En el 40 aniversario del Golpe Militar en la Argentina (4)

Imposible de no recordar en éste 40 aniversario del Golpe Cívico-Militar en la Argentina, el 24 de marzo de 1976, la carta que el escritor y militante político Rodolfo Walsh dirigió a la Junta de militares golpistas.

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Algunas de las aseveraciones que Rodolfo Walsh hiciera en su carta a la Junta Militar no pudieron ni podrán ser mejor enunciadas en oportunidad y justeza de criterio. Allí, advirtió que los militares no derrocaban a un gobierno sino la posibilidad del pueblo de vivir en un proceso democrático. Observó además que los golpistas restauraban “la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación”. Dio cuenta también del plan sistemático de aniquilamiento y aseguró que la Dictadura “ha despojado a la tortura de su límite en el tiempo”. No se equivocó tampoco al denunciar que el gobierno militar no intervenía como árbitro entre “dos terrorismos” sino como “la fuente misma del terror”. Pero fue más certero aun al subrayar el hecho de que la dictadura contaba con el apoyo de poderosos grupos económicos, una pata civil, que venía a beneficiarse con la planificación de la miseria para todos los argentinos.

Walsh redactó este texto el 24 de marzo de 1977, a un año de instalada la Junta Militar. Por entonces, su hija Vicky, oficial montonera, se había suicidado junto a su pareja, cuando se encontraba acorralada tras un enfrentamiento con las fuerzas militares. Un día después de escrita la carta, mientras dejaba ejemplares de la misma en buzones de calle, fue encerrado por un grupo de tareas de la ESMA en las cercanías del cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos, barrio porteño de San Cristóbal. Walsh combatió y fue herido. Moriría en el campo de concentración, como asegurara al finalizar la carta, fiel al compromiso “de dar testimonio en momentos difíciles”. Sus secuestradores y asesinos, entre ellos Alfredo Astiz y Jorge Acosta, fueron sentenciados a prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal n° 5 en octubre de 2011, acusados por la privación ilegal de la libertad, tormentos, robo de bienes y homicidio.

Fuente: Gregorio Levenson y Ernesto Jauretche, Héroes. Historia de la Argentina revolucionaria, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1998, págs.162-169.

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.

El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese “ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. 1

Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.

De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.

La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el “submarino”, el soplete de las actualizaciones contemporáneas. 2

Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

  1. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y en horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.

Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.

Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.

Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de “cuenta-cadáveres” que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.

El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 o 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos. 3

Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y a los partidos de que aun los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.

Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor. 4

El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

  1. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. 5

Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, “con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles” según su autopsia.

Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. 6

Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.

En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre “violencias de distintos signos” ni el árbitro justo entre “dos terrorismos”, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte. 8

La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay. 9

La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.

Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de Prensa Libre Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.

A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: “La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal”. 10

  1. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar 11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. 12

Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la “racionalización”.

Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.

Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar “el país”, han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.

Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar. 6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.

Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos”. 13

El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el “festín de los corruptos”.

Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. – C.I. 2845022

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

Referencias:

1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de “liberados” que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.

2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: “Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba… Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba”.

3“Cadena Informativa”, mensaje Nro. 4, febrero de 1977.

4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: “El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Ángel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este último había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga”.

5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.

6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.

7 “Programa” dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.

8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por La Opinión el 3-10-76 admitió que “el terrorismo de derecha no es tal” sino “un anticuerpo”.

9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de “simular” su secuestro.

10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según La Razón del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.

11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.

12 Diario Clarín.

13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.

14 Prensa Libre, 16-12-76.

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rodolfowalsh19650000Lettre ouverte de Rodolfo Walsh à la Junte militaire argentine

(24 mars 1977)

La censure de la presse, la persécution des intellectuels, la perquisition dans ma maison sur le Tigre, l’assassinat d’amis chers et la perte d’une fille qui est morte en vous combattant, sont quelques uns des faits qui m’obligent à cette forme d’expression clandestine après avoir librement donné mon opinion comme écrivain et journaliste pendant presque trente ans.

Le premier anniversaire de cette Junte Militaire a donné lieu à un bilan de l’action du gouvernement à travers des documents et des discours officiels, où ce que vous nommez réussites sont des erreurs, ce que vous reconnaissez comme des erreurs sont des crimes et ce que vous omettez sont des calamités.

