Observatorio Luz Ibarburu
pidió revocación de la prisión
domiciliaria de Gilberto Vázquez
14 de Noviembre de 2018
Considerando los antecedentes de fuga del militar y las consecuencias nefastas para la sociedad de otorgar el beneficio a autores de crímenes contra la humanidad, el OLI pidió se revoque el régimen del que goza Vázquez desde diciembre de 2016. El escrito presentado hoy ante el juez de Rivera sostiene que el otorgamiento de “beneficios que no aparecen como justificados sino como resultado de un trato injusto y privilegiado” produce“desconfianza en la sociedad que advierte un trato discriminatorio inadmisible”. Ello se combina con “los antecedentes, públicos y notorios, de fuga del penado”, lo que aconseja se revisela resolución judicial.
Represor en Orletti
En 2006 el entonces juez letrado en lo Penal de 19 Turno Luis Charles procesó a Vázquez por la desaparición forzada (en rigor le imputó el delito de homicidio muy especialmente agravado) de Adalberto Soba y de otras 28 personas secuestradas, torturadas y desaparecidas en el centro clandestino de detención Automotores Orletti. Vázquez también fue sentenciado por la jueza Marcela Vargas a 30 años de penitenciaría por homicidio muy especialmente agravado en el caso de la desaparición de María Claudia García de Gelman.
En mayo de 2011 la Suprema Corte de Justicia ratificó la sentencia junto a la de los militares retirados Jorge Silveira, Luis Maurente y Ernesto Ramas y los policías José Sande Lima y Ricardo Medina. La SCJ, sin embargo, desestimó el pedido de la entonces fiscal Mirtha Guianze de que se los condenara por el delito de desaparición forzada
Como Jefe de Operaciones del Servicio de Información de Defensa (SID),Vázquezfue un agente activo en la represión contra el MLNy más tarde fuera de fronterascuando la Operación Cóndor se lanzó al exterminio de uruguayos exiliados en Argentina.Ingresó al Ejército en el arma de Caballería en 1963, y en 1971 formaba parte del S2 (Inteligencia) del Regimiento de Caballería número 4. En 1976 se integró al SID donde actuó bajo los seudónimos de “El Diente” y “El Judío”.En el centro de torturas “300 Carlos”, también conocido como “Infierno Grande”, que funcionaba en los galpones del Servicio de Material y Armamento del Ejército en los fondos del Batallón de Infantería Blindada número 13, Vázquez tenía el número “309”.
Participó en el interrogatorio y la torturade militantes del PVP secuestrados en Automotores Orletti y en el local del SID en bulevar Artigas y Palmar y fue uno de los responsables de la “base Valparaíso”, un local clandestino de espionajeadonde los militatresllevaron a María Claudia García de Gelman para asesinarla y hacerla desaparecer.
En 1977 lo destinaron al Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES) y más tarde al Estado Mayor del Ejército.Tras su retiro, con el grado de coronel, fue docente de estrategia militar en el Centro de Altos Estudios Nacionales (CALEN). (La República, 7 de mayo de 2006).
Fuga y tribunal de Honor
El 4 julio de 2006, Vázquez se fugó del Hospital Militar adonde lo habían llevado para una consulta.El urólogo dio la orden de que quedara internado y él, aprovechando un descuido del custodio,salió caminando del Hospitalmientras le aprontaban la habitación.Afuera lo esperaba un auto.
La evasión complicó la situación del comandante en jefe del Ejército general Carlos Díaz quien puso el cargo a disposición. “Perjudicó al Ejército, perjudicó a los otros militares detenidos (que ayer mismo fueron quitados de la custodia del Ejército y fueron trasladados a Cárcel Central) y me perjudicó a mí, era mi palabra lo que estaba en juego”, declaró Díaz al programa En Perspectiva luego de la fuga. Sin embargo, el Presidente Tabaré Vázquez, le confirmó el apoyo y lo mantuvo en el puesto.
La libertad de Gilberto Vázquez duró cuatro días: en ese período llamó más de una vez al informativo de canal 12 desde un teléfono público, viajó a Florida y a Rivera y, con la ayuda del maquillaje y unas extensiones postizas en el pelo, intentó cambiarse el aspecto físico. Finalmente la Policíalo detuvo en un apartamento en la calle Isla de Flores 1789 esquina Yaro, propiedad de una prima. Dice la crónica de La República sobre la captura: “Al ver ingresar a los efectivos, el militar rápidamente tomó un arma calibre 22 e intentó fugar nuevamente, descalzo, esta vez subiendo a la azotea. Allí continuó resistiéndose al arresto, amenazando con quitarse la vida. […] En el departamento se incautaron también de otras tres armas militares de ‘grueso calibre’, además de una cédula correspondiente a un allegado a su ex mujer –a la cual le faltaba la fotografía– así como un carné de policía”.
