Vandalizaron placas de la memoria
25 de junio de 2018
Una había sido colocada el jueves.
En el Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva (Cegior) se colocó el jueves pasado una placa de la memoria, a solicitud del PIT-CNT, Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y otras organizaciones sociales. La placa, que recuerda que allí funcionó un centro de detención y torturas desde 1968 y durante toda la dictadura, apareció vandalizada con pintura verde. No fue la única, otra placa similar, ubicada frente al Hospital Militar, fue vandalizada de forma similar, también con pintura verde y en la madrugada del domingo.
Hoy a las 14:30 los organizadores del acto en el Cegior presentarán una denuncia en la Fiscalía General de la Nación; el tema será discutido también por la Institución Nacional de Derechos Humanos. El Frente Amplio repudió los ataques con un mensaje divulgado esta noche por redes sociales, acompañado por las fotos de las placas vandalizadas: “En dictadura nos blanqueaban los muros que pintábamos. Porfiadamente supimos volver a poner las consignas. La lucha y la entrega no se tapa con pintura. Por los que dieron sus vidas por nuestra libertad; mil veces más se volverá a leer nuestro homenaje. La intolerancia no pasará”.
No es la primera vez que sucede algo similar con las marcas de la memoria; recientemente aparecieron inscripciones en el memorial instalado en las inmediaciones del penal de Libertad.
Nicolás Pons, director de cooperación internacional y proyectos del Ministerio de Educación y Cultura, dijo a la diaria que si bien se trata de cuestiones “ridículas”, que generan un daño material que puede ser reparado, no deja de ser una expresión de intolerancia. “Son quizás luces de alerta que vale la pena tener presentes y poder estar a la altura de los acontecimientos para responder institucionalmente”, indicó.
El MEC avisó a las instituciones que solicitaron la placa para que realicen la denuncia policial y también se puso en contacto con el Ministerio de Defensa Nacional “para informar y compartir la preocupación”, indicó Pons. Funcionarios de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior investigan por estas horas las filmaciones de las cámaras de seguridad cercanas al Hospital Militar y al Cegior.
En el Cegior no hay guardia permanente, por lo que se utilizarán las cámaras de vigilancia instaladas en la zona para intentar determinar quiénes fueron los causantes del daño. Por el momento, no hay elementos que permitan identificarlos, apuntó Pons.
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VANDALISMO Recientemente se descubrió una placa de memoria en el CGIOR y hoy ya apareció vandalizada al igual que le placa que recordaba las torturas en el Hospital Militar donde tiene una guardia militar a pocos metros. El gral Alicain habia asegurado que estas cosas no pasarian. El director de sanidad también aseguró que ellos velarian por la integridad de la placa.
DECLARACIONES:
Montevideo, 26 de junio de 2018
En el día de ayer, la Placa de Memoria colocada en el Cuartel de los 33, donde funcionara el Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva (CGIOR) y luego, durante la dictadura, la Compañía de Contrainformación del Ejército y la Escuela de Inteligencia Militar, amaneció violentada con pintura verde igual que la placa ubicada en la vereda del Hospital Militar.
La misma había sido inaugurada hace apenas cinco días, el 21 de junio.
Los abajo firmantes, organizaciones e instituciones que solicitamos ante el Ministerio de Educación y Cultura, la colocación de esta Placa de Memoria en homenaje a las mujeres y los hombres detenidos y torturados en ese sitio, manifestamos nuestro más enérgico repudio a este atentado a la memoria.
Creemos que no se trata sólo de un episodio de vandalismo, sino que lo interpretamos como la expresión autoritaria de personas nostálgicas de tiempos donde primó el desprecio por la vida humana y se cometieron crímenes atroces reñidos con la ética, la moral y los valores humanistas que deben fundar una sana convivencia.
Precisamente esta placa , como todas las señalizaciones de los lugares donde se cometieron graves violaciones a los ddhh, permite mantener la memoria de lo ocurrido y son mecanismos para garantizar la no repetición de tales crímenes.
Dijimos durante la inauguración y lo repetimos ahora que nos mueve el deseo de que nunca más se cometan crímenes de lesa humanidad, nunca más secuestros, nunca más desapariciones forzadas, nunca más detenciones sin mediar orden judicial tampoco juicios sin legítimas defensas, nunca más tortura, nunca más allanamientos a cualquier hora del día y de la noche, nunca más a los militares en la calle persiguiendo a enemigos internos, nunca más violaciones a hombres y mujeres, nunca más trata de vientres ni niños desaparecidos.
Exhortamos a las autoridades a realizar una rigurosa investigación que permita hallar a los responsables como así también a la sociedad toda a repudiar con nosotros hechos de esta naturaleza.
Nunca más terrorismo de Estado!!
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, PIT-CNT, Comisión de Fundadores de la CNT, AEBU, CRYSOL, FEUU, AUTE, el MEC, la Junta Departamental de Montevideo, la INDDHH, el Municipio B, Museo de la Memoria, Red Pro Sitios de Memoria, SERPAJ, Amigos y Amigas del MUME, ONAJPU, FUCVAM, SUNCA y Fundación Mario Benedetti.
