EL FRENTE AMPLIO APOYARÁ REFERÉNDUM CONTRA LA LUC
Vamos a la plaza
Víctor Hugo Abelando
23 octubre, 2020
No sin remilgos, el Frente Amplio se suma a la postura de la Intersocial. La discusión dentro de la coalición de centro-izquierda se cerró sin definir cuál es la vía para el referéndum, aunque se asume que un divorcio con el movimiento social debilita la capacidad de oposición a un gobierno que definen como «conservador y restaurador».
Manifestación de la Intersocial frente al Palacio Legislativo.
El Plenario Nacional del Frente Amplio (FA) resolvió, el sábado 17, por una mayoría holgada, acompañar a la Intersocial en la movilización para interponer el recurso de referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) y encomendó a su Mesa Política resolver sobre el procedimiento a utilizar y los artículos a derogar.
La resolución llegó después de un debate, en el que hubo posturas dispares. La posición contraria a sumarse a la consulta popular fue sostenida por Asamblea Uruguay (AU), Fuerza Renovadora (el grupo liderado por el senador Mario Bergara), la Vertiente Artiguista (VA), el Partido Demócrata Cristiano e, inicialmente, por el Movimiento de Participación Popular (MPP), aunque este último varió su actitud y finalmente se sumó al apoyo al referéndum que plantea la Intersocial. La discusión versó sobre la oportunidad del instrumento, partiendo de una percepción común sobre lo regresivo de la LUC.
El senador José Carlos Mahía (AU) comentó a Brecha que «el referéndum ha sido una herramienta que el FA ha utilizado en varias oportunidades, a veces con éxito y a veces no. En ese sentido entendíamos que la agenda que viene de la derecha es más peligrosa aun que la propia ley que se quiere impugnar parcialmente. Todos tenemos la misma opinión, también con respecto a la LUC, todos votamos lo mismo en el Parlamento. El tema es táctico y estratégico. En lo táctico, creemos que no necesariamente es el mejor momento ni la mejor herramienta para enfrentar ahora el proyecto conservador de Lacalle Pou. En lo estratégico, no es la mejor manera para acumular hacia una futura victoria de la izquierda en 2024».
Una de las fallas señaladas por los grupos que se opusieron a la resolución es que los artículos de la ley que pueden ser impugnados aparecen difusos, al eliminarse la desmonopolización de ANCAP y la obligación de que ANTEL comparta su infraestructura con Claro y Movistar. También sostienen que algunas señales, como la libre importación del fueloil para los barcos, son indicativas de que lo peor del proyecto del gobierno está en el horizonte del próximo año. Asimismo, piensan que embarcarse en una batalla cuando Lacalle Pou y su administración tienen los mayores índices de popularidad no parece el mejor escenario.
En cambio, el dirigente comunista Daniel Marsiglia indicó a Brecha que acompañar la decisión del PIT-CNT y la Intersocial es consecuente con la categorización que se hizo sobre la LUC. «El FA definió esa ley como impopular, inoportuna, regresiva, que desconocía el contexto de la pandemia y que, por lo tanto, iba a generar en términos económicos y sociales más perjuicios a la población», afirmó Marsiglia. El FA, agregó, empieza a ensayar una discusión acerca de cuál es el camino a recorrer y cómo hacerlo juntos para atacar los aspectos más reaccionarios de la ley, como la educación, la legítima defensa presunta de los policías, la criminalización de la protesta.
«Muchas veces, los compañeros, con la lógica de ganar o perder, no miran todo un proceso largo de acumulación; si se mira el proyecto de izquierda, que va a cumplir 50 años, en su proceso, en su accionar, tuvo más derrotas que victorias. La huelga general, la dictadura, los presos, los muertos, los desaparecidos fueron pérdidas, pero también la base de lo que tenemos hoy», sostuvo el dirigente comunista. A su juicio, la cuestión es cómo se enfrenta un programa económico, político y cultural que tiene su expresión en el ajuste sobre los sectores más pobres de la sociedad. «El propio Lacalle dice que elige el campo (el del agronegocio y los grandes ganaderos), el presidente de la ARU dice que tiene que existir la desigualdad. Eso es lo central, lo filosófico. Lo simbólico es la foto de la misa, donde confluyeron el gobierno, las clases dominantes y el Ejército. Un intento de refundación, es decir, liquidar todas las conquistas que se lograron en 15 años».
Otro trasfondo del debate sobre el referéndum es la visión autocrítica que el FA tiene, mayoritariamente, sobre su relación con la sociedad y sus organizaciones. El documento disparador de la discusión de balance del período electoral hace hincapié en cómo el partido perdió lazos con el movimiento social, por lo cual un divorcio con la Intersocial puede cuestionar la necesaria recreación del bloque social que llevó al FA al gobierno y que «hoy es necesario para enfrentar el proyecto conservador de la derecha».
POSIBLES DERROTEROS
El senador Eduardo Bonomi (MPP) afirmó a Brecha:«Nosotros teníamos la posición original de que el referéndum es difícil, porque creemos que no están terminadas las resoluciones legislativas por parte de la coalición. Entonces, lo que se aprobó en la LUC fue un camino que dejó afuera principales elementos del referéndum, como los artículos sobre ANCAP y ANTEL. Pero, para nosotros, probablemente el año que viene haya novedades al respecto, y si estamos metidos en una juntada de firmas que va a llevar un año y nos agarra una ley mucho más perjudicial en el medio, estamos atados de pies y manos. Entonces, pensamos que el camino largo es el que más nos entrampa en eso, pero, bueno, la negociación está abierta».
Si por el FA fuera, al menos en opinión de parte importante de sus grupos, la vía que se adoptaría sería el «camino corto», es decir, juntar las firmas del 2 por ciento del electorado (unas 54 mil) y luego esperar que la Corte Electoral convoque al electorado a que voluntariamente concurra a las urnas a reafirmar la voluntad de referéndum. En esa instancia los votos necesarios para convocar a un referéndum deben superar el 25 por ciento del padrón electoral.
Sin embargo, para el PIT-CNT, la Intersocial y también para aquellos sectores frenteamplistas que empujaron el apoyo al referéndum desde el inicio (el Partido Comunista de Uruguay, el Partido Socialista de Uruguay, el Partido por la Victoria del Pueblo, entre otros), el camino más adecuado es la «vía larga». Eso implica recoger más de 700 mil firmas entre noviembre de 2020 y julio de 2021. La lógica de apostar a este camino parece afirmarse en la idea de que comenzarán a verse los efectos de las políticas de ajuste del gobierno, lo cual dejaría por el camino esa suerte de luna de miel que hoy tiene con la población fruto del control del covid-19. Entonces, el proceso de recolección de firmas, con independencia de su resultado (aunque obviamente se apuesta a alcanzar el objetivo), se transformaría en una gran movilización opositora al proyecto «restaurador».