Golpe de Estado en Bolivia, avance de las ideas de la extrema derecha

A partir del 9 de noviembre del 2019, en la República hermana de Bolivia, se produce un Golpe de Estado, contra el presidente reelecto por 4 vez, Evo Morales. Obligado a renunciar bajo la amenaza de desencadenar una nueva guerra civil, el presidente Morales, lo ha hecho, pero ello no significa el aceptar la prepotencia de una extrema derecha revanchista, acompañada por cierta cobardía de las FFAA y la policía boliviana.

Golpe de Estado en Bolivia:

Evo Morales renuncia a la

presidencia del país

El exmandatario dijo que presentaba su dimisión para que cesara la persecución a los dirigentes sindicales, dejaran de quemar las casas de funcionarios públicos y para que grupos opositores dejaran de “secuestrar y maltratar” a los familiares de los líderes indígenas.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha comunicado su renuncia este 10 de noviembre tras una escalada de tensión después de los resultados de las elecciones generales, que derivó en una ola de protestas y violencia en ese país sudamericano.

Previamente, tanto el jefe de las Fuerzas Armadas como el comandante general de la Policía de Bolivia habían sugerido al mandatario que dimitiera para buscar la estabilización de la nación.

 

Evo Morales ha afirmado que es su “obligación” como primer presidente indígena y de todos los bolivianos “buscar esta pacificación” y su esperanza en que “Mesa y Camacho hayan entendido mi mensaje”, tras lo cual instó a la juventud a ser “humanos con los más humildes”.

Mi pecado es ser dirigente sindical, es ser indígena. Mi pecado es, tal vez, ser cocalero”, afirmó el antiguo líder boliviano: “Ahora pueden estar satisfechos Mesa y Camacho”, añadió.

El exmandatario dijo que presentaba su dimisión para que cesara la persecución a los dirigentes sindicales, dejaran de quemar las casas de funcionarios públicos y para que grupos opositores dejaran de “secuestrar y maltratar” a los familiares de los líderes indígenas.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha comunicado su renuncia este 10 de noviembre tras una escalada de tensión después de los resultados de las elecciones generales, que derivó en una ola de protestas y violencia en ese país sudamericano.

Previamente, tanto el jefe de las Fuerzas Armadas como el comandante general de la Policía de Bolivia habían sugerido al mandatario que dimitiera para buscar la estabilización de la nación.

Evo Morales ha afirmado que es su “obligación” como primer presidente indígena y de todos los bolivianos “buscar esta pacificación” y su esperanza en que “Mesa y Camacho hayan entendido mi mensaje”, tras lo cual instó a la juventud a ser “humanos con los más humildes”.

Mi pecado es ser dirigente sindical, es ser indígena. Mi pecado es, tal vez, ser cocalero”, afirmó el antiguo líder boliviano: “Ahora pueden estar satisfechos Mesa y Camacho”, añadió.

El vicepresidente también dimite

Al seguir los pasos de Evo Morales, Álvaro García Linera ha comunicado que se siente “muy orgulloso de haber sido vicepresidente de un indígena, de un campesino” y “siempre” le será “leal” y estará “a su lado, acompañándolo en las buenas y en las malas“.

García Linera, que también ha renunciado a su cargo de presidente nato de la Asamblea Legislativa, destacó que no deseaban “restablecer el orden constitucional en base a la sangre y al fuego” y confirmó que “el golpe de Estado se ha consumado”.

Ola de renuncias en el Gobierno de Bolivia

Poco antes, se reportó que Evo Morales abandonaría Bolivia rumbo a Argentina después de solicitar un plan de vuelo para que su avión presidencial sobrevolara el espacio aéreo de ese país, de acuerdo con la Fuerza Aérea boliviana.

Sin embargo, el implicado confirmó durante su pronunciamiento que retornará a zona del trópico de Bolivia: “No tengo por qué escaparme […] no he robado a nadie nada”, recalcó.

¿Quién presidirá Bolivia?

El artículo 169 de la Constitución de Bolivia indica que, en caso de “impedimento o ausencia definitiva” del jefe de Estado, será reemplazado por el vicepresidente y, si tampoco hay, establece la opción de que ocupe su el presidente del Senado.

Desde enero, esa persona era Adriana Salvatierra, integrante del partido político Movimiento al Socialismo (MAS) que preside Evo Morales, pero anunció su dimisión poco después del pronunciamiento del expresidente de Bolivia.

En última instancia, la Carta Magna boliviana prevé que la jefatura de Estado la asuma el presidente de la Cámara de Diputados caso en que “se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días” y su último titular, Víctor Borda, también ha renunciado como diputado.

La segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores e integrante del opositor Movimiento Demócrata Social, Jeanine Áñezcomunicó al canal Unitel que este 11 de noviembre se presentará en La Paz para “asumir formalmente la responsabilidad, siguiendo el orden de sucesión, con objeto de convocar a nuevas elecciones”.

Reacciones desde la oposición

Carlos Mesa ha estimado que la renuncia de Evo Morales supone “el fin de la tiranía” y ha asegurado a través de Twitter que “nunca” olvidará “este día único”.

Carlos D. Mesa Gisbert@carlosdmesag

A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica. Viva Bolivia!!!!!

Las autoridades electorales bolivianas indicaron que la candidatura presidencial de este aspirante no obtuvo los votos necesarios para obligar a realizar una segunda vuelta de los comicios.

Por otra parte, el dirigente opositor Luis Fernando Camacho ha calificado que la dimisión de Morales ha sido una “batalla ganada” y ha prometido que en Bolivia se reconstituirán “el orden constitucional y la democracia”.

“Esto es un golpe de Estado”

Horas antes, Evo Morales convocó a nuevas elecciones generales en Bolivia “para buscar la paz”, en concordancia con una sugerencia que realizó la Organización de los Estados Americanos (OEA): “Todo por la vida, todo por la patria, por la democracia y también por la justicia social”, manifestó.

Sin embargo, condenó que los grupos cívicos no aceptaran el diálogo propuesto por su Gobierno y, pese a que se anunciaron nuevos comicios y se garantizó varias de sus exigencias, rechazaran “todo” y pidieran su “renuncia” porque “esto es conspirar contra la democracia, esto es un golpe de Estado“.

  • Evo Morales, proveniente de una familia de agricultores, fungió como presidente de Bolivia desde 2006.
  • De origen amerindio (uru-aimara), se convirtió en el primer presidente boliviano de origen indígena.
  • Tras su tercer mandato, permaneció en su cargo más tiempo que cualquier otro jefe de Estado en Bolivia.

 

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BOLIVIA

09 de noviembre de 2019

Evo Morales: “Defendamos unidos

la democracia, la Patria y la vida”

El presiente boliviano, Evo Morales, pidió al pueblo, a personalidades defensoras de los derechos humanos y organismos internacionales, acompañar su denuncia contra grupos antidemocráticos que han puesto en marcha un golpe de Estado en Bolivia. “Defendamos unidos la democracia, la Patria y la vida”.

A través de su cuenta de la red social Twitter, Morales pidió al pueblo, “que recuperó la democracia, a personalidades defensoras de los derechos humanos y organismos internacionales a acompañar su denuncia contra “grupos antidemocráticos que han puesto en marcha un golpe de Estado en Bolivia”.

“Defendamos unidos la democracia, la Patria y la vida”, remarcó Morales.

Asimismo hizo un llamado “urgente a una mesa de diálogo con representantes de los partidos que han obtenido asambleístas en las elecciones para preservar la paz en Bolivia”.

“Convoco al Papa Francisco, a las distintas iglesias y organismos internacionales a acompañarnos”, añadió el mandatario.

Agregó: “Hermanas y hermanos, tenemos la responsabilidad histórica de defender nuestra democracia y las políticas sociales”.

En ese marco solicitó a “profesionales patriotas, trabajadores del campo y la ciudad, a rechazar de manera pacífica este intento de golpe que atenta contra el orden constitucional”.

También pidió a los policías que terminen sus motines, desatados el viernes, y retomen sus labores de preservación del orden público.

Asimismo, Morales convocó, en una conferencia de prensa, a “los comandantes nacionales, departamentales, al policía comprometido con su pueblo, a cumplir con las normas, a cumplir con su honor”,

Morales habló desde la base aérea de El Alto, escoltado por el vicepresidente, Álvaro García Linera, y el canciller, Diego Pary.

Está en marcha un golpe de Estado

Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció este sábado 9 de noviembre que “está en marcha un golpe de Estado contra el mandatario legítimo de Bolivia, Evo Morales”.

“La derecha opositora se niega a reconocer su derrota en las urnas y acude a la violencia y a la fuerza en contra del orden constitucional. Denunciamos enérgicamente el golpe traicionero”, manifestó Díaz-Canel.

La oposición rechaza el resultado de los comicios y alega que existió fraude electoral.

A la vez, se niega a participar en la auditoría que lleva adelante la Organización de Estados Americanos (OEA) junto con expertos de México, Paraguay y España.

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BOLIVIA

10 de noviembre de 2019

Evo Morales renuncia y se abre

un nuevo capítulo en la crisis

política de Bolivia

El mandatario presentó su renuncia este domingo tras haber permanecido 14 años en el gobierno.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, presentó este domingo su renuncia al cargo después de haber convocado a nuevas elecciones y de las denuncias de fraude por parte de la oposición, y tras un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que puso en entredicho el proceso democrático.

Morales dimitió junto con su vicepresidente, Álvaro García Linera (quien renuncia también a su presidencia del Congreso) y se retiró a la zona cocalera de Chimoré, la que es considerada su cuna política en la región central de Cochabamba, y donde hizo el anuncio al país.

“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales haciendo alusión a los líderes políticos de derecha que han estado detrás de las presiones por anular las votaciones.

Evo denuncia un “golpe cívico” y pidió a sus opositores Carlos Mesa y Luís Fernando Camacho -a quien acusa de golpistas- que “no maltraten” al pueblo boliviano y que les “dejen de patear”.

“No queremos enfrentamientos”, añadió el mandatario, y abogó por el regreso de la paz social.

Policía, Ejército y presiones externas

El anuncio de Evo vino después de que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Bolivianas, Williams Kaliman, “sugiriera” la renuncia del presidente. “Sugerimos al presidente de Estado que renuncie a su mandato, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el militar.

Kaliman dijo que su llamado a la renuncia era necesario “ante la escalada de conflicto que atraviesa el país”.

