Se espera que la apelación
del juicio por el Plan Cóndor
se defina el 8 de julio
16 de abril de 2019
El ex abogado de Uruguay insinuó que en primera instancia hubo presiones que hicieron que los magistrados “cambiaran de idea”
Empezaron ayer en Roma los alegatos finales de los abogados de las partes civiles en el juicio de apelación por el Plan Cóndor. El juicio en primera instancia terminó el 17 de enero de 2017 con la condena de ocho imputados –sólo un uruguayo– y la absolución de 19 personas. De los 33 imputados totales del juicio, seis fallecieron durante el proceso.
La Corte de Apelación, presidida por la jueza Agatella Ciuffrida, ya agendó todas las audiencias hasta el 8 de julio, cuando se reunirá la Sala del Consejo y se prevé que se pronuncie el fallo.
El abogado Paolo Sodani, que representa a María Cristina Mihura por la desaparición de su esposo, Bernardo Arnone, recordó, al comienzo de su alegato, a las cinco mujeres que presentaron ante el tribunal de Roma la denuncia que dio impulso al juicio sobre el Plan Cóndor: Aurora Meloni, Luz Ibarburu, María Bellizzi, Marta Casal de Gatti y Claudia Allegrini, además de la propia Mihura. “El problema del fallo de primer grado es la fractura del nexo de consecuencialidad entre sus premisas, porque si bien dieron claramente cuenta de la existencia del Plan Cóndor y sus conclusiones, se absolvió a gran parte de los imputados”, dijo Sodani. El abogado se centró en explicar el sistema represivo del Plan Cóndor y en subrayar que su objetivo era el exterminio. Por eso, dijo, no es posible absolver del crimen de homicidio a quien fue reconocido como culpable del secuestro de Arnone. “Estuve en Buenos Aires y fui a visitar el centro clandestino de detención y exterminio conocido como Automotores Orletti. Hay que recordar y visualizar estos lugares para evitar el riesgo de hacer un juicio sin vida. Lo que hemos contado en ese juicio es real, no es sólo historia. Las violaciones y las muertes son verdaderas, los imputados han actuado”, argumentó Sodani. Finalmente, concluyó cuestionando la conducta de los imputados: “Han tenido un comportamiento procesal muy malo. He esperado hasta el final un grito de sus conciencias; he esperado que llegara algo, como una carta anónima, no para individualizar la responsabilidad, sino para indicar dónde están los restos de las víctimas y dar una posibilidad de paz a los familiares”.
En tanto, el abogado Fabio María Galiani, que representó a Uruguay en el juicio de primera instancia y ahora representa las familias Dossetti, Gambaro y Artigas, hizo un análisis detallado de la sentencia de primer grado, en el que marcó las contradicciones que, en su opinión, tenía. “La Corte absolvió a los imputados porque, en virtud de ser cuadros intermedios y no mandos de la estructura, desconocían el destino final de los secuestrados y, por lo tanto, no tienen responsabilidad por sus muertes; es absurdo y ridículo afirmar que quien secuestra y tortura, y quien está en el ápice del S2 [inteligencia], no sepa cuál es el destino final del secuestrado”, dijo.
Galiani destacó que el fallo de primer grado dio un paso atrás de diez años cuando se fijó en la sentencia de absolución de Jorge Tróccoli del Tribunal de Revisión, que decidió su liberación cuando fue detenido en Italia en 2007. “Anuló diez años de trabajo, sin tener en cuenta la documentación producida”, opinó.
Lo que habla en contra de Tróccoli, dijo Galiani, son principalmente sus propias palabras y escritos, tanto cuando admite responsabilidades como cuando declara hechos contradictorios, hasta llegar al momento de su testimonio cuando se rehusó a ser interrogado y prefirió leer sus declaraciones. Otra circunstancia esclarecedora sobre sus responsabilidades, aseguró el abogado, aparece en su legajo, tanto debido a omisiones como a manipulaciones. Además, Galiani sostuvo que “es muy importante el testimonio de Fausto Bucchi, quien reconoció a Tabaré Daners como el jefe del operativo del secuestro del matrimonio Dossetti en Buenos Aires”. “Por eso presentaremos una denuncia, así como los documentos de migración y los testimonios puntuales que escuchamos en el juicio de primera instancia”, afirmó.
Galiani dijo a la diaria que tiene una “extraña sensación” respecto de lo ocurrido en el juicio de primera instancia. “Tuve que debatir mi alegato final en dos jornadas diferentes. Al final de la primera jornada, los jueces honorarios se acercaron para felicitarme; en la audiencia sucesiva la atmósfera había cambiado completamente. A los meses del juicio, tuve la oportunidad de cruzarme con uno de los jueces honorarios y le pedí explicaciones. Me habló de las ‘presiones’ recibidas”, aseguró. Galiani relacionó este hecho con una discrepancia en el fallo, porque si bien en el expediente se encuentra escrito que “está plenamente demostrado el involucramiento de la Armada uruguaya, y en particular del Fusna [Fusileros Navales], en los secuestros de personas, en las torturas y en los homicidios”, luego se absolvió a los imputados Jorge Néstor Tróccoli y Juan Carlos Larcebeau. “Entonces yo sospecho que habían decidido condenarlos, habían empezado a escribir la sentencia de la condena y luego pasó algo que los llevó a cambiar de idea”, sostuvo Galiani.