Argentina: hallazgo de voluminoso libro de personas requeridas por la dictadura

Se trata de un libro con con más de 500 imagenes de personas que los militares querían “neutralizar” 

Encontraron en la AFI nuevos archivos

de la última dictadura 

Es un documento histórico al que accedió Página|12 que prueba la planificación coordinada de las distintas fuerzas represivas para la “detección” y “neutralización” de sus víctimas. Figuran personas que siguen desaparecidas y otras que pasaron por los centros clandestinos de detención o por las cárceles durante los años del terrorismo de Estado.

20 de septiembre de 2020

Por Luciana Bertoia

Un álbum con más de 500 fotos de mujeres y hombres buscados por la dictadura acaba de ser encontrado en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Se trata de un documento histórico al que accedió Página|12 que prueba la planificación coordinada de las distintas fuerzas represivas para la “detección” y “neutralización” de sus víctimas. Entre quienes tienen sus fotos en el registro hay personas que siguen desaparecidas y otras que pasaron por los centros clandestinos de detención o por las cárceles durante los años del terrorismo de Estado.

El hallazgo – sorprendente por la cantidad y la calidad de las imágenes — se produjo el lunes último en un placard dentro de la Secretaría de Planificación, una de las tres grandes áreas en la que la interventora Cristina Caamaño dividió a la exSIDE. Es un libro de color azul oscuro que tiene 77 páginas con imágenes impresas en un papel de calidad. Lleva un logo bastante desconocido, pero probadamente decisivo en la estrategia represiva. Es la imagen de la Jefatura II del Estado Mayor del Ejército, que se ocupaba de la inteligencia y de todo lo vinculado al “enemigo”.

“La información contenida en el presente álbum es confidencial”, reza una leyenda impresa en la segunda hoja del registro. “El presente álbum tiene como finalidad servir para la detección, identificación y posterior neutralización de personal y material utilizado con fines subversivos”, explica. El álbum consta de tres partes: la primera son las fotos de los potenciales blancos, la segunda es el listado de nombres de estas personas buscadas por la dictadura y la tercera es un anexo de fotografías de elementos secuestrados en distintos operativos realizados por las fuerzas.

Las fotos de los varones están numeradas del 0 a la 362. En algunos pocos casos, hay registros que se repiten o distintas imágenes que muestran los cambios de apariencia. Tal es el caso de integrantes de la conducción de Montoneros como Roberto Perdía u Horacio Campiglia, quien fue secuestrado en marzo de 1980 en Brasil y entregado a los militares argentinos. Dentro de los blancos están el poeta Juan Gelman o el actor Norman Briski, así como abogados ligados a la defensa de los presos políticos y a la denuncia en el exterior de los crímenes de la dictadura como Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Mattarollo e Hipólito Solari Yrigoyen. También figuran dos de los tres sobrevivientes de la masacre de Trelew como Ricardo René Haidar y Alberto Camps. Los hijos de Camps jamás habían visto la foto de su padre que consta en el registro que se encontró en la exSIDE, contaron a este diario          

Las imágenes de las mujeres arrancan desde el número 1000 y llegan hasta el 1143. Entre las buscadas estaba Sara Derotier de Cobacho, una histórica militante peronista, que había pasado ella misma por el secuestro y la cárcel, así como por la desaparición de dos de sus hijos y de sus compañeras. La foto de la actriz y escritora Lidia Massaferro también es parte de la nómina, así como las imágenes de Cristina y Gloria Bidegain, hijas del gobernador bonaerense Oscar Raúl Bidegain. Dentro del álbum está la foto de Silvia Tolchinsky, secuestrada en 1980 en el marco de la Contraofensiva y que ha brindado testimonios precisos sobre la represión en las postrimerías de la dictadura.

Pese a que el álbum no tiene fecha, se presume que podría haber sido confeccionado después de 1978. Un dato relevante es que, aunque sí aparecen las cúpulas de las organizaciones militantes, no estaban incorporados algunos cuadros de sumo interés para las fuerzas represivas como Mario Roberto Santucho, Norma Arrostito o Rodolfo Walsh. Es claro que para el momento en el que se confeccionó el álbum las fuerzas estaban bien al tanto de cuál había sido su destino.