Asimismo, el comandante en jefe pidió al “pueblo boliviano y sectores movilizados deponer las actitudes de violencia para no manchar con sangre, dolor y luto a nuestras familias”.

Al mismo tiempo, desde la Policía Boliviana también llegaron presiones para el mandatario. Yuri Calderón, comandante de esta fuerza del orden leyó un comunicado en el cual se sumó “al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia en estos duros momentos”.

Lo anterior se suma a un informe presentado por la OEA en el cual se cuestionó seriamente la transparencia de las últimas elecciones y se pidió que se llevaran a cabo de nuevo.

Dicho dictamen es el resumen de lo que el organismo cree fueron “graves irregularidades” en todos los aspectos investigados, como por ejemplo el fallo del Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (que sufrió un apagón), el desvío de datos a un servidor externo cuya existencia no fue declarada por las autoridades, el sorpresivo cambio de tendencia después de que por casi un día entero no se supo nada del conteo de votos, hasta la credibilidad de los datos ingresados en las actas. “Del análisis efectuado se concluyó que 78 actas (23% de la muestra) presentaban irregularidades desde el punto de vista pericial. En algunos casos, se verificó que todas las actas de un mismo centro habían sido completadas por la misma persona”, se lee en el informe.

Mi pedido al pueblo boliviano es garantizar la convivencia pacífica y acabar con la violencia para el bien de todas y todos. No podemos estar enfrentados entre hermanos bolivianos.

El TSE a investigación

La Fiscalía General de Bolivia anunció en las últimas horas que iniciará un proceso de investigación contra los siete miembros del Tribunal Supremo Electoral por “presuntos hechos irregulares” en las elecciones del pasado 20 de octubre.

En un comunicado difundido por redes sociales, la Fiscalía dijo que las anomalías detectadas por la OEA eran “muy graves” y que pueden llegar a configurar “ilícitos penales y electorales”. 

“Se ha instruido el inicio inmediato de todas las acciones legales correspondientes para el procesamiento y juzgamiento de los vocales miembros del Tribunal Supremo Electoral y demás autores y partícipes de estos presuntos hechos irregulares”, indicó la Fiscalía en el texto.

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GOLPE CONTRA EVO EN BOLIVIA

CINCO SIGLOS IGUAL

El golpe militar volvió a América latina: tras una intimación de las FF.AA., Evo Morales se vio forzado a renunciar y el país quedó envuelto en el caos, con saqueos, persecuciones a funcionarios e incendios de sus casas. No hay autoridad legal, aunque Luis Camacho, un dirigente opositor de Santa Cruz de la Sierra, emerge como líder golpista

“La lucha sigue” dijo el mandatario en un discurso que quedará en la historia

Se consumó el golpe en Bolivia:

renunció Evo Morales

11 noviembre 2019

“Renunciamos para que no sigan quemando casas, intimidadas nuestras familias y amenazadas”, dijo tras semanas de escalada de violencia y después de que el comandante general de las FF.AA. le reclamara la dimisión. 

Por Marco Teruggi

Desde La Paz

“La lucha sigue” concluyó Evo Morales en un discurso que quedará en la historia. El presidente electo renunció a su cargo luego de semanas de una escalada de violencia que en las últimas horas anunciaba un desenlace inevitable. “Renunciamos para que no sigan quemando casas, intimidadas nuestras familias y amenazadas, por eso renunciamos”, dijo desde Chapare, luego haber despegado de la ciudad de El Alto en horas de la tarde.

Al conocerse las palabras sonaron bocinas y estruendos en las calles del centro de La Paz, en lo que fue el festejo de quienes protagonizaron las movilizaciones por el derrocamiento de Morales. En las avenidas se vieron caravanas de autos con banderas de Bolivia, abrazos, una euforia golpista enarbolada como democrática por sus dirigentes y seguidores.

Junto con Morales renunció el vicepresidente Álvaro García Linera, quien habló a su lado. Así concluyó una escalada que tuvo como detonante que marcó el fin la alocución del comandante general de la Fuerza Armada de Bolivia, Willimas Kaliman, le “sugirió” al presidente que renuncie a su mandato.

La declaración de Kaliman se dio cuando el escenario parecía a punto de consumarse. Los últimos dos días habían sido de un despliegue de violencia golpista que incendió casas de dirigentes del proceso de cambio, amenazó a quienes se mantenían en el gobierno, atacó medios de comunicación estatales.

Ya el centro de La Paz había sido tomado por los opositores desde el sábado en la mañana, y desde ese día hasta la renuncia de Evo Morales, se multiplicaron las imágenes de opositores junto con policías armados en las calles paceñas y de diferentes ciudades del país.

El avance del golpe pareció no encontrar más barreras, y el acto simbólico, llegó minutos antes de la alocución de Morales: Luis Fernando Camacho, dirigente del proceso golpista, presentado como “cívico” por los medios de comunicación, ingresó al Palacio Quemado -antigua sede de gobierno- donde depositó en el suelo una bandera de Bolivia y una biblia.

El anuncio hecho por Morales era entonces cuestión de tiempo. La ofensiva golpista ya había tomado los principales espacios, y las renuncias de funcionarios se fueron sucediendo, la mayoría bajo amenaza y persecución.

La renuncia de Morales y Linera fue seguida de persecusiones: las autoridades del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque y Antonio Costas, fueron detenidos y esposados por la policía, en un escenario de sucesión de imágenes y noticias mezcladas entre la confusión, la militarización, y la euforia golpista con gritos y evocaciones a la democracia y a Dios.

Luego de los anuncios desde Chapare, renunció la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, quien debía asumir la presidencia. Lo mismo sucedió con quien debía seguir, el primer vicepresidente, abriéndose un escenario de preguntas que serán resultan a medida que tome forma el reordenamiento conducido por la Policía Nacional, la Fuerza Armada, los dirigentes golpistas, los empresarios que financiaron, y quienes respaldaron la invalidación de las elecciones desde el primer momento: el gobierno norteamericano.

En ese contexto se sucedieron las denuncias respecto a la seguridad de Evo Morales, quien denunció que existe una “orden de aprehensión ilegal” en contra suya, y que su domicilio fue asaltado por grupos violentos. La situación de Morales se repite en el caso de varios dirigentes y militantes del proceso de cambio bajo amenaza de persecución.

Marcelo Ebrard, secretario de relaciones exteriores de México, anunció haber recibido a “20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia en la residencia oficial de La Paz, de así decidirlo ofreceríamos asilo también a Evo Morales”, y pidió que se respete la integridad de la sede de la embajada.

Las denuncias internacionales respecto a lo que fue un golpe de Estado se multiplicaron en el continente y el mundo, como por parte de Lula Da Silva, Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández, Nicolás Maduro, Gustavo Petro, Pablo Iglesias y Jeremy Corbyn, así como de numerosos movimientos sociales y partidos políticos.

Los gobiernos de derecha del continente, como el de Mauricio Macri, Sebastián Piñera, o Iván Duque, guardaron en cambio el mismo silencio que a lo largo de la escalada golpista.

El desenlace del domingo fue entonces la acumulación de una serie de acciones de ofensiva de una estrategia abiertamente golpista que nunca tuvo intención de realizar una segunda vuelta electoral o encontrar un punto de acuerdo para lograr detener la violencia que proclamó, organizó y desplegó. El objetivo era derrocar al gobierno y ese objetivo fue logrado.

A partir de ahora se abre un escenario de interrogantes, tanto acerca de quién asumirá la presidencia y cuándo serían las elecciones. La otra gran pregunta es: ¿qué harán los movimientos que respaldan a Evo? Si bien algunos dirigentes se sumaron al golpe de Estado, la mayoría no lo hizo.

Al finalizar la tarde se supo de las primeras protestas en defensa del proceso de cambio.

Evo Morales escribió en la noche desde su cuenta de Twitter para ratificar que su renuncia fue para que “Mesa y Camacho no sigan persiguiendo, secuestrando y maltratando a mis ministros, dirigentes sindicales y a sus familiares”.

Y, afirmó: “Quiero que sepa el pueblo boliviano, no tengo por qué escapar, que prueben si estoy robando algo. Si dicen que no hemos trabajado, vean las miles de obras construidas gracias al crecimiento económico. Los humildes, los pobres que amamos la Patria vamos a continuar con esta lucha”.

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Golpe en Bolivia: la derecha

hace lo que sabe hacer

Por Emir Sader

11 noviembre 2019

En Argentina, la izquierda perdió, volvió a disputar democráticamente las elecciones y ha ganado. En Brasil, Lula tuvo reconocidos sus derechos y se reincorpora a la lucha democrática en contra de un gobierno elegido por maniobras antidemocráticas. En Uruguay, el Frente Amplio lucha con todas sus fuerzas para mantener su gobierno. En Chile, el pueblo pelea democráticamente por el derecho a tener una Constitución democrática. Lopez Obrador, después de tantos intentos, ejerce democráticamente el gobierno para el cual fue elegido por aplastante mayoría por el pueblo mexicano.

En Bolivia, la derecha cuestionó el resultado electoral, con el apoyo de la OEA, que pidió hacer el recuento de los votos, con el acuerdo del gobierno de que sería un resultado vinculante. Sin embargo, de forma sincronizada, la misma OEA paralizó el recuento y propuso nuevas elecciones, con un nuevo Tribunal Electoral. Evo lo aceptó, anuló los resultados electorales y convocó a nuevos comicios. Pero la derecha ya se había radicalizado. Mesa fue desplazado por una alternativa de extrema derecha, originaria de Santa Cruz de la Sierra, dirigida por Luis Fernando Camacho, que desde un comienzo planteó la renuncia de Evo y se dirigió a La Paz para hostigar directamente al gobierno.

A ello se sumaron acciones violentas, indispensables para que el golpe pudiera cuajar: se rebelaron policías de algunas provincias, acciones directas en contra de las casas de gobernadores del MAS, del presidente de la Cámara de Diputados, de ministros del gobierno, de la hermana de Evo se fueron diseminando, contando con la ausencia de la policía. Finalmente, las fuerzas armadas, que se habían pronunciando inicialmente, en el sentido de que actuarían en contra del pueblo, terminaron pressionando a Evo para que renunciara.

