Argentina el comienzo del horror…

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24 de marzo 1976: Y LA ARGENTINA ENTRO EN EL HORROR DEL ACCIONAR DEL “CONDOR”

AYER Y HOY
Qué opinan sobre la dictadura quienes la padecieron
 y los que nacieron en democracia
El camino de la memoria colectiva
El 60 por ciento de los argentinos opina que el golpe de 1976 fue injustificado. Y casi el 50 sostiene que fue la antesala del neoliberalismo de los ’90. Una encuesta exclusiva muestra los matices entre los que vivieron la dictadura y los hijos de la democracia.


Por Raúl Kollmann
Casi 6 de cada 10 argentinos dicen hoy que el golpe de Estado de 1976 no era justificable, pero hay un 20 por ciento que dice que sí estaba justificado y otro 20 por ciento –con mayoría muy joven, es decir que no vivió la dictadura– que dice que no puede dar opinión. En un marco de rechazo a lo que fue el Proceso, es distinto lo que opinan y cómo ven las cosas los que vivieron la dictadura y los llamados hijos de la democracia, o sea los que no pasaron por aquellos años. Cuando se les pregunta a los coetáneos de la dictadura si están de acuerdo con la frase “la peor democracia es mejor que una dictadura”, un 62 por ciento dice que está de acuerdo con ese concepto. Pero entre los que no vivieron el Proceso, sólo el 43 por ciento afirma que la peor democracia es mejor que una dictadura y un porcentaje cercano, el 37 por ciento, piensa que frente a una mala democracia, una dictadura es aceptable. Como en casi todas las preguntas, un 20 por ciento de los jóvenes afirma que no tiene opinión formada.

Las conclusiones surgen de una encuesta exclusiva realizada para Página/12 por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman. En total se entrevistaron a 1044 personas de todo el país, vía telefónica, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. También se buscó un equilibrio proporcional entre habitantes de grandes ciudades, medianas y chicas.“Acá el problema que afrontamos es el de la memoria –señala Bacman–, y más precisamente la memoria colectiva. Lo que buscamos fue saber qué es lo que la sociedad recuerda y cómo se hacen presentes esos recuerdos hoy. Como la memoria colectiva es una construcción social, su objetivo no es sólo recordar el pasado sino también darle una explicación y un sentido al presente.

Es más: el pasado no permanece inmutable, siempre aparece dispuesto a ser moldeado por las ideas y experiencias del presente.”En el trabajo realizado para este diario, el CEOP decidió hacer un corte transversal distinto respecto de las edades. “En lugar de los clásicos intervalos, se trabajó en función de dos ciclos sociales: los nacidos antes de la dictadura y lo que nacieron después del regreso de la democracia. Y partimos desde la idea de que la memoria se construye desde la fuerte influencia del que está cerca –familia, amigos, escuela, trabajo y otros–, y que ese rol de estos grupos sociales es fundamental en la estructuración de la memoria colectiva. A esto se agrega que cada actor social decodifica la realidad según su propia ideología. Cada uno ve la realidad a través de su propio cristal.”

¿Quién apoyó?

Aunque se trata de una evaluación histórica, cuando se les pregunta a los que fueron coetáneos de la dictadura que enumeren quiénes apoyaron el golpe, la mayor responsabilidad se pone en los partidos políticos, en segundo lugar en los ciudadanos comunes, en las grandes empresas y en los grandes medios. Pero la idea es que el golpe tuvo numerosos y variados apoyos. En cambio, para los hijos de la democracia, es decir los que nacieron después del Proceso, el orden cambia: los mayores culpables de haber apoyado el golpe son los medios de comunicación, porque justamente sienten hoy el poder que tienen los medios. Los hijos de la democracia han vivido de cerca el debate sobre la ley de medios y esto aflora incluso a la hora de evaluar el pasado. Recién después de los medios vienen, para los hijos de la democracia, los partidos y la Iglesia, a la que también ven con enorme poder, entre otras cosas por la traba al matrimonio igualitario o al aborto. “De todas maneras, en un estudio que hicimos hace ocho años –afirma el titular del CEOP–, se opinaba que la Iglesia tuvo una participación mucho más fuerte en el golpe. Es posible que la elección de Jorge Bergoglio como Papa haya hecho bajar la acusación.”

¿Justificable?