Buscadas

La foto de Alejandra Molfino lleva el número 1051. Tiene el pelo largo y sujetado. Sus ojos enormes denotan preocupación. Alejandra era una militante gremial docente cercana al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Cayó detenida en mayo de 1976 en Resistencia, Chaco, y fue llevada a la cárcel de Devoto. Salió con opción a Francia entre junio y julio de 1977. Allí fue una de las que se cruzó, tiempo más tarde, con Alfredo Astiz mientras intentaba infiltrarse entre los grupos de argentinos que denunciaban las atrocidades del régimen. Alejandra, que falleció hace unos años, es parte de una familia diezmada por la dictadura. Su mamá, Noemí Gianetti de Molfino, fue asesinada en el marco del Plan Cóndor. Su hermana Marcela, desaparecida en el marco de la Contraofensiva después de dar a luz a su hijo — que en 2010 recuperó su identidad. Su otro hermano, Miguel Ángel, pasó por una larga lista de centros clandestinos antes de recuperar la libertad en diciembre de 1983. El cuarto hermano, Gustavo, es un reconocido fotógrafo. Como buen experto examinó a pedido de este diario la imagen de Alejandra. Jamás la había visto. Piensa que puede ser de un archivo anterior o de una foto que le hayan tomado en Francia. No le extraña que su hermana fuera buscada por la dictadura, sabe que su familia estaba asediada.

Ana Testa es una de las dos últimas mujeres en haber salido con vida de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). La secuestraron en noviembre de 1979 y salió de ese centro clandestino para fines de marzo de 1980, pero quedó con un régimen de libertad vigilada hasta poco antes del retorno democrático. En 1981, Ana cruzó a Chile. Vio que tenían su foto en el paso de la Gendarmería. Advirtió que iba a ser un problema el retorno. Y así fue. Gendarmería la terminó deteniendo en el paso Puyehue (Cardenal Samoré) y la trasladó al Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña IV. La dejaron durante cuatro días junto a los caballos. Le decían que la buscaba la justicia por una causa de 1975. Ella le respondía al militar – Guillermo José Gómez – que ya había estado detenida en un lugar que se llamaba ESMA. Él decía que no era posible, que a la gente se la detenía en las cárceles. Todo sucedía mientras él la retenía en un establo. Sin embargo, Ana presume que en algún momento Gómez se comunicó con los marinos y la dejó ir.

Ana es santafesina, pero a los 17 años se fue a estudiar Arquitectura a Chaco. En 1973, empezó a trabajar como empleada provincial. Allí estuvo hasta julio de 1975, cuando empezó a huir de la represión hasta que, para fines de 1979, cayó en Buenos Aires en manos de la Armada. Gracias a una cajita guardada por su mamá, Ana todavía conserva el carnet de la obra social para empleados provinciales del Chaco y sabe que la foto que tenía la Jefatura II proviene de esa fuente.

La Jefatura

La Imagen de la Jefatura II del Estado Mayor del Ejército que aparece en el libro de fotos. 

Manuel Pedreira tiene una M junto a su nombre. Es lo que identifica su militancia en Montoneros. En su caso, debería figurar también una X – según lo fijado por el glosario que acompaña al álbum – porque salió con opción del país en 1975. Volvió a entrar una y otra vez desde México. Le consta que lo buscaban acá y allá. La dictadura desapareció a su hermano y a su primera compañera. No sabe de dónde sacaron la foto que integra el álbum, pero estima que debe ser de los años ’73 o ’74.

El álbum viene con una advertencia. Dice que su información no puede ser divulgada y que el “elemento proveedor” puede solicitarles a sus depositarios que lo devuelvan en cualquier momento. Evidentemente, la Jefatura II no se lo solicitó a la entonces SIDE, y el registro quedó por décadas en la central de 25 de mayo. 

El ejército tuvo una responsabilidad primaria en la represión. La Jefatura II debía asesorar al jefe del ejército en todo lo que hacía a la inteligencia. Era la que trabajaba con la inteligencia que producía el Batallón 601 – que estaba en relación con los servicios de las otras fuerzas y con la propia SIDE. Entre el Ejército y la SIDE había una puerta giratoria. Carlos Martínez, a quien el juez Daniel Rafecas llegó a procesar antes de su muerte como titular de la Jefatura II, dejó ese cargo para mudarse al edificio de 25 de mayo. Lo reemplazó en 1978 Alberto Alfredo Valín, que venía de ser el jefe del Batallón 601. La comunidad informativa no sólo compartía sus registros, sino también a sus hombres.

 El testimonio de José Vitar

Habla un integrante del álbum

“confidencial” de la dictadura que halló la AFI

El exdiputado nacional por Tucumán no tiene muy claro de dónde pueden haber sacado los militares su foto, que forma parte de un álbum de 500 buscados por los represores y que acaba de ser encontrado en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), tal como reveló Página|12.

21 de septiembre de 2020

Por Luciana Bertoia

En la foto con la que la dictadura lo identificaba como un “delincuente terrorista” José Vitar escondía su pelo largo detrás del cuello del saco . Era tan joven que hasta su hijo menor dudó a la hora de reconocerlo. El exdiputado nacional por Tucumán es solo uno de los más de 500 buscados por los represores que integraban el álbum que acaba de ser encontrado en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), tal como reveló Página/12.

