Jubilaciones de militares

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Se posterga impuesto a jubilaciones militares luego del trancazo del MPP

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Por LOURDES RODRIGUEZ

El plan del equipo económico era que el proyecto para establecer un impuesto a los retiros y pensiones militares más altos, remitido al Parlamento a principios de octubre, se aprobara y comenzara a implementarse a partir de este domingo 1 de enero. Sin embargo eso no ocurrirá. Esta medida transitoria (iba a tener vigencia por un año y medio), al formar parte del ajuste fiscal que presentó el equipo económico para la rendición de cuentas (por ejemplo, junto al aumento del Irpf), busca reducir en un 10 por ciento la asistencia financiera que el Estado presta anualmente a la Caja Militar, que es de alrededor de 400 millones de dólares.

En filas del gobierno existe “incredulidad” frente a la postura emepepista, y advierten, de acuerdo a lo manifestado a Brecha, que la no recaudación de estos 40 millones de dólares “afectará directamente a la educación y al sistema de cuidados”. Si bien se reconoce que está pendiente la conformación de un grupo de trabajo con los legisladores frenteamplistas para analizar un paquete de opciones tendientes a conseguir recursos para la educación (entre ellas se maneja la creación de franjas adicionales para algunos tributos),1 no se manejan alternativas específicas en caso de que el impuesto no prospere, lo cual admiten como una posibilidad.

PIEDRAS EN EL CAMINO I. 

Hace un mes el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, sostuvo en la comisión parlamentaria que no existía todavía un texto “consolidado” para la reforma de la Caja Militar, pero que la iniciativa sería enviada “en términos no lejanos”. A la fecha la situación permanece inalterada, aunque ahora el emepepismo supeditó el tratamiento legislativo del impuesto al abordaje de este proyecto para contar con todas las cartas a la vista.

La senadora casagrandista Constanza Moreira, en diálogo con Brecha, se quejó de que la oposición del Mpp no fuera planteada con claridad desde un principio: “En la bancada pidieron prorrogar la entrada en vigencia para ‘ablandar’ un poco la medida. Frente a eso propuse sacarle el plazo de finalización, previsto para junio de 2018. Esto lo acordamos hace dos semanas. Sin embargo, Patricia Ayala (Mpp), presidenta de la Comisión de Hacienda, nunca lo puso en el orden del día para votarlo, aduciendo ‘problemas’ con su sector. O sea que gracias a (José) Mujica y al Mpp no llegamos a tiempo para votarlo a fin de año, cuando acordamos que era una de las prioridades de Hacienda”.

En palabras de Ayala, el sector mayoritario del Frente Amplio (FA) tiene resuelto “acompañar el compromiso” del Ejecutivo de reformar la Caja Militar: “No es que estemos en contra del impuesto, es que consideramos conveniente discutirlo todo junto”. Pese a que desde la bancada frenteamplista se insiste en señalar que se trata de una cuestión de forma y no de fondo, el rol de las Fuerzas Armadas en el desarrollo nacional ha formado siempre parte de la impronta ideológica del Mpp, y así se establece en diversos documentos sectoriales.2 En uno de ellos, sobre defensa nacional, aparecía, por ejemplo, la necesidad de “reconstruir la confianza mutua” entre la sociedad y las Fuerzas Armadas, y de transformar a éstas en una institución al servicio de los cambios sociales, la eliminación de la pobreza y las injusticias, “en función de los intereses populares”.

Aunque estos conceptos puedan ser relativizados por algunos de los integrantes del Mpp, ha sido clave el papel que han jugado en ese sentido los líderes históricos tupamaros, tanto Eleuterio Fernández Huidobro como José Mujica (quien llegó a concurrir personalmente al Palacio Legislativo para impedir la anulación de la ley de caducidad cuando era presidente o, en las últimas semanas, a restar trascendencia a las implicancias del archivo Castiglioni).

En más de una ocasión esas (y otras) guiñadas fueron correspondidas. Por ejemplo, en 2011, luego de que el entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Bonilla, entregara a Mujica  una bandera del Mln en poder de la Fuerza Aérea, reflexionó: “El señor presidente, en su primer discurso en el Parlamento, tuvo gestos importantes hacia las Fuerzas Armadas, luego reafirmados (…) cuando habla de unas situaciones de ‘ni vencidos ni vencedores’ y de ‘soldados de mi patria’. Pienso que a un gesto hay que darle otro gesto” (semanario Voces). Bonilla, quien fue general del aire y tras su retiro actuó como coordinador de los servicios de inteligencia hasta la asunción de Tabaré Vázquez, ha sido una de las voces cantantes que más cuestionamientos ha hecho a la posible reestructura de la Caja Militar, a la que tomó como un “balde de agua fría” y calificó de “discriminatoria”, “injusta” y “estigmatizante” (semanario Búsqueda).

PIEDRAS EN EL CAMINO II.

La sombra de la inconstitucionalidad (y la advertencia de una “catarata de juicios”) apareció unas horas después de que el gobierno diera a conocer el proyecto sobre el impuesto, y las dudas respecto de su aprobación aumentaron en las últimas semanas, cuando comenzó a tratarse en comisión, dada la dificultad del oficialismo para obtener el voto número 50, ya que el diputado Gonzalo Mujica (electo por el Mpp y que anunció recientemente su alejamiento del FA) no lo respaldará. Diputados como Eduardo Rubio (Unidad Popular) y el constitucionalista Martín Risso argumentan que con la aprobación de la medida se concretaría una doble imposición (las pasividades ya están gravadas por el Iass), lo cual sería ilegal.

Desde el equipo económico se ha argumentado que esta prestación pecuniaria es “análoga o bastante similar” a la de los retirados bancarios (cuya caja se reformó en 2008), y que la Suprema Corte de Justicia ha desestimado por unanimidad los recursos de inconstitucionalidad presentados, con lo cual, para el gobierno, el impuesto se transforma en un antecedente válido. En esta dirección, Risso (y otros integrantes del Colegio de Abogados) reconoce que ambas cajas tienen la misma naturaleza jurídica. Sin embargo, en comisión alegó: “Este tipo de tributos tienen un problema de constitucionalidad razonable­­­­men-te claro. Me permito pensar que no hay que confiar tanto en la jurisprudencia que tiene la Suprema Corte, pues es uno de los típicos temas que las nuevas integraciones revisan o deberían revisar. Compartirán la posición anterior o la cambiarán, pero no es una cosa que pase directamente sin mayor análisis”.

En el terreno político, Rubio, quien no votará el impuesto (entiende que forma parte de la “de­sesperación fiscal” y que además empaña el debate de fondo), está dispuesto, de acuerdo a lo que declaró a Brecha, a negociar su voto para la reforma de la Caja Militar, que llegará, si el Ejecutivo cumple, en “enero o febrero”.

  1. Véase Brecha, 9-XII-16.
  2. Véase Brecha, 6-V-11.

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