Cine documentario sobre dictadura uruguaya para la Memoria

El Sitio de Memoria ex SID

estrenó documentales sobre la

cultura durante la dictadura

25 de mayo 2022

Con testimonios y material de archivo, los cortometrajes, disponibles en línea, hablan de la educación, la censura y los actos públicos.

La casa don de funciona la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) es también un Sitio de Memoria. Allí funcionó, durante la dictadura cívico-militar, el Servicio de Información de Defensa (SID), además de un centro clandestino de detención y tortura.

En el subsuelo de ese inmueble está el Sitio de Memoria ex SID, que busca construir y transmitir memoria de lo ocurrido con una muestra abierta al público que rinde homenaje y repara simbólicamente a las víctimas y a la comunidad. Pero también ese espacio produjo tres cortometrajes documentales sobre diferentes aspectos de la cultura durante la dictadura que pueden verse en su canal de Youtube.

En esta serie de cortos intervienen historiadores, investigadores y artistas, además de personas que vivieron su infancia en aquella época y hoy se reconocen en los informativos Uruguay hoy de la Dirección Nacional de Relaciones Públicas (conocida como Dinarp) del gobierno de facto. Ese material de archivo, que ha tenido poca difusión, permite descubrir la dimensión propagandística que tenía la comunicación en dictadura.

Los temas elegidos fueron la construcción de un nuevo modelo de juventud y familia a través de la educación y la educación física, el control de la música, el teatro y el carnaval, y el uso de los espacios públicos y la creación de conmemoraciones para legitimar el régimen.

  1. Cultura en dictadura: juventud y familia

Para el gobierno cívico-militar, los valores de juventud y familia habían sido desvirtuados por la prédica de la subversión marxista. Como forma de recuperarlos, depuró el sistema educativo, promoviendo la educación física y las competencias gimnásticas como forma de disciplinar a niños y jóvenes.

  1. Cultura en dictadura: censura y resistencia

Este corto evoca las condiciones en las que trabajaron los artistas durante el régimen, haciendo foco en el sistema de censura y en cómo podían evadirla tanto el teatro independiente como la música y el carnaval. De paso, muestra la singularidad de las artes escénicas del momento y cuestiona la vieja idea de un “apagón cultural” en ese período.

  1. Cultura en dictadura: espacios, obras públicas y conmemoraciones

Este último corto muestra cómo la dictadura difundía la idea de “paz social” en ese nuevo Uruguay a través de la inauguración de obras públicas y la realización de desfiles militares y civiles, y actos patrios. El énfasis del video está en la construcción de la Plaza de la Nacionalidad Oriental y la instauración del Día de los Caídos en la Lucha contra la Sedición.

El trabajo continúa una línea que había sido iniciada con el documental de 2021 Mentiras armadas, sobre una de las más complejas y arriesgadas operaciones psicopolíticas orquestadas durante la llamada “lucha antisubversiva”. El video se complementa con un retrato de Enrique Rodríguez Larreta, una de las víctimas, y dos cortometrajes que analizan la censura y la propaganda de la dictadura. Esto también puede verse en línea.

Un documental recoge el periplo de

Sara Méndez para encontrar a su hijo

5 agosto 2020

Simón fue secuestrado y apropiado por la dictadura cuando era un recién nacido.

Sara Kochen estaba embarazada de su primer hijo cuando escuchó el testimonio de Sara Méndez en lo que se conoce como el Juicio a las Juntas, el proceso judicial contra las tres primeras juntas militares que comandaron la última dictadura argentina. Era 1985. Hacía cuatro años que la mujer de pelo corto que juraba decir toda la verdad en la sala de audiencias del Palacio de Justicia de la Nación, en Buenos Aires, había recuperado la libertad luego de haber estado cinco años presa. “Cuando Sara declaró en el Juicio de la Junta de Militares yo escuché su testimonio y, siendo militante, su historia me conmovió más, porque estaba embarazada de mi hijo mayor. A partir de ese momento, siempre que había una noticia sobre Sara Méndez la leía con mucha atención, y recuerdo mi emoción cuando salió en los diarios la noticia de que, luego de casi 26 años, había encontrado a Simón, a su hijo”, cuenta a la diaria Kochen, directora del film ganador del premio a Mejor Documental en el 6° Festival Montecine – Montevideo World Film Festival, realizado entre el 9 y el 11 de julio en Montevideo.

Valiéndose de material periodístico, entrevistas y documentos audiovisuales, Kochen reconstruye la historia de la búsqueda que Méndez llevó adelante durante más de 25 años hasta dar, finalmente, con su hijo desaparecido.

