Justicia por Victor Jara

  04 de julio de 2018

Condenaron a nueve miembros del

Ejército de Chile

Justicia para Víctor Jara

El legendario cantautor popular había sido asesinado el 15 de septiembre 1973, días después del golpe militar del dictador Augusto Pinochet que derrocara al presidente Salvador Allende.

La Justicia chilena condenó ayer a nueve miembros del Ejército por el homicidio del cantautor Víctor Jara, asesinado el 15 de septiembre 1973, días después del golpe militar propiciado por el dictador Augusto Pinochet que derrocó al presidente socialista Salvador Allende. El juez Miguel Vázquez sentenció a ocho militares con penas de 15 años y un día por ser los autores del asesinato de Jara y del entonces director general de Servicio de Prisiones y militante del Partido comunista, Littré Quiroga, y a tres años como autores de secuestro de ambas víctimas. Dichos militares son Hugo Sánchez, Raúl Jofré, Edwin Dimteri, Nelson Haase, Ernesto Bethke, Juan Jara, Hernán Chacón y Patricio Vásquez. Además, el ex oficial Rolando Melo fue sentenciado a cinco años por haber encubierto los homicidios y secuestros. 

Además, en el ámbito civil, se condenó al Estado de Chile a pagar una indemnización de $1.370.000.000 a familiares de las víctimas, según informó el diario chileno El Dínamo.

Víctor Jara se encontraba en la Universidad Técnica del Estado, donde trabajaba como investigador, cuando las fuerzas armadas chilenas tomaron el poder por la fuerza el 11 de septiembre de 1973. Ese mismo día, miembros del Ejército sitiaron la institución. Al día siguiente ocuparon la Universidad y detuvieron masivamente a docentes, estudiantes y personal administrativo, quienes fueron trasladados al Estadio Chile, que funcionaría como centro de detención. Durante el traslado, militares reconocieron al cantautor, por lo que fue separado del resto de los detenidos, llevado a los vestidores transformados en salas de interrogatorios y torturas, y golpeado por varios oficiales. El 16 de septiembre se produjo el traslado de todos los detenidos del Estado Chile, menos de Victor Jara y de Littré Quiroga. Días después, el cadáver del cantautor fue encontrado en un terreno baldío en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano de la capital chilena con 44 tiros y signos de haber recibido reiterados golpes. 

Según el fallo, tanto Jara como Quiroga fueron detenidos sin orden judicial de ninguna naturaleza y bajo ningún procedimiento. “El encierro en el Estadio Chile, que era un lugar que se ocupaba para espectáculos deportivos y culturales, fue decidida por las autoridades y Oficialidad que estaba a cargo del mismo, no teniendo facultad legal alguna para ello, sin haberse dejado constancia de la identidad de los detenidos, fecha y circunstancias de su detención, motivos y cargos que se les imputaban a los mismos, autoridad que la ordenó y de dónde provenían” dice el fallo, citado por El Dínamo.

También se confirmó que ambos detenidos habían sido apartados del resto de los prisoneros y que se les había asignado custodia especial. “Se les imputaba, en el caso de Littré Quiroga, el hecho supuesto de haber sido responsable de la prisión y maltrato que habría sufrido el General de Ejército Roberto Viaux, lo que agravaba el castigo que le fue propinado por quienes pasaban a su lado, alentándose incluso a los propios conscriptos a tomar parte en dicho castigo”, explica el documento. “De manera muy similar, respecto de Víctor Jara Martínez, las agresiones tuvieron como principal aliciente, la actividad artística, cultural y política del mismo, estrechamente vinculada al recién derrocado Gobierno, quien fue sometido a idénticas torturas físicas, siendo los golpes más severos, aquellos que recibió en la región de su rostro y en sus manos, ambas víctimas fueron objeto de patadas, golpes de puño y golpes de culata con armas”, señala el fallo. 

