Nuevos planes de estudio militares
se centran en los movimientos guerrilleros
y no profundizan en la dictadura
22 enero 2022
Para el historiador Aldo Marchesi, se mantiene “la misma narrativa” del Ejército para pensar el período y falta reflexión crítica sobre el proceso dictatorial en sí mismo y sobre las violaciones a los DDHH.
El 10 de diciembre, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, acudió al Parlamento para entregarle a la vicepresidenta Beatriz Argimón las modificaciones de los planes de estudio de Historia Militar, surgidas tras un proceso de análisis y discusión impulsado por la cartera y el Ejército Nacional que abarcó el período 1958-2020. García destacó que se trató de un proceso plural en el que participaron, entre otros, los expresidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera y José Mujica, así como “periodistas, analistas, académicos, militares en actividad y en retiro, organizaciones de la sociedad civil y familiares de víctimas”.
En los documentos se detallan los contenidos de las unidades didácticas que abordan el período que incluye la última dictadura cívico-militar. En todas ellas se muestra un interés preferencial por comprender lo relacionado con los movimientos guerrilleros, mientras los contenidos vinculados al proceso de la dictadura cívico-militar y las consecuencias que tuvo en la sociedad uruguaya tienen una presencia marginal.
Por ejemplo, en la unidad didáctica “Conflictos y crisis en la segunda parte del S. XX e inicio del S. XXI” de la Escuela Militar, más de la mitad de las horas se destinan a estudiar las revoluciones, las guerras revolucionarias y las guerrillas. El proceso de la dictadura no figura, aunque sí se destina 15% de las horas a estudiar el rol de las Fuerzas Armadas en la década de 1960 y antes de la dictadura, la Doctrina de la Seguridad Nacional y el golpe de Estado. El resto de las horas se destinan a analizar el contexto internacional y nacional previo al golpe.
En el caso de la misma unidad didáctica pero dictada en el programa de Historia Militar del Instituto Militar de las Armas y Especialidades (IMAE), la cantidad de horas destinadas a estudiar los movimientos guerrilleros es aún mayor en términos proporcionales, aunque en este caso se incorpora, de manera marginal (dos horas en un curso de 22) un espacio destinado a “interpretar las diferentes etapas del gobierno dictatorial identificando las características de cada una, señalando los hechos más importantes que marcan los puntos de inflexión del mismo”.
En tanto, en el programa de Historia Militar del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES), 40% de las horas están destinadas a estudiar los movimientos guerrilleros y el Movimiento de Liberación Nacional en particular, mientras 30% aborda el contexto previo y el restante 30% el golpe de Estado, las etapas de la dictadura cívico-militar y la reapertura democrática. Al final del curso “Capacitación y perfeccionamiento de jefes” del IMES se propicia la discusión sobre la “conexión entre contextos económicos y políticos como ejes de la generación de violencia”, “lecciones aprendidas sobre el empleo de la Fuerza a nivel interno, necesidades de reglas de actuación, el respeto de los DDHH y el Derecho Internacional Humanitario” y “acciones que deslegitiman el empleo del Instrumento militar”.
Nada original
Para Aldo Marchesi, doctor en Historia Latinoamericana especializado en grupos armados en el contexto de la Guerra Fría, de la lectura de los objetivos y contenidos que surgen de las modificaciones de los planes de historia se constata que se mantiene “un paradigma más general para pensar el período, que es la idea de que el país vivió una guerra”. Añadió que este fue el argumento construido por los militares desde la dictadura, con libros como La subversión y Testimonio de una nación agredida.
La nación agredida es “el Uruguay siendo agredido por la subversión”, y en este esquema narrativo lo central para pensar el proceso es “la izquierda subversiva” en tanto actor “que agrede, y la agresión viene del exterior”. “Toda la narrativa acá es: hay una agresión, el actor que tiene que responder a esa agresión es el Ejército. No hay nada original, es la misma narrativa anterior, que se construye en la dictadura y que el Ejército mantiene como institución”, valoró el historiador. “La participación de los militares se justifica en esta idea de que [el agresor] es un agente externo, antinacional, y que ellos están defendiendo la nación. Wilson Ferreira luego se arrepintió de haber votado la Ley de Seguridad del Estado, porque avaló la participación definitiva de los militares en ese proceso”, recordó Marchesi.