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Identifican a presunto responsable de
vandalismo en placas de memoria
28 de junio de 2018
El vehículo que aparece en filmaciones pertenece a un militar retirado.
La denuncia, presentada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), se tramita en la Fiscalía Penal de Flagrancia de 10° Turno, a cargo de la doctora Diana Salvo. Ayer, cerca de las 11.00, Nicolás Pons, director de cooperación internacional y proyectos del MEC, fue citado en esa sede judicial y recibió información vinculada con la investigación policial. En las últimas horas, funcionarios de inteligencia identificaron, mediante registros de cámaras de vigilancia, un mismo vehículo, marca Chevrolet, en las cercanías de las placas de la memoria ubicadas en el ex Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva (CGIOR) y frente al Hospital Militar. Como se sabe, ambas fueron vandalizadas, con la misma tinta verde, en los últimos días, lo que generó sendas expresiones de repudio de organizaciones sociales y políticas como el PIT-CNT, Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y el Frente Amplio, entre otras.
Con el número de matrícula que aparecía en las filmaciones, la Policía identificó luego una dirección, en el barrio La Blanqueada, donde se constató la presencia de ese Chevrolet. Además, según confirmaron fuentes vinculadas con la investigación, ya está claro, a partir de información que surge del Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares (Sucive), que el propietario del automóvil es un militar retirado. La fiscal Salvo pretende ahora indagar al propietario del vehículo para confirmar si está vinculado con los actos denunciados. Ayer se intentó entregar una citación en su domicilio pero no fue posible; anoche se evaluaba la posibilidad de que un juez autorizara una orden de conducción contra el sospechoso.
Hay otra denuncia en trámite relacionada con el caso. El martes de tarde, un grupo de ciudadanos vinculados con organizaciones defensoras de los derechos humanos había formalizado otra denuncia ante la Fiscalía General de la Nación. Patrocinados por el abogado Daoiz Uriarte, pidieron, considerando las circunstancias agravantes previstas en el artículo 359 del Código Penal, penas que podrían abarcar desde tres meses a seis años de prisión.
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Militar que vandalizó las placas de la
memoria deberá limpiarlas
29 de junio de 2018
También fue condenado a seis meses de libertad vigilada.
El coronel (retirado) Carlos Díaz Vecino, que vandalizó con pintura verde dos placas de la memoria recién instaladas, fue condenado a seis meses de libertad vigilada y a “reparar el daño, limpiando las plaquetas, y dejándolas en el estado en que se encontraban antes de la inutilización producida por su accionar”, según había pedido la fiscal Diana Salvo. Al militar retirado se le imputaron dos delitos de “daño agravado en reiteración real”.
En el documento de la fiscalía se consigna que, en la madrugada del lunes, Díaz fue en su auto Chevrolet hacia Eduardo Víctor Haedo y República, donde está ubicado el Centro de Altos Estudios Nacionales, que depende del Ministerio de Defensa Nacional, y pintó una placa de la memoria. Luego hizo lo mismo frente al Hospital Militar. Las placas fueron colocadas en el marco de la Ley 18.596, de “reconocimiento y reparación” a las víctimas de la actuación ilegítima del Estado desde el 13 de junio de 1968 hasta el 28 de febrero de 1985.
Luego de que el Ministerio de Educación y Cultura hiciera la denuncia del acto vandálico, se logró identificar al autor gracias a los videos de vigilancia del sistema del Ministerio de Interior. Esta fue una de las pruebas que tomó la Justicia, junto con la posterior admisión de los hechos por parte del acusado.
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Repudio a un fascista activo
La Justicia condenó a seis meses de prisión al militar retirado que vandalizó dos marcas de la memoria que recuerdan crímenes cometidos durante la dictadura.
El militar había sido detenido en la noche del martes y fue imputado por la fiscal Diana Salvo por dos delitos de “daño agravado en reiteración real”.
En su pedido de condena, la fiscal consigna que el militar retirado, de iniciales C.A.D.V., se presentó en la madrugada del 25 de junio en la sede del CALEN (Centro de Altos Estudios Nacionales) del Ejército en Eduardo Víctor Haedo y República. Con un aerosol de pintura verde pintó la placa que se había colocado en el lugar.
Luego hizo lo mismo en el Hospital Militar, donde se había colocado otra placa.
La primera de las pintadas fue captada por una cámara del Ministerio del Interior colocada en Haedo y República, lo que permitió dar con la identidad del sospechoso.
La fiscal Salvo pidió una condena de seis meses de prisión para el ex militar. La pena será sustituida por la de “libertad vigilada” por el mismo período, producto de un acuerdo con la defensa del imputado que incluye su compromiso de limpiar las placas vandalizadas.
El caso había sido informado por el semanario Búsqueda, que indicó que su detención se produjo en la noche del miércoles.