Le 24 mars 1976 vous avez renversé un gouvernement dont vous faisiez partie, et que vous avez contribué à discréditer en tant qu’exécuteurs de sa politique répressive, la fin du dit gouvernement était marquée par des élections convoquées neuf mois plus tard. Dans cette perspective, ce que vous avez liquidé n’a pas été le mandat transitoire d’Isabelle Martinez mais la possibilité d’un processus démocratique où le peuple aurait remédié aux maux que vous avez poursuivis et aggravés.

Illégitime dans son origine, le gouvernement que vous exercez a pu être légitimé dans les faits en récupérant le programme sur lequel sont tombés d’accord aux élections de 1973 quatre-vingts pour cent des argentins et toujours en vigueur comme expression objective de la volonté du peuple, de l’unique signification possible de cet « être national » que vous invoquez si souvent. En inversant ce chemin vous avez restauré le courant d’idées et d’intérêts des minorités battues qui entravent le développement des forces productives, exploitent le peuple et dissolvent la Nation. Une politique semblable peut s’imposer seulement de façon transitoire en interdisant les partis, en intervenant les syndicats, en bâillonnant la presse et en implantant la terreur la plus profonde que la société argentine n’ait jamais connue.

  1. Quinze mille disparus, dix mille prisonniers, quatre mille morts, des dizaines de milliers d’exilés sont les chiffres nus de cette terreur. Une fois remplies à ras bord les prisons ordinaires, vous avez créé dans les principales casernes du pays, des camps de concentration virtuels où n’entre aucun juge, avocat, journaliste, ni observateur international. Le secret militaire des procédés, invoqué comme une nécessité de l’enquête, transforme la majorité des détentions en séquestrations qui permettent la torture sans limite et l’exécution sans jugement. [1] Plus de sept mille recours d’habeas corpus ont été refusés cette dernière année. Dans des milliers d’autres cas de disparition le recours n’ont même pas été présentés parce que son inutilité est connue d’avance ou parce qu’il ne se trouve pas d’avocat qui ose le présenter après que la cinquantaine ou soixantaine qui le faisait ait été à son tour séquestrée.

De cette façon vous avez dépouillé la torture de sa limite dans le temps. Comme le détenu n’existe pas, il n’y a pas de possibilité de le présenter au juge dans les dix jours comme l’ordonne la loi qui avait été encore respectée même durant les sommets répressifs des dictatures précédentes.

Le manque de limite dans le temps a été complété par le manque de limite dans les méthodes, en revenant aux temps où on opérait directement sur les articulations et les viscères des victimes, maintenant avec des auxiliaires chirurgicaux et les pharmacologues dont ne disposaient pas les bourreaux anciens. Le poulain, le tour, l’écorchement vif, la scie des inquisiteurs médiévaux réapparaissent dans les témoignages avec la gégène et la baignoire, le chalumeau des actualisations contemporaines. [2]

Par des concessions successives supposant que la fin pour exterminer la guérilla justifie tous les moyens que vous utilisez, vous en êtes arrivés à la torture absolue, intemporelle, métaphysique à mesure que la fin originelle d’obtenir une information s’égare dans les esprits perturbés qui l’administrent pour céder à l’impulsion d’écraser la substance humaine jusqu’à l’ébranler et jusqu’à lui faire perdre la dignité que le bourreau a perdue, que vous-mêmes avez perdue.

  1. Le refus de cette Junte de publier les noms des prisonniers est la couverture d’une exécution systématique des otages dans des lieux désolés et à l’aube sous prétexte de combats fictifs et d’imaginaires tentatives d’évasion.

Des extrémistes qui distribuent des tracs à la campagne, peignent les caniveaux ou qui s’entassent à dix dans des véhicules qui prennent feu sont les stéréotypes d’un scénario qui n’est pas fait pour être cru mais pour tromper une éventuelle réaction internationale face à des exécutions en règle tandis que à l’intérieur, est souligné le caractère de représailles appliquées dans les lieux mêmes et immédiatement après des actions de la guérilla.

Soixante-dix fusillés après la bombe dans la Sécurité Fédérale, 55 en réponse à la destruction du Département de Police de La Plata, 30 pour l’attentat contre le Ministère de la Défense, 40 dans le Massacre de la Nouvelle Année qui a suivi à la mort du colonel Castellanos, 19 après l’explosion qui a détruit le commissariat de Ciudadela font partie de 1.200 exécutions en 300 combats supposés où l’adversaire n’a pas eu de blessés et les forces sous son commandement n’ont pas eu de morts.

