Abuelas de Plaza de Mayo
recuperó al nieto 128
3 de agosto de 2018
La restitución muestra que “la vela de la esperanza todavía sigue encendida y que la lucha aún continúa”, dijo uno de sus hermanos
La organización Abuelas de Plaza de Mayo informó que restituyó la identidad del nieto 128, Marcos, quien en 1976 fue secuestrado junto a sus padres y sus hermanos. En un comunicado, la organización contó que Marcos es hijo de Rosario del Carmen Ramos, quien fue secuestrada por unas semanas a comienzos de 1976, ya estando embarazada, y tuvo a su hijo en libertad en junio de ese mismo año. Solo cinco meses después fue secuestrada nuevamente por las fuerzas de seguridad, en este caso junto a dos de sus tres hijos, Ismael y Marcos. Rosario fue separada de sus hijos e Ismael logró escapar en uno de varios traslados. Nunca más vio a su hermano menor ni a su madre.
En 1999 Ismael se arrimó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad para contar el caso de su madre y su hermano. A diferencia de otros casos, no fue Marcos el que se arrimó a organizaciones u organismos de derechos humanos sospechando que era hijo de desaparecidos, sino que fue una investigación judicial la que concluyó que era probable que ese fuera su caso. Marcos accedió voluntariamente a hacerse los exámenes de ADN para luego confirmar que era el hijo de Rosario.
“El caso de Marcos debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que subsisten en parte de la sociedad”, indica el comunicado de Abuelas. También señala en el texto que la intermediación de entidades estatales fue clave para que la investigación avanzara, por lo cual el caso “demuestra la importancia de fortalecer a los organismos que desde el Estado intervienen en el esclarecimiento de estos delitos de lesa humanidad”.
En la conferencia realizada al mediodía Ismael se mostró muy conmovido. Dijo que el trabajo de las Abuelas es “impresionante” y que estaba “emocionado”. El hermano mayor de Ismael y Marcos, Camilo, dijo que este paso representa “la restitución de 42 años de amor no vivido” y “saber que la vela de la esperanza todavía sigue encendida y que la lucha aún continúa”.
Ni en el comunicado ni en la conferencia se mencionó quién es la abuela de Marcos, lo que podría indicar que falleció antes de encontrar a su nieto.
“Como ven, somos poquitas abuelas acá, somos cuatro. El resto ya no está, o están enfermitas. Pero con nuestro equipo incansable de jóvenes que nos ayuda a seguir caminando, mientras tengamos vida seguiremos buscando a los centenares de nietos que aún faltan”, indicó titular de la organización, Estela de Carlotto.
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Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la identificación del hijo de Rosario del Carmen Ramos
“Hemos encontrado un chico que necesita amor”
Marcos fue secuestrado en Tucumán cuando tenía cinco meses. Su mamá está desaparecida. El jueves se reencontró con sus dos hermanos. “Se habla de la restitución de una persona, para mí es la restitución de un amor no vivido por 42 años”, dijo su hermano Camilo.
Por Victoria Ginzberg
“Hemos sido un trío de niños”, dice Ismael para describir el reencuentro de los tres hermanos: él, Camilo y Marcos, que fue secuestrado cuando tenía cinco meses. Eran tres niños reunidos el jueves en un despacho de la fiscalía federal número 2 de Tucumán. Tres niños de cuarenta años que no pudieron estar juntos y quieren recuperar en veinte segundos todo el tiempo perdido. “Fue maravilloso. No lo puedo explicar con palabras. Me ha matado la curiosidad de saber de su vida, cómo estaba, lo quería llevar a mi casa, que se integre con su familia… ‘vas muy rápido, pará’, me dijeron. También es muy shockeante para él”, relata Camilo. Y resume: “Se habla de la restitución de una persona, para mí es la restitución de un amor no vivido por 42 años”.