Una consulta con el Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares (Sucive) permitió dar con la identidad del hombre, que quedó detenido.
Familiares calificó el hecho como “gravísimo”
El integrante de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos Oscar Urtazum dijo a Montevideo Portal que el episodio es “gravísimo” y demuestra que hay “resabios de la dictadura”.
“Para nosotros esto es gravísimo aunque sabemos que es relativo porque para el gobierno seguramente no sea tan grave”, complementó, recordando el reclamo de la organización al Poder Ejecutivo para que haya más acciones en la búsqueda de desaparecidos durante la Dictadura.
Montevideo Portal
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Poder Ejecutivo dispuso “arresto
riguroso”
del coronel retirado que vandalizó placas
de la memoria
4 de julio de 2018
Carlos Díaz Vecino, el coronel retirado que vandalizó con pintura verde dos placas de la memoria recién instaladas, no solo fue condenado por la Justicia a seis meses de libertad vigilada y a reparar el daño que hizo limpiando las plaquetas. Además, el Poder Ejecutivo dispuso su “arresto riguroso”, según informó el sitio de Presidencia ayer.
Según se informó, el martes se hizo efectiva esta sanción administrativa, luego de que el lunes fuera tratado el tema en el Consejo de Ministros.
Al militar retirado se le imputaron dos delitos de “daño agravado en reiteración real”. Las placas fueron colocadas en el marco de la Ley 18.596, de “reconocimiento y reparación” a las víctimas de la actuación ilegítima del Estado desde el 13 de junio de 1968 hasta el 28 de febrero de 1985.
Luego de que el Ministerio de Educación y Cultura hiciera la denuncia del acto vandálico, se logró identificar al autor gracias a los videos de vigilancia del sistema del Ministerio de Interior. Esta fue una de las pruebas que tomó la Justicia, junto con la posterior admisión de los hechos por parte del acusado.
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¿Para qué futuro educamos a los
militares?
30 de junio de 2018
EDITORIAL
En la madrugada del lunes de esta semana, el coronel retirado Carlos Díaz Vecino ensució con pintura verde dos placas de la memoria, colocadas en la ex sede del Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva y frente al Hospital Militar para recordar que esos lugares, como muchos otros, fueron escenario de crímenes cometidos en el marco del terrorismo de Estado. Díaz usó su propio automóvil, que fue registrado por cámaras de vigilancia del Ministerio del Interior. La Justicia pudo identificarlo con rapidez y lo condenó, el jueves, a seis meses de libertad vigilada y a reparar los daños que había causado. El incidente, menor desde el punto de vista material y grave desde el simbólico, merece una reflexión.
Díaz tiene 56 años: decidió ingresar a las Fuerzas Armadas después del golpe de Estado de 1973. Su formación militar se desarrolló durante la dictadura, y la mayor parte de su carrera, tras la recuperación democrática. Quizá el fin del régimen frustró sus expectativas de ejercer tareas de gobierno cuando llegara a grados superiores. En todo caso, su conducta muestra que, lejos de lamentar lo que hizo el Ejército contra el país (y del arrepentimiento personal que podría caberle por su relación con algún delito), rechaza la verdad y sigue, a su manera, en guerra. Lamentablemente, el suyo no es un caso aislado.
Se cumplieron ya 45 años del golpe de Estado, y desde el regreso a la democracia sucesivos comandantes en jefe han planteado un relato que no termina de reconocer lo evidente. Sigue sin aparecer un mando que diga, con claridad y firmeza, que las Fuerzas Armadas violaron obligaciones básicas de cualquier ciudadano y cualquier militar, que cometieron actos aberrantes y que lo hicieron al servicio de un proyecto antinacional, antipopular y antidemocrático.
Corresponde preguntarse, ya con alarma por el tiempo transcurrido, qué se enseña en las instituciones de formación castrense sobre aquel período de nuestra historia, qué relato se consolida en la convivencia entre pares y superiores, qué nociones existen realmente acerca de la misión de las Fuerzas Armadas y en qué medida se desarrolla, entre sus integrantes, una mínima capacidad de raciocinio, necesaria para percibir el brutal contraste entre esa misión y el prontuario de la dictadura.
La negación contumaz del pasado no es, por supuesto, culpa exclusiva de los militares, y ni siquiera son ellos los principales responsables. No les corresponde a los uniformados, en democracia, definir el marco conceptual de su propia educación para las tareas que la sociedad les asigna, o sea el contexto ideológico en el que las Fuerzas Armadas se reproducen como institución.
Desde 1985 ha existido, en esta materia, una omisión persistente, grave y peligrosa de los gobiernos ejercidos por los tres mayores partidos. En importante medida, también ha estado omisa la sociedad, que no ha exigido con la energía necesaria el saneamiento democrático de la formación militar, indispensable para que el “nunca más” llegue a ser factible. Y para que nadie crea que la memoria puede ser eliminada pintándola de verde.