Poco después se supo que Lawrie Rodríguez Freire, un militar retirado de Caballería, subordinado suyo en la llamada “base Valparaíso” había colaborado con él tras la evasión. Lawrie Rodríguez también está acusado de graves violaciones a los derechos humanos: la fiscal Ana María Tellechea pidió su procesamiento por la muerte del militante de la OPR 33 Iván Morales, ocurrida el 21 de noviembre de 1974 en el Regimiento de Caballería número 6.
El Ejército formó un Tribunal de Honor para juzgar la conducta de Vázquez a quien acusó de romper el código de honor con la fuga. Lo pasaron a situación de reforma por lo que perdió el estado militar pero conservó los beneficios económicos: siguió cobrando un tercio de la jubilación, mientras que los otros dos tercios se los trasladaron su esposa. Cinco años después un nuevo Tribunal de Honor, en virtud de la buena conducta observada en prisión, le restituyó el 100% de la jubilación. El 18 de diciembre de 2012 el presidente José Mujica y el ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro homologaron el fallo del Tribunal.Ante la protesta de abogados y organizaciones de derechos humanos, Fernández Huidobro defendió el fallo: “No se entiende qué es lo que reclaman ciertos periodistas e internautas: ¿El incumplimiento de la Ley? ¿La incautación de los haberes jubilatorios de los presos? ¿Que les peguemos? ¿Que los torturemos? ¿Que persigamos a sus familias? ¿Hasta qué generación? ¿Hasta qué lazo de consanguinidad? Por más que griten, no somos ni seremos verdugos, ni fascistas”(La República, 6 de diciembre de 2014).
Ante la justicia para mentir
Vázquez se ha distinguido por los gestos extravagantes y las declaraciones grandilocuentes en todas sus apariciones públicas y en las numerosas entrevistas que ha concedido. Según las crónicas, cuando compareció ante Charles siempre estuvo de buen humor y ocurrente y repitió que iba al Juzgado “para mentir”. (Montevideo Portal, 8 de mayo de 2008)
Poco después de la fuga dio una entrevista al semanario Búsqueda donde reivindicó el acto como forma de romper con el silencio impuesto a los militares: “Quería romper el silencio austero que se nos impuso durante años y que nosotros aceptamos. Eso fue lo que intenté hacer, porque mientras se nos decía hijos de puta y cualquier cosa, nosotros estuvimos callados por la institución”.Vázquez también reivindicó la represión como una política de la institución: “Todas las Fuerzas Armadas estuvieron involucradas en esto”.
Entrevistado por el cineasta Mario Handler, Vázquez dijo que la orden de torturar fue temprana y partió del propio general Esteban Cristi: “De lo que ustedes saquen de estos hombres [detenidos] depende la supervivencia de la Nación”.El militar se presentó como parte de la logia Tenientes de Artigas a la que definió como “gente con una vocación especial de servicio, de sacrificio, de trabajara para las FF AA y la patria”y afirmó que había sido formado en Inteligencia por Alemania Federal, Estados Unidos y agentes del Mossad. (Handler, Decile a Mario que no vuelva, 2007).
Prisión domiciliaria
El 22 de diciembre de 2016 la justicia le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria y dispuso que la Oficina de Seguimiento de Libertad Asistida (OSLA) del Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio del Interior supervisara el cumplimiento de la medida a través de una tobillera electrónica.
El 18 de setiembre de 2018, el juez Martín Gesto accedió al pedido del penado de cambiar el domicilio de Montevideo por uno de Rivera, adonde se mudaría –alegó- por razones económicas. La OSLA lo trasladó a la ciudad, le retiró la tobillera y la sustituyó por un régimen de control de visitas periódicas. Vázquez violó la prisión domiciliaria pero la justicia en lugar de retirarle el beneficio ordenó se le pusiera custodia policial permanente como forma de garantizar que cumpla. Esta medida también es controvertida por el Observatorio ya que implica “un uso irracional de los siempre escasos recursos humanos y materiales en materia policial, constituyendo una carga para la Jefatura de Policía de Rivera”.