Poder Ejecutivo sancionó a Manini Ríos con 30
días de arresto a rigor
10 de septiembre de 2018
El gobierno consideró que el comandante en jefe violó la Constitución en
“conductas reiteradas”
El presidente Tabaré Vázquez sancionó al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, con 30 días de arresto a rigor por sus salidas públicas contra el proyecto de reforma del Servicio de Retiros y Pensiones militares, confirmaron a la diaria desde el Poder Ejecutivo.
La decisión se adoptó ayer en el Consejo de Ministros, tras analizar un informe que presentó el ministro de Defensa Nacional, Jorge Menéndez. La sanción es de las más duras que puede recibir un militar en actividad, informaron desde el gobierno. En el Ejecutivo se consideró que Manini Ríos ha tenido “conductas reiteradas” en contravención del artículo 77 numeral 4º, que prohíbe a los militares cualquier acto de carácter político, salvo el voto. Según pudo saber la diaria, fue el propio Vázquez quien puso el tema arriba de la mesa en el Consejo, que dedicó buena parte de su sesión a analizar el caso.
El miércoles de la semana pasada, entrevistado en el programa Todo pasa, de Océano FM, Manini Ríos criticó al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, por su defensa del proyecto de reforma de la caja militar. “No le puedo atribuir de ninguna manera mala fe” ni que “mienta a sabiendas”, pero los soldados que ingresaron con 26 años no van a tener “derecho al retiro”, porque el “retiro obligatorio” los va a “agarrar” a “los 48 años sin haber computado los años mínimos que exige” la reforma, dijo en esa oportunidad.
Una vez conocida la sanción, el senador nacionalista Javier García afirmó en su cuenta de Twitter que el sancionado debería ser Murro, “que provocó y mintió sobre las consecuencias de la reforma de la caja militar que perjudica a los funcionarios públicos más postergados y a quienes el FA recurre cada vez que las papas queman”. Este mensaje fue apoyado por el también senador Luis Lacalle Pou, quien escribió en la misma red social “comparto 100%”. Por su parte, también en Twitter el senador Jorge Larrañaga calificó a la sanción como “improcedente” y agregó que constituye un “intento de disciplinamiento a voces discordes”. Consideró que no se violó la Constitución y que el Poder Ejecutivo “busca escarnio con finalidad política”.
A fines de junio, en filas del gobierno hubo malestar por comentarios de Manini Ríos en Twitter. En particular, cuando publicó una foto del coronel Artigas Álvarez y lo homenajeó a 46 años de su asesinato. “Juega al límite de lo que no podría hacer por impedimentos constitucionales, y preocupa su tono, entre provocador y desafiante”, comentó a la diaria un integrante del Ejecutivo en aquel momento.
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Jefe del Ejército sancionado
con 30 días de arresto a rigor
El presidente de la República, Tabaré Vázquez, sancionó a Minini Ríos debido a manifestaciones públicas sobre la reforma de la caja militar y sus críticas a Murro.
Las declaraciones públicas del comandante del Ejército, Guido Manini Ríos, sobre la reforma de la Caja Militar tuvieron tuvieron como consecuencia el arresto a rigor durante 30 días. Según informó Subrayado, el tema fue analizado en la reunión de gabinete encabezado por el presidente Tabaré Vázquez tras un informe presentado por el ministro de Defensa Nacional, Jorge Menendez.
Manini cuestionó el proyecto de ley que reforma del sistema de retiros y pensiones militares y criticó al ministro de Trabajo Ernesto Murro. También pidió que el proyecto no sea aprobado en la Cámara de Diputados (ya fue votado en el Senado).
Estas y otras opiniones del comandante fueron realizadas en el marco de la reforma de la denominada “caja militar” y la nueva ley orgánica militar, que reduce la cantidad de oficiales y modifica aspectos de la norma aprobada durante la dictadura, basada en la doctrina de seguridad nacional.
La Constitución establece que los militares en actividad, cualquiera sea su grado, deberán abstenerse de cualquier acto público o privado de carácter político, salvo el voto.
