Hallaron restos humanos en ex casa de Stroessner

  Los esqueletos del

Tiranosaurio

Encontraron restos humanos en una de las casas de Stroessner.

Andrés Colmán Gutiérrez

13 septiembre, 2019

Restos humanos hallados en una antigua casa del dictador Stroessner en Paraguay 

A 30 años del derrocamiento de Alfredo Stroessner, en una de sus mansiones de veraneo se hallaron tres cráneos y varios huesos humanos. El hallazgo fue realizado por un grupo de familias que ocupan las tierras de la zona, apropiadas por el dictador durante su gobierno. Desde el Equipo Paraguayo de Antropología Forense no descartan que los restos encontrados sean de desaparecidos.

Con un pesado pico de hierro, Silvio M rompió los oscuros y gastados azulejos del piso del baño de la abandonada mansión que fuera uno de los lugares favoritos de descanso del general Alfredo Stroessner, el dictador que gobernó Paraguay con mano de hierro durante 35 años, desde 1954 hasta que fue derrocado en febrero de 1989. Era el viernes 30 de agosto, en horas de la noche. Silvio, junto con un grupo de más de 200 personas, llevaba seis días ocupando la vieja mansión abandonada en un predio de 13 hectáreas en las afueras de Ciudad del Este, a orillas del río Acaray, no muy lejos de la represa hidroeléctrica de Itaipú, en la región de la triple frontera de Paraguay con Brasil y Argentina.

Los ocupantes buscaban algo de valor enterrado bajo los pisos del baño, lo que en la cultura popular paraguaya se denomina plata yvyguy (tesoro enterrado). Existían versiones de que los colaboradores del dictador habían ocultado bolsas de dinero o joyas poco antes del golpe militar que acabó con la tiranía, y la obsesión llevó a que numerosas personas organizaran durante años expediciones clandestinas para excavar la mayor parte del terreno.

En la noche del 30, lo que encontraron no fue dinero ni joyas, sino restos humanos. “Yo me encontraba en el patio, organizando detalles de la ocupación de la propiedad, cuando me avisaron. Acudí enseguida, acompañado de mucha gente, transmitiendo en vivo para que todos puedan enterarse. Cuando entramos a lo que fue el baño, allí estaban los cráneos y otros huesos, que sobresalían entre los cimientos del piso que estaban siendo removidos”, relató a Brecha el artista plástico Rafael “Mbururú” Esquivel, un popular activista que transmitió las primeras imágenes a través del sistema Facebook Live, desde su página Mbururú Tv On Line, en la red social. La excavación prosiguió y en pocas horas lograron desenterrar tres cráneos humanos, dos fémures, un húmero y un montón de fragmentos más pequeños de los esqueletos.

FIESTAS Y ORGÍAS. La antigua mansión le fue regalada al general Alfredo Stroessner en 1962, cuando se empezó a formar la localidad fronteriza que llevaba su nombre, Ciudad Puerto Presidente Stroessner, principal centro de la expansión económica en el Alto Paraná, en un plan que comprendió la construcción del Puente de la Amistad con Brasil, la represa hidroeléctrica de Itaipú y el proceso de desembarco de colonos agroganaderos brasileños, que incluía un gran esquema de contrabando y todo tipo de tráfico ilegal a través de la triple frontera.

El terreno donde se encontraba la mansión fue parte de una reserva de 30 hectáreas, conocida como la Finca 66, que el Instituto de Bienestar Rural (organismo agrario encargado de dar tierras a campesinos) distribuyó entre Stroessner y otros 16 generales. Al dictador, a quien el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos bautizó como el “Tiranosaurio”, le construyeron una coqueta y lujosa residencia a orillas del río Acaray, rodeado por un espeso bosque. Allí Stroessner acostumbraba llegar con varios de sus amigos políticos y militares a pasar días de descanso, y son varios los testimonios que apuntan a que se organizaban fiestas y orgías con un harén de mujeres, principalmente niñas y adolescentes, a quienes se sometía a perversas situaciones de esclavitud sexual y pedofilia.