“Un dato que no puede pasar por alto –señala Bacman– y que se repite a lo largo de todo el estudio es el importante desconocimiento o incapacidad de responder de un segmento importante de la población. En varios indicadores medidos, existe alrededor de un 20 por ciento de los entrevistados que no ha podido manifestar una opinión o posición.

Es una cuenta pendiente de la sociedad. En ese ‘no sabe/no contesta’ está la ausencia de interpretaciones claras de lo ocurrido y no hubo un proceso social de transmisión. Pese a todo lo hecho, que incluye los juicios y las condenas, la inclusión en los programas de estudio, los nietos recuperados, la presencia de Madres y Abuelas, el 24 de marzo como feriado, todavía queda un largo camino para recuperar la memoria en esa franja.”Aun así hay una nítida mayoría que considera que el golpe no tuvo ninguna justificación; pero a 38 años, demasiado porcentaje figura entre los que piensan que sí fue justificado y los que no saben qué opinar.

Golpe y economía

Cuando se les pregunta a los encuestados si la dictadura abrió las puertas a las políticas neoliberales de los ’90, la mitad efectivamente asimila la economía del Proceso con la época de las privatizaciones y las relaciones carnales. Primero, es obvio que hay una franja importante que vivió la dictadura y sabe que esto fue así: las políticas de José Alfredo Martínez de Hoz fueron el anticipo de los ’90. Pero, además, Bacman ya evaluó que la memoria colectiva pasa por el tamiz de la ideología y, si se piensa desde el punto de vista del voto actual, esa asimilación con el neoliberalismo la realizan todos los que votaron al Frente para la Victoria, las distintas variantes del peronismo, el radicalismo, los socialistas, el centroizquierda.Pero hay una mitad que, nuevamente, oscila entre estar en contra de ese vínculo entre dictadura y neoliberalismo. Desde ya están los que ideológicamente siguen respaldando las políticas de los ’90, pero sobre todo se ve nuevamente esa franja de jóvenes, de pocos recursos, que no logra dar una respuesta y se ampara en el “no sabe, no contesta”.

Desaparecidos

Algo similar pasa con la frase “la desaparición forzada de personas fue la manera que encontraron los militares para frenar la movilización popular”. Nuevamente hay más de un 30 por ciento en contra y el permanente porcentaje cercano al 20 por ciento que no opina.La idea de la “pacificación”, difundida y propagandizada por el menemismo, sigue teniendo anclaje: hay un 30 por ciento de los entrevistados que sostiene que no hay cuestiones pendientes, que el Proceso debe ser un “caso cerrado”. Del otro lado, los que creen que hay un camino por recorrer, mencionan esencialmente terminar de enjuiciar y castigar a los culpables, y recuperar a los niños secuestrados durante el Proceso.

Democracia y dictadura

La antinomia planteada en la frase “la peor democracia es mejor que cualquier dictadura”, recoge el respaldo del 54 por ciento. Muestra nuevamente que hay un largo camino por andar en cuanto al trabajo sobre la memoria colectiva. Una definición de ese tipo debería recoger un respaldo más nítido. Pero entra en el cuadro un porcentaje, que aparece en todos los sondeos, que refleja a una franja con tendencias autoritarias: personas que tradicionalmente reclaman orden, se manifiestan contra los inmigrantes, son partidarios de la mano dura, se oponen al matrimonio igualitario y a otras políticas democráticas o progresistas.Pero, además, nuevamente aparece la franja de los que no saben o no contestan. En este caso no se les pregunta sobre un hecho histórico sino que se les pide opinión respecto de una frase actual, básica, que tiene que ver con las convicciones democráticas.

Aun así, el 15 por ciento de las personas, principalmente jóvenes y de escasos recursos, nuevamente no se manifiesta.“Que haya una parte que no se expida –concluye Bacman–, constituye un desafío social: hay un segmento de la población donde la memoria colectiva no funcionó, donde los grupos primarios –familia, amigos, escuela– no han desempeñado la función de transmisión.

