Si, hubo espionaje

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Capitán de navío Jorge Saravia reconoció en el Parlamento que hubo espionaje militar en democracia

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Según transmitió el diputado Gerardo Núñez (Frente Amplio, FA), presidente de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que analiza cómo y de dónde provienen los documentos que integran el “archivo Berrutti”, en la sesión de ayer, “se volvió a ratificar que se llevaban adelante tareas de inteligencia militar sobre partidos políticos y organizaciones sociales”. Quien lo admitió esta vez fue el capitán de navío retirado Jorge Saravia Briano, que fue jefe del Campo Militar y luego director del Departamento 1 de la Dirección General de Información de Defensa (DGID), entre 1996 y 1997.

En la sesión de la comisión, la discusión se centró en si la información que se recolectaba era “abierta” o “cerrada”, es decir, si era información de común acceso, que, por ejemplo, se hubiera difundido en la prensa, o si, en cambio, se requerían otros métodos para obtenerla. “En mi caso presentamos materiales, documentos que están en el archivo Berrutti, que claramente corresponden a información que fue recolectada de manera cerrada, que responde a fuentes, a informantes que tenían en determinados lugares, que sacaban esa información, en este caso para la inteligencia militar”, explicó el diputado del FA en rueda de prensa.

Por ejemplo, uno de los documentos firmados por Saravia registra el número de matrícula, el padrón y los nombres de los choferes de los vehículos que utilizaban los militantes de un comité de base del FA. “Eso, evidentemente, no aparecía en un diario o en una radio”, consideró Núñez, que explicó que en la sesión el militar “reconoce la posibilidad de que esta información sea encubierta”, pero aseguró que no fue generada en el Departamento 1 de la DGID: “Pudo haber sido aportada por otras agencias, por dependencias de las Fuerzas Armadas, Ejército, Fuerza Aérea, Armada, la Policía u otras agencias”, añadió el diputado, que remitió a la información aportada por Saravia. Su firma en los documentos constataba, según explicó, el ingreso de esa información al archivo.

Otros documentos presentados por Núñez en la sesión registran la lista de delegados del FA que iban a participar en el Foro de San Pablo, quiénes concurrirían en nombre del FA a un encuentro con Fidel Castro, así como datos de los montos que aportó una persona a las campañas electorales del Encuentro Progresista-Frente Amplio y al Partido Colorado, señaló. “Obviamente, esta información, por más que se nos diga que se recolectaba de manera abierta, no surge de diarios, de radios ni de prensa de ningún tipo”, afirmó Núñez.

Según la explicación que surgió en la comisión, la información recolectada iba a parar a la “conformación de un archivo general de información, para ser analizada en su momento. El tema es que nosotros queremos establecer y conocer por qué se colectaba este tipo de información sobre partidos políticos y organizaciones sociales en democracia, cuál era la utilidad que efectivamente se le daba; yo dudo de que se genere una recolección tan importante de información, más de tres millones de copias, solamente para archivar. Evidentemente, acá había un objetivo mucho más grande, que todavía no hemos podido dilucidar”, opinó el diputado.

Saravia no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación luego de su presentación en la comisión, ya que, según dijo, en su comparecencia se limitó a explicar los procedimientos utilizados en el departamento.

Semanas atrás, otro militar, el ex titular de la DGID contralmirante retirado Óscar Otero, también había reconocido la existencia del espionaje en democracia, algo que, dijo, se hacía “por costumbre”.

No obstante, ninguno de los jerarcas políticos que concurrieron a la comisión investigadora –ministros de Defensa Nacional y del Interior de los distintos gobiernos posteriores a la dictadura– dijo tener conocimiento de la existencia de tareas de espionaje a partidos políticos u organizaciones sociales. Para Núñez, el desconocimiento de los mandos políticos se debe a fallas en los controles sobre la inteligencia militar.

En entrevista con la diaria, el ex presidente Julio María Sanguinetti se refirió a esta dificultad: “Naturalmente, siempre es motivo de preocupación, y revela, una vez más, las dificultades que tienen todos los estados para especializar gente. Porque, desgraciadamente, los que se especializan en inteligencia terminan desarrollando una mentalidad que a veces suele ir más allá de lo lógico. Y si se rotan demasiado, siempre están en estado de aprendizaje”.