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INDISCIPLINA
11 de septiembre de 2018
Menéndez aseguró que
el comandante Manini Ríos reiteró
faltas disciplinarias
El ministro de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, aseguró que el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, cometió una reiteración de faltas disciplinarias, por lo cual el Poder Ejecutivo decidió sancionarlo con arresto a rigor por un período de 30 días.
Este lunes 10 de septiembre se conoció que el Ejecutivo sancionó a Mani Ríos con 30 días de arresto a rigor.
Según se indicó, la decisión se tomó a raíz de sus críticas al proyecto de Ley de reforma de la Caja Militar y a los cuestionamientos al ministro de Trabajo, Ernesto Murro.
Sin embargo, en las últimas horas se aclaró que la sanción obedeció a una reiteración de faltas en las que incurrió el jerarca castrense.
Este martes, el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, explicó la decisión del gobierno y el alcance de la medida.
El secretario de Estado remarcó que la resolución del Poder Ejecutivo se enmarcó en el “Decreto 305 de 2003, que dispone el reglamento de faltas a la disciplina militar”.
“Se encontró que habían existido faltas disciplinarias por parte del comandante en jefe, ante lo cual se llevó adelante la sanción de prisión a rigor por 30 días”, remarcó el jerarca.
Explicó que es una sanción de carácter “disciplinario”, que podía ir desde un día a 60 días. “No es la sanción máxima y está dentro del elenco de medidas que el Poder Ejecutivo puede determinar”.
Aclaró que si la resolución hubiera sido tomada ante faltas generadas por temas políticos, “otro hubiera sido el camino a seguir, ya que se actuaría según el artículo 77, numeral 4, de la Constitución de la República”.
Apartamiento de disposiciones
Menéndez remarcó que el comandante del Ejército incurrió en un “apartamiento a las disposiciones impartidas por parte del Poder Ejecutivo, por el presidente de la República y por el ministro de Defensa Nacional”.
“Consideraciones que se hicieron en reiteración por parte de un oficial con ese rango y que determinaron este tipo de sanción”, dijo el secretario de Estado, y agregó que él mismo notificó, vía telefónica, la resolución a Manini Ríos.
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EN QUE QUEDAMOS?
Vázquez manifestó que Manini Ríos “se
equivocó” y se apartó de lo reglamentado
“varias veces”
13 de septiembre de 2018
Desde la lista 430 de Pablo Iturralde se respaldó la sanción al comandante del Ejército y se instó a defender el sometimiento del poder militar al civil.
El presidente Tabaré Vázquez habló ayer públicamente en la Expo Prado sobre la sanción al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, tras sus dichos la semana pasada en el programa Todo pasa, de Océano FM, cuando criticó al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, y cuestionó el proyecto de reforma de la Caja Militar. Vázquez dijo que si bien Manini actuó de “buena fe” y con “respeto a la lealtad institucional”, “se equivocó” y “cometió errores”. Sus apreciaciones, agregó, coliden con el artículo 77 de la Constitución (que prohíbe a los militares cualquier acto de carácter político salvo el voto) y el Reglamento Nacional de Servicios del Ejército, en el que se establece que no pueden intervenir “directa ni indirectamente en trámites administrativos”, ni opinar sobre proyectos de ley en discusión, y por esos motivos se dispuso aplicarle como sanción un arresto a rigor por 30 días. Recalcó, además, que Manini Ríos se apartó de lo reglamentado “no una vez, sino varias veces”.
La bancada de legisladores del Frente Amplio decidió respaldar la decisión tomada por el Poder Ejecutivo. En una declaración publicada el martes, los legisladores cuestionaron las críticas de algunos dirigentes de la oposición a la medida, y alegaron que todo el “sistema político debería coincidir y apoyar la reafirmación de la conducción civil y política de las Fuerzas Armadas”, así como el “cumplimiento de las normas vigentes”. El PIT-CNT también respaldó la sanción, y el dirigente sindical Gabriel Molina dijo a la diaria que “el gobierno, amparado en la Constitución, sancionó al comandante” por su “intromisión política en asuntos que no le corresponden”.