La sentencia indica, a su vez, que los 44 impactos de bala que recibió el cantante chileno correspondían a proyectiles 9,23 milímetros, que corresponde al armamento que era utilizado por los Oficiales del Ejército que se encontraban en el lugar. Víctor Lidio Jara Martínez fue músico, cantautor, profesor y director de teatro, además de militante del Partido Comunista de Chile. Su militancia quedó plasmada en su canción y se transformó en una pieza esencial, inescindible, de ella. Por ello, Víctor Jara se convirtió en un referente internacional de la canción de protesta y en uno de los artistas más importantes del movimiento músico-social conocido como “Nueva Canción Chilena”. Ya el 27 de junio de 2016, un tribunal federal del estado de Orlando, Estados Unidos, había sentenciado al ex militar chileno Pedro Barrientos a pagar una compensación por daños y perjuicios de 28 millones de dólares a la familia del cantautor. En ese entonces, Barrientos, ya nacionalizado estadounidense, fue encontrado culpable de tortura y asesinato extrajudicial de Jara. 

Durante el régimen militar de Pinochet, que se prolongó por casi 17 años hasta comienzos de 1990, unas 3500 personas desaparecieron o fueron ejecutadas por agentes del Estado y otras 35.000 fueron sometidas a torturas.

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  Nueve militares chilenos fueron

condenados por el asesinato de Víctor Jara

5 de julio de 2018

El juicio termina a 45 años del crimen.

Víctor Jara estuvo entre los primeros detenidos de la recién instaurada dictadura de Augusto Pinochet. Fue secuestrado en la Universidad Técnica del Estado, en la que daba clases, junto a cientos de alumnos y docentes, apenas horas después del golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973. Ese mismo día, o el siguiente, estuvo detenido en el Estadio Chile –renombrado Estadio Víctor Jara en 2003–.

Se encontraba junto a los otros detenidos cuando fue reconocido, dentro del Estadio Chile, por quien dirigía a los militares en el lugar, alias El Príncipe. “¡A ese hijo de puta me lo traen para acá!”, ordenó. “¡Así que vos sos Víctor Jara, el cantante marxista, comunista concha de tu madre, cantor de pura mierda!”, agregó, según contó a la Justicia otro de los prisioneros.

Otros militares lo separaron de los demás y adelante de todos lo torturaron: golpes, patadas, simulacros de fusilamiento. Hubo un ensañamiento particular con las manos con las que tocaba la guitarra: fueron quemadas con cigarrillos y golpeadas con la culata de un arma hasta sufrir múltiples fracturas.

Jara fue aislado y trasladado a una de las celdas improvisadas dentro del Estadio Chile. Cuando no lo estaban torturando, estaba allí junto a Littré Quiroga, un militante comunista que había sido director de prisiones durante el gobierno de Salvador Allende. El 15 de setiembre los militares decidieron trasladar a los secuestrados en el Estadio Chile al Estadio Nacional.

Varios de ellos dirían después a la Justicia que al salir vieron en el hall de acceso del estadio 30 o 40 cadáveres apilados, tirados unos arriba de otros, todos acribillados. En esa pila estaban Jara y Quiroga. El cuerpo del músico había recibido 44 balazos.

El de Jara es uno de los crímenes más emblemáticos de la dictadura de Pinochet, que terminó en 1990, pero no por eso se aceleraron los tiempos de la Justicia: el 31 de diciembre de 2013 fueron procesados ocho militares y ayer, más de cuatro años después, fueron condenados.

Los sentenciados son nueve militares retirados, ocho por su participación directa en las torturas y el asesinato, tanto de Jara como de Quiroga, y el último por encubrimiento. Los ocho recibieron penas de 15 años por los asesinatos y de tres años por los secuestros, informó el Poder Judicial chileno. El noveno deberá cumplir una pena de cinco años en prisión por encubrir ambos delitos. Además, el Estado de Chile deberá pagar a los familiares de ambas víctimas una indemnización de más de dos millones de dólares.