Pero vayamos por partes. La separación de Sara Méndez y su hijo, Simón, de apenas 20 días de nacido, se produjo el 13 de julio de 1976. Cerca de la medianoche de ese día un grupo de unos 15 hombres vestidos de civil y portando armas largas ingresó a la casa del barrio de Belgrano, en Buenos Aires, en la que vivían Sara, su compañero, Mauricio Gatti, y Asilú Maceiro, otra uruguaya también integrante del Partido por la Victoria del Pueblo. Sara estaba haciendo dormir al bebé cuando llegaron. Acababa de amamantarlo. Se lo arrancaron de los brazos y le dijeron que no se preocupara, que la guerra no era contra los niños. Sara y Asilú fueron secuestradas ese día. Pasaron por el infierno de Automotores Orletti, fueron trasladadas ilegalmente a Uruguay en el que se conoce como “primer vuelo”, y, una vez en el país, siguieron siendo torturadas en la casona de Punta Gorda y en un local perteneciente al Ministerio de Defensa Nacional ubicado en Bulevar Artigas, donde hoy se aloja la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo. Permanecieron desaparecidas hasta que se montó un falso operativo de detención de varios subversivos en un chalet de Shangrilá. Procesadas por la justicia militar, estuvieron presas en la cárcel de mujeres de Punta de Rieles. Recién cuando tuvo las primeras visitas de su familia Sara pudo confirmar que Simón estaba desaparecido. En 1981, cuando recuperó la libertad, comenzó a buscarlo.

“Creo que su vida, más allá de que su experiencia es única, su padecimiento fue común a toda una generación que luchaba ‒y muchos siguen luchando, como Sara‒ por una sociedad más justa. Me sorprendió, al investigar su historia, el comportamiento de una parte de la sociedad uruguaya, que se mostró hostil o indiferente a su situación, como también la falta de la implementación de justicia”, dice la directora.

Sara K

Su nombre completo es Sara Silvia Kochen. Es médica, profesora adjunta de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Pero desde 2012, dice, decidió “en secreto y usando mi primer nombre, Sara, empezar la licenciatura en Artes Audiovisuales de la Universidad Nacional de las Artes”. Cuando la completó y tuvo que hacer su trabajo final, eligió lo que, creía, era “una historia a ser contada: la vida de Sara Méndez, intentando mostrar todas las Saras que habitan a Sara”.

La impunidad, siempre

El periplo de Sara Méndez y Simón Riquelo es bastante conocido por los uruguayos. La fotografía de Simón, recién nacido, estuvo, como la de Mariana Zaffaroni y tantos otros niños apropiados por la dictadura, reclamando justicia desde los muros durante años, pero sobre todo durante la campaña para derogar la ley de impunidad, cuyo pomposo nombre oficial fue Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Es conocida también la historia de la prohibición, durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti, de la emisión en televisión de un spot en el que Sara Méndez contaba la historia del secuestro y la desaparición de su hijo y pedía ayuda para encontrarlo.

Pero la infamia no terminó ahí: Sara debió sortear más de una vez los obstáculos que se le ponían en el camino. Se le dijo que su hijo estaba muerto; se la dejó creer, durante diez años, que un joven que vivía en Montevideo era Simón, sólo para ver con vergonzante satisfacción cómo los estudios de ADN lo desmentían y ella debía volver al punto de partida. Hasta que finalmente una pista seguida por el senador Rafael Michelini y el periodista Roger Rodríguez logró llegar hasta Aníbal, un joven que había sido criado como hijo de un subcomisario que vivía en Buenos Aires. En 2002 se le realizó el análisis de ADN que confirmó que, finalmente, había aparecido Simón. Su padre, Mauricio Gatti, había muerto en 1991.

Documentar la historia; cuidar la memoria

Además del documental sobre la búsqueda de Simón Riquelo (cuyo verdadero nombre es Simón Gatti Méndez, pero fue anotado con el apellido correspondiente a la identidad falsa con la que Sara Méndez ingresó a la clínica privada en la que lo dio a luz), Sara Kochen realizó este año, junto a Emiliano Serra, un documental llamado Cannabis medicinal, en el que aborda la historia de esta planta, su uso, las sucesivas prohibiciones desde que existen los primeros registros ‒1.800 años antes de nuestra era‒, la aplicación clínica y las posibilidades farmacológicas. Se vale para eso de testimonios de profesionales, investigadores, pacientes, cultivadores y hasta integrantes del Legislativo, y enfoca la situación actual en Argentina desde el punto de vista legal, social y económico. “Por ahora mi idea es seguir la línea de documentales”, dice. “Estoy interesada en contar la historia de vida de algunas mujeres, niñas y jóvenes que participan en un proyecto cultural que tiene que ver con la participación en orquestas infantiles y que viven en barriadas muy humildes”.

En cuanto a Sara Méndez, fue exhibido en mayo en la televisión pública en su país y puede verse online en la plataforma Vimeo. “Espero que contribuya a preservar la memoria y que ¡Nunca Más!”, dice su directora. Que así sea.

Sara Méndez. Dirigido por Sara Kochen. Argentina, 2020. Disponible en Vimeo. Para descarga: ladiaria.com.uy/U5H. Para ver online: ladiaria.com.uy/U5I. Contraseña: 4122abril.