Dépositaires d’une culpabilité collective abolie dans les normes civilisées de justice, incapables d’influencer une politique qui dicte les faits pour lesquels on exerce des représailles, plusieurs de ces otages sont des délégués syndicaux, des intellectuels, des parents de guérilleros, des opposants sans arme, simples suspects que l’on tue pour équilibrer la balance des pertes comme l’étrange doctrine « compte-cadavres » que les SS ont utilisée dans les pays occupés et les envahisseurs au Viêt-Nam.

L’élimination de guérilleros blessés ou capturés dans des combats réels est de la même manière une évidence qui émerge des communiqués militaires qui en un an ont attribués au groupe de guérilleros 600 morts et seulement 10 ou 15 blessés, proportion inconnue dans les conflits les plus acharnés. Cette impression est confirmée par un travail journalistique qui circule clandestinement, qui révèle qu’entre le 18 décembre 1976 et le 3 février 1977, dans 40 actions réelles, les forces légales ont eu 23 morts et 40 blessés, et la guérilla 63 morts. [3]

Plus de cent prévenus ont été également abattus pendant des tentatives d’évasion dont le récit officiel n’est pas non plus destiné à être cru mais à prévenir la guérilla et Ies partis du fait que même les prisonniers reconnus sont la réserve stratégique des représailles dont disposent les Commandants de Corps selon le déroulement des combats, l’opportunité didactique ou l’humeur du moment.

Ainsi, le général Benjamin Menéndez, chef du Troisième Corps d’Armée, a gagné ses lauriers avant le 24 mars avec l’assassinat de Marcos Osatinsky, arrêté à Cordoba, puis avec la mort de Hugo Vaca Narvaja et cinquante autres prisonniers dans diverses applications de la loi d’évasion exécutées sans pitié et racontées sans pudeur. [4]

L’assassinat de Dardo Cabo, arrêté en avril 1975, fusillé le 6 janvier 1977 avec sept autres prisonniers dans la juridiction du Premier Corps de l’Armée que commande le général Suárez Masson, révèle que ces épisodes ne sont pas des débordements de quelques centurions hallucinés mais la politique même que vous planifiez dans vos Etats-Majors, discutez dans vos réunions de cabinet, imposez comme commandants en chef des 3 Armes et que vous approuvez comme membres de la Junte de Gouvernement.

  1. Entre mille cinq cents et trois mille personnes ont été massacrées en secret après que vous ayez interdit d’informer sur la découverte de cadavres qui dans certains cas a filtré, cependant, pour affecter d’autres pays, par votre grandeur génocidaire ou par la frayeur provoquée au sein de vos propres forces. [5]

Vingt-cinq corps mutilés se ont échoués entre mars et octobre 1976 sur les côtes uruguayennes, petite partie -qui sait- du chargement des torturés jusqu’à la mort dans l’École de Mécanique de la Marine, jetés dans les eaux du Río de la Plata par des navires de cette force, y compris le garçon de 15 ans, Floreal Avellaneda, attaché pieds et mains, « avec des blessures légères dans la région anale et des fractures visibles » selon son autopsie.

En août 1976, un voisin qui plongeait dans le Lac San Roque de Cordoue a découvert un vrai cimetière lacustre , il s’est présenté au commissariat où ils n’ont pas reçu sa plainte et il a écrit aux quotidiens qu’ils ne l’ont pas publiée. [6]

Trente-quatre cadavres à Buenos Aires entre 3 et le 9 avril 1976, huit à San Telmo le 4 juillet, dix au Río Luján le 9 octobre, servent de cadre aux massacres du 20 août qui ont empilés 30 morts à 15 kilomètres de Campo de Mayo et 17 à Lomas de Zamora.

Dans ces énoncés s’épuise la fiction de bandes de droite, héritières présumées de la Triple A de López Rega, capables de traverser la plus grande garnison du pays en camions militaires, de tapisser de morts le Río de la Plata ou de jeter des prisonniers à la mer depuis les avions de la Première Brigade Aérienne [7], sans que ne l’apprennent le général Videla, l’amiral Massera ou le brigadier Agosti. Les 3 A sont aujourd’hui les 3 Armes, et la Junte que vous présidez n’est pas l’aiguille de la balance entre des « violences de signes distincts » ni le juste arbitre entre « deux terrorismes », mais la source même de la terreur qui a perdu le cap et peut seulement balbutier le discours de la mort. [8]