En cambio, varios líderes de la oposición criticaron la sanción impuesta por el Ejecutivo. El ex presidente colorado Julio María Sanguinetti dijo ayer a El País que si el gobierno no le tiene “confianza” al comandante en jefe, lo “puede remover”, pero opinó que la medida de arresto “a la máxima jerarquía del Ejército es simplemente un intento de humillación a las Fuerzas Armadas”. El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, expresó el martes en Twitter que el 18 de setiembre irá al aeropuerto a recibir a Manini Ríos (que regresará ese día de México, donde cumple actualmente una misión) “con la misma actitud” con que fue “al puerto el 16 de junio de 1984”, cuando Wilson Ferreira Aldunate volvió del exilio.
Pero no toda la oposición se alineó contra la sanción. La agrupación Los Jóvenes Blancos, de la lista 430, liderada por Pablo Iturralde, reafirmó ayer en un comunicado que “el mando superior de todas las Fuerzas Armadas” le corresponde, por disposición constitucional, al presidente de la República; señalaron que Manini Ríos violó las disposiciones del Reglamento General de Servicio del Ejército, y exhortaron “a políticos oficialistas y opositores a comprometerse con la defensa acérrima de la forma republicana de gobierno” y “el sometimiento del poder militar al poder civil que emana del soberano”. El comunicado termina con una frase de Ferreira Aldunate de 1972, que dice: “El aparato estatal está bajo nuestra responsabilidad porque nosotros somos responsables de lo que se hace si no adoptamos la debida conducta […]. Porque se defiende al Estado y su gobierno, sea del partido que fuere, estamos dispuestos a proporcionarles todos los medios que legítimamente requiera para una defensa con eficacia”. En la misma línea, el líder y senador del Partido Independiente, Pablo Mieres, expresó ayer en Twitter: “El comandante Manini Ríos realizó declaraciones que no corresponden. Está bien que el gobierno lo haya sancionado. En estas cosas hay que tener criterios institucionales claros y firmes”.
Según supo la diaria, en la reunión del Consejo de Ministros en la que se decidió la sanción a Manini varios secretarios de Estado manejaron la posibilidad de destituirlo. Murro, por estar involucrado directamente, optó por no pronunciarse al respecto y limitarse a hablar en general sobre lo sucedido
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Entre lobos y corderos
El Comandante en Jefe del Ejército, Guido Manini Rios fue sancionado por el presidente, que constitucionalmente es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, por violar el decreto 305 del año 2003, que es lo denominado R21.
Ese decreto firmado por el entonces presidente Jorge Batlle establece sanciones para los militares que, entre otras cosas, “murmuren sobre las disposiciones en vigencia, sobre la conducta de los Superiores, sobre necesidades o fatigas, así como toda manifestación de descontento que no sea realizada en forma franca y respetuosa al Superior, procurando el bien del servicio”.
También sanciona “las manifestaciones hechas por militares en actividad, en forma pública, por cualquier medio, aún con carácter de réplica, referentes a cuestiones funcionales, sin estar debidamente autorizados”.
Tampoco se aplicó a Manini la sanción más dura. Porque el mismo decreto establece que podría haber sido arrestado a rigor hasta un máximo de 60 días.
El alto oficial ha venido estirando la cuerda desde hace tiempo y sus declaraciones sobre el Ministro de Trabajo, Ernesto Murro, fueron como la gota que desbordó el vaso.
Por ejemplo: en un país donde la religión está claramente separada del Estado, Manini un católico practicante, inauguró capillas en dependencias militares, nombró capellanes y hasta distribuyó biblias entre los soldados. Además de alguna manera reivindicó el pasado al difundir una frase que luce un cuartel y que dice: “Donde hay deberes, no hay derechos”.
Hoy el presidente Tabaré Vázquez se refirió a Manini en términos elogiosos. “Ha sido leal con la institucionalidad”, dijo Vázquez.
Pues no, señor presidente, Manini no fue leal. Y la sanción que usted le aplicó, lo evidencia. Tampoco me creo que con sus últimas declaraciones Manini defienda a sus subordinados. En realidad defiende sus privilegios y las de sus pares ante una reforma jubilatoria que los perjudica.
