La experiencia en el ESMA: la Memoria siempre presente

POSTULACIÓN DEL MUSEO SITIO DE MEMORIA ESMA COMO PATRIMONIO MUNDIAL

No olvidarás

María José Santacreu
18 noviembre, 202

El 26 de octubre una delegación argentina cruzó el Río de la Plata para recordarnos cuántos puntos en común tienen las historias de nuestros países y para invitarnos a acompañarlos en una postulación que excede el gesto memorialístico.

ESMA, ex centro de detención, tortura y exterminio 

Y es que proponer el Museo Sitio de Memoria ESMA, ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio, a la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco es no solamente dar un paso más contra el olvido, sino, además, un envite a la comunidad internacional de crucial importancia para esta tierra latinoamericana arrasada, donde el terrorismo de Estado sigue disfrazándose cínicamente de defensa de la democracia. Brecha estuvo presente en el auditorio de la Corporación Andina de Fomento, donde se presentó la iniciativa, y conversó con Alejandra Naftal, directora ejecutiva del museo y con Mayki Gorosito, coordinadora de Cooperación Internacional.

—¿Cuál fue el recorrido que hizo hasta ahora la postulación, que entiendo ha sido largo y complejo?

Alejandra Naftal —Unesco es una organización internacional muy burocrática, como todas las de su tipo, por lo que para candidatearse hay que pasar por varios procesos. El primero es entrar a la lista indicativa que tiene cada país en esta Comisión de Patrimonio. Una vez que entrás en la lista indicativa, empezás a trabajar para entrar en la Lista del Patrimonio Mundial. El museo, desde su apertura en 2015, tuvo la visión de que tenía que postularse, porque tiene un valor simbólico nacional e internacional y existen varios antecedentes de sitios afines, como en el caso de la Shoah, el campo de Auschwitz-Birkenau o del apartheid en el caso de Robben Island, donde estuvo preso Mandela por 18 años. Así que en 2015 formamos un grupo y empezamos a estudiar todas las directrices y recomendaciones, nos presentamos y recién en 2017 nos contestaron que entramos en la lista indicativa. A partir de ahí armamos un equipo de trabajo interdisciplinario, porque el expediente es muy técnico: tiene un capítulo que es la historia del bien, otro que es toda la documentación arquitectónica, otro que es la historia de la Marina, otro que tiene que ver con los distintos períodos históricos desde su creación hasta la actualidad, cómo el edificio fue mutando, y todo hay que documentarlo, al igual que la parte de los juicios, así que es mucho trabajo de investigación. Se invirtieron muchos recursos en la elaboración del expediente y se contrataron antropólogos, historiadores, arquitectos, politólogos, etcétera. Y cuando vimos que esto empezaba a tomar un cariz, armamos un equipo más específico, al que se integra Mayki. Y es que hay tres dimensiones, el expediente, que es fundamental, pero también la dimensión de la relación con la comunidad, que es demostrar en la Unesco que el proyecto no es de interés para un sector o una institución, sino que es una postulación del Estado argentino en su conjunto, con mucho apoyo de la comunidad y mucho consenso. Todo hecho con mucho amor, sí, pero también con mucho profesionalismo, porque a veces en el mundo de los derechos humanos es todo pasión y era central entender muy bien cuáles eran los caminos que teníamos que tomar para que nos aceptaran. La tercera dimensión era la diplomática. Se trabajó muchísimo con la cancillería, porque también estaba el trabajo de educar al soberano, ya que el tema de patrimonio siempre fue visto como algo elitista, la preservación de las grandes iglesias y todo eso, pero nosotros planteamos el patrimonio como una identidad nacional, una construcción colectiva, un aporte al fortalecimiento democrático, y es a esto a lo que me refiero con educar al soberano: acá se está involucrando el ministro de Justicia, el secretario de Derechos Humanos, pero también el ministro de Educación, el canciller, el ministro de Turismo, el ministro de Ambiente.

—¿Por qué tomaron la decisión de venir a Montevideo a presentar la iniciativa?