La même continuité historique lie l’assassinat du général Carlos Prats, pendant le précédent gouvernement, avec la séquestration et mort du général Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz et des dizaines d’exilés à travers qui on a voulu assassiner la possibilité d’un processus démocratique au Chili, Bolivie et Uruguay. [9]

La participation certaine dans ces crimes du Département des Affaires Étrangères de la Police Fédérale, conduit par des officiers bénéficiant d’ une bourse de la CIA au travers de l’AID, comme les commissaires Juan Gattei et Antonio Gettor, soumis eux mêmes à l’autorité de M. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentine, est une pépinière de révélations futures comme celles qui aujourd’hui secouent la communauté internationale qui ne vont même pas s’épuiser quand s’éclaircira le rôle de cette agence et des grands chefs de l’Armée, menés par le général Menéndez, dans la création de la Loge Libérateurs de l’Amérique » qui a remplacé la 3 A jusqu’à ce que son rôle global fût assumé par cette Junte au nom des 3 Armes.

Ce cadre d’extermination n’exclut pas les règlements de comptes personnels comme l’assassinat du capitaine Horacio Gandara, qui depuis une décennie enquêtait sur les affaires de hauts gradés de la Marine, ou du journaliste de « Prensa Libre » Horacio Novillo poignardé et brûlé, après que ce quotidien ait dénoncé les connexions du ministre Martinez de Hoz avec des monopoles internationaux.

C’est à la lumière de ces épisodes, que la définition de la guerre prononcée par l’un de vos chefs, touche à sa définition finale : « La lutte que nous livrons ne reconnaît pas de limites morales ni naturelles, elle se réalise au-delà du bien et du mal ». [10]

  1. Ces faits, qui secouent la conscience du monde civilisé, ne sont cependant pas ceux qui ont apportés les plus grandes souffrances au peuple argentin et les pires violations des droits de l’homme dans lesquelles vous tombez. C’est dans la politique économique de ce gouvernement que l’on doit non seulement chercher l’explication de vos crimes mais d’une atrocité plus grande qui punit des millions d’êtres humains par une misère planifiée.

En un an vous avez réduit de 40% le salaire réel des travailleurs, diminué de 30% leur participation au revenu national, augmenté de 6 à 18 heures la journée du travail dont un ouvrier a besoin pour payer le panier familial [11], ressuscitant ainsi les formes de travail forcé qui ne subsistent même plus dans les derniers recoins coloniaux.

En gelant les salaires tandis que les prix montent aux pointes des baïonnettes, en abolissant toute forme de réclamation collective, en interdisant des assemblées et commissions internes, en rallongeant des horaires, en élevant le taux du chômage au niveau record de 9 % [12], en promettant de l’augmenter avec 300.000 nouveaux licenciements, vous avez fait reculer les relations de production aux commencements de l’ère industrielle, et quand les travailleurs ont voulu protester, ils ont été qualifiés de subversifs, des groupes entiers de délégués ont été enlevés qui dans quelques cas sont apparus morts, et dans d’autres ne sont plus réapparus. [13]

Les résultats de cette politique ont été foudroyants. Dans cette première année de gouvernement, la consommation d’aliments a diminué de 40 %, celle des vêtements de plus de 50 %, celle de médicaments a pratiquement disparu des couches populaires. Il y a déjà des zones du Grand Buenos Aires où la mortalité infantile dépasse 30 %, chiffre qui nous place avec la Rhodésie, le Dahomey ou les Guyanes ; des maladies comme la diarrhée estivale, les parasitoses et jusqu’à la rage, où les chiffres grimpent vers des records mondiaux ou les dépassent. Comme si c’était des objectifs désirés et cherchés, vous avez réduit le budget de la santé publique à moins d’un tiers de celui des dépenses militaires, en supprimant jusqu’aux hôpitaux gratuits tandis que des centaines de médecins, de professionnels et de techniciens s’ajoutent à l’exode provoqué par la terreur, les bas salaires ou la « rationalisation ».

Il suffit de marcher quelques heures par le Grand Buenos Aires pour vérifier la rapidité avec laquelle une telle politique l’a transformé en un bidonville de dix millions d’habitants. Des villes à moitié éclairées, des quartiers entiers sans eau parce que les industries monopolistiques pillent les nappes phréatiques, des milliers de rues devenues un seul nid de poule parce que vous goudronner seulement les quartiers militaires et ornez la Place de Mai, la plus grande rivière du monde contaminée sur toutes ses plages parce que les associés du ministre Martinez de Hoz y rejettent leurs résidus industriels, et l’ unique mesure du gouvernement que vous avez prise est d’interdire aux gens qu’ils se baignent.

