Mariana Mota asume en INDDHH (2)

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Para Mariana Mota, integrar la INDDHH es una forma de seguir defendiendo derechos

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“Este es el inicio de una nueva etapa, [está] vinculada a mi tarea anterior porque tiene que ver con la defensa de los derechos. Sigo en esa tarea desde otro lugar de lucha”, dijo ayer a la diaria la doctora Mariana Mota, después de asumir como presidenta del Consejo Directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH). Mota tuvo que renunciar a su cargo como jueza para integrar el Consejo Directivo de la INDDHH. El 7 de agosto había presentado una reserva del cargo, a la que la Suprema Corte de Justicia no hizo lugar, por entender que “quien ocupa un cargo dentro de la judicatura tiene una incompatibilidad absoluta para ejercer otra función pública retribuida”. En el acto de ayer, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, asumieron también Mariana Blengio, María Josefina Plá, Wilder Tayler y Juan Faroppa.

En su discurso, Mota destacó la importancia de que la INDDHH llegue a todo el país. “Hay que profundizar en el carácter nacional de la institución. La propuesta fundamental es llegar a todos los rincones del país para ejercer todas sus competencias, y tiene que tener carácter permanente. Quienes nacimos y crecimos en el interior sabemos las dificultades que hay para acceder a toda la información”, sostuvo. La nueva directora de la INDDHH aseguró que Montevideo también “tiene zonas excluidas a las que la institución todavía no ha llegado en forma permanente”. “Este nuevo consejo tiene el cometido de pensar en la periferia, conformada por poblaciones marginadas”, adelantó. En conversación con la diaria, sostuvo: “Hay que rescatar la memoria que está en el interior y saber qué es lo que pasó [en el pasado reciente], para dar a las comunidades información sobre qué fue lo que ocurrió con sus integrantes. El pasado en dictadura también importa en el interior, además de toda la agenda de derechos”. Por otra parte, afirmó que no se puede dejar de lado los problemas “crecientes” en el “uso responsable del medioambiente y de los recursos no renovables”. Además, la INDDHH seguirá recibiendo denuncias y mantendrá contacto con las organizaciones sociales.

Faroppa, único integrante del Consejo Directivo que permaneció en el cargo, dijo a la diaria que la nueva integración continuará las grandes líneas estratégicas iniciadas en el período anterior. “Ahora que contamos con los recursos humanos y técnicos para acercarnos a la gente, tenemos que ir en su búsqueda y no sólo esperar los reclamos y las demandas en las oficinas”, afirmó. Sobre la construcción de la institucionalidad, dijo que en materia de derechos humanos “nunca se termina de consolidar nada, siempre se está en pleno proceso de mejora”. “Lo que no debe pasar es que se retroceda, pero siempre se puede avanzar y progresar. Se pueden mejorar los procesos institucionales para que la gente sienta que tiene un espacio eficiente. En cinco años se ha hecho mucho, pero este es un proceso continuo, en el que hay que seguir mejorando y avanzando”, señaló. Con respecto a las diferencias internas que surgieron en el Consejo Directivo anterior, dijo: “Como en todo órgano colegiado, hubo diferencias, discusiones, unanimidades y votaciones que se hicieron por la mayoría que establece la ley, pero es algo natural: somos seres humanos y por eso se crea un Consejo Directivo plural. Los colegiados tienen sus cosas buenas y malas. Lo malo es que a veces se enlentece el proceso de toma de decisiones, y lo bueno es que estas no quedan en manos de una persona, sino que son fruto de un acuerdo o de una votación por mayoría”.

El Consejo Directivo saliente estaba integrado, además de por Faroppa, por Ariela Peralta (presidenta), Juan Raúl Ferreira, Mariana González y Mirtha Guianze. Peralta dijo a la diaria que es necesario fortalecer los “procesos internos, llegar al interior y fomentar la educación en derechos humanos”. Sobre lo actuado en los últimos años, dijo: “La institución prestó atención a muchos temas, desde el abuso policial, hasta el impacto de los agroquímicos y cuestiones de género. La gama ha sido amplia, este consejo tuvo la virtud de atender a todos los que tocaron a la puerta”, lo que obligó a ampliar la agenda. En su discurso de despedida destacó “el empeño, compromiso, energía y determinación” no sólo de los integrantes del Consejo Directivo, sino también de la Asamblea General, las instituciones sociales y otras organizaciones, como la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento. Aseguró que la INDDHH recibió el apoyo del sistema político en su conjunto, que, dijo, no “retaceó” el presupuesto. “Sorteamos muchas dificultades, cometimos errores, aprendimos lecciones y dejamos a este Consejo Directivo mucho para hacer y muchos desafíos pendientes”, afirmó.

El vicepresidente de la República, Raúl Sendic, en su carácter de presidente de la Asamblea General, dijo que la institución es una “verdadera herramienta para la defensa de los derechos humanos en Uruguay”, pero destacó que aún hay trabajo por hacer en relación con los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

 

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