Marcos recuperó su identidad el jueves, cuando le informaron que es hijo de Rosario del Carmen Ramos, una santiagueña militante del PRT que desapareció a fines de 1976 en Tucumán. Marcos tenía cinco meses cuando fue apropiado y el jueves conoció a sus hermanos Ismael y Camilo, hijos de su madre y de Ismael Amado Suleiman. La identidad del padre de Marcos no pudo establecerse todavía en base a la información del Banco Nacional de Datos Genéticos. En la foto, en blanco y negro, hay una mujer y dos niños pequeños subidos a un sulky tirado por una llama. “El único documento vivo que tenemos de mi mama”, dice Camilo. La imagen preside la conferencia de prensa. En realidad son dos, la segunda es un zoom de las caras de Ismael, Camilo y Rosario tomada de la misma y única foto. Estela de Carlotto cuenta que Rosario nació en 1948 en Santiago del Estero. Que tenía ocho hermanos y una hermana. Rosario se fue a trabajar a Tucumán, donde se casó con Ismael Amado Suleiman, con quien tuvo a sus dos hijos mayores (Ismael y Camilo) y luego se separó. Fue secuestrada a principios de 1976 en un operativo realizado por las fuerzas de Seguridad en la zona del viejo cargadero de caña de la localidad de San José. La tuvieron cautiva varias semanas hasta que fue liberada. Estaba embarazada de Marcos. “La golpearon, la metieron dentro de un tacho de agua, le dieron corriente”, revela Ismael a PáginaI12. Marcos nació el 9 de junio de 1976 y, cinco meses después, Rosario fue secuestrada nuevamente. La subieron a un Ford Falcon blanco y desapareció. Camilo estaba con su padre, pero Ismael y Marcos también fueron secuestrados. Ismael, que tenía seis años, estuvo un año y medio con la familia de un militar hasta que logró escapar (ver aparte) y Marcos estuvo desaparecido hasta el jueves, el día en que se reencontró con sus hermanos. En 1999, Ismael se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad
En 1999, Ismael se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para relatar su historia y denunciar la desaparición de su hermano y su mamá. En 2013, el Fondo permanente de Recompensas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos recibió información que señalaba a un joven como hijo de desaparecidos apropiado por una persona imputada por crímenes de lesa humanidad en Tucumán. Estos datos fueron entregados a la Unidad Especializada para casos Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado de la Procuración, que inició una investigación. Así se pudo encontrar a Marcos, quien accedió a realizarse los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos en el contexto de la causa judicial. “Marcos es el segundo nieto restituido en Tucumán. Las fosas comunes descubiertas allí en las que se identificó a más de un centenar de desaparecidos y desaparecidas, junto a la comprobación de la existencia de un capítulo local del plan sistemático de apropiación de niños y niñas, vuelven a colocarla ante la evidencia del horror. El caso de Marcos debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que subsisten en parte de la sociedad y, en particular, en Tucumán. También demuestra la importancia de fortalecer a los organismos que desde el Estado intervienen en el esclarecimiento de los delitos de lesa humanidad”, dice Carlotto. En la conferencia también están Ramón Ramos, hermano de Rosario, Pablo Parenti, de la Unidad Fiscal Especializada en Apropiaciones de Niños Durante el Terrorismo de Estado y Claudia Carlotto, de la Comisión Nacional por el Derecho a la identidad porque, como explican todos, este encuentro es producto de un trabajo en equipo que incluye organismos gubernamentales, no gubernamentales, el Poder Judicial y el Ministerio Público.
