Análisis del periodista Julio Scavino
Durante la dictadura se hizo un uso sistemático de la condición de mujer y su cuerpo en los interrogatorios.
La denuncia de un grupo de mujeres expresas políticas que determinó el reciente pedido de extradición de los militares presos en Argentina y Chile, Manuel Cordero y Wellington Sarli, puso en el tapete cómo se manejó la condición de género en la tortura.
La sensibilidad de la mujer respecto a la desnudez y a su cuerpo fue utilizada sistemáticamente en los interrogatorios que solían comenzar cuestionando a las víctimas por ser mujeres y meterse en política y, si la información obtenida no era suficiente, los torturadores recurrían a manoseos, aplicar picana en los genitales y a la violación en procura de “quebrar” la voluntad de las detenidas.
El abogado de las 28 denunciantes, Federico Álvarez Petraglia, valoró positivamente que en menos de un mes de funcionamiento de la nueva Fiscalía especializada en Derechos Humanos, a cargo de Ricardo Perciballe, el fiscal haya puesto nuevamente en marcha una causa que tiene 4.000 folios y solicitara la extradición de los militares acusados.
La jueza Penal de 29° Turno, Julia Staricco, hizo lugar al pedido de Perciballe y fijó 15 audiencias a realizarse entre el 9 y 30 de abril de 2018.
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