Para frenar la ofensiva violenta de la derecha, Evo presentó su renuncia, así como su vice, Alvaro García Linera, como forma de defender a los que son víctimas de las acciones violentas. Se consolidó así un golpe militar más en Bolivia. Un país que, antes del gobierno de Evo, era el campeón de los golpes militares, de inestabilidad política en el continente. En que su elite blanca resistió todo lo que pudo al gobierno de más éxito en la historia de Bolivia, justamente presidido por un líder indígena.

No importa las historias que van a contar. Es un golpe, que rompe con la continuidad democrática existente desde la primera victoria electora de Evo Morales, en 2005. La renuncia de Evo se hace bajo la presión militar, de acciones violentas de comandos de la derecha, de la alianza de todos los sectores opositores. Se interrumpe un gobierno reelegido por la gran mayoría de los bolivianos, que ha aceptado la propuesta de la OEA de nuevas elecciones con nuevo Tribunal Electoral.

¿Qué hace entonces la OEA, cuando su propuesta fue aceptada por el gobierno, pero las FFAA impusieron a Evo su renuncia? Actuaba supuestamente para defender la transparencia de la democracia en Bolivia. Y ahora, ¿qué? ¿Cómo va a actuar para garantizar el resto del mandato de Evo –que iba hasta enero– y las nuevas elecciones democráticas? ¿Va a denunciar el golpe, como lo hizo en Honduras y en Paraguay –pero no en Brasil– y punir a los que asuman el gobierno en Bolivia?

Después del intento de golpe en contra de Hugo Chávez, en 2002, los golpes no fueron más admitidos en la región. Cobardemente, se aceptó el golpe en contra de Dilma Rousseff, por la apariencia legal del “lawfare”. Pero Honduras y Paraguay fueron punidos. Derrotada en las urnas y sintiéndose sin condiciones de ir a nuevas elecciones en contra de Evo, la derecha hace lo que sabe hacer: dar un golpe.

La primera década de este siglo ha sido dominada por gobiernos progresistas, todos elegidos y reelegidos democráticamente. La segunda década ha estado marcada por una contraofensiva conservadora, que ha restaurado el modelo neoliberal en Argentina, en Brasil, en Ecuador, por la vía democrática en el primero caso, por vías antidemocráticas en los otros dos. Argentina ha recuperado un gobierno popular democráticamente. La izquierda supo resistir a los retrocessos del gobierno Macri, fortalecerse y triunfar. En Brasil, Lula resistió su prisión injusta, salió de la cárcel para comandar la lucha democrática. En Bolivia y en Uruguay se disputa la tercera década del siglo. Derrotada electoralmente, la derecha apela a un golpe en contra del gobierno de Evo.

El futuro del continente vuelve a estar abierto. Argentina y México se vuelven los ejes de la reconstrucción del eje progresista. Brasil vuelve a ser el escenario decisivo sobre el futuro del continente y Lula es el actor que puede ser determinante en lo que pase en Brasil y en Latinoamerica.

 

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Golpe en Bolivia: se robaron

la perla cultivada

Por Sandra Russo

10 noviembre 2019

El golpe de Estado al estilo tradicional que tuvo lugar hoy en Bolivia indica que Estados Unidos concluye que ha terminado la fase de ganar por las urnas. Se terminó la Bolivia que durante trece años fue la perla cultivada de la región. El mejor gobierno de su historia. El mayor empoderamiento histórico de la población indígena, su aplastante mayoría, en un país que ya tuvo un presidente que sólo hablaba inglés. La paz, la no violencia en nombre de la cual renunciaron Evo y García Linera, debe ser la clave, el anhelo y la bandera de los nuevos organismos que surjan. Nos es indispensable la cláusula democrática fundante de la Unasur, para vivir en una región en la que no sea reconocido ningún gobierno como el que habrá en Bolivia ahora. No tienen derecho. Y es al Estado de Derecho al que habrá que defender como nuestra Bastilla. Hoy es un día de luto para las democracias del mundo.

Sabremos quién es quién cuando se comience a saber qué país (qué gobierno) reconoce al engendro que surgirá en Bolivia después de días de linchamientos, incendios a familiares del presidente, golpizas organizadas por comandos civiles y mercenarios. El mundo civilizado debe reaccionar en consecuencia.

Para millones, Evo Morales ha sido un enorme ejemplo de lo que puede anidar en un pueblo siempre despreciado, y que se convirtió en un el país más desarrollado de la región, con índices de calidad de vida inéditos. Evo redimió 500 años de injusticia. Evo será reivindicado hoy y siempre. Viva Evo.

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El golpe en Bolivia:

cinco lecciones

Por Atilio A. Boron

10 noviembre 2019

La tragedia boliviana enseña con elocuencia varias lecciones que nuestros pueblos y las fuerzas sociales y políticas populares deben aprender y grabar en sus conciencias para siempre. Aquí, una breve enumeración, sobre la marcha, y como preludio a un tratamiento más detallado en el futuro. 

Primero, que por más que se administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo, se garantice crecimiento, redistribución, flujo de inversiones y se mejoren todos los indicadores macro y microeconómicos la derecha y el imperialismo jamás van a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses.

Segundo, hay que estudiar los manuales publicados por diversas agencias de EEUU y sus voceros disfrazados de académicos o periodistas para poder percibir a tiempo las señales de la ofensiva. Esos escritos invariablemente resaltan la necesidad de destrozar la reputación del líder popular, lo que en la jerga especializada se llama asesinato del personaje (“character assasination”) calificándolo de ladrón, corrupto, dictador o ignorante. Esta es la tarea confiada a comunicadores sociales, autoproclamados como “periodistas independientes”, que a favor de su control cuasimonopólico de los medios taladran el cerebro de la población con tales difamaciones, acompañadas, en el caso que nos ocupa, por mensajes de odio dirigidos en contra de los pueblos originarios y los pobres en general.

Tercero, cumplido lo anterior llega el turno de la dirigencia política y las elites económicas reclamando “un cambio”, poner fin a “la dictadura” de Evo que, como escribiera hace pocos días el impresentable Vargas Llosa, aquél es un “demagogo que quiere eternizarse en el poder”. Supongo que estará brindando con champagne en Madrid al ver las imágenes de las hordas fascistas saqueando, incendiando, encadenando periodistas a un poste, rapando a una mujer alcalde y pintándola de rojo y destruyendo las actas de la pasada elección para cumplir con el mandato de don Mario y liberar a Bolivia de un maligno demagogo. Menciono su caso porque ha sido y es el inmoral portaestandarte de este ataque vil, de esta felonía sin límites que crucifica liderazgos populares, destruye una democracia e instala el reinado del terror a cargo de bandas de sicarios contratados para escarmentar a un pueblo digno que tuvo la osadía de querer ser libre.

Cuarto: entran en escena las “fuerzas de seguridad”. En este caso estamos hablando de instituciones controladas por numerosas agencias, militares y civiles, del gobierno de Estados Unidos. Estas las entrenan, las arman, hacen ejercicios conjuntos y las educan políticamente. Tuve ocasión de comprobarlo cuando, por invitación de Evo, inauguré un curso sobre “Antiimperialismo” para oficiales superiores de las tres armas. En esa oportunidad quedé azorado por el grado de penetración de las más reaccionarias consignas norteamericanas heredadas de la época de la Guerra Fría y por la indisimulada irritación causada por el hecho de que un indígena fuese presidente de su país. Lo que hicieron esas “fuerzas de seguridad” fue retirarse de escena y dejar el campo libre para la descontrolada actuación de las hordas fascistas –como las que actuaron en Ucrania, en Libia, en Irak, en Siria para derrocar, o tratar de hacerlo en este último caso, a líderes molestos para el imperio– y de ese modo intimidar a la población, a la militancia y a las propias figuras del gobierno. O sea, una nueva figura sociopolítica: golpismo militar “por omisión”, dejando que las bandas reaccionarias, reclutadas y financiadas por la derecha, impongan su ley. Una vez que reina el terror y ante la indefensión del gobierno el desenlace era inevitable.

Quinto, la seguridad y el orden público no debieron haber sido jamás confiadas en Bolivia a instituciones como la policía y el ejército, colonizadas por el imperialismo y sus lacayos de la derecha autóctona. Cuando se lanzó la ofensiva en contra de Evo se optó por una política de apaciguamiento y de no responder a las provocaciones de los fascistas. Esto sirvió para envalentonarlos y acrecentar la apuesta: primero, exigir balotaje; después, fraude y nuevas elecciones; enseguida, elecciones pero sin Evo (como en Brasil, sin Lula); más tarde, renuncia de Evo; finalmente, ante su reluctancia a aceptar el chantaje, sembrar el terror con la complicidad de policías y militares y forzar a Evo a renunciar. De manual, todo de manual. ¿Aprenderemos estas lecciones?

 

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Las reacciones internacionales

ante el golpe contra Evo Morales

10 de noviembre de 2019

Mercosur: el argentino Sergio Massa llamó a convocar cláusula democrática del organismo regional.

Las Fuerzas Armadas y la Policía de Bolivia forzaron la renuncia de Evo Morales a la presidencia, lo que recrudece la crisis que vive ese país y genera un terremoto de reacciones en la región.

Los países latinoamericanos y caribeños se muestran divididos sobre si tratar la situación como un golpe de Estado. Los clásicos aliados de Bolivia, como Venezuela, Cuba y Nicaragua, hablaban de un golpe, pero también otros países, como México. Mientras tanto, otros, como Uruguay, se mostraban cautelosos y unos pocos se mostraban contrarios a esa denominación. Es el caso del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien en declaraciones a O Globo consideró que la palabra “golpe” “es usada mucho cuando la izquierda pierde”, pero no cuando gana.

 Marcando distancia de sus respectivos gobiernos, la oposición en Argentina y Brasil denunció un golpe y un quiebre institucional en Bolivia. El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, dijo que el “quiebre institucional en Bolivia es inaceptable” y repudió la “violencia desatada, que impidió a Evo Morales concluir su mandato presidencial y alteró el curso del proceso electoral”.

Además, Sergio Massa, líder opositor argentino que ocupará la presidencia de la Cámara de Diputados en la próxima legislatura, llamó al Mercosur a que convoque la cláusula democrática. Bolivia es Estado asociado del bloque, no miembro pleno, por lo cual no está claro que pueda ser suspendido como sucedió en su momento con Venezuela y Paraguay.