Es un desafío, porque otros sectores pueden susurrarles al oído. Hay que construir día a día y de manera cotidiana, especialmente en la familia y en la escuela, la democracia. Habrá que seguir operando sobre la memoria, conscientes de que en el futuro debe garantizar que la memoria no sea parte del olvido.”
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Se cumplen 10 años de la creación del Espacio Memoria y Derechos Humanos en la ex ESMA

La recuperación de la sede del horror

El lugar donde funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada, un emblemático centro clandestino durante la dictadura, fue transformado a partir de la decisión de Kirchner, el 24 de marzo de 2004. Hoy es un lugar de intercambio cultural y debate.

bajanfotosMomento histórico, el Presidente Kirchner ordena bajar las fotos de los dictadores

 

 

 

 

 

 

 

Hoy se cumplen diez años de la recuperación del ex centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura.

Después de aquel 24 de marzo de marzo del 2004, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner pedía “perdón en nombre del Estado” y transformaba la ESMA en Museo de la Memoria, el predio empezó a transformarse en lo que es en la actualidad, el Espacio Memoria y Derechos Humanos, un lugar de intercambio cultural y de debate social sobre lo ocurrido durante la dictadura. Para conmemorar el aniversario, hoy, desde las 17, se inaugurará una escultura y habrá un festival de música por la memoria.“Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guían. Me guían la justicia y la lucha contra la impunidad. Los que hicieron este hecho tenebroso y macabro como fue la ESMA tienen un solo nombre: son asesinos”, sostuvo Kirchner con firmeza ante una multitud emocionada por sus palabras y por los hechos de aquel día, en que el presidente también había hecho retirar los cuadros de Jorge Rafael Videla y de Reynaldo Bignone que aún permanecían en el Colegio Militar.

Por decisión del Estado nacional, el ex centro clandestino por el que pasaron más de cinco mil detenidos desaparecidos comenzaba su mutación hacia el espacio de reflexión y debate en que se fue transformando a partir del trabajo de los organismos de derechos humanos, sobrevivientes y ex presos políticos. “Más que nunca sentimos que hay algo que va más allá de ese objetivo de verdad, justicia y memoria que desde siempre fundamenta nuestro andar: hay un proyecto a futuro que es como un hermoso legado de nuestros hijos presentes”, aseguró Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo, acerca de los avances en los objetivos planteados.

En el predio de la ex ESMA, ahora funciona el Archivo Nacional de la Memoria, que se ocupa de clasificar y preservar la documentación referida a las acciones terroristas del Estado contra los ciudadanos. Entre los documentos se encuentran los archivos de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y los testimonios que se siguen recibiendo en la actualidad. Además, se organiza el ciclo de Mesas del Archivo Nacional de la Memoria, que “propone debatir sobre la dictadura argentina, la represión en América latina, los movimientos sindicales de la época, la participación civil en el terrorismo de Estado”, según informó el Espacio. También funciona la sede del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, bajo el auspicio de la Unesco.En otro edificio, Memoria Abierta recopila testimonios orales y ya ha desarrollado un valioso archivo público para la reconstrucción de la memoria colectiva.

La Casa por la Identidad (que se inaugurará hoy, a cargo de las Abuelas de Plaza de Mayo) estará destinada a realizar actividades culturales y educativas vinculadas con el ejercicio de la memoria y el derecho a la identidad. En sus diferentes salones, se reconstruye la lucha histórica de Abuelas y cómo emprendieron distintas acciones, como las innovaciones en el campo jurídico hasta eventos culturales y deportivos masivos, fundamentalmente destinado a permitir que los jóvenes con dudas sobre sus orígenes puedan recuperar su identidad.Con el objetivo de construir un espacio de participación y debate sobre el terrorismo de Estado, más de 150 mil personas se acercan al predio y participan cada año de las visitas guiadas y de los encuentros, seminarios y actividades culturales que se organizan en la ex ESMA. Una multiplicidad de “expresiones artísticas como la pintura, la fotografía, la música, el cine y el teatro, ayudan a recuperar la memoria colectiva y promueven el debate sobre la historia reciente de nuestro país”, señalaron en Espacio Derechos Humanos y Memoria.

Y se propone además reconstruir la vida de los desaparecidos a través del trabajo e investigación de familiares, amigos y gente que tuvo contacto con ellos.En el predio conviven todas las organizaciones de derechos humanos que no dejaron de reclamar memoria, verdad y justicia en los años de democracia. Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, H.I.J.O.S., entre otras, trabajan para resignificar el lugar. Con ese fin, se ofrecen también programas en los que intervienen docentes y estudiantes de todos los niveles, en los que se trabajan los conceptos centrales para la construcción de la memoria colectiva apoyada en los pilares de verdad y justicia.

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