Vitar duda de dónde habrá salido su foto. Él está seguro de que no llegaba a los 20 años en la foto con la que lo buscaba la dictadura. “Ellos deben haber tenido esa foto de la libreta universitaria o del registro de las personas”, explica. Antes de que las universidades fueran intervenidas en 1974, él había sido candidato a presidente del centro de estudiantes de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Tucumán, por lo que es posible que a los servicios infiltrados en los claustros le interesa especialmente. Después llegó el tiempo de la clandestinidad y no hubo fotos, salvo en contadas ocasiones.

El nombre de Vitar como perseguido por la dictadura ya había surgido diez años atrás en los juicios por delitos de lesa humanidad en Tucumán. En el primer proceso por crímenes en la Jefatura de Policía, testificó Juan Carlos “El Perro” Clemente, que había estado detenido allí y aportó listas que los represores le habían ordenado destruir. La policía provincial tenía los datos de los padres de Vitar, sus características personales, su espacio de militancia y su apodo. “Turco”.

Algunos de esos datos figuran en el álbum que acaba de ser encontrado en la AFI, lo que habla de la coordinación entre los servicios de inteligencia nacionales y provinciales. La mayoría de las fotos que integran el documento corresponden a imágenes que fueron obtenidas de registros oficiales, lo que también evidencia cómo las distintas agencias estatales fueron puestas a disposición de la persecución de quienes la dictadura caracterizaba como enemigos.

Si bien el álbum fue encontrado en un armario del edificio central de la AFI el lunes pasado, no fue producido por la entonces Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Era, según lo que explica el documento, un material que se entregaba entre las fuerzas y se iba actualizando periódicamente. La clave para entender qué organismo lo produjo lo aportó el logo bastante desconocido, que correspondía a la Jefatura II del Estado Mayor del Ejército. Era la que estaba a cargo de la producción de inteligencia y que asesoraba al comandante en jefe del Ejército (ver aparte). La Jefatura trabajaba con la inteligencia que le aportaba el Batallón 601 – que estaba en coordinación con los principales servicios de inteligencia de las fuerzas de seguridad y armadas, la SIDE e incluso del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

Carlos Alberto Martínez fue quien estuvo a cargo de la Jefatura II hasta 1978, cuando se fue a la SIDE. Lo reemplazó quien era el jefe del Batallón 601, Alberto Alfredo Valín. Si bien el documento no está fecha, tiene un troquelado que dice 0182 – lo que podría dar una referencia de su fecha, pero, sin lugar a duda, es un registro que fue realizado después de 1978. En el álbum aparecen como blancos varios militantes que fueron víctimas de la represión contra la contraofensiva montonera, que actualmente se está juzgando en los tribunales federales de San Martín. 

Los archivos de la SIDE

Desde que me trajeron este libro estoy muy emocionada y movilizada por todo lo que representa seguir encontrando documentos relacionados con la última dictadura cívico-militar”, le dice la interventora Cristina Caamaño Página|12. Caamaño, una fiscal recientemente jubilada, llega a diario al edificio de la AFI luciendo una cadenita con un pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo como dije.

La interventora va a definir  cómo se va a dar acceso al material que acaba de ser encontrado con las más de 500 fotos, las listas de nombres de potenciales blancos y las imágenes de elementos secuestrados en distintos operativos.

Después de que el presidente Alberto Fernández designara a Caamaño al frente de la intervención en la AFI, se encontraron tres muebles ficheros con unas 250.000 fichas que están siendo analizadas por expertos en archivos. Caamaño creó un programa de Protección de Registro y Archivo dentro de la propia AFI, que inició sus funciones el 27 de enero pasado. Inicialmente, el programa tenía un plazo de seis meses para hacer un relevamiento general del material e informar a la interventora, pero esos tiempos cambiaron después de que se declarara la pandemia. El objetivo del programa es analizar material sobre violaciones a los derechos humanos que hayan tenido lugar hasta el 9 de diciembre de 1985, cuando la Cámara Federal dictó la sentencia en el Juicio a las Juntas. La aparición de este nuevo registro renueva las expectativas de que nuevos documentos puedan echar luz sobre las prácticas más oscuras de la dictadura, que tuvieron un lugar de privilegio en la lúgubre SIDE.

Son más de 500 imágenes de perseguidos políticos halladas en un placard de la ex SIDE

Archivos de la dictadura: La AFI entregó

el álbum de fotos a la Secretaría

de Derechos Humanos

25 de septiembre de 2020

 

Horacio Pietragalla y Marcela Losardo recibieron de manos de Cristina Caamaño el álbum con más de 500 fotos de perseguidos políticos hallado en un placard de la ex SIDE. 

