Cine y la Memoria Histórica

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La bandera que levantamos

Los años 60 digitalizados

Rodrigo Guerra

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 Las películas que estamos digitalizando fueron perseguidas, censuradas y tuvieron que mandarse al exterior o ser enterradas para poder ser preservadas”, asegura la historiadora Isabel Wschebor, integrante del colectivo Memorias Magnéticas. Se refiere a las películas que formarán parte de la primera muestra de cine político, que se hará este jueves a partir de las 18.30 en la Explanada de la Universidad de la República (18 de Julio y Eduardo Acevedo).

“La crisis de la democracia, la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos muestran al cine como un discurso que permite discutir y repensar asuntos de la sociedad actual, para poder debatir temas que los canales tradicionales de la política no tratan por diferentes motivos”, afirma Wschebor. “Digitalizamos en alta definición películas patrimoniales para plantear en qué medida el cine puede ser un motor de discusión en el presente”, continúa.

Con entrada libre y bajo el título de Primavera estudiantil, esta muestra de cine político organizada por el colectivo Memorias Magnéticas, el Archivo General de la Universidad de la República (AGU) y la Facultad de Información y Comunicación (Udelar) presentará por primera vez en alta definición las películas Me gustan los estudiantes (1968), de Mario Handler, La bandera que levantamos (1971), de Mario Jacob y Eduardo Terra, y En la selva hay mucho por hacer (1974), de Walter Tournier. Además, se exhibirán fragmentos de archivos fílmicos que retratan los movimientos estudiantiles de la década de los 60 y 70.

Me gustan los estudiantes es una película que recorrió el mundo”, dice la historiadora. “Es cine de denuncia, un símbolo del mayo del 68 en América Latina. Mario Handler se la llevó y al volver del exilio la dejó en Cinemateca”. La bandera que levantamos se centra en el primer gran acto del Frente Amplio, el 26 de marzo de 1971, cuando Liber Seregni dio su famoso discurso, y En la selva hay mucho para hacer se inspira en un cuento de Mauricio Gatti. “La película de Walter Tournier es una alegoría sobre la vida en represión: un cazador caza animales de la selva y los lleva al zoológico; cansados de esa vida, los animales deciden volver a la selva de donde venían”, comenta Wschebor. La primera vez que se exhibió esta película, en plena dictadura, fue en una función privada para familiares de detenidos.

Estas películas fueron producidas por cineastas que en la actualidad son considerados piezas fundamentales del patrimonio fílmico uruguayo. Handler, Jacob, Terra y Tournier fueron algunos de los responsables de la creación de la Cinemateca del Tercer Mundo en 1969. Este movimiento inauguró un campo de cine político y militante en nuestro país, y el archivo de películas producidas por la organización fue objeto de censura y dispersión durante la política represiva de la dictadura militar.

Por esta razón, se pueden notar vestigios que evidencian que las películas que formarán parte de Primavera estudiantil no fueron guardadas en condiciones óptimas. Sin embargo, para la integrante de Memorias Magnéticas esto marca un “símbolo de su propia historia”, y cuenta que las imágenes tuvieron que ser “dispersas y escondidas” para no ser requisadas durante la dictadura. “En la selva hay mucho para hacer está fuertemente decolorada, pero queremos respetar eso porque habla mucho de su historia”, finaliza Wschebor.

El rol principal del colectivo Memorias Magnéticas, y uno de los cometidos del AGU es la preservación del patrimonio fílmico nacional y, por esta razón, en la invitación a Primavera Estudiantil se hace énfasis en la importancia de su conservación para comprender los procesos que nos traen al presente: “El cine es un medio valioso para la reflexión del pasado y del presente. Debemos actuar ya para recuperar la historia fílmica de Uruguay”. Por eso, después de la exhibición se hará un homenaje a los autores de las obras digitalizadas y un foro para debatir sobre las temáticas que tratan las películas. Tras casi medio siglo de su creación, se podría decir que las tres obras siguen cumpliendo su objetivo inicial: invitar a la reflexión mediante imágenes.

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