguel Langón, interpuso un escrito solicitando prorrogar la audiencia por “motivos sanitarios”.
 
El oficial sufrió una “crisis cardiaca” al enterarse del pedido de procesamiento, ante lo cual debió ser internado en el Hospital Militar, explicó Langón.
 
 
“MUERTE INMOTIVADA”
 
 
Uno de los elementos centrales de la imputación de la Fiscalía fue la autopsia de los restos de Peré, desarrollada por una junta de peritos forenses del Instituto Técnico Forense (ITF), tras la exhumación de los restos dispuesta “de oficio” por el juez Torres.
 
Los forenses determinaron como causa de la muerte “disparo de arma de fuego, de pequeño calibre, probablemente un revólver 22, desde una distancia de 40 ó 50 metros.
El proyectil ingresó por la región dorsal (espalda), impactó en la vértebra nº 11 y afectó el corazón. Además, Peré presentaba un fuerte golpe en el cráneo”, explicaron otras fuentes consultadas. “La bala le destrozó el corazón”, contaron las fuentes.
 
En este sentido, el fiscal Gómez solicitó el procesamiento con prisión del oficial, por cuanto realizó “un uso excesivo del poder del Estado”. “La muerte fue inmotivada, fue producida por el mero hecho del ejercicio de la fuerza, en una acción desmedida por parte de un efectivo de un organismo con el monopolio exclusivo de la fuerza”. La gravedad del delito y el accionar con “grave sevicia” del imputado supuso la elevación en un tercio de los plazos de prescripción, señalaron las fuentes.
 
En tanto, Langón interpuso ante el juez Torres otro escrito cuestionando la vista de la Fiscalía, por cuanto la muerte de Peré se habría producido “en el marco de un enfrentamiento armado” con las fuerzas de seguridad, según explicó el abogada.
 
El imputado “era una alférez de 24 años, del Batallón Florida.
 
Las pericias y testimonios recabados por el juez Torres determinaron que ni Peré ni su compañero estaban armados, según la Fiscalía.
 
Ahora engrosa la lista de los criminales que ya le hacen lugar en la cárcel de Domingo Arena, donde estará un buen tiempo.
 
 
Por Verdad y Justicia! Publicado por Martha Helena
 
Ramón Roberto Peré Bardier nació en el Departamento de Soriano el 16 de marzo de 1944. Casado, padre de dos hijos de 4 y 2 años. Estudiante de la Facultad de Veterinaria, ayudante de profesor de Histología y docente de Química en el liceo de Tarariras.
 
Militante del Partido Comunista y de la Asociación de Estudiantes de Veterinaria (AEV), Federación de Estudiantes del Uruguay (FEUU).peré
 
Muere a los 28 años de edad, su asesinato se produce el 6 de julio de 1973, tres días antes del asesinato del estudiante del liceo Nº 17, poeta e integrante de la Juventud Socialista, Walter Eduardo Medina Delgado (9 de julio), en el contexto de la represión a las acciones de resistencia durante la huelga general de 15 días declarada por la CNT contra el golpe de Estado. Es el primer asesinado del período de facto
 
Ramón se encontraba ocupando el local del centro de estudios en el marco de la huelga general decretada por la CNT contra el golpe de Estado del 27 de junio de ese año. A nueve días de iniciada la huelga general, los ómnibus de AMDET comenzaron a transitar, debilitando así la movilización de los trabajadores. Los estudiantes de Veterinaria resolvieron colocar en la calle “grampas miguelito”, para que las ruedas de los ómnibus pincharan y estos no pudieran circular.
 
Según el relato de la viuda de Peré, Alicia Jaime, en la tarde del 6 de julio, Ramón Peré y un compañero salieron por la avenida Rivera a colocar las grampas. Luego de unas cuadras ambos se dieron cuenta que dos personas los estaban siguiendo, por lo que empiezan a correr. Cuando apenas doblan por la calle Pedro Bustamante, las dos personas ¬que eran policías vestidos de civil¬ comenzaron a disparar.
 
“Empezó una balacera y a Ramón le dio en el corazón”, contó Jaime. Su compañero logró escapar y llegó hasta el local de la Facultad, y fue quien, luego de muchos años, relató a la familia de Peré los hechos sucedidos. Peré sería trasladado en un auto hasta el Hospital Militar, donde el doctor Mautone firmó el certificado de defunción… como tantos otros que seguiría firmando después.
 
Testimonio de Samuel Lichtensztejn, rector de la Universidad:
 
“…Recibimos una llamada del Decano de la Facultad de Veterinaria, por la cual el Dr. Castillo nos comunicó que según fuentes fidedignas, se había producido la muerte de un estudiante y docente de la Facultad. Versión que luego confirmaron otras personas de la Facultad que vinieron a ampliar los detalles. Según esas versiones, el estudiante muerto habría salido de la Facultad junto con dos o tres compañeros, y en cierto momento fueron dispersados por dos policías de particular que bajaron de un coche. Parecería que esos funcionarios policiales hicieron una serie de disparos, uno de los cuales fue a herir al estudiante Peré. A partir de allí, la versión es más confusa porque no se sabe bien por quiénes y en qué tipo de vehículo fue transportado el estudiante al Hospital Militar, adonde llegó muerto…”
 
El velatorio inicialmente estaba planificado para realizarse en el hall de la Universidad. Las FF.CC intentan evitar que el cuerpo sea velado en la Universidad, y por ese motivo sitian el edificio por dos días. El Consejo Directivo Central de la Universidad de la República resuelve hacer gestiones por el velatorio, y entonces el Rector asiste a una entrevista con el Ministro del Interior acompañado por los decanos de Ciencias Económicas, Danilo Astori y de Arquitectura, Carlos Reverdito. El cuerpo, con autorización de la familia, es finalmente velado en la empresa “Carlos Sicco” de donde parte al Cementerio del Buceo. El entierro es a las 9 horas del día domingo. A las 19y30 horas es levantado el cerco policial a los locales universitarios.
 
Se hacen gestiones judiciales desde 1985. La denuncia es “contra los mandos civiles y militares de la época”, entre ellos el ex presidente de la República, Juan María Bordaberry.
 
El juez en lo penal de 3er. Turno, Sergio Torres, envió la denuncia al Poder Ejecutivo, para que este defina si excluye o no el caso de Ramón Peré de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.
 
 
¡Memoria, verdad y justicia para Ramón Peré! peré
 
 
¿Para que sirve la memoria? Para identificar a los enemigos de siempre, para escracharlos en sus cuevas, para que nadie se confunda, para que se sepa que no actuaron solos, que hay una cadena de complicidades, que abrieron las puertas de la impunidad.
 
Sirve la memoria cuando no se vuelve complaciente, cuando no se calla, cuando no se rinde, cuando no se olvida. Cuando enciende nuevas rebeldías. La memoria duele pero obliga, duele pero sana”
 

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