Hay un décimo militar involucrado en el asesinato de Jara. Se trata de Pedro Barrientos, que fue excluido de la causa por el juez porque reside en Estados Unidos y la Justicia de ese país no resolvió la solicitud de extradición, que fue presentada por Chile en 2014. Barrientos sí fue condenado en un juicio civil, en un tribunal de Estados Unidos que lo encontró culpable de torturar, secuestrar y asesinar a Jara, y lo condenó a pagar una indemnización de 28 millones de dólares a la familia. Se cree que Barrientos es quien era identificado como El Príncipe.

El fallo judicial fue comentado por la ex presidenta Michelle Bachelet en Twitter. “Con la condena de nueve ex militares responsables de su asesinato hace casi 45 años, Víctor Jara canta con más fuerza que nunca y Chile hace justicia con su historia. Sólo a través de la verdad, la justicia y la reparación se construye la unidad que los chilenos/as tanto anhelamos”, escribió.

También la diputada del Partido Comunista Karol Cariola se refirió al fallo en Twitter. Dijo que Jara y Quiroga fueron “cruelmente asesinados por agentes de la dictadura”, que con ese acto “le hicieron un daño irreparable a la cultura y la vida nacional”. Agregó que “a veces” camina por la zona en la que creció Jara, la misma que ella representa como diputada, “pensando en él, en su mirar humilde, su generosidad, su ternura escolar” y en “cuánto sigue doliendo lo que le hicieron”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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 Con 45 años de retraso

Condenas por el asesinato de Víctor Jara.

Claudia Carvajal

Nueve militares retirados fueron condenados esta semana por implicación en el asesinato del célebre trovador chileno y también en el de Littré Quiroga, ex director de Gendarmería bajo Allende. Otro de los autores sigue en libertad en Estados Unidos.

En un fallo de 342 páginas, el ministro en visita para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez Plaza, condenó a nueve oficiales en retiro del Ejército por su participación en los delitos de homicidio de Víctor Jara y de quien hasta esa fecha era director de prisiones, Littré Quiroga, ocurridos en setiembre de 1973.

La condena contra Hugo Sánchez, Raúl Jofré, Edwin Dimter, Nelson Haase, Ernesto Bethke, Juan Jara, Hernán Chacón y Patricio Vásquez fue la pena de 15 años y un día, en su calidad de autores de los homicidios. Además se los sentenció a tres años de presidio por el delito de secuestro simple de ambas víctimas. Por otra parte, el oficial (retirado) Rolando Melo deberá cumplir cinco años y un día de presidio, como encubridor de los homicidios, y 61 días como encubridor de los secuestros.

Víctor Jara fue asesinado el 15 de setiembre en el Estadio Chile (lugar que hoy lleva su nombre), días después del golpe militar de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende. El cantante era militante del Partido Comunista de Chile y había sido designado como embajador cultural durante el gobierno de la Unidad Popular. Fue detenido en la Universidad Técnica del Estado, centro de estudios del que era profesor.

Littré Quiroga era director general del Servicio de Prisiones, y al momento del golpe militar se encontraba con licencia médica, la que suspendió para ir a su oficina de la Dirección Nacional de Prisiones (hoy Gendarmería de Chile). Luego de despachar a sus funcionarios a sus hogares, se comunicó con las  autoridades militares que habían tomado el poder para que decidieran su situación y se entregó sin resistencia a funcionarios de Carabineros, siendo enviado al Regimiento Blindado número 2. El 13 de setiembre fue enviado junto con otros detenidos al Estadio Chile, lugar en el que sería ultimado por oficiales del Ejército.

Las 13.407 fojas del expediente que contiene la investigación del ministro Vázquez esclarecen los hechos que llevaron al asesinato de Jara y Quiroga, que se iniciaron con las detenciones “decididas por las autoridades administrativas sin orden judicial de ninguna naturaleza y bajo ningún procedimiento”, según el fallo entregado la tarde de este martes.