Pas plus dans les objectifs abstraits de l’économie, ceux que vous avez l’habitude de nommer « le pays », vous n’avez pas été plus heureux non plus. Une chute du produit brut qui frise les 3 %, une dette externe qui arrive à 600 dollars par habitant, une inflation annuelle de 400 %, une augmentation de la monnaie courante qui en une seule semaine de décembre a atteint 9 %, une chute de 13 % de l’investissement extérieur qui constituent aussi un record mondial, fruit étrange de la froide délibération et de l’ineptie crue.

Tandis que toutes les fonctions créatrices et protectrices de l’État s’atrophient jusqu’à se dissoudre en pure anémie, une seule grandit et devient autonome. Mille huit cents millions de dollars, ce qui équivaut à la moitié des exportations argentines, octroyés à la Sécurité et la Défense en 1977, quatre mille nouvelles places d’agents dans la Police Fédérale, douze mille dans la province de Buenos Aires avec des salaires du double de celui d’un ouvrier d’usine et du triple de celui d’un directeur d’école, tandis qu’en secret les militaires augmentent leurs propres salaires de 120% à partir de février, prouvent qu’il n’y a ni gel ni chômage au royaume de la torture et de la mort, unique champ de l’activité argentine où le produit grandit et où le cours par guérillero abattu monte plus vite que le dollar.

  1. Dictée par le Fonds monétaire international comme une recette qui s’applique indistinctement au Zaïre ou au Chili, à l’Uruguay ou à l’Indonésie, la politique économique de cette Junte reconnaît seulement comme bénéficiaires la vieille oligarchie d’élevage, la nouvelle oligarchie spéculatrice et un groupe choisi de monopoles internationaux avec comme chef de file ITT, Esso, les constructeurs automobiles, l’U.S.Steel, Siemens, qui sont personnellement liés au ministre Martinez de Hoz et à tous les membres de son cabinet.

Une augmentation de 722 % dans les prix de la production animale en 1976 définit l’ampleur de la restauration oligarchique entreprise par Martinez de Hoz en consonance avec le credo de la Société Rurale exposé par son président Celedonio Pereda : « c’est étonnant que certains petits groupes mais actifs continuent d’insister pour que les aliments soient bon marché ». [14]

Le spectacle d’une Bourse du Commerce où au cour d’une semaine il a été possible pour certains d’augmenter sans travailler leurs gains de cent et deux cents pour cent, là où des entreprises ont doublé du jour au lendemain leur capital sans produire plus qu’avant, la folle roue de la spéculation en dollars, lettres, valeurs ajustables, l’usure simple qui calcule déjà l’intérêt à l’heure, sont des faits bien curieux sous un gouvernement qui est arrivé pour en finir avec le « festin des corrompus ».

En dénationalisant les banques, l’épargne et le crédit national sont dans les mains de la banque étrangère, en indemnisant ITT et Siemens on récompense des entreprises qui ont escroqué l’État, en rendant les stations-service les gains du Shell et d’Esso, augmentent, en baissant les tarifs douaniers des postes de travail sont créés à Hong Kong ou à Singapour et du chômage en Argentine. Face à tous ces faits il convient de se demander qui sont les apatrides des communiqués officiels, où sont les mercenaires au service des intérêts étrangers, quelle est l’idéologie qui menace l’être national.

Si une propagande écrasante, reflet déformé de faits néfastes ne prétendait pas que cette Junte procure la paix, que le général Videla défend les droits de l’homme ou que l’amiral Massera aime la vie, on pourrait demander encore à messieurs les Commandants en Chef des 3 Armes de méditer sur l’abîme où ils conduisent le pays après l’illusion de gagner une guerre qui, même s’ils tuaient le dernier guérillero, ne ferait que recommencer sous de nouvelles formes, parce que les causes qui depuis plus de vingt ans font bouger la résistance du peuple argentin, n’auront pas disparues mais seront aggravées par le souvenir de la ruine causée et la révélation des atrocités commises.

Telles sont les réflexions qu’ au premier anniversaire de votre malheureux gouvernement j’ai voulu faire parvenir aux membres de cette Junte, sans l’espoir d’être écouté, avec la certitude d’être poursuivi, mais fidèle à l’engagement que j’ai assumé depuis longtemps de donner un témoignage en des moments difficiles.