“Evidentemente, los mecanismos de control no funcionaron. Según se ha dicho, no recibieron órdenes de mandos políticos, pero está claro que esto funcionaba de manera abierta, sin reparos: no tenían reparo en normativa jurídica nacional; de hecho, se violentaron leyes, la Constitución”, aseguró, por su parte, el legislador.

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Sólo un rumor

Antes de Saravia, había concurrido a la comisión investigadora Alejo Fernández Chaves, ex subsecretario y ministro del Interior durante el gobierno de Jorge Batlle (2000-2005). El ex ministro, que era subsecretario y asumió la titularidad de la cartera cuando Guillermo Stirling renunció para dedicarse a la campaña electoral por la presidencia de la República, aseguró tener la “absoluta convicción de que en democracia y dentro del Ministerio del Interior no se produjo el más mínimo espionaje a ese tipo de organizaciones o personas; no hubo persecución de tipo ideológico jamás”, afirmó. Añadió que tampoco tuvo conocimiento de este tipo de acciones ni “como abogado, ni como legislador”, y dijo también que si se hubiera enterado de que se llevaban a cabo este tipo de acciones “hubiera sido el primero en actuar y hubiera actuado tajantemente”. No obstante, al ser consultado sobre si tenía conocimiento de que desde el área de Inteligencia del Ministerio de Defensa Nacional se hubieran realizado acciones de espionaje en democracia, contestó: “Existía ese rumor”.

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Lo justificó como algo “normal”Militar confirmó espionaje en democracia

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 El capitán de navío Jorge Saravia, que fue jefe entre 1996 y 1997, admitió ante la Comisión que investiga el espionaje desde 1985 a la fecha, haber recolectado información de todos los partidos políticos en democracia.

Si bien inicialmente señaló que la información era abierta (publicada en medios de comunicación), ante documentos presentados con su firma indicó que esa información podía ser otorgada por otras agencias.

En la pasada jornada volvió a sesionar la Comisión parlamentaria que investiga el espionaje militar en democracia que recibió al capitán de navío (retirado), Jorge Saravia. El jefe militar, según pudo saber LA REPÚBLICA, reconoció haber participado en la recolección de información sobre personas, partidos políticos u organizaciones, de todos los campos donde intervenía la inteligencia militar que son cuatro campos: inteligencia psicosocial, campo militar, político y campo económico.

Después de reconocer este aspecto, señaló que se recolectaba muchísima información de los partidos políticos, pero que la misma era abierta. Este aspecto generó un revuelo debido a que a Saravia le indicaron tener conocimiento y los documentos en los que mantenían información que no era abierta los cuales tenían su firma, sino que eran por vías encubiertas.

Por ejemplo, se le señaló algunos documentos con su firma sobre un comité de base del Frente Amplio, en donde se da cuenta de un camión para tareas organizativas. De este camión se tenían datos de la matrícula, del padrón y hasta del número del motor. De la misma forma se detallaba el sistema de seguridad del Partido Comunista, lo cual dejaba en evidencia que la información de abierta tenía poco.

Tras las puntualizaciones, la respuesta de Saravia fue que posiblemente esa información, la cual tenía su firma, haya sido otorgada por otra agencia, lo cual generó un revuelo por demás importante.

Posteriormente justificó los hechos ocurridos como algo “normal”, lo cual no es mal visto, a su forma de ver.

“Nunca conocí a Castiglioni”

Además del militar retirado Jorge Saravia, quienes comparecieron fueron Alejo Fernández Chávez y Daisy Tourne, exministros del Interior. Ambos señalaron desconocer los hechos de espionaje en democracia.

Fernández Chávez, quien hizo declaraciones tras su comparecencia, señaló que de saberlo “no lo hubiera permitido. Del espionaje en el ministerio del interior no escuche absolutamente nada. Fui defensor de mucha gente detenida en Maldonado y San Carlos, hubiera sido el primero en haber actuado ante una situación como esta”.

El ex ministro dijo que en el ministerio del Interior jamás sintió un rumor respecto al espionaje en democracia, lo que si sucedía en el ministerio de Defensa, “pero por ejemplo, nunca en mi vida conocí al militar Castiglioni, lo descubrí cuando aparecieron sus archivos”. “Tengo la convicción que en democracia, dentro del ministerio del Interior no se produjo el mas mínimo espionaje a ese tipo de organización, y no hubo persecución ideológica”.

 

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