La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) le entregó formalmente el jueves a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación el álbum con más de 500 fotos de perseguidos políticos de la última dictadura, que se encontró en un placard de la Secretaría de Planificación de la ex SIDEHoracio Pietregalla, titular de la secretaría, explicó a Página/12 que el material se ofrecerá primero a las familias de los militantes que la jefatura de Inteligencia del Ejército registraba y hacía circular para su “detección” y “neutralización”, y luego será material de acceso público desde el portal del Archivo Nacional de la Memoria.

El libro que entregó la interventor de la AFI, Cristina Caamaño, y que también recibió la ministra de Justicia, Marcela Losardo, contiene fotos de 362 varones y 143 mujeres, y está catalogado como “confidencial”. Fue elaborado por la Jefatura II del Ejército, que envió una copia a la entonces SIDE, y se estima que data de 1978. “No está clara la fecha en que se armó pero sí que son compañeros y compañeros con responsabilidades”, dice Pietragalla ante la consulta. “No deja de llamar la atención el rol y la vinculación de los servicios desde siempre con los trabajos sucios”, reflexiona.

“Es estremecedor haber recibido este documento que nos trae al presente lo peor de nuestra historia. Cada rostro, cada nombre que surge de este instrumento testimonial, nos conmueve, nos lastima y a la vez, renueva nuestro más firme compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia”, afirma Losardo ante la consulta de Página/12. “Pienso en los familiares de cada una de las personas que figuran en este archivo, y en los sobrevivientes que se encuentran en estas imágenes. Hay heridas que nunca van a cerrarse, y también hay mucho por hacer, nietos y nietas, hijos e hijas por recuperar, condenas que dictar y penas que cumplir”, reflexiona.

“El hallazgo de esta documentación es muy importante no sólo por su valor histórico, será relevante para los procesos de lesa humanidad”, explicó la ministra. “El contenido, con fotos y datos de personas detenidas, desaparecidas y sobrevivientes de la dictadura cívico militar, constituye un renovado ejercicio de Memoria y Verdad sobre el capítulo más doloroso de nuestra historia, que aún no se ha saldado”. Explicó que se incorporará a los fondos y colecciones documentales del Archivo de la Memoria, “como un aporte más de la construcción de la memoria colectiva y como testimonio del obrar sistemático del terrorismo de Estado”.

Caamaño, por su parte, reafirmó que “la AFI tiene una posición proactiva en la búsqueda de la verdad histórica. Sanear los sótanos de la democracia es también participar de la construcción de un organismo comprometido con la política de verdad y justicia y con asegurar que Nunca Más se utilicen los recursos del Estado para la persecución política”.

“Además de contribuir al conocimiento de los hechos, a los procesos judiciales y a la reparación de las víctimas y sus familias, estos documentos ayudarán a desentrañar la historia de los servicios de inteligencia en nuestro país”, señaló Pietragalla. “Como podemos ver en hechos lamentables que nos muestran los alcances del espionaje ilegal hasta el día de hoy, consideramos que esa es sin duda una deuda de la democracia, que ha sido asumida como un compromiso fundamental por este gobierno”, agregó.

El funcionario explicó que el libro se incorporará al Archivo Nacional de la Memoria, que en una primera etapa va a ofrecer una copia para las familias de quienes figuren en ese documento del Estado terrorista y después se subirá a la web del organismo para que sea de consulta pública. “La idea es que todo sea de acceso público, ese es el espíritu que tenemos”, explica.

“El presente álbum tiene como finalidad servir para la detección, identificación y posterior neutralización de personal y material utilizado con fines subversivos”, precisó el ejéricto en la introducción. El álbum consta de tres partes: las fotos de los potenciales blancos, el listado de nombres y un anexo de fotos de elementos secuestrados. 

Las de varones están numeradas del 0 a la 362. En algunos casos hay registros que se repiten o distintas imágenes que muestran los cambios de apariencia. Entre los blancos están el poeta Juan Gelman o el actor Norman Briski, así como abogados ligados a la defensa de los presos políticos y a la denuncia en el exterior como Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Mattarollo e Hipólito Solari Yrigoyen. También figuran dos de los tres sobrevivientes de la masacre de Trelew como Ricardo René Haidar y Alberto Camps.

Las imágenes de las mujeres comienzan en el número 1000 y llegan hasta el 1143. Entre las buscadas estaba Sara Derotier de Cobacho, una histórica militante peronista, la actriz y escritora Lidia Massaferro, así como Cristina y Gloria Bidegain, hijas del gobernador bonaerense Oscar Raúl Bidegain.