La sentencia estableció que “dentro de las dependencias del Estadio Chile, los prisioneros de cierta connotación pública fueron identificados por el personal militar y separados del resto, y, durante los respectivos períodos de su detención, tanto Víctor Jara Martínez como Littré Abraham Quiroga Carvajal fueron reconocidos por los efectivos militares instalados al interior del Estadio Chile, siendo, de la misma manera, apartados del grueso de los prisioneros y asignándoseles custodia especial, sufriendo en todo su cautiverio constantes y violentos episodios de agresión física y verbal por parte de los oficiales del Ejército allí presentes, imputándosele, en el caso de Littré Quiroga, el hecho supuesto de haber sido responsable de la prisión y maltrato que habría sufrido el general del Ejército Roberto Viaux (…). Respecto de Víctor Jara Martínez, las agresiones tuvieron como principal aliciente su actividad artística, cultural y política, estrechamente vinculada al recién derrocado gobierno, y fue sometido a idénticas torturas físicas, siendo los golpes más severos aquellos que recibió en la región de su rostro y en sus manos. Ambas víctimas fueron objeto de patadas, golpes de puño y golpes de culata con armas”.

El fallo también señala que el día 15 de setiembre ambas víctimas fueron separadas de los prisioneros que fueron trasladados al Estadio Nacional, llevados a lugares diferentes en el sector de camarines del recinto deportivo, y se les dio muerte con 44 disparos contra el cuerpo de Víctor Jara y 23 contra el de Littré Quiroga, ambos con balas de 9,23 milímetros, correspondientes al armamento que utilizaban los oficiales a cargo del recinto.

La sentencia expresa que posteriormente los cuerpos de Jara y Quiroga fueron sacados del Estadio Chile y arrojados en la vía pública junto a otros cadáveres, para ser encontrados por pobladores en un terreno baldío cercano al Cementerio General.

El ministro Vázquez también se hizo cargo del daño moral causado a las familias de los asesinados y condenó al Estado de Chile al pago de indemnizaciones en su favor.

Finalmente y casi 45 años después del homicidio, el magistrado ofició al Registro Civil para que rectifique la fecha y hora de defunción de Víctor Lidio Jara Martínez a 15 de setiembre de 1973, a las 18 horas.

BARRIENTOS EL REBELDE. Su nombre aparece 48 veces en la sentencia del ministro Vázquez y de acuerdo al mérito de la prueba examinada por el juez, Pedro Barrientos Núñez fue identificado como uno de los autores materiales del homicidio de Jara, pero debió ser sobreseído temporalmente debido a su estado de rebeldía, es decir, no se presentó jamás durante las indagaciones del magistrado. Barrientos es hoy ciudadano estadounidense, luego de que en 1989 huyera de Chile. En 2014 Chile pidió su extradición, pero ésta aún no ha sido resuelta por el país estadounidense.

En una demanda iniciada en Estados Unidos por Joan Turner de Jara y sus hijas, la justicia de ese país estableció como cierto el hecho de que Víctor Jara, estando detenido en el Estadio Chile, se encontraba bajo la custodia del teniente Pedro Barrientos, quien lideró las torturas y conspiró para asesinar al compositor.

En todas sus declaraciones, el militar negó conocer al popular cantautor, o haber cumplido servicio en el Estadio Chile al momento del homicidio, sin embargo, en un reportaje emitido por Chilevisión en 2012, varios ex soldados de la dictadura militar aseguraron en testimonios grabados haberlo visto al menos unas veinte veces en esos días, incluso uno de ellos, José Navarrete Barra, afirmó: “Él dijo muchas veces que había matado a Víctor Jara”.

Luego de siete días de juicio en una corte de Orlando, Florida, Pedro Barrientos fue encontrado responsable del asesinato de Víctor Jara y condenado al pago de 28 millones de dólares a Joan Jara y sus hijas. En Chile se sigue a la espera de que el ex militar enfrente los tribunales como autor del homicidio del cantautor.

(Tomado de Diario Uchile, con autorización del medio. Titulación y copete de Brecha.)

 

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