Como integrante de los Tenientes de Artigas – aunque él dijo que dejó de integrar esa logia cuando asumió el cargo – tiene aversión a todo lo que sea izquierda y a los masones. Problema no menor, porque el presidente integra ambas colectividades.
En cambio se llevó de maravillas con el fallecido ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, y así lo evidenció durante el sepelio. Algún día sabremos con rigurosidad histórica que fue lo que unió a tupamaros y “tenientes de Artigas”.
La sociedad asumió como una verdad sin discusión que los militares son “la última reserva moral“. Algo que no es cierto porque a los hechos me remito. Torturaron, violaron, mataron, desaparecieron personas en dictadura y nunca se hicieron cargo. Luego nos espiaron durante años y en democracia. Finalmente le han negado a los familiares de desaparecidos toda información que les permita saber el destino de los restos de sus seres queridos.
Los militares son funcionarios públicos, no más importantes que una maestra, un profesor, una enfermera o un municipal, entre tantos. Salvo que portan un arma y eso les genera mayores responsabilidades.
Los acontecimientos evidencian con claridad que el Frente Amplio carece de una política clara sobre los militares. Muchos creen que los mueve el odio hacia la institución. Yo creo que no es odio, es miedo.
La columna de Carlos Peláez en Rompkbzas810
AUDIO:
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Comandante sin frenos
8 de septiembre de 2018
Ante las expresiones del comandante en jefe del Ejército, general Guido Manini Ríos, contra la reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas que está a consideración del Parlamento, cabe preguntarse no sólo hasta cuándo sino también hasta dónde seguirá extralimitándose el oficial. Desde que fue designado, a comienzos de 2015 (por recomendación del entonces ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro), parece cada vez más envalentonado.
Formalmente Manini no agravió al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, cuando dijo que no puede atribuirle “mala fe” ni que “mienta a sabiendas”. Una viveza, y no es la primera. El 18 de mayo de 2017 le agregó a su discurso pasajes que no había presentado previamente al ministro de Defensa, y se ligó una sanción del presidente Tabaré Vázquez.
El comandante no ha hecho nada útil para hallar restos de desaparecidos, y por el contrario, aportó datos erróneos. No pierde ocasión de menospreciar los reclamos de verdad y justicia o cualquier crítica a las Fuerzas Armadas, a las que trata de victimizar. Desde fines del año pasado, mediante una cuenta de Twitter, difunde mensajes políticos provocadores sobre cuestiones nacionales e internacionales, incluyendo una agresiva campaña contra la reforma de la llamada Caja Militar. De postre, promueve un claro avance en el Ejército de la religión católica, que él profesa (en una versión que, al parecer, no considera incompatible con la pertenencia a la logia golpista Tenientes de Artigas).
La designación de mandos en las Fuerzas Armadas, y muy especialmente en el Ejército, suele responder a factores que quedan en segundo plano. En el intento de administrar la incidencia entre los militares de distintas corrientes internas, incluyendo a las partidarias, el Poder Ejecutivo a menudo se resigna a preferir lo que considera menos perjudicial para sus propios intereses. La persistencia de una fuerte autonomía corporativa –y, por supuesto, la tolerancia gubernamental ante ella– determina que entre los uniformados persista un panorama ideológico muy distinto al del promedio del país. En ese marco, las estructuras formales para el adiestramiento castrense y la convivencia separada del resto de la sociedad, reforzada por la pertenencia de muchos oficiales a familias con varias generaciones de militares, reproducen más de lo mismo, o de casi lo mismo, y en el menú de opciones para la promoción escasean los cuadros alineados con posiciones progresistas. A esto se agrega, todavía, que quienes llegan a ser elegibles para la máxima jerarquía fueron, como Manini Ríos, formados durante la dictadura.
De todos modos, el mandato a determinados funcionarios de abstenerse de cualquier “acto público o privado de carácter político, salvo el voto”, cuya violación debe castigarse con la “pena de destitución e inhabilitación de dos a diez años para ocupar cualquier empleo público”, no está en la Constitución para que sea sorteado jugando al borde del reglamento, mientras las autoridades hacen como que no ven. Mucho menos en el caso de un comandante en jefe del Ejército.