Estaba condenado a 1084 años de prisión por crímenes de lesa humanidad
El represor Adolfo Scilingo camina
libre por España
El comandante de los vuelos de la muerte dejó de estar tras las rejas hace cuatro semanas por la aplicación de un artículo del Reglamento Penitenciario local. De acuerdo a ese régimen de inserción, pasa ahora sus días en una parroquia católica. El repudio generalizado de las organizaciones de derechos humanos.
17 de enero de 2020
El represor que comandó los vuelos de la muerte Adolfo Scilingo, condenado a 1084 años de prisión por delitos de lesa humanidad, anda libre por las calles de España desde hace un mes. Luego de 22 años en prisión –el 4 por ciento de su pena “irrevocable”- fue beneficiado por un régimen de reinserción y colabora en una parroquia de Madrid. La noticia generó el repudio de las organizaciones de derechos humanos y distintos espacios.
Desde el 18 de noviembre del año pasado, el ex teniente de fragata, que confesó cómo durante la última dictadura militar se arrojaba a detenidos desaparecidos desde aviones hacia el Río de la Plata, pasa los días en un Centro de Inserción Social (CIS) de la capital española, según reveló un artículo del diario Voz Pópuli .
El represor estaba alojado en el centro penitenciario de Alcalá de Henares y gozó de salidas transitorias. Pero desde hace cuatro semanas se le aplicó un artículo del Reglamento Penitenciario local que le dio el beneficio de salir tras las rejas.
La organización HIJOS Capital expresó su rechazo. “Su único lugar es la cárcel”, remarcó a través de su cuenta de Twitter. “Es repudiable que Scilingo pueda caminar por las calles, porque su único lugar es la cárcel común”, puntualizó Giselle Tepper, en diálogo con Página/12.
“Mientras miles de familias siguen esperando saber dónde están los cuerpos de los desaparecidos, él sale de la cárcel, duerme en un centro de ‘inserción social’ y colabora todos los días en una institución religiosa. No puede insertarse en sociedad un asesino del pueblo”, definió.
El represor estaba alojado en el centro penitenciario de Alcalá de Henares y gozó de salidas transitorias. Pero desde hace cuatro semanas se le aplicó un artículo del Reglamento Penitenciario local que le dio el beneficio de salir tras las rejas.
La organización HIJOS Capital expresó su rechazo. “Su único lugar es la cárcel”, remarcó a través de su cuenta de Twitter. “Es repudiable que Scilingo pueda caminar por las calles, porque su único lugar es la cárcel común”, puntualizó Giselle Tepper, en diálogo con Página/12.
“Mientras miles de familias siguen esperando saber dónde están los cuerpos de los desaparecidos, él sale de la cárcel, duerme en un centro de ‘inserción social’ y colabora todos los días en una institución religiosa. No puede insertarse en sociedad un asesino del pueblo”, definió.
Scilingo había narrado cómo era el modus operandi de estos vuelos: “Todos los miércoles se hacía un vuelo y se designaba en forma rotativa distintos oficiales para hacerse cargo de esos vuelos. Los que el día antes se les elegían para morir, se les llevaba al aeropuerto dormidos o semidormidos mediante una leve dosis de un somnífero haciéndoles creer que iban a ser llevados a una prisión del Sur. Una vez en vuelo, se les daba una segunda dosis muy poderosa, quedaban totalmente dormidos, se les desvestía y, cuando el comandante daba la orden, se les arrojaba al mar uno por uno”.
Sin embargo, en la instancia del juicio oral se desdijo. Aludiendo súbitos desmayos e imaginarias huelgas de hambre, el marino sostuvo que sus testimonios fueron inventados para promover la investigación de los hechos.
Liberan en España a
Adolfo Scilingo
El represor argentino de los ‘vuelos de la muerte’ condenado a
1.084 años de cárcel
Adolfo Francisco Scilingo (Bahía Blanca, 1946) fue condenado en 2007 a 1.084 años de cárcel por su implicación en dos vuelos de la muerte. Bajo la dictadura militar argentina (1976-1983), secuestraban a “subversivos”. Tras torturarles y drogarles, les subían en aviones y les tiraban aún con vida al mar. La Justicia española le condenó por 30 asesinatos por los que lleva 20 años en la cárcel donde dice que sustituyó a Mario Conde como ordenanza de un almacén por lo que cobra 279 euros al mes.
Scilingo fue el primer oficial de la dictadura que admitió en público el terrorismo de Estado llevado a la práctica en Argentina, en entrevista con el periodista Horacio Verbitsky.
La confesión reveló la complicidad de la Iglesia católica, el silencio de las autoridades de la Armada en democracia y la especulación política del gobierno de la época, presidido por Carlos Menem.
Confesó ante el juez español Baltasar Garzón haber participado en dos vuelos de la muerte mediante los cuales a muchos prisioneros se los arrojaba al mar con la intención de hacerlos desaparecer.
Libre
El represor argentino Adolfo Scilingo ha salido de la cárcel con 73 años de edad. Fue detenido y condenado en España a una pena de 1.084 años de cárcel por los llamados vuelos de la muerte. Durante la dictadura militar en su país (1976-1983), secuestraban opositores al régimen, los torturaban, los drogaban y luego los lanzaban al mar desde aviones en marcha. El pasado 18 noviembre, este exteniente de fragata abandonó el centro penitenciario de Alcalá de Henares y no tendrá que volver más. Ha pasado 22 años, un mes y diez días entre rejas.
Fue arrestado por orden del juez Baltasar Garzón. Llegó a Madrid invitado por un programa de televisión para que contase ante las cámaras todo lo que sabía de las desapariciones forzosas en las que él mismo decía haber participado. Se adelantó el magistrado, que pidió tomarle declaración y desde su despachó le envió directo a la cárcel. Todavía se pagaba en pesetas y José María Aznar dormía en La Moncloa. En Argentina, Diego Armando Maradona colgaba las botas definitivamente y gobernaba el peronista Carlos Menem.
Hoy el peronismo sigue en la Casa Rosada, pero casi todo lo demás ha cambiado mucho. Desde hace cuatro semanas Adolfo Francisco Scilingo Manzorro pernocta en un Centro de Inserción Social (CIS) de la Comunidad de Madrid gracias a que la cárcel accedió a aplicarle el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Eso le permite agotar lo que le queda de condena lejos de prisión (termina en 2022). Acude todos los días para colaborar con una institución religiosa que decidió acogerle a instancias de la pastoral penitenciaria.
El represor argentino Adolfo Scilingo camina por las calles del pueblo donde vive cuando sale de prisión
De aquellas acciones por las que fue condenado
Una de las víctimas con los pies atados
Huellas. Cortes y partes quemadas en el brazo de otro de los cuerpos.
Ropa y trozos de cables y cuerdas con las que fueron atadas las víctimas antes de ser arrojados al agua
Mapa. La Prefectura uruguaya dibujó las corrientes marinas que llevaban cuerpos hacia La Paloma.
Las ataduras.
Ataduras en ambas manos con cuerdas de persianas.