Por su parte, el recién liberado ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que el presidente boliviano “se vio obligado a renunciar”. “Es lamentable que América Latina tenga una elite económica que no sepa cómo vivir con la democracia y la inclusión social de los más pobres”, agregó.

También llamaron a la calma, pero sin asumir definiciones claras, Perú y Colombia, que en sendos comunicados convocaron a una “transición pacífica”. En particular, el gobierno de Iván Duque llamó a la Organización de los Estados Americanos a que convoque una reunión urgente del Consejo Permanente, “a fin de buscar soluciones a la compleja situación institucional”.

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“Esto es un golpe de Estado y deben llamarlo por su nombre. Gracias a los movimientos sociales del mundo por su solidaridad. Volveremos y seremos millones” expresó desde Cochabamba.

“Si quieren vengan por mí o por Álvaro, no se metan con nuestras familias. Paren de quemar casas de dirigentes, basta de patear a campesinas en Santa Cruz y Cochabamba. Alcaldes están renunciando para salvar las vidas de sus familias porque no sólo le saquean y queman las casas, también amenazan con matar a sus familias. Mesa y Camacho acá tienen lo que querían, renunciamos. Ahora dejen de asesinar a gente humilde a hermanos bolivianos en más calles.”

Evo Morales

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Del gobierno del Uruguay, a través del

Ministerio de Relaciones Exteriores, un comunicado de prensa

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  • 11 NOVEMBRE 2019

Communiqué de FAL. Derrière la démission d’Evo Morales en Bolivie:

un coup d’État

France Amérique Latine condamne avec la plus grande fermeté le coup d’État survenu en Bolivie, car c’est bien cela dont il s’agit, derrière la démission du président Evo Morales et de son vice président Alvaro Garcia Linera.

Soutenues par les États-Unis de Trump et l’Organisation des États Américains, menée par Bolsonaro et Piñera, la droite et l’armée, utilisant la menace d’un bain de sang, ont en effet obtenu la démission du gouvernement bolivien

Cette démission contrainte est l’aboutissement de plusieurs jours de pression dans le pays : après le résultat contesté de l’élection présidentielle du 20 octobre qui avait donné la victoire à Evo Morales, la droite s’est regroupée derrière son candidat Carlos Mesa pour mener des manifestations de plus en plus violentes. Multipliant les attaques contre tous les symboles du régime, brûlant des locaux, lynchant des personnalités du Movimiento Al Socialismo, le parti de gouvernement, la droite a cherché et obtenu l’appui de membres de la police et du commandement des forces armées pour pousser Morales à la démission.

Derrière les violences de ces derniers jours, on retrouve la marque du courant patronal qui avait organisé, sans succès, les émeutes de 2008, tentant d’obtenir la sécession de la région de Santa Cruz.  N’ayant  jamais accepté la politique redistributive d’Evo Morales, ce mouvement est prêt à entraîner le pays dans une guerre civile en défense de ses intérêts économiques.

Plusieurs fois au cours de l’histoire, les militaires ont imposé des régimes de dictature contre le peuple bolivien. D’heure en heure, les masques tombent : alors qu’Evo Morales propose de réorganiser des élections sous le contrôle de personnalités indépendantes, la droite et l’armée refusent cette sortie de crise, mettant en péril la paix dans le pays et révélant clairement que le but de l’opposition, loin d’un prétendu souci de démocratie, est bien de prendre le pouvoir par la force et d’y réinstaller la droite alliée à l’extrême-droite, en mettant en place un gouvernement provisoire non élu.

L’association France Amérique latine

  • condamne ce coup de force contre le gouvernement d’Evo Morales.
  • soutient sa demande de procéder à de nouvelles élections afin de sortir de la crise politique.  
  • s’alarme de l’irruption du climat de guerre civile orchestré par l’opposition.
  • s’inquiète des actes de persécution et de violence envers les membres de l’exécutif bolivien, des dirigeants syndicaux, et de leurs familles.
  • demande aux organismes internationaux, aux États d’Amérique latine, mais aussi à la France et à l’Union Européenne de ne pas reconnaître le gouvernement de facto promu par l’opposition.

Bureau National de FAL, Paris, 11 novembre 2019

PARA COMPRENDER QUE LO DE BOLIVIA SI HA SIDO UN GOLPE DE ESTADO Y QUE LA OEA ES COMPLICE

No hubo fraude en

elecciones de Bolivia;

think tank de EU contradice informe de OEA

Tendencias históricas que favorecen a Morales en áreas donde los votos tardan más en transmitirse explican por qué la brecha entre Evo y Mesa se amplió: CEPR

noviembre 12, 2019

Elecciones en Bolivia del 20 de octubre no muestran evidencias de irregularidades o fraude que haya afectado el resultado oficial que le dio al expresidente Evo Morales una victoria en primera ronda, informó el think tank estadounidense Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con un comunicado del CEPR, un análisis estadístico de los resultados electorales y las hojas de recuento, contradicen la narrativa postelectoral, apoyada, sin evidencia, por la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

“Las tendencias históricas de votación que favorecen a Morales en las áreas donde los votos tardan más en transmitirse explican por qué la brecha entre Morales y Mesa se amplió a medida que se contaban los votos, y terminó con un resultado oficial que colocó a Morales por delante de Mesa con 10.57 puntos”, señala el informe.

En su estudio “¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019? El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA” muestran “que era predecible la victoria de Morales en primera ronda, basándose en los resultados del inicial 83.85% de votos perteneciente al conteo rápido que mostró a Morales liderando a Carlos Mesa por menos de 10 puntos”.

La declaración de prensa de la OEA del 21 de octubre y su informe preliminar sobre las elecciones bolivianas plantean preguntas inquietantes sobre el compromiso de la organización con la observación imparcial, profesional y electoral”, dijo Mark Weisbrot, codirector de CEPR. “La OEA debe investigar cómo fue posible que se hicieron tales declaraciones sin ninguna evidencia, las que pueden haber alimentado el actual conflicto político en Bolivia”.

En seguida el comunicado íntegro del CEPR:

El análisis estadístico de los resultados electorales y las hojas de recuento (o actas) de las elecciones bolivianas del 20 de octubre no muestra evidencias de irregularidades o fraude que haya afectado el resultado oficial que le dio al presidente Evo Morales una victoria en primera ronda, aseguran investigadores y analistas del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR). Contradiciendo la narrativa postelectoral apoyada, sin evidencia, por la Misión de Observación Electoral de la OEA, el análisis estadístico muestra que era predecible la victoria de Morales en primera ronda, basándose en los resultados del inicial 83.85% de votos perteneciente al conteo rápido que mostró a Morales liderando a Carlos Mesa por menos de 10 puntos.

El nuevo estudio, “¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019? El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA”, presenta un desglose paso a paso de lo que sucedió con los recuentos de votos de Bolivia (tanto el conteo rápido no oficial como el conteo oficial más lento), buscando disipar la confusión sobre el proceso. El informe incluye los resultados de 500 simulaciones que muestran que la victoria de Morales en la primera ronda no solo fue posible, sino probable, según los resultados del 83.85 por ciento inicial de votos del conteo rápido.

“Simplemente no hay una base estadística o probatoria para disputar los resultados del conteo de votos que muestran que Evo Morales ganó en primera ronda”, dijo el principal analista de políticas de CEPR y coautor del documento, Guillaume Long. “Al final, el conteo oficial, que es legalmente vinculante y completamente transparente, así como las hojas de conteo disponibles en línea, coincidió estrechamente con los resultados del conteo rápido”.

Mark Weisbrot, codirector de CEPR, señaló que era inusual y muy cuestionable que la OEA emitiera un comunicado de prensa cuestionando los resultados de las elecciones sin proporcionar ninguna evidencia que lo sustentara. Señaló que el informe preliminar de la OEA sobre las elecciones tampoco proporcionó evidencia de que haya sucedido algo sospechoso con el conteo de votos.

“La declaración de prensa de la OEA del 21 de octubre y su informe preliminar sobre las elecciones bolivianas plantean preguntas inquietantes sobre el compromiso de la organización con la observación imparcial, profesional y electoral”, dijo Weisbrot. “La OEA debe investigar cómo fue posible que se hicieron tales declaraciones sin ninguna evidencia, las que pueden haber alimentado el actual conflicto político en Bolivia”.

El análisis verifica que las tendencias históricas de votación que favorecen a Morales en las áreas donde los votos tardan más en transmitirse explican por qué la brecha entre Morales y Mesa se amplió a medida que se contaban los votos, y terminó con un resultado oficial que colocó a Morales por delante de Mesa con 10.57 puntos.

El documento también demuestra que las tendencias de votación tanto para Morales como para Mesa fueron consistentes, lo que contradice las primeras declaraciones postelectorales de la OEA: “Ni el conteo rápido ni el conteo oficial exhiben cambios repentinos en las tendencias de los resultados finales, y la misma tendencia ampliamente conocida , explicable por la geografía, es evidente en ambos aspectos”.

“Animamos a todos los interesados en lo sucedido en las elecciones de Bolivia a que hagan su propio examen de las actas y su propio análisis estadístico”, dijo Long. “Con suerte, la misión electoral de la OEA lo hará. Pero también debemos recordar que una misión electoral de la OEA anuló los resultados electorales en Haití en 2011 sin estadísticas ni ningún otro argumento”.

 

 

 

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Evo Morales se traslada a México,

donde será recibido

como asilado político

12 de noviembre de 2019 

“Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía”.

Texto del tweet de Evo Morales que acompaña esta foto.

Senadores y diputados fueron convocados para este martes para tratar la renuncia del líder del MAS.

México fue el destino del ex presidente boliviano Evo Morales, quien renunció a la presidencia de su país el domingo como consecuencia de la presión ejercida en su contra por sus opositores políticos, las Fuerzas Armadas y la Policía. Ni bien se conoció la dimisión de Morales, el gobierno mexicano que preside Andrés Manuel López Obrador le ofreció asilo político. En la tarde de ayer el canciller mexicano, Andrés Ebrard, confirmó el pedido de asilo del líder del Movimiento al Socialismo (MAS), que se le otorgó de inmediato. En el momento del anuncio, el diplomático recordó que México se ha caracterizado por respetar los asuntos internos de las naciones y por conceder el derecho a asilo político a quienes sufren persecución política. Agregó que se le otorgó el asilo a Morales “por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se vive en Bolivia, que pone en peligro su vida”.