Rodolfo Walsh. – C.I. 2845022

Buenos Aires, le 24 mars 1977.

http://www.literatura.org/Walsh/rw2…

Notes :

[1] Depuis janvier 1977 la Junte a commencé à publier des listes incomplètes de nouveaux détenus et de « libérés » qui ne sont pas comme tels dans leur majorité mais des accusés qui cessent d’être à leur disposition mais qui restent détenus. Les noms de milliers de prisonniers sont encore secret militaire et les conditions de leur torture et exécution potérieure elles restent inconnues.

[2] Le dirigeant péroniste Jorge Lizaso a été écorché vif, l’ex-député radical Mario Amaya tué à coup des bâtons, l’ex-député Muñiz Barreto a eu le cou brisé par un coup. Le témoignage d’une survivante : « Des coups de gégène dans Ies bras, les mains, les cuisses, près de Ia une bouche chaque fois qu’elle pleurait ou priait… Toutes les vingt minutes ils ouvraient la porte et me disaient qu’ils m’allaient me charcuter avec la scie mécanique qu’on entendait ».

[3] « Chaîne d’information », message Nro. 4, février 1977.

[4] Une version exacte apparaît dans cette lettre des prisonniers de la Prison de Encausados à l’évêque de Cordoba, monseigneur Primatesta : « Le 17 mai sont retirés sous pretexte d’aller à l’infirmerie six collègues qui sont fusillés tout de suite. Il s’agit de Miguel Angel Mosse, de José Svagusa, de Diane Fidelman, de Luis Verón, de Ricardo Yung et d’Eduardo Hernández, dont la mort pour tentative de fuite a informé le Troisième Corps d’Armée. Le 29 mai José Pucheta et Carlos Sgadurra sont retirés. Ce dernier avait été puni au point qu’ on ne pouvait pas le maintenir debout souffrant de plusieurs fractures des membres. Plus tard ils apparaissent aussi comme fusillés dans une tentative de fuite”.

[5] Dans les 15 premiers jours du gouvernement militaire 63 cadavres sont apparus, selon les quotidiens. Une projection annuelle donne le chiffre de 1500. La présomption que ce chiffre peut s’élever au double se fonde sur le fait que depuis janvier 1976 l’information journalistique était incomplète et sur l’augmentation globale de la répression après le coup d’état. Une estimation globale vraisemblable des morts produits par la Junte est la suivante. Des morts au combat : 600. Fusillés : 1.300. Exécutés en secret : 2.000. Divers. 100. Un total : 4.000.

[6] Une lettre d’Isaías Zanotti, diffusée par ANCLA, Agence Clandestine de Nouvelles.

[7] « Un programme » dirigé entre juillet et décembre 1976 par le brigadier Mariani, chef de la Première Brigade Aérienne du Palomar. Des avions Fokker F-27 ont été utilisés.

[8] Le ministre des relations extérieures, le viceamiral Guzzeti, dans un reportage publié par « La Opinion » le 3 septembre 1976 a admis que « le terrorisme de droite n’est pas comme tel » mais « un anticorps ».

[9] Le général Prats, dernier ministre de l’Armée du président Allende, mort dans l’explosion d’une bombe en septembre 1974. Les ex-parlementaires uruguayens Michelini et Gutiérrez Ruiz sont apparus criblés des balles le 2 mai 1976. Le cadavre du général Torres, ex-président de la Bolivie, est apparu le 2 juin 1976, après que le ministre de l’intérieur et l’ex-chef de Police d’Isabelle Martinez, général Harguindeguy, l’a accusé de « simuler » sa séquestration.

[10] Lieutenant colonel Hugo Ildebrando Pascarelli selon « La Razón » du 12 juin 1976. Chef du Groupe I d’Artillerie de Citadela. Pascarelli est le responsable présumé de 33 exécutions entre le 5 janvier et le 3 février 1977.

[11] Union de Banques Suisses, donnée correspondante à juin 1976. Après la situation s’est aggravée encore plus.

[12] Le quotidien « Clarin ».

[13] Parmi les dirigeants nationaux séquestrés, on compte Mario Aguirre d’ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Les séquestrations et les assassinats de délégués ont été particulièrement graves dans le secteur métallurgie et des constructions navales.

[14] Prensa Libre, du 16 décembre 1976.

 

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