En diálogo con el periodista Jordi Batallé de Radio Francia Internacional, Zaffaroni recordó cómo fueron los primeros tiempos luego de enterarse de que era hija de desaparecidos, y dijo que es posible que haya un hermano suyo nacido en cautiverio, aunque no existen pruebas al respecto.
Sus padres adoptivos fueron reticentes a decirle la verdad, y recién la confesaron “cuando la prueba fue irrefutable”. Su padre adoptivo, un funcionario de los servicios de inteligencia de la dictadura argentina, le dijo que, con su madre, no podían tener hijos, y “un compañero”, que trabajaba en el centro de detención clandestina de Automotores Orletti, “le dijo que había una nena de más o menos un año y medio, que sus padres iban a tener del destino que ya todos conocían, y que se iba a quedar sola, que si se la quería llevar. Y él dijo que sí. Eso fue todo lo que me contó con respecto a las circunstancias de la adopción. No sé si esto fue efectivamente así o no”, explicó.
Su madre biológica, María Emilia Islas Gatti, cursaba, al momento de la detención, el tercer mes de embarazo del que sería su segundo hijo, hermano de Mariana.
“Con respecto al embarazo de mi mamá”, agregó Zaffaroni, “yo sabía que estaba embarazada, siempre pensé que con un embarazo tan reciente probablemente en las condiciones en que estaba retenida no habría resistido el embarazo, pero después, cuando empecé a conocer casos de otros nietos cuyas madres habían sido mantenidas con vida todo el tiempo del embarazo para quedarse con los chicos, ahí empecé a albergar la esperanza de que, tal vez, si se enteraron de que estaba embarazada, de pronto la hubiesen podido mantener con vida”.
Mariana Zaffaroni dijo que, enterarse de que quienes consideraba su familia en realidad eran cómplices de la dictadura y que sus padres biológicos habían sido asesinados fue “como una ola”, y recién pudo comenzar a asimilar su nueva situación a partir de quedar embarazada y ser madre.
Luego del nacimiento de su hija pudo construir una buena relación con sus abuelas. Ambas ya fallecieron, pero con las dos quedó “en paz”. En cambio, la relación con sus padres adoptivos está, ahora, “más o menos”.
La embajada argentina en Francia lanzó una campaña para dar con niños que, como Mariana Zaffaroni, fueron robados durante la dictadura. Se cree que muchos de ellos podrían haber salido del país tanto con el final de los gobiernos militares, después de 1983, o posteriormente.