El historiador advirtió que otra ausencia notoria en los planes es la reflexión histórica sobre la dictadura. “Siempre cuando se habla de la dictadura se termina hablando de los antecedentes de la dictadura o del final de la dictadura, de quiénes son los responsables de la crisis que generó la dictadura, pero se habla muy poco del período de 1973 a 1985: cómo transformó el país, las consecuencias que tuvo, las violaciones a los derechos humanos sistemáticas, las transformaciones económicas y sociales, la ausencia de libertades en esa sociedad durante un período largo, el impacto sobre la política, sobre la cultura. Y eso es lo que prácticamente no aparece en este texto. Incluso en términos de derechos humanos aparece muy poco, casi nada, y es un punto de partida clave si lo que se trata es formar militares con una conciencia democrática”, consideró.
En cambio, valoró positivamente la bibliografía de los planes, que estimó “bastante amplia”.
Autocrítica y crítica
El presidente de la Comisión Especial de Defensa Nacional del Frente Amplio, Gustavo Scaron, destacó el proceso de reflexión histórica impulsado por el ministerio y por el Ejército. “Me parece bien el camino iniciado, que además nadie lo había planteado con anterioridad. De ahí mi reconocimiento al comandante y al actual ministro por haber habilitado ese proceso”, resaltó. También hizo una autocrítica porque los gobiernos del Frente Amplio no abordaron este tema y “quedaron muchas cosas pendientes”. Aseguró que desde la Comisión de Defensa de la coalición de izquierda se pretende “elaborar una serie de conceptos que entendemos que el FA debería impulsar, ya sea desde la oposición o en el gobierno, para no repetir una serie de errores” que se cometieron durante las administraciones frenteamplistas.
En cuanto a los planes, en la misma línea que Marchesi, señaló carencias y ausencias. “Se pone el énfasis en un evento histórico que se entiende como razón provocadora y no se analiza el evento principal que se tiene que analizar, y es que las Fuerzas Armadas faltaron a su deber, dieron un golpe de Estado, rompieron su juramento constitucional de defensa de la Constitución, y esos elementos están básicamente ausentes. Hay un capítulo por ahí sobre la dictadura, pero no es el eje del programa”, lamentó.
Scaron afirmó que hay hechos “que son absolutamente objetivos y que deberían ser parte central del análisis”. “No puede ser que no haya referencias a las torturas, a las detenciones ilegales, a los asesinatos, a los desaparecidos, a las violaciones, a un montón de elementos que fueron un componente central de ese proceso”, cuestionó.
Remarcó que no se puede “seguir con la narración de que había unos malos que provocaron al elefante, y el elefante…”, porque “es un cuentito que no se corresponde con la realidad”.
¿QUÉ MILITARES NECESITAMOS?
Los contenidos del nuevo plan de estudios histórico del Ejército Nacional
El proceso en el que se venían analizando modificaciones en los contenidos del programa de estudios del Ejército fue dado a conocer con una actividad académica, en la que periodistas, politólogos e historiadores centraron el foco en el período previo y durante el golpe de Estado cívico militar, y el rol de los militares en el mismo. Sabor a poco, opinan varios.
POR RICARDO POSE
28 ENERO, 2022
En un tema sensible para la izquierda, el ministro de Defensa Javier García, que está en el tercer año de gestión de la cartera, hizo flamear el pendón relacionado a documentos militares relacionados a la represión contra grupos de izquierda y, ahora, esta suerte de revisionismo histórico sobre el rol de los militares en el proceso cívico militar. El efecto político casi fue logrado y el eje podría resumirse en “nosotros hicimos lo que no hizo el Frente Amplio en 15 años de gobierno”. Casi logrado porque en verdad los documentos entregados en su momento a Madres y Familiares de Detenidos desaparecidos y de acceso digital para la sociedad no aportaban nada nuevo, aunque sirvieron para refrescar la memoria.
Casi logrado, porque leído el material de estudio, voces calificadas del ámbito académico y especializado en temas de defensa del ámbito político expresaron que en uno de los ítems más sensibles, el rol de los militares durante el Terrorismo de Estado, había sabor a poco. Lo que las críticas ligeras pierden de vista, además, es que entran en el juego en el que Javier García juega con cartas marcadas, en la lógica, militares buenos contra militares malos.