“Por eso es importante que los organismos gubernamentales y no gubernamentales tengan recursos y libertad para poder resolver todos los casos que faltan”, remarca Claudia Carlotto y se lleva un fuerte aplauso de quienes fueron a acompañar a las Abuelas, entre ellos Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, Lita Boitano, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, muchos nietos ya restituidos y Sergio Maldonado. Estela aprovecha para reiterar un pedido de ayuda a la sociedad: “La restitución de Marcos es fruto de datos nuevos a los que no habíamos accedido. Cualquier información, por insignificante que pueda parecer, quizá resulte la pieza faltante para dar con uno de nuestros nietos y nietas”. Ismael y Camilo, ambos de saco y corbata, vuelven sobre el encuentro con “Marquitos”, que, explican, todavía están procesando. “Fabuloso, maravilloso”, aseguran. Pero tienen prudencia y no revelan detalles que puedan comprometer la investigación judicial en marcha. “‘Vos sos mi hermano Camilo y vos sos mi hermano Ismael’, nos decía todo el tiempo –cuenta Camilo– Creo que hemos encontrado un chico que necesita afecto, amor. Me ha partido el alma. Queremos ser la pata en que se pueda apoyar”.
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04 de agosto de 2018
El hermano mayor del nieto 128 también fue apropiado y pudo escapar
Ismael huyó cuando era niño
Fue secuestrado junto a Marcos, su hermano que ahora recuperó su identidad. Estuvo un año con la familia de un militar cuando tenía seis años y pudo llegar hasta la estación de micros y contactar a su tío
Ismael Suleiman es el hijo mayor de Rosario del Carmen Ramos y fue quien en 1999 se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para denunciar el secuestro de su hermano Marcos, que fue identificado hoy. Pero Ismael también fue secuestrado y apropiado. Vivió un año en la casa de la familia de un militar. Y se escapó. En realidad, huyó dos veces. La primera llegó hasta la estación de ómnibus donde trabajaba su tío. “Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.” La segunda llegó a un hospital. También lo agarraron y lo castigaron.
Pero los trabajadores de la boletería de la estación, con quienes había hablado, pudieron avisarle a su tío, que junto con su padre logró rescatarlo. “Marcos y yo estábamos en una casa del barrio San Cayetano. Mi mamá no volvía. Había sido secuestrada. Dos días después, nos levantan a nosotros y a tres personas más que estaban en esa casa. Nos llevan a Tafí Viejo. Nos tenían en una finca, una casa colonial, había palmeras, eso es lo que recuerdo. Y que una mujer me saca de los brazos a Marcos. Desde ese momento no lo veo más”. Así relata Ismael la separación de su hermano, cuando Marcos era un bebé de cinco meses y él un nene de seis años. Al día siguiente de que se llevan a su hermano, Ismael vuelve a la ciudad de Tucumán. Lo dejan en una casa de la calle San Juan, con una familia de militares, donde pasa un año y medio. –Me escapé dos veces. La primera llegué a la terminal vieja. La conocía; a pesar de la corta edad que tenía, me quedaba todo grabado. Pude escapar. Llegué a la boletería. Tenía un pariente ahí, que era mi tío. Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.
–¿Lo castigaban?
–Tremendamente.
–¿Cómo fue la segunda huida?
–La segunda llegué a la maternidad y me agarraron. Pero en la boletería ya le habían dado toda la información a mi tío y él y mi papá organizaron para irme a buscar. Fueron por intermedio de un dirigente peronista, llevaron la documentación. Entre todo esto pasó un año y medio.
–¿Reconoció a su papá?
–De inmediato. Pero en esa época tenía que andar callado. Y así quedé.
–¿Supo algo más de las personas que lo habían apropiado?
–Sé que la señora falleció. Eran militares, de la fuerza. En la casa había otra chica, de 18 años, aparentemente no era hija de ellos. Cuando Ismael, Marcos y su madre fueron secuestrados, Camilo, el otro hermano, estaba con su papá. Era un niño pequeño, de dos años. Un año y medio después acompañó a su padre a buscar a Ismael. “Yo no tenía ninguna imagen de ellos -reconstruye ante Página/12–. Pero entramos, había un pasillo largo, Ismael me ve, viene corriendo desde la otra punta del zaguán y me abraza y eso es una cosa que nunca más me he olvidado. Ha sido una imagen que no me he sacado de la cabeza”.