Ejército uruguayo: si asumen, que digan “dónde están”?

Ejército: el comandante pide

asumir responsabilidad

por dictadura

Santiago Sorovilla

7 noviembre 2020

La iniciativa surgió del comandante en jefe del Ejército, el general Gerardo Fregossi, y tiene entre sus objetivos que la fuerza de tierra ayude de forma “real” a esclarecer los hechos ocurridos, lo que incluye el reconocimiento de que hubo oficiales que asesinaron, torturaron y desaparecieron a personas.

El análisis comenzó en la noche de este jueves en un evento realizado en el Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES) del que participaron generales, coroneles y mayores, algunos desde el auditorio y otros en una sala contigua a través de una pantalla de TV.

Según supo El Observador a partir de fuentes militares, en el encuentro Fregossi manifestó que había llegado el momento de asumir la responsabilidad por la participación en algunos hechos y dio a entender que era hora de poner fin al silencio que venían manteniendo respecto al tema. 

El día de su asunción, Fregossi ya había expresado su preocupación por el pasado reciente.

“Los mandos militares deben continuar explorando todos los caminos que positivamente contribuyan a un proceso sanador de heridas, respetando el dolor pero mirando hacia adelante, para que las generaciones que nos relevarán en el futuro cercano no se consuman en la desesperanza o la frustración”, dijo el 4 de marzo.

Las fuentes relataron que Fregossi –definido como un destacado intelectual– está convencido que el silencio “no sirve” y que es necesario que la institución dialogue con la sociedad. 

La actividad tuvo además cinco panelistas, cuatro de ellos externos al ámbito militar: la socióloga Silvina Brun, que ofició como moderadora, los periodistas Nelson Fernández y Leonardo Haberkorn, el politólogo Ignacio Zuasnabar y el historiador Marcelo Díaz Buschiazzo, que es mayor retirado.

Tras la exposición de los panelistas se inició una ronda de consultas en las que varios oficiales mencionaron la “mochila” del pasado, preguntaron acerca de cómo se podía cambiar la visión que tiene la sociedad de las Fuerzas Armadas y cuánto podía repercutir asumir algunas responsabilidades. 

También hubo una pregunta sobre si detrás de la organización de Madres y Familiares había algún “negocio”.

En el discurso de este jueves, Fregossi expresó su preocupación por la falta de argumentos de los oficiales jóvenes cuando los confrontaban sobre lo ocurrido en ese período y señaló que había mandos que no dominaban la historia reciente.

El tema también fue abordado por Díaz Buschiazzo, quien contó el “choque” que sintió al ser militar e ir a la Facultad de Humanidades. Su presentación se refirió al “abordaje de los hechos del pasado por parte del Sistema de Enseñanza del Ejército”.

Fuentes vinculadas a la enseñanza militar transmitieron a El Observador que la actuación del Ejército en la dictadura “no se aborda” en la formación de los oficiales, por lo que la adquisición de conocimiento corría por cuenta de cada uno, lo que suponía un problema.

En un comunicado interno enviado después del evento, el Ejército señaló que con el análisis buscarán “fortalecer el conocimiento de los integrantes de la fuerza sobre la realidad histórica del período 1958-2020, a partir de una visión amplia, integral, objetiva y plural, procurando desarrollar la capacidad individual para la interpretación del período a ser analizado”. 

La intención es que los planes de estudio incorporen en 2022 bibliografía actualizada “relacionada con la temática”. 

El ministro de Defensa, Javier García, dio un discurso en el que destacó la iniciativa del comandante y luego se retiró para que los militares se sintieran “libres” de preguntar y discutir lo que quisieran.

En tanto, Fernández habló sobre “la lógica de los hechos y las interpretaciones interesadas en la reconstrucción del pasado” mientras que Haberkorn denominó su charla “hechos reales versus mitos construidos sobre el pasado reciente por diferentes actores”.

En el caso de Zuasnabar, analizó la imagen institucional del Ejército y presentó una serie de encuestas desde una realizada en 1973 a otras de los últimos años. Los números muestran una creciente simpatía de la población hacia la fuerza, pasando de 40% a 54% entre 2007 y 2016, con un consiguiente descenso de la antipatía. 

El sociólogo que dirige la consultora Equipos también mostró que la popularidad del Ejército bajó abismalmente entre marzo y mayo de 2019, fecha que coincide con la salida de Guido Manini Ríos, su lanzamiento a la política como candidato presidencial de Cabildo Abierto, y la divulgación de las actas de un Tribunal de Honor en el que José Nino Gavazzo admite haber tirado al río Negro el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro en 1973 sin que esto fuera enviado a la Justicia.

El acto significó la asunción del general Gustavo Fajardo como nuevo director del IMES en sustitución de Ricardo Fernández, quien pidió el retiro luego que la Justicia le impusiera el uso de una tobillera electrónica por 180 días, la prohibición de acercarse a menos de 300 metros y la prohibición de tenencia y porte de armas tras ser denunciado por violencia de género.

Fajardo es el general de la derecha (el de mayor antigüedad), es mencionado como uno de los principales candidatos a sustituir a Marcelo Montaner al frente del Estado Mayor de la Defensa (Esmade) y la semana pasada retornó de Washington, donde se desempeñó por algunos meses como agregado militar de la embajada de Uruguay en Estados Unidos.

El nuevo director del IMES era el presidente del Tribunal de Honor en el que Gavazzo y Jorge Pajarito Silveira hicieron las confesiones, y según consta en las actas, le mencionó en al menos dos ocasiones a Guido Manini Ríos que las declaraciones debían ser derivadas a la Justicia, lo cual no ocurrió debido a que el entonces comandante en jefe consideró que eran “maniobras dilatorias” para estirar el pronunciamiento.

Más allá de la autocrítica, oficiales en actividad consultados mencionaron la importancia de poder llegar a una verdad en la que también salga a la luz y se reconozca –fue el término que usaron– que buena parte de los oficiales del momento no tuvieron participación directa en los hechos. 

Futuro

 

Para continuar con el proceso de análisis, el Ejército prevé realizar debates, conferencias, grupos de trabajo e intercambios con especialistas académicos, periodistas, actores políticos, militares retirados, oficiales de otros países y “toda otra persona que se considere de interés para una mejor consecución del objetivo”.

De acuerdo a lo que transmitió Fregossi, la intención es que el ciclo finalice en 2021.

“Los mandos del Ejército Nacional renuevan así el compromiso de aportar toda la información que aún pudiera existir en cualquier lugar de la institución, para ayudar de manera realista a esclarecer los hechos del pasado”, agregó el comunicado en el que la institución “reafirma su adhesión y defensa de la Constitución de la República y las leyes, en el marco del sistema democrático republicano de gobierno, respetuosa de los poderes del Estado y siempre atenta a las disposiciones que el mando superior de las FF.AA determine”.

 

 

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