Para los malos militares, sin lugar a dudas, la Justicia debe poder avanzar hacia ellos sin obstáculos, pero para el resto, la sociedad debe dilucidar cuál es su rol, y en última instancia, qué militares necesita Uruguay.
García versus Penadés
El ministro García miente cuando dice que durante quince años del gobierno del Frente Amplio no se hizo nada en el tema. Su problema no es centralmente el Frente Amplio, sino el alarido del triunfador sobre quién, en la interna del nacionalismo, tenía todas las condiciones para asumir su cargo: el senador Gustavo Penadés.
Efectivamente, cuando en el primer gobierno de Tabaré Vázquez se convocó a las Mesas Temáticas de Defensa, desde donde en otras cosas se actualizó la Ley de Educación Militar y se creó el Departamento de Formación, con mesas de muchísima mayor amplitud participativa (participaba por ejemplo Madres y Familiares) y sin apostar al actual show mediático, el legislador por el Partido Nacional que asistía, y aportaba, era Gustavo Penadés.
García llega a ministro de Defensa usando de trampolín la Comisión de Defensa del Senado cuando era legislador, y bendecido por la estrategia de Lacalle Pou de no colocar al frente de carteras sensibles a los pesados del herrerismo. No es casual que García fuera designado en Defensa y Larrañaga en el Ministerio del Interior. Cierto es que a lo largo de los quince años de gestión frenteamplista, la izquierda vivió sus propias tensiones, nada menores por cierto, y la designación en especial de Fernández Huidobro y su gestión fue un elemento fundamental de las mismas. Sobrevolaba la teoría de los ‘dos demonios’ y la no aceptación por una parte de la izquierd de que los enfrentados en armas actuaran en un largo proceso de paz.
Los contenidos
Una primera reflexión al abordar el tema, es reconocer la relativa importancia que a los asuntos de Defensa en general le ha dado la izquierda, en parte justificada por ser la que más ha sufrido la represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, y por otra parte una concepción de la defensa de la sociedad uruguaya, en la que ese tema era patrimonio exclusivo de los militares. La democracia se detiene en la puerta de los cuarteles, es mucho más profunda que lo que insinúa una casi consigna.
Si partimos de esta lógica y asumimos entonces la necesidad de observar el tema con los “lentes” militares, el tema es un poco más complejo que exigir a los nuevos oficiales que asuman el rol del esclarecimiento de la violación a los derechos humanos por parte de sus camaradas de armas.
“La historia militar constituye una rama específica de la historia, que abarca los ámbitos dedicados al análisis no solo de las batallas y las guerras, sino también otros aspectos de la cultura, la tecnología, la educación, la logística, la doctrina imperante en cada época y su relación con la sociedad civil”, se establece en el documento como un concepto central, agregando que “aparte de conocer al detalle las innovaciones y evoluciones de armamentos, organización, tácticas y doctrinas, también se deben analizar las ideas, y formas de sentir y pensar propias de la época a estudiar, encuadrando el hecho histórico militar en un marco espacial y temporal”.
El dedo y el ventilador
El periodista Nelson Fernández figura entre los docentes a cargo de algunos de los módulos que prevé la curricula.
Tema No. 7. Reconstrucción del escenario nacional e Internacional 1958-1985
Tutores: Lic. Ana Pereira y Lic. (PhDc) Jorge Arévalo Mutuberría
Lineamientos Orientadores.
Se realizará un enfoque de la investigación con la siguiente distribución temática
Subtema I: La crisis económica y las elecciones de 1958.
Subtema II: Los convulsionados años sesentas.
Tena No. 8 Reconstrucción del escenario nacional e Internacional 1971-1984
Tutores: Lic. Ana Pereira, Dr. Daniel Vignali y Lic. (PhDc) Jorge Arévalo Mutuberría
Lineamientos Orientadores.
Se realizará un enfoque de la investigación con la siguiente distribución temática
Subtema I: La afirmación del autoritarismo y el camino hacia la dictadura.
Subtema II. El golpe y la instalación del régimen (1973-1976).