Tras la caída de la dictadura en 1989, la mansión quedó prácticamente abandonada. Según los registros, la propiedad figura a nombre de la empresa Sur Inmobiliaria SA, cuyo principal accionista es el ex senador Alfredo “Goli” Stroessner, nieto del ex dictador. La Municipalidad de Ciudad del Este (como pasó a llamarse la ex ciudad puerto Stroessner) reclama el sitio como propiedad municipal para construir un parque, pero las tratativas se mantienen en un limbo jurídico.

En este contexto, unas 30 familias autodenominadas “sin tierras” ocuparon la que fuera la mansión del dictador el pasado domingo y en pocos días la cantidad de ocupantes ya sumó a más de 200, que reclaman que la propiedad es parte de las tierras mal habidas y, por tanto, deben ser entregadas a los pobres. “Es inadmisible que estas tierras sigan perteneciendo a los descendientes del dictador. Si el Estado no procede a hacer justicia, el pueblo tiene derecho a recuperar esta propiedad”, sostiene el dirigente Mbururú Esquivel.

LA CASA DEL TERROR. El hallazgo de los tres cráneos y varios huesos causó conmoción en el contexto de la reciente crisis política que se instaló en Paraguay y que afectó gravemente al gobierno del presidente Mario Abdo Benítez: semanas atrás se reveló que su gobierno había firmado un acta con el de Brasil, en forma secreta, en la que se acordaba la compra de energía de la represa de Itaipú en condiciones sumamente desfavorables para Paraguay. Las acusaciones de haber renunciado a la soberanía energética nacional para favorecer al país vecino obligaron al mandatario a ordenar la remoción de varios miembros de su gabinete, entre ellos el canciller y el embajador paraguayo en Brasil, además de pedir la ayuda de su principal adversario electoral, el ex presidente Horacio Cartes, para ser salvado de un inminente juicio político que estuvo a punto de sacarlo del poder.

La mansión de Stroessner en Ciudad del Este también era conocida popularmente como “la Casa del Terror”, ante denuncias de que en épocas de la dictadura se utilizaba, además, como un centro clandestino de detención y tortura de adversarios políticos, por lo que el hallazgo de restos humanos lleva automáticamente a suponer que puedan tratarse de personas asesinadas por esbirros de la dictadura. Podrían integrar la lista de aproximadamente 459 desaparecidos por el régimen que ha registrado la Comisión de Verdad y Justicia, nómina actualizada por organismos de derechos humanos.

El médico Rogelio Goiburú, director de Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia, se hizo presente este miércoles 11 de setiembre en el lugar, al frente del Equipo Paraguayo de Antropología Forense, para recoger y analizar los restos hallados. “Podemos afirmar que se trata de los cráneos de tres personas adultas del sexo masculino, uno de ellos con el evidente rastro de haber recibido un impacto de bala en la cabeza. Además, hay otros restos, que podrían pertenecer a las mismas personas o a otras”, explicó el médico a Brecha.

Goiburú y los miembros de su equipo vienen realizando una titánica tarea desde hace varios años, en la búsqueda de restos de los desaparecidos por la dictadura stronista. Hasta el momento han logrado hallar 37 restos de personas y con la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense han podido identificar a cuatro personas, entre ellas a quien fue secretario general del Partido Comunista Paraguayo, Miguel Ángel Soler, desaparecido en 1975.

“No me sorprende para nada que se hayan hallado estos restos en esta casa del terror. Hace cinco años ya estuve aquí, a partir de denuncias de que podían existir esqueletos de víctimas de la dictadura, pero en ese momento no pudimos profundizar la búsqueda. El hallazgo hecho por los ocupantes es un importante aporte. Vamos a recolectar los restos y llevarlos bajo custodia fiscal forense a un laboratorio en Asunción, en donde compararemos las muestras de Adn con las del banco genético de familiares de desaparecidos que estamos creando. Ojalá tengamos éxito en el proceso y podamos saber a quiénes pertenecen estos huesos. Sería una gran contribución a la recuperación de la memoria histórica”, destacó Goiburú. Rogelio no pierde la esperanza de que entre estos restos puedan estar los de su propio padre, el médico y dirigente opositor Agustín Goiburú, desaparecido en 1977, tras una heroica resistencia a la dictadura de Stroessner.

 

 

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