“Hace minutos atrás hemos recibido la carta con el parte que nuestra Policía Boliviana ha sido rebasada, y en cumplimiento a la misión constitucional el mando militar ha dispuesto que las Fuerzas Armadas ejecuten operaciones conjuntas con la Policía para evitar sangre y luto a la familia boliviana, empleando en forma proporcional la fuerza contra los actos de grupos vandálicos que causan terror en la población”. Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, ayer en conferencia de prensa.

Mientras esto sucedía, en el sur de La Paz y en la vecina localidad de El Alto se registraban graves incidentes, en los que grupos afines al ahora ex mandatario realizaron protestas callejeras, que tuvieron como respuesta una feroz represión de las fuerzas policiales. Desde la provincia de Chapare, cerca de Cochabamba, este lunes de tarde Morales denunció estos hechos en su cuenta de Twitter: “Después del primer día del golpe cívico-político-policial, la Policía amotinada reprime con bala para provocar muertos y heridos en El Alto. Mi solidaridad con esas víctimas inocentes, entre ellas una niña, y el heroico pueblo alteño, defensor de la democracia”.

“Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado”, tuiteó ayer a última hora Evo Morales, junto con una foto en la que aparece acostado en el piso sobre una manta, y con una carpa hecha con una sábana en la que se ocultó.

Enseguida volvió a tuitear: “Para un presidente indígena que representa al pueblo humilde, la Policía se amotina y da golpe mientras las FFAA piden su renuncia. Para políticos neoliberales que ostentan poder económico, Policía y FFAA reprimen al pueblo que defiende la democracia con justicia, paz e igualdad”.

“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”, tuiteó en las últimas horas de la noche de ayer.

Paralelamente, la situación institucional del país seguía siendo incierta. En las primeras horas del lunes arribó a La Paz la senadora Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado y quien en las próximas horas podría asumir como presidenta transitoria. De tarde, no obstante, la legisladora fue evacuada de la céntrica plaza Murillo paceña, frente a la que se erige el Palacio de Gobierno, en virtud de los incidentes que se registraban a pocos kilómetros de allí, según informó el diario El Deber.

Áñez podría ser quien asuma la presidencia de Bolivia al ser inviable la sucesión que establece la Constitución por las renuncias de Morales, su vicepresidente, Álvaro García Linera, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda. Este lunes, poco después de llegar a La Paz, Áñez, quien pertenece al derechista Movimiento Demócrata Social, hizo un llamado a la pacificación y brindó garantías a los asambleístas del MAS para que lleguen a la sesión de este martes de la Asamblea Legislativa que analizará la renuncia a la presidencia de Morales y que determinará los pasos a seguir para paliar la profunda crisis institucional.

Según reseñaron medios bolivianos, Áñez explicó que recibió el respaldo de la Policía y de las Fuerzas Armadas para que se concrete la sucesión. También informaron que está en contacto con organismos internacionales para explicarles la situación actual del país. En la sesión de este martes la Asamblea Legislativa, órgano integrado por los senadores y los diputados, tiene la potestad de elegir un nuevo presidente del Senado para que pueda finalizar el mandato de Morales hasta que se convoquen nuevas elecciones.

Manifestación en apoyo del ex presidente boliviano Evo Morales, ayer, frente a la embajada boliviana en la Ciudad de México.

No obstante, el panorama dista de ser claro. Con las Fuerzas Armadas a las puertas del poder, desde el espectro político la figura más prominente en este momento –más que el candidato opositor Carlos Mesa, quien perdió con Morales en las controvertidas elecciones presidenciales celebradas el 20 de octubre– es el líder del Comité Cívico pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Abogado de 40 años, ferviente católico y perteneciente a una acaudalada familia oriunda de Santa Cruz de la Sierra, desde siempre bastión de la oposición a Evo Morales, Camacho ganó notoriedad en las últimas semanas al posicionarse como el principal rival político del líder del MAS. El domingo, pocas horas antes de la renuncia de Morales, el líder cruceño ingresó en el Palacio de Gobierno, la antigua sede del Ejecutivo boliviano, portando una bandera boliviana y la Biblia, además de una carta de pedido de renuncia dirigida al ahora ex mandatario.

Repercusiones externas

Después de más de un día de silencio respecto de la situación política en Bolivia, la Organización de los Estados Americanos (OEA) se expidió sobre el tema. La entidad internacional que tiene como secretario general al uruguayo Luis Almagro rechazó este lunes “cualquier salida inconstitucional” a la crisis en Bolivia tras la renuncia del presidente Morales e instó a actuar de manera “urgente” para garantizar la realización de nuevas elecciones. “La Secretaría General llama a la pacificación y al respeto al Estado de Derecho” en Bolivia, sostuvo el órgano central de la OEA en un comunicado, en el que en ningún momento se refirió a la caída del gobierno del líder del MAS como un golpe de Estado.

En el comunicado la OEA pidió al Poder Legislativo boliviano que se reúna “en forma urgente” para “asegurar el funcionamiento institucional y nombrar nuevas autoridades electorales que garanticen un nuevo proceso electoral”. Además, llamó al Poder Judicial a seguir investigando, “hasta las últimas consecuencias”, posibles delitos vinculados a los cuestionados comicios del 20 de octubre.

También en las primeras horas de este martes se expresó sobre Bolivia el gobierno ruso, que dirigió mensajes a otros actores involucrados en la cuestión. En un comunicado, el Kremlin acusó a la oposición boliviana de promover una ola de violencia, al tiempo que empleó el término “golpe” para referirse a lo ocurrido el domingo en La Paz. “Nos causa profunda preocupación que la voluntad del gobierno de buscar soluciones constructivas en base al diálogo fue rechazada en el marco de eventos que tienen un patrón de golpe de Estado orquestado”, se establece en el texto difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso. Además, el gobierno que encabeza Vladimir Putin pidió que la situación tenga un “abordaje responsable” de “todos los miembros de la comunidad internacional, por los países latinoamericanos vecinos de Bolivia, por los países extrarregionales influyentes y por las organizaciones internacionales”, en lo que puede ser leído como una referencia directa a los gobiernos de Brasil y Estados Unidos, y a la OEA.

La Casa Blanca también se expresó sobre la situación política del país andino. En un comunicado hecho público en la tarde de este lunes, la administración que encabeza Donald Trump expresó: “La renuncia, ayer, del presidente boliviano, Evo Morales, es un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental. Después de casi 14 años y de su reciente intento de anular la Constitución boliviana y la voluntad del pueblo, la partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano escuche sus voces. Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y al Ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no sólo a una persona, sino a la Constitución de Bolivia. Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán. Ahora estamos un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre”.

 

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ANTECEDENTES Y CRONOLOGÍA

DEL PROCESO GOLPISTA EN BOLIVIA

12 noviembre 2019

Evo Morales flanquado de dirigentes sindicales convoca a nuevas elecciones presidenciales, 10 de noviembre 

El vertiginoso curso de los acontecimientos en el golpe de Estado boliviano de las últimas horas, tiene precedentes directos en eventos que se remontan a al menos tres años antes de las elecciones del 20 de octubre.Revisarlos es necesario para reforzar que, más allá de la obvia legitimidad del proceso y las autoridades electorales, desde la oposición se venía forjando una salida irregular del gobierno de Evo Morales puesto que la vía constitucional nunca fue una primera opción.

A continuación, una breve cronología de los hechos para señalar los momentos clave que desembocaron en el paisaje actual.

2016: EL CASO ZAPATA

A finales de 2015 el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia había aprobado la pregunta del referéndum constitucional que le permitiría a Evo Morales relanzarse a un cuarto periodo presidencial. La consulta al pueblo boliviano, definiría entonces su candidatura.

Próximo a la campaña por el Sí, el líder del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) se vio envuelto en un falso escándalo apuntalado principalmente por el periodista Carlos Valverde.

Días antes de la fecha electoral, Valverde presentó un supuesto certificado de nacimiento como prueba de que el presidente boliviano tenía un hijo con la empresaria Gabriela Zapata.

Este sería el único dato de peso para sustentar una denuncia de corrupción del gobierno con la empresa china CAMC, de la que Zapata fue gerente comercial.

El efecto de propaganda fue efectivo para modificar el destino del referéndum en contra del MAS: 51.3% de los electores dijeron que no a la modificación del artículo 168 de la Constitución. Morales perdió por un estrecho margen su opción a la reelección el 21 de febrero de 2016.

Tres meses después, el periodista que había lanzado la “revelación” reconoció que no existía ningún hijo entre Morales y Zapata. Ya el relato había cumplido su objetivo eclipsando el referéndum.

2017: NACE EL MOVIMIENTO 21F

Tras el golpe a la imagen de Evo Morales, un equipo de parlamentarios bolivianos del MAS presentan un recurso ante la Asamblea Legislativa para revertir el daño del 21 de febrero y posibilitar la participación del mandatario en las elecciones de 2019.

Los altos magistrados del tribunal constitucional aprueban que tanto Morales, como otras autoridades electas del país, puedan presentar su candidatura de manera indefinida.

A partir de allí, la oposición se conforma en una plataforma nacional que en los años siguientes, ensayarán acciones de calle en el país, sobre todo en los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Cochabamba, de cara a los comicios de 2019.

Durante ese tiempo, proyectarán una imagen de “organización espontánea” de civiles que no responden a los partidos tradicionales ni a liderazgos visibles, cohesionados por el objetivo de impedir la reelección de Morales, mismo interés de los grupos corporativistas nacionales y del gobierno de EEUU.

INCENDIO DE LA CHIQUITANÍA: PRIMEROS SIGNOS DE LA REVOLUCIÓN DE COLORES (2019)

En agosto del año en curso, el incendio del bosque tropical de Chiquitanía fue el escenario de una campaña que comenzó en redes sociales y medios de comunicación a nivel internacional que apuntaron a socavar al presidente Evo Morales, culpabilizándolo de un hecho ambiental coyuntural que tuvo sus orígenes en múltiples factores, ninguno relacionado con la gestión del gobierno boliviano.

En lo local, el trabajo de los activistas ambientales e influencers “posicionando” esta narrativa, le daría paso a las protestas violentas del movimiento 21F y la Unión Juvenil Cruceñista en Santa Cruz contra figuras del MAS.

