Sitios de Memoria:
una prueba irrefutable
de lo ocurrido
La Tablada: un centro de detención y tortura icónico del Terrorismo de Estado, un auténtico e irrefutable testimonio, un Sitio de Memoria genuino
Los terroristas condenados niegan los hechos ocurridos, como lo demostró José Nino Gavazzo en la entrevista que recientemente publicara El País. Cuatro generales en actividad entienden que no se ofende la moral de las Fuerzas Armadas cuando los militares son procesados por gravísimas violaciones a los DDHH. Los senadores de la oposición entienden que perfectamente están en condiciones de seguir integrando el Ejército. El comandante en jefe utiliza eufemismos para referirse a crímenes de Lesa Humanidad. A más de 34 años del retorno a la institucionalidad democrática, la Suprema Corte de Justicia no les atribuye el rango de crímenes de Lesa Humanidad.
Una gran tragedia nacional
La dictadura cívico militar que azotó a Uruguay hasta marzo de 1985, fue una tragedia nacional cuyos efectos y daños colaterales se mantienen y perduran hasta el día de hoy en la sociedad. Fue instrumentada en el marco de una estrategia continental diseñada en EEUU para América Latina. Se aplicó con verdadera crueldad en el Cono Sur en el operativo político conocido como Plan Cóndor.
La deuda externa que entorpece y dificulta el desarrollo del país creció exponencialmente en dicho período. Los trabajadores vieron reducido en un 50% el poder adquisitivo de sus ingresos que fue a engrosar las arcas de los sectores sociales que apoyaban al régimen. Los jubilados y pensionistas perdieron el aguinaldo, nunca recuperado como tal y otros beneficios. Los cooperativistas tuvieron que enfrentar el intento de transformar las cooperativas en propiedades horizontales. La industria nacional se debilitó frente a las transnacionales y se llevó a límites extremos la concentración de la riqueza. Por citar unos pocos ejemplos.
Para hacer posible la aplicación de dicha reorganización de la sociedad, quienes se apoderaron del gobierno del país, civiles y militares, llevaron a cabo una cruel política represiva en todos los planos. La misma dejó como saldo más de 200 detenidos desaparecidos, dos centenares de asesinados, muchos de ellos en la tortura, miles de detenidos, de presos políticos en campos de concentración y miles obligados a emigrar para preservar su vida y su libertad.
Políticas públicas para construir el Nunca Más!
La Memoria como política pública tiende a preservar lo ocurrido al mismo tiempo que se homenajea a las víctimas y se edifica un relato histórico verosímil y verdadero que construya una identidad democrática futura, asentada en la plena vigencia de las normas de DDHH.
Los Sitios de Memoria son una herramienta a disposición de los Estados para cumplir con sus obligaciones en materia de Justicia, Verdad, Memoria y Reparación. Su materialidad, su existencia física, material, es un testimonio de los hechos allí ocurridos. No son construcciones artificiales. Son espacios físicos. Constituyen un patrimonio histórico y cultural para las generaciones presentes y futuras.
Los Museos de la Memoria: una herramienta imprescindible
Los museos son construcciones sociales que conservan, investigan, comunican, exponen, exhiben obras con valor histórico, social y cultural. La creación del Museo de la Memoria (Mume) ha sido un gran logro de la sociedad uruguaya. Surgido a propuesta e iniciativa de nuestro colectivo y otros núcleos sociales, hace ya más de 10 años, fue una enorme conquista en la lucha por derrotar la cultura de la impunidad promovida desde los círculos del poder.
Si bien fue un logro alcanzado a nivel departamental, fue un paso muy importante y valioso. Su funcionamiento durante todos estos años, con la Dirección de Elbio Ferrario, contando con el apoyo y el respaldo de la Asociación de Amigas y Amigos del Mume, ha sido una contribución por mantener viva la memoria del pasado reciente, para ilustrar y educar a las nuevas generaciones.
Sitios de Memoria: un real testimonio material
La declaración y creación de Sitios de Memoria Histórica consagra el recordatorio y reconocimiento de aquellos espacios físicos, reales, edificios, construcciones, recintos, donde las personas víctimas del terrorismo o del accionar ilegítimo del Estado, sufrieron violaciones a sus derechos humanos por motivos políticos, ideológicos o gremiales. Son lugares materiales que en otros períodos fueron usados para torturar y mantener secuestrados a las víctimas. Recuperados por la sociedad, son utilizados como espacios abiertos al público para la recuperación, construcción y trasmisión de memorias, así como forma de homenaje y de reparación a las víctimas y a las comunidades.
La aprobación de la ley 19 641, Ley de Sitios de Memoria, fue un gran logro de los últimos años en la batalla por sentar las bases de un sólido Estado democrático. Básicamente, se consideran sitios de memoria aquellos espacios físicos donde se verificaron alguno o algunos de estos acontecimientos:
- a) la ocurrencia de violaciones a los derechos humanos por parte del Estado, comprendiendo delitos de lesa humanidad tales como la tortura, desaparición forzada, homicidio político, prisión indebida, violaciones y otros delitos sexuales contra hombres y mujeres, persecución política, destituciones o exilio;
- b) la realización de actos de resistencia y lucha por la construcción o recuperación democrática.
La ley, con sabia flexibilidad, también deja abierta la posibilidad de que otros lugares que son muy distintos y diferentes sean valorados y contemplados por su contribución. Hay memoriales a largo y ancho de todo el país que deben ser muy tenidos en cuenta, desde el Memorial de Bella Unión, al de Mercedes, pasando por el existente en el Parque Vaz Ferreira en el Cerro. Han sido y continuarán siendo verdaderos hitos en la construcción de la Memoria.
El sitio de Memoria en el edificio de la Inddhh donde estuvieron algunos de los sobrevivientes de Automotores Orletti, el 300 Carlos o La Tablada, son auténticos espacios físicos, como los define la ley, que son un testimonio material indiscutible de las atrocidades padecidas por centenares de uruguayos. Nadie los puede discutir.
Apoyo estatal
El Estado debe dotar a la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria de los recursos básicos e indispensables para que ella pueda desempeñar su labor exitosamente. Es parte del trabajo por generar un Uruguay democrático. Los Sitios de Memoria, los lugares donde padecieron miles de uruguayos, son y deben seguir siéndolo, auténticos testimonios materiales, incuestionables, del horror en la lucha por la libertad y la democracia.
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