No es sólo colocar una placa
La Tablada como sitio de memoria.
Azul Cordo
7 febrero, 2020
La Tablada, excentro de detención y actual sitio de memoria
El Inisa cedió la tenencia del predio en Camino Melilla a la Institución Nacional de Derechos Humanos para que lo gestionen familiares de desaparecidos y sobrevivientes de la ex Base Roberto. El trámite se hizo dos años y cinco meses después de que la justicia impidiera al Inisa construir allí una megacárcel para adolescentes.
Fue hotel y matadero. Centro clandestino de detención y tortura. Último lugar donde fueron vistas 12 personas que permanecen desaparecidas desde la dictadura. Fue cárcel para adolescentes y adultos. Allí se cambiaron rejas, se montaron calabozos, se rompieron baldosas para buscar cuerpos. Se abandonó el lugar. Esas paredes guardan demasiados gritos, golpes, fuego. En 2017, el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) planificó construir una megacárcel al costado de ese edificio, en el parque de 82 hectáreas, que es parte de La Tablada, en el oeste montevideano.1 También se pensó utilizar algunos espacios del casco histórico como oficinas administrativas. Cerrar la Colonia Berro y trasladar a los infractores a un “campus socioeducativo” era el objetivo, dejando en tábula rasaese espacio simbólico y material donde la historia late y todavía esconde varias respuestas.
Al conocer esa propuesta, el Observatorio Luz Ibarburu solicitó a la justicia una medida cautelar que estableciera no innovar en el predio de La Tablada, en función de la causa por la que se investiga la desaparición forzada de Miguel Ángel Mato, ocurrida en 1982. Tras su secuestro, Mato fue visto por última vez en ese lugar, donde funcionó –entre 1977 y 1983– el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (Ocoa).2
El proyecto de megacárcel se detuvo y en 2019 se modificó: lo construirían en el predio de Berro, y reemplazaría sólo dos centros de la Colonia.3
Mientras tanto, el Colectivo Memoria de La Tablada (Cometa)4 se abocó a “hacerse” del sitio, dice Irma Correa, esposa de Miguel Mato. En abril del año pasado lograron que la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria declarara el predio como sitio de memoria. Sin presupuesto asignado poco se puede hacer, pero la idea es “dejarlo lo más parecido posible a lo que era como base del Ocoa y trabajar con la comunidad el tema de derechos humanos”, aclaró Correa.
“A la Comisión de Sitios lo que más le interesa es que el predio se preserve tal cual para resguardar la memoria, habilitar el ingreso de personas, contar lo que pasó ahí y hacer contacto con el escenario. No es sólo colocar una placa”, dijo Mariana Mota, directora de la Inddhh a Brecha.
Mota aclaró que el Inisa hizo una “cesión de tenencia [a la Inddhh, que representa al Cometa hasta que tenga personería jurídica] por la cautelar; la propiedad sigue siendo del Estado. Es un comodato precario, un préstamo de uso”de un predio cuya propiedad original es del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Según pudo saber Brecha, el Inisa notificó de la cesión el viernes 31 de enero y ese mismo día pretendía dejar el lugar sin guardia policial. El Cometa logró que el Ministerio del Interior garantice ese servicio hasta el 31 de marzo, pero no saben cómo se cubrirá luego: la custodia cuesta 300 mil pesos por mes. Con la cautelar vigente se espera que las excavaciones del equipo de antropólogos forenses comiencen a la brevedad: actualmente trabajan en los batallones 13 y 14.
- “Déjà vu”, Brecha, 22-IX-17.
- “Preservar la escena”, Brecha, 6-X-17.
- “Campus con rejas”, Brecha, 8-XI-19.
- El Cometa está integrado por sobrevivientes y familiares de víctimas de terrorismo de Estado, troperos, el Club 4 Esquinas, vecinos del asentamiento La Piedrita, la Comunidad Don Bosco, la policlínica barrial del Municipio G y estudiantes de Extensión Universitaria del proyecto “La Tablada es un barrio”.