  1. N. —La Unesco no te da dinero ni ningún recurso, pero que este organismo internacional reconozca un espacio de estas características no digo que va a saldar todos los debates, pero va a impedir que algunas cosas se puedan decir tan gratuitamente como se dicen. Si ya la Unesco dice «esto fue un campo de concentración y no tiene que ocurrir más» y está verificado en la justicia y podemos decir que lo que ocurrió aquí es verdad y no puede volver a pasar, esperamos que sea un argumento para que algunas cosas no se digan con la ligereza que se dicen hoy…

Como la infamia que acaba de pasar aquí con la diputada Verónica Mato, a la que acaban de acusar de conjunción de interés respecto al mantenimiento de un memorial porque su padre está desaparecido…

  1. N. —A mí no me gusta hablar de negacionismo, sí de provocaciones y de sectores, en Argentina minoritarios, pero que acá están jugando más fuerte. Que la ESMA esté en los espacios del mundo del Nunca Más va a ayudar a la región entera. Si bien son experiencias distintas, hay algo común. La memoria es una construcción colectiva del presente y creo que esta posibilidad de que la ESMA inicie esto y simbolice todo lo que fue el terrorismo de Estado, las dictaduras y las desapariciones forzadas puede también colaborar a esa construcción de esa mirada colectiva que trascienda los gobiernos.

Mayki Gorosito —Ese trabajo con la comunidad es un componente tan importante como el expediente y forma parte del plan de acción que tenemos hasta 2023, porque el trabajo del cuerpo diplomático con los 21 países que van a decidir todavía no se ha iniciado, recién este mes sabremos qué países integrarán ese comité que se renueva. Entonces, con el cuerpo diplomático empezamos a hacer un trabajo de profundización de sus saberes y de sus compromisos, y nos reunimos con todos nuestros embajadores y embajadoras en el exterior para que conozcan en detalle cuáles son los objetivos de la candidatura y que no lo consideren simplemente un trámite de la postulación del Estado argentino en el marco de su estrategia multilateral. Por otro lado, hicimos un mapa de los sectores a los que queríamos alcanzar con la información sobre este proyecto y ahí pensamos que era muy importante que redes de universidades, ciudades, parlamentos locales y nacionales, organismos de integración subregional, organizaciones de clubes feministas, centrales sindicales supieran de esta candidatura para que le dieran mayor legitimidad a la postulación. Entonces hicimos un trabajo de diálogo y cooperación en Argentina, en la región y en el mundo. Un trabajo muy valioso porque ese acervo de cooperación le queda a la institución más allá del éxito o no de la candidatura.

  1. N. —Hoy en la Unesco hay un debate muy serio sobre la incorporación de sitios de memoria a la Lista del Patrimonio de la Humanidad. Un debate, yo diría, muy acalorado entre el primer mundo y el tercer mundo, porque hay muchos conflictos que se inician en el pasado reciente, pero todavía no están resueltos. Por lo tanto, es muy importante cómo se presenta el caso de estos sitios, que se comprenda que lo que pasó en nuestros países y lo que estos sitios simbolizan tiene realmente que ver con quiénes somos. Y es que sobre el tema de derechos humanos hay un consenso en la sociedad argentina, porque hay muchos jóvenes que de repente votaron a los sectores libertarios de derecha, pero, aun así, no son negacionistas, no son jóvenes que nunca fueron a una plaza el 24 de marzo, son jóvenes defraudados. Pero en el tema de derechos humanos, no ha pasado eso. Pero si desde el poder no generás mecanismos que tengan que ver con la memoria, la verdad y la justicia auténticos, legítimos y consensuados, de manera que calen hondo en la sociedad, esto no va a suceder. Argentina tuvo dos hitos fundamentales: terminada la dictadura, la valentía de Raúl Alfonsín de hacer al año siguiente los juicios a la Junta, porque si bien después vinieron las leyes de punto final y obediencia debida, ese hito quedó inscrito para que después en 2003 Néstor Kirchner impulsara la derogación de esas leyes y se abrieran los juicios. Que haya justicia de esa magnitud no es poca cosa y es central para que podamos tener un museo en la ESMA y que pueda ser ese faro que irradie para toda la región. No está fácil que la postulación tenga éxito, porque es un tema político. Pero, por cómo estamos elaborando el expediente, podemos pensar que esta candidatura pueda ayudar a generar un estándar de qué sitios de memoria puedan entrar en la Unesco y que la ESMA cumple. Porque si bien todavía hay víctimas que están vivas y perpetradores que están detenidos, es un conflicto sobre el que hay un consenso. Y yo creo firmemente que si la democracia en Argentina está ininterrumpida desde 1983 es gracias al movimiento de derechos humanos.

 

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