20 DE OCTUBRE Y DÍAS SIGUIENTES: LA CONSOLIDACIÓN DEL GOLPE

  • 20 de octubre.La OEA emite un informe desconociendo los resultados electorales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), cuando todavía no culminaba el conteo oficial de los votos. De la misma forma lo hace el candidato Carlos Mesa.
  • Esa misma noche, los centros del TSE son atacados por seguidores de oposición.
  • 22 de octubre.El gobierno de EEUU acusa a las autoridades bolivianas de “un intento de subvertir la “democracia”, mientras que la Unión Europea subraya que se aclare la situación por el bien de la “credibilidad del proceso electoral”.
  • 23 de octubre.El Comité Cívico de Santa Cruz anuncia un paro indefinido con un “ultimátum” a las autoridades electorales de realizar una segunda vuelta, de lo contrario, posesionarán ellos a un nuevo presidente.
  • 24 de octubre.Se anuncia el triunfo de Evo Morales en primera vuelta, con un margen superior a los 10 puntos contra su rival más cercano, Carlos Mesa.
  • 28 de octubre.Policía de Santa Cruz denuncia la participación de grupos armados en las protestas convocadas por la Unión de Jóvenes Cruceñistas.
  • 29 de octubre.Hechos de violencia irregular y bloqueo de las vías, que en un principio se concentraban en Santa Cruz, comienzan a penetrar otros departamentos del país, a raíz de la agenda de desconocimiento de los comités cívicos a los resultados electorales.
  • 30 de octubre.Canciller Diego Pary anuncia un acuerdo con la OEA para realizar una auditoría a las elecciones. El informe que de allí surja tendrá un carácter vinculante, afirma Pary.
  • Más tarde, el Gobierno boliviano confirma la muertede dos personas producto de la violencia promovida por la oposición en Montero, Santa Cruz.
  • 31 de octubre.El candidato opositor, Carlos Mesa, desconoce la auditoría electoral de la OEA a los resultados electorales
  • 4 de noviembre.Luis Fernando Camacho amenaza al gobierno de Evo Morales, fechando un plazo de 24 horas para su renuncia.
  • En horas de la tarde, el helicóptero que trasladaba al mandatario nacional sufre un accidentepor falla mecánica, sin que resulte nadie herido.
  • 6 de noviembre.Grupos violentos incendian la alcaldía de Vinto en Cochabamba y secuestran a la alcadesa Patricia Arce Guzmán, la trasquilan, golpean y bañan en pintura.
  • 7 de noviembre.Los llamados “motoqueros” utilizan bazucas y armas químicas en las manifestaciones de Cochabamba.
  • 8 de noviembre.Ocurren algunos “motines” de sectores de la policía. El Comandante Nacional de la Policía boliviana, Yuri Calderón, asegura que esta situación son hechos aislados que no representan una fractura en la cadena de mando.
  • 9 de noviembre.Los dirigentes del partido MAS William Cervantes (alcalde de Potosí), Juan Carlos Cejas (gobernador de Potosí), Iván Arciénega (alcalde de Sucre) y Orlando Careaga (senador de Potosí), renuncian a sus cargos.
  • Por su parte, el presidente boliviano convoca a una mesa de diálogocon la oposición para alcanzar la “pacificación del país”. Las FFAA resaltan su posición institucional y de defensa de la Constitución Política del Estado, frente a la convulsión social.
  • Escalada de la violencia el resto del día: Grupos violentos de la oposición toman las instalacionesde la estatal BoliviaTv, atacan las casas del gobernador masista de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, y de Esther Morales, hermana del presidente, secuestran al presidente de la Cámara de Diputados del Congreso, Víctor Borda y amarran a un árbol al director de la radio de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, José Aramayo.
  • 10 de noviembre.OEA publica un informe con resultados preliminares de la auditoría del proceso electoral en Bolivia, recomendando la repetición de elecciones con un nuevo TSE.
  • Evo Morales convocaa nuevas elecciones generales
  • Carlos Mesa rechaza que el presidente participe en un próximo cronograma electoral, mientras que Luis Fernando Camacho exige su renunciay pide la formación de una Junta de Gobierno.
  • “Sugerimos al presidente de Estado que renuncie a su mandato, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, manifiestael comandante de las FFAA, Willimas Kaliman.
  • El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, comunica su renunciaal país.

 

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AMÉRICA LATINA

12 de noviembre de 2019

PIT-CNT convoca a una movilización

en defensa de la democracia

y la soberanía

El PIT-CNT condenó el golpe de Estado en Bolivia contra el presidente constitucional Evo Morales, y convocó a una movilización masiva en defensa de la democracia y la soberanía de los pueblos de América Latina para el próximo jueves 14, a las 18:30 horas en la Plaza Libertad.

Este lunes 11 de noviembre, el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT se pronunció sobre la crisis política y social en Bolivia, y la situación compleja que atraviesan la mayoría de los países de América Latina.

El movimiento sindical rechazó el golpe de Estado en Bolivia, en coincidencia con la postura del gobierno uruguayo.

“Se concretó un golpe de Estado en el Estado Plurinacional de Bolivia, mediante el cual se forzó la salida del presidente, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera, autoridades legítimas electas por el pronunciamiento de la soberanía popular, en ejercicio de su mandato Constitucional hasta el 22 de enero”, se expresa en la declaración de la central sindical.

Aseguran que la renuncia de Morales y Linera, “para evitar un baño de sangre, se produjo ante el pronunciamiento por parte las Fuerzas Armadas, que exigieron la renuncia al presidente, un hecho inadmisible en el marco del Estado de Derecho y la democracia”.

“Las prácticas de extorsión y violencia que produjo la salida de las autoridades de Gobierno mediante un golpe de Estado, son testimonio de la falta de voluntad democrática de los sectores golpistas”, remarca la central única de trabajadores.

Avance democrático vs restauración neoliberal

Por su parte, el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, expresó que “en toda América Latina se enfrentan dos grandes proyectos, dos grandes escenarios de avances democráticos o de restauración neoliberal con su componente represivo y antidemocrático que le es tan suyo”.

Agregó que en Uruguay “ese dilema se resolverá el 24 de noviembre”.

Abdala remarcó que la palabra del PIT-CNT “es contundente, en defensa de la democracia atacada por las ansias de regresión de derecha que hay en el continente, y en solidaridad con el pueblo boliviano”.

“Evo Morales renunció para evitar que se desarrollara un baño de sangre, porque eso es lo que estaba en curso. Por ello, nuestra palabra hacia ese pueblo hermano es de total y absoluta solidaridad”, remarcó.

Lo que ha sucedido en Bolivia “es una caza de brujos espantosa, han secuestrado familiares de ministros para que los jerarcas renuncien a sus responsabilidades de gobierno, es una patota fascista suelta la que está en movimiento y  que demuestra de qué lado está la democracia y de qué lado está el fascismo”, dijo Marcelo Abdala en declaraciones al Portal del PIT-CNT.

Movilización

Por otro lado, Abdala informó que el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT resolvió invitar a organizaciones sociales a convocar a una movilización masiva para el próximo jueves 14 a las 18:30 horas en la Plaza Libertad, “en solidaridad con los trabajadores de Ecuador, Chile, con todos los trabajadores de América Latina y muy especialmente en repudio al golpe de Estado en Bolivia”.

 

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Bolivia: la asonada

de la derecha

Nov 11 2019

Editorial – La Jornada

Ayer se consumó en Bolivia un golpe de Estado cívico, policial y militar que sumió a ese país sudamericano en la incertidumbre, el caos y la violencia. Tras la dimisión del presidente Evo Morales y de todos los funcionarios en la línea de sucesión (el vicepresidente Álvaro García Linera, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda), la vida institucional boliviana se colapsó y hasta el cierre de esta edición imperaba la violencia descontrolada de los golpistas, cuyas hordas vandalizaron residencias de funcionarios –incluidas la del propio mandatario en Cochabamba y la de su hermana, en La Paz– e incendiaron sedes de varias organizaciones campesinas, obreras y sociales afines al oficialismo y oficinas del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), todo ello ante la pasividad cómplice del ejército y la policía. La barbarie golpista se manifestó también en la destrucción de la embajada venezolana en la capital de Bolivia y en amenazas en contra de las representaciones diplomáticas de Cuba y México.

En cuanto a la suerte del presidente, quien fue forzado a renunciar ante la ilegítima presión de las fuerzas armadas y la abierta sublevación de los mandos policiales, corrían versiones contradictorias acerca de una orden de captura en su contra.

La mejor síntesis de lo ocurrido en Bolivia la formuló el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien apenas el viernes fue liberado de la cárcel en la que la oligarquía de su país lo tuvo preso 580 días por delitos fabricados: es lamentable que América Latina tenga una élite económica que no sabe convivir con la democracia y con la inclusión social de los más pobres.

En efecto, el golpe en contra de Evo fue un producto característico de los grupos adinerados que no toleran gobiernos independientes de sus designios y ajenos a sus intereses y que controlan, además de porciones principales de la economía, la masa de medios informativos. En el caso boliviano, éstos se empeñaron en presentar el asalto al orden constitucional como expresión de una insatisfacción por los resultados de la elección presidencial del pasado 20 de octubre, en la que el mandatario depuesto ayer obtuvo una ventaja mayor a 10 por ciento sobre su más cercano competidor, el ex presidente Carlos Mesa, suficiente para evitar una segunda vuelta.

Ante los alegatos de fraude y la organización de disturbios por parte de la oposición, Morales pidió un dictamen sobre la calidad de los comicios a la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual aconsejó que se repitieran las elecciones. La idea fue aceptada por el mandatario, pero los golpistas no estaban interesados en procedimientos democráticos sino en acabar con el gobierno que colocó a la nación andina en una ruta de soberanía, desarrollo, reducción de las desigualdades y crecimiento económico excepcional. En cuanto a la OEA, quedó confirmado una vez más que sus intervenciones no están orientadas a preservar el orden constitucional y la armonía social ni a impedir el surgimiento de regímenes dictatoriales, sino dar cobertura diplomática a la desestabilización y los cuartelazos en las naciones gobernadas por proyectos políticos progresistas, soberanistas y populares.

En suma, lo ocurrido en Bolivia el pasado fin de semana constituye la aplicación de un modelo de sobra conocido en Latinoamérica y sus implicaciones políticas para la región son por demás alarmantes: las oligarquías delsubcontinente y el poder neocolonialista de Washington mantienen vigente entre sus recursos el golpe de Estado.