Subtema III. El NO del 80 y el comienzo de la apertura (1980-1982)
Subtema IV. El camino hacia las elecciones (1983-1984)
Como en cualquier centro de estudios no cabe dudas de la importancia que desempeñan los docentes aún en funciones de tutorías. No es exclusivo al ámbito de formación militar, los contenidos de los textos, la interpretación de los mismos y el manejo en clase. El debate sobre quiénes suscribieron la Doctrina de la Seguridad Nacional y sus cadenas de golpes de Estado, la defensa del militarismo y las fuerzas democráticas sigue atravesando la sociedad. Si me preguntan a mí, me daría más que por satisfecho si en esas clases, se abordara la responsabilidad de los civiles que alentaron los quiebres institucionales.
Expositores y bibliografía utilizada
Presentaciones de expositores
Se desarrolló un extenso ciclo de conferencias y ponencias de diferentes personalidades de la Academia en las áreas de historia, política, periodismo, psicología y cultura; así como militares en situación de retiro que brindaron exposiciones sobre aspectos específicos de su área del conocimiento. Los aportes, puntos de vista, reflexiones y posturas expresadas en las diferentes instancias, con respecto a la complejidad de la temática, resultaron insumos valiosos que fueron considerados e incorporados en el proceso de análisis.
Periodista Nelson Fernández, periodista Leonardo Haberkorn, politólogo Ignacio Zuasnabar, Mayor (R.) historiador, Marcelo Díaz, periodista Daniel Gianelli, doctor Alfonso Lessa, coronel (R.), mag. Gustavo Vila, coronel (R.) Ulises del Valle Prada, coronel (R.) Carlos Berrutti, escritor Rodolfo Fatorusso, coronel (R.) doctor Eduardo Aranco, doctor Jaime Sapolinski, doctor Jorge Mosco, doctor Heber Gatto, periodista Tomás Linn, politólogo Rafael Porzecanski, doctor Gerardo Caetano, doctora Ana Frega, escritor Álvaro Alfonso, licenciado Alejandro Pasquariello, cnel. (R.) Carlos Araújo, licenciada (psicóloga) Valentina Camilo.
Bibliografía de referencia consolidada para sustentar los ejes temáticos
Actas tupamaras. “Actas tupamaras”. Montevideo: TAE Editora. 1989.-
Achard, D. y Pivel, C. “Se llamaba Wilson. Exilio, regreso y muerte de Wilson”. Ed. Aguilar. 2008.-
Agudice, G. “Frugoni”. Montevideo. Uruguay. Editorial Proyección. 1995.-
Aguerre, P. “Hermano, trabajaremos de presos. El Coronel Pedro Montáñez y la Corriente 1815”. Montevideo. Ediciones de la Banda Oriental. 2012.-
Aldrighi, C. “Conversaciones reservadas entre políticos uruguayos y diplomáticos estadounidenses”. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental. 2012-
Aldrighi, C. “La izquierda armada. Ideología, ética e identidad en el MLN Tupamaros”. Montevideo: Edición del autor. 2016.-
Aldrighi, C . “El Caso Mitrione / La Intervención de EEUU en Uruguay (1965- 1973)”. Ed. Trilce. 2007.-
Alfonso A. “Buscando a los desaparecidos. Una Investigación sobre episodios ocultos”. Caesare. 2005.-
Alfonso A. “Encontrando a los desaparecidos. Traiciones, delaciones y secretos no revelados”. Caesare. 2006.-
Alfonso, A. “Los dos demonios”. Montevideo: Planeta. 2012.-
Alfonso A. “El revés de la trama. La historia secreta de la salida de la dictadura”. Montevideo: Fin de Siglo. 2001.-
Barrán J.P “Los cuestionamientos y desafíos de la Historia Reciente”. Historia Reciente. CEIU. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. 2008.-
Bandera Lima. “El Abuso”. TAE Editora. 1996.-
Blixen, Samuel. “Seregni. La mañana siguiente”. Montevideo: Ediciones de Brecha. 1997-
Brañas Sosa, W. “Cómo destruir una democracia”. Montevideo: Artemisa. 2009.-
Broquetas, M. “La trama autoritaria. Derechas y violencia en Uruguay (1958- 1966)”. Montevideo. Ediciones de la Banda Oriental. 2014.-
Brum Pablo. ¨Patria para nadie¨. Montevideo. Planeta.2015.-
Bonetti, J. P. “La marcha del hambre. ¿Una historia enterrada, silenciada o escondida?”. Ministerio de Turismo. Montevideo, Uruguay. Tradinco. 2016.-
Bordaberry J. M . “Las Opciones”. Montevideo. Rosgal. 1980.-