Los acontecimientos en la nación sudame-ricana se desarrollan con fluidez y en los próximos días será necesario sin duda reflexionar sobre las circunstancias que han hecho posible la destrucción de la institucionalidad boliviana y el arrasamiento de un proyecto político que abatió la pobreza y la miseria a mínimos históricos y logró tasas de crecimiento sin parangón en el continente. En lo inmediato, cabe exigir a los cabecillas golpistas que cesen la persecución y la barbarie, que respeten la vida y la integridad de todos los funcionarios del gobierno depuesto y que se abstengan de cometer nuevas agresiones en contra de las sedes diplomáticas que han recibido amenazas.

Anexo 1: Frente a la renuncia del presidente Evo Morales y al golpe de estado en Bolivia

Por José Gabriel Feres* – Agencia Internacional de Noticias Pressenza

La renuncia de Evo Morales, Presidente de Bolivia y del Vicepresidente Álvaro García Lineras es sin duda un hecho lamentable, no sólo para Bolivia, sino que para todos los procesos democráticos del continente y del mundo. El rechazo internacional ha sido categórico al Golpe de Estado que se ha consumado este lunes 10 de noviembre en nuestro hermano país.

Esto ocurre después de la decisión de Evo Morales y de su gobierno, de llamar a nuevas elecciones como forma de resolver la crisis que se estaba gestando. Una respuesta decidida que no aceptaba cálculos, sino que privilegiaba lo mejor para su pueblo. Una respuesta que surge sin duda de la profunda sensibilidad humanista de Evo Morales, al igual que su forzada renuncia de estos momentos, que responde a evitar el derramamiento de sangre de su pueblo, el cual ya estaba siendo víctima de la persecusión y asesinato de sectores de la policía y de bandas paramilitares impulsadas y financiadas por grupos facistas del oriente boliviano.

Varias de las conductas políticas del Presidente pueden haber sido objeto de discusión, incluso por parte de sus propios adherentes y estar su apoyo sufriendo el desgaste propio de 13 años de gobierno, pero su decisión de llamar a nuevas elecciones sin duda lo engrandecía y sirve como referente ejemplar en cuanto a mostrar que conflictos de esta magnitud sólo se resuelven con más democracia.

El hecho de consumarse el Golpe de Estado, aún después del llamado a nuevas elecciones que había realizado Evo Morales, sólo se explica por la clara intención de terminar con su gobierno y no estar dispuestos a arriesgar poder hacer esto democráticamente. ¡Como no aprovechar el momento para asegurarse su derrocamiento por vía de la fuerza!

Lamentablemente una vez más nos toca vivir en Latinoamérica la violencia de sectores antihumanistas que no están dispuestos a abandonar sus privilegios y a los cuales no les basta procedimientos como la mentira, el boicot, la compra de políticos y dirigentes sociales, la complicidad del poder judicial, etc. y recurren por último a sectores de las Fuerzas Armadas para promover golpes de estado e impedir el avance de la democracia.

Tengo la certeza que estas situaciones, que sin duda tendrán un alto costo en sufrimiento, son los últimos estertores de un sistema moribundo antes de su desaparición total, ya que finalmente los pueblos recobraran su libertad arrebatada y tomarán el destino en sus manos habilitando un futuro mejor para todos.

Por último, es inexplicable la negativa del gobierno de Chile -al igual que la de los gobiernos de Perú, Argentina y Brasil- de no haber permitido el ingreso al espacio aéreo al avión en el que estaban Evo Morales y Alvaro García Lineras (según fuentes periodísticas de Bolivia), ya que al hacerlo han dificultado su derecho a pedir asilo y los han dejado expuestos a la violencia política que expresan hoy sus oponentes golpistas.

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*Vicepresidente del Partido Humanista, 11.11.2019 – Santiago de Chile.  Ir a la fuente: https://www.pressenza.com/es/2019/11/frente-a-la-renuncia-del-presidente-evo-morales-y-al-golpe-de-estado-en-bolivia/

Anexo 2: Horas de rabia y tristeza por el golpe de Estado en Bolivia

Javier Tolcachier*

La cronología dirá que un 10 de noviembre de 2019, Evo Morales Ayma, presidente constitucional de Bolivia, renunció a su cargo.

La historia contada por los aparatos de fabricación de sentidos comunes de la derecha, los medios privados dominantes, no insistirá en el hecho que Evo debió abandonar la presidencia para intentar parar la masacre que hordas fascistas estaban ejecutando contra funcionarios de gobierno y sus parientes, militantes de su partido y mujeres con atuendo andino. 

El falso relato omitirá que, en verdad, el primer presidente indígena de Bolivia fue derrocado por un golpe de Estado. Un presidente que logró avances sociales imponentes, que permitió que los oprimidos de Bolivia, por primera vez en su larga historia, tuvieran dignidad de ciudadanos con igualdad de derechos. Golpe que no solamente se dirige a un dirigente sino a todo un movimiento social, al mejor estilo represivo de las dictaduras del siglo pasado. 

La historia distorsionada no dirá que Evo es un genuino representante de las organizaciones del campo, un hombre que todos los días desde tempranas horas de la mañana trabajó sin descanso, un dirigente a quien no pudieron endilgarle corrupción ni enriquecimiento personal. Los periodistas mercenarios contarán, por el contrario, que quería “eternizarse en el poder”. 

Estos tiranos de la comunicación darán voz a quienes denominan “fin de la tiranía” a un golpe de Estado consumado contra un gobierno institucional. En sus relatos emponzoñados glorificarán a los vándalos que quemaron urnas, tribunales, sedes partidarias, que atacaron a mujeres indefensas por su apariencia e identidad. 

Llamarán “valientes” a quienes por dinero o confusión hicieron de fuerza de choque en los episodios iniciales del golpe, cuando el recuento de votos aún no estaba terminado. Aunque luego, para cuidar las formas, al desatarse la caza de brujas posterior al golpe, denominarán “exceso” a lo que es planificada estrategia. 

Los medios golpistas alabarán la postura “conciliadora” de Mesa –quien será un débil títere de los Estados Unidos, si es que finalmente le otorgan el sitial presidencial– y la “firmeza”, el “valor” y la “integridad moral” de la versión santacruceña del Ku Klux Klan, Luis Fernando Camacho. Convocarán a la “unidad” y a la “pacificación”, para lo cual habrá que segregar a los actuales gobernantes de futuras contiendas electorales. Evitarán cuidadosamente hablar de “proscripción”, aunque éste sea el término adecuado a sus intenciones. 

Toda declaración anterior de tinte fascista y racista será borrada o matizada para ocultar el carácter manifiesto del golpe. Los lobos vestirán piel de cordero, para agradar a los ojos del señor. O de los señores de las multinacionales, siempre prestos a desguazar las empresas de recursos naturales nacionalizadas para provecho de ignotos accionistas. 

La manipulación informativa puntualizará el enorme “aporte” de la Organización de Estados Americanos (OEA) por “denunciar el fraude electoral”. Nadie osará valorar que el informe emitido por esta institución –financiada en un 60% por los Estados Unidos– ni siquiera habla de fraude, pero que ciertamente y según era previsible, tiende un manto de sospecha señalando “irregularidades”. 

Nadie opinará en estos medios que fue un descuido (quizás forzado) del gobierno poner a esta organización conspirativa como garante de la democracia. Una organización que si gana quien no es funcional a los designios geopolíticos del mal vecino del Norte, coopera públicamente para derrocar al justo vencedor y encumbrar al perdedor. 

Ningún editorialista de los medios concentrados criticará el silencio de los gobiernos de derecha habitualmente “preocupados” por los derechos humanos y la democracia. A lo sumo, alguna cancillería exhortará a retomar las buenas costumbres republicanas, es decir, aquellas que favorecen al poder establecido. 

La prensa canalla endiosará a policías y militares por ponerse del lado de la “justa causa del pueblo oprimido”. Prensa que acallará cualquier intento de investigación sobre los móviles de los altos mandos de las fuerzas de seguridad para faltar a su deber de protección ciudadana y de salvaguardar a un gobierno elegido por la voluntad popular. Abundarán en su defecto las crónicas que eliminarán toda referencia al espíritu golpista de su accionar. 

Sin duda que ninguno de estos medios osará colocar entre sus textos alguna referencia a posibles planes e intrigas con injerencia externa anteriores a la elección, que colocaron al derrocamiento de Evo Morales como su objetivo preciso. 

Nadie relacionará la guerra por las redes sociales, el incendio intencional en sectores de la Chiquitanía, el recorte informativo sesgado de los mismos medios sobre las políticas del gobierno. 

Lejos de contextualizar el golpe como una movida geopolítica para socavar la soberanía y la posibilidad de integración de los pueblos de América Latina y el Caribe, algún cronista exaltado, –con deseos de ascenso y aumento en su salario– hablará de haber dado un paso importante para quebrar la “nefasta influencia” de Cuba y Venezuela en la región. 

Como es usual, la historia verdadera develará, muy poco tiempo después, como han sido las cosas en realidad. 

Lo cierto es que hoy los poderosos, las derechas, los fascistas, los retrógrados y los violentos se frotan las manos y celebran la caída de un gobierno popular. 

Los pobres de la tierra lloran de angustia y de rabia. Y nosotros con ellos.

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*Investigador del Centro de Estudios Humanistas de Córdoba, Argentina y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza. https://www.alainet.org/es/articulo/203154

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Anexo 3 – Datos adicionales (fuente: SURySUR):

Durante la última década Bolivia creció a un ritmo anual de 4,9 por ciento, el más alto del subcontinente. Y en ese lapso, el índice de pobreza se redujo en 25 por ciento y la pobreza extrema bajó 23 por ciento desde 2006 hasta ahora.

El gobierno de Evo Morales garantizó la soberanía alimentaria para toda la población, redujo el analfabetismo (de 13,3 por ciento en 2006 a 2,4% en 2018); hubo una mayor participación de la mujer en las actividades políticas, económicas y laborales, y el reconocimiento y revalorización cultural de las poblaciones indígenas

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ASILO

12 de noviembre de 2019

“Pronto volveré con más fuerza y energía”,

prometió Evo a su país tras recibir

asilo en México

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció asilo al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien renunció a su mandato tras el golpe de Estado en su país. “Pronto volveré con más fuerza y energía”, aseguró el mandatario boliviano al partir rumbo al país centroamericano.

Morales aceptó la oferta de asilo que le ofreció México, informó este lunes el ministro de de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard.

“Les informo que hace unos momentos recibí una llamada del presidente Evo Morales mediante la cual ha respondido a nuestra invitación y solicitó verbalmente y formalmente el asilo en nuestro país”, informo canciller mexicano.

En tal sentido, el gobierno mexicano envió un avión a Bolivia para trasladar a tierras aztecas al mandatario del altiplano.

Ebrard resaltó que la “tradición de respeto y compromiso con el derecho de asilo es motivos orgullo de la política exterior” de su país y la continuará manteniendo “contra viento y marea”.

En tal sentido, defendió el principio de “no intervención”, y aseguró que México “no reconocerá al nuevo gobierno”.

El canciller mexicano dijo que “respeta al gobierno legítimamente electo hasta el término de su periodo”.

Lamentó el golpe militar en Bolivia y aseguró que es un “grave retroceso para la vida democrática”.

“Pronto volveré con más fuerzas y energía”

Por su parte Morales, tras partir rumbo a México emitió un mensaje a través de su cuenta de Twitter.

“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida”, informó Morales.

Agregó: “Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”

Horas antes de su partida, Morales había denunciado ante el mundo y pueblo boliviano que un oficial de la policía anunció públicamente que tenía instrucción de ejecutar una orden de aprehensión ilegal en contra de su persona.

“Asimismo, grupos violentos asaltaron mi domicilio. Los golpistas destruyen el Estado de Derecho”, sentenció Morales.

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El canciller de Brasil, Ernesto Araújo, y su homólogo estadounidense Mike Pompeo, estrechan las manos en una reunión a principio de 2019 

EL GOLPE QUE VINO DESDE AFUERA:

GEOPOLÍTICA E INTERVENCIÓN EN BOLIVIA

13 Nov 2019

Es incontestable que tanto las figuras de Luis Camacho y Carlos Mesa, como la violencia y represión policial-militar que los acompañó en el derrocamiento de Evo Morales, han copado toda la agenda informativa. Sin embargo, una mirada estrictamente localista podría impedir que veamos los flujos de presión internacional que han moldeado el campo de batalla boliviano de forma decisiva.

EL ROL DE ESTADOS UNIDOS

La OEA, y más específicamente Luis Almagro, fueron el factor desencadenante del golpe que se cristalizó el 10 de noviembre con la renuncia forzada del presidente Evo Morales. El sesgado informe del organismo avaló la tesis del “fraude” e instigó a la persecución del gobierno en funciones, siendo su alcance tan definitorio que, en última instancia, se transformó en el principal instrumento para blindar institucionalmente el cambio de régimen.

Siendo un brazo ejecutor de la política exterior de Estados Unidos en América Latina, la participación de Almagro es prueba suficiente de que Washington fue un actor estratégico del golpe.

Almagro dando una entrevista desde su despacho en 2016, año en que no pudo consagrar el cambio de régimen en Venezuela 

Pero no es la figura de Almagro, por sí sola, la que desvela el involucramiento de Estados Unidos. Otros actores que hasta las postrimerías del golpe eran poco visibles, al menos en el panorama de medios, han quedado al descubierto como cabilderos detrás de la cortina.

Es el caso de los senadores Marco Rubio, Bob Menéndez y Ted Cruz, quienes aparecen en un audio filtrado recientemente. “Estos tres nombres que están mencionados en nuestra agendita, son la llave que está manejando el interés de que el pueblo boliviano tenga la justicia por el voto del 21 de febrero de 2016”, afirmó el dirigente opositor boliviano Manfred Reyes Villa sobre el acuerdo político que viabilizaría distintas presiones estadounidenses sobre Evo Morales.

Estas confesiones dejan al desnudo un tipo de injerencia que no sólo implicó cabildear en respaldo hemisférico a los golpistas, sino la movilización del aparataje de la OEA y la asesoría directa a los jefes políticos de la desestabilización.

Cuando la maquinaria del golpe había entrado en pleno funcionamiento y se evolucionaba hacia mayores dosis de violencia el 29 de octubre, el secretario de Estado Mike Pompeo, afirmó desde Twitter: “Estamos profundamente preocupados por las irregularidades en el proceso de conteo de votos de las elecciones del 20 de octubre en Bolivia (…) Hacemos un llamado a Bolivia para restaurar la integridad electoral al proceder a una segunda ronda de elecciones libres, justas, transparentes y creíbles con los dos principales ganadores de votos”, remató el funcionario.

El discurso de Pompeo ordenó la política exterior estadounidense bajo una línea definida a favor del golpe: alentar la narrativa del fraude acusando, por elevación, al gobierno de Evo Morales de “antidemocrático” y de no “permitir” que el candidato de la Casa Blanca, Carlos Mesa, disputara una segunda ronda a la que había perdido derecho dado el resultado electoral.

El secretario de Estado Mike Pompeo agravó el clima de desconocimiento al triunfo de Evo Morales con sus declaraciones 

El pronunciamiento del jefe de la diplomacia estadounidense provocó el repliegue de sus socios regionales en aras de que Evo Morales no fuera reconocido al momento de su victoria. Así, fue generado un clima de desconocimiento político y electoral con el que Camacho y Mesa, días después, jugarían para inflarle beligerancia a sus reclamos revistiendo de “movimiento democrático” lo que era (y sigue siendo) un golpe en proceso.

Estos pronunciamientos públicos y cabildeos en la sombra fue la realización política de un proyecto de intervención mediante vías blandas que llevaba años encubándose. Aunque (“oficialmente”) la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) dejó de operar en Bolivia en el año 2013, sus líneas de financiamiento a sectores opositores, desde el año 2002, estuvieron dirigidas a fortalecer el secesionismo y la “autonomía regional”, el marco histórico y discursivo que nuclea a la vertiente más facha de la clase dominante boliviana. La misma que ha cristalizado el golpe.

Ese financiamiento, aunque cortado por vías regulares en 2013 (la embajada pudo haber continuado el trabajo clandestinamente) con la expulsión de la USAID por parte del presidente Evo Morales, sirvió para asesorar, entrenar y fortalecer logísticamente a los golpistas que, siendo derrotados en 2008, buscarían una década después una revancha asesina.

El último presupuesto anual reconocido por la USAID (en 2011) fue de 26,1 millones de dólares. Sume casi dos décadas de financiamiento y tendrá la caja chica del golpe de 2019 y actores armados bien entrenados.

Sin embargo, la USAID reconoce en sus informes públicos que hasta el año 2013 su abordaje contenía otras vías, mucho más blandas. El Programa de Desarrollo Sostenible y Medioambiente y otros destinados a “fortalecer la democracia”, tuvieron el objetivo de construir una masa crítica que, en el momento preciso, pudiera ser aprovechada para criminalizar al gobierno de Evo por la nacionalización de recursos naturales y tierras privatizadas.

El año pasado, el presidente Evo Morales le dijo lo siguiente sobre el encargado de negocios Bruce Williamson: “Ahora el nuevo Encargado de Negocios igual (lo) veo en andanza conspirativas, otra vez. Vamos a esperar un poco de tiempo. Tenemos el derecho soberanamente a decidir qué vamos  a hacer con nuestro Encargado de Negocios”.  “No conspire”, remató.

La fricción por declaraciones invasivas del funcionario quedó hasta ahí en el registro de medios, sin embargo, a la luz de la consumación del golpe, su rol activo no puede descartarse. 

Ese momento preciso fue el incendio de La Chiquitania en los meses de septiembre-octubre, evento que fue el disparo de salida para que ONGs ambientalistas entrenadas por la USAID fabricaran el primer “levantamiento” (avalado en una lógica ambientalista) contra Evo Morales. Esa construcción de laboratorio tuvo un precedente: durante los incendios, el 29 de agosto exactamente, la USAID realizó un repentino (e ilegal) retorno, donde fue recibida por autoridades de Santa Cruz para, en teoría, colaborar con la mitigación de los incendios. Ahora sabemos que la asesoría para el golpe, que empezó como siempre en Santa Cruz, fue directa y en vivo. 

En 2013 el presidente Evo Morales expulsó oficialmente a la USAID de Bolivia 

Pero a los fondos de la USAID, como casi siempre, se sumaron los de la Fundación Nacional para la Democracia (NED). De forma abierta, este instrumento de la política exterior estadounidense afirma, nada más en 2018, haber desembolsado recursos de casi 1 millón de dólares para beneficiar proyectos “civiles” y ONGs que no escapan de su vinculación en el golpe.

De la gama de líneas de financiamiento, destacan las dirigidas a la Fundacion Milenio, al Instituto Republicano Internacional (IRI) y Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE), casi un total de medio millón de dólares. Estas tres vitrinas comparten el propósito común de “responsabilizar a los candidatos y las autoridades electorales por una campaña justa y transparente y prácticas de votación”, apoyar al “sector privado boliviano” e impulsar ” reformas electorales”. Todos estos tópicos figuraron dentro de la narrativa en la etapa de preparación del golpe.

Fue el inicio del golpe blando, lo que confirma el papel de Estados Unidos en la fase de preparación, posterior activación y cierre “diplomático” del esquema de golpe de Estado. Lo que vendría después sería el respaldo total a la persecución contra el gobierno de Evo.

Luego del informe de la auditoría de la OEA que avaló el fraude, el secretario adjunto interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EEUU, Michael Kozak, afirmó: “Apoyamos la convocatoria de nuevas elecciones y un Tribunal Supremo Electoral representativo y creíble. Todos los implicados en el proceso defectuoso deberían renunciar”.

Esa narrativa tan coincidente con Carlos Mesa y Luis Camacho luego sería reforzada por Pompeo, quien indicó: “Apoyamos plenamente los hallazgos del informe de la OEA que recomienda nuevas elecciones en Bolivia para asegurar un proceso verdaderamente democrático representativo de la voluntad del pueblo. La credibilidad del sistema electoral debe ser restaurada”.

Más tarde, una declaración oficial de la Administración Trump blindaría el golpe como “un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental”, refiriéndose a la renuncia forzada del presidente Evo Morales. Aplaudió al “ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la constitución boliviana”, justificando la salvaje represión que luego se desataría.

Por último, la declaración oficial redirigió la carga narrativa y simbólica del golpe hacia su objetivo estratégico, Venezuela, de cara al anuncio de nuevas manifestaciones violentas para intentar un nuevo cambio de régimen